Enorme vino, con 140 gramos de A.R., procedente de terrenos argilo calcareos. Color dorado muy brillante con reflejos verde azulados. En nariz predomina la miel en polvo, el membrillo, el marron glaçe, y los aromas cretaceos que nos recuerdan a la tiza , al humo blanco y al polvo de talco. Su paso por boca es rotundo y majestuoso, pleno de potencia y elegancia, estimulando hasta la ultima de las papilas gustativas, (si aspiramos aire una vez tragado el vino, la potente sensación balsámica casi ahoga, si respiramos sobre el vino, nos irrita ligeramente las pupilas) dejándonos en el retrogusto una larga sensación de hojas de te, menta, musgo verde y piel de kiwano. Vino voluptuoso, casi erótico. Asombroso una vez más, y al igual que el 1.989 merece 100 puntos sobre 100. ¡Gracias Phillippe!