¡Grande!, ¡Grande!.

15 meses han transcurrido desde la última botella disfrutada de este gran vino  de Toro. ¿Qué me he encontrado?. Pues....con la mejor botella hasta el momento. No describo la botella por cuestiones obvias. ¿El corcho?, ¿Como está el corcho?. Dada su gran calidad, se encuentra en perfecto estado. Eso sí, ligeramente impregnado y muy tintada la cara que está en contacto con el vino y en el que se significa el nombre del mismo.

      A la vista, mantiene su color rojo picota y granatoso de capa alta, sin notas teja. Limpio y brillante. Muy buena, gruesa, densa y lenta lágrima que mancha ligeramente el cáliz de la copa. Ribete granate.

      En nariz, abundantes frutas negras y rojas del bosque en sazón, sin pasificarse, con la  elegante madera de su crianza integrada y sin destacar. ¡Mandan sus ricas frutas!. Notas balsámicas y débil pimienta negra.

      En boca está "soberbio", impresionante, , muy elegante y sedoso, con volumen y carnosidad, muy  frutal, con los taninos domándose, leves notas de cacao, la madera de su crianza muy bien integrada y manteniendo una elegante acidez que invita a beber y beber y que le dará más años de vida. Elegante, sedoso y frutal paso de boca. Es un vino muy, muy largo. Me da una permanencia de 4,00 exquisitos minutos.

    

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