Ave María Purísima!

Sin pecado ni alcohol concebida... Porque en este vino una de las grandes preguntas que te haces es... ¿dónde leches están los 15.3º?

Por fin abro esta joyita a la que le tengo ganas, y ya de inicio se muestra seductora, con una capa media-alta, un ribete terroso, marronoso y una lágrima que tinta la copa. Pero es en nariz donde te pega un zambombazo de los buenos, en los que dices: ¡¡¡Yeeeeepa!!!! Esto es un vinazo. Aunque empieza cerrado, con una maderas de calidad marcadas, chocolate, lácteos, se acaba abriendo y mostrando unas notas de flores, balsámicos frescos y suaves, fruta en licor... Luego aparece una fruta más madura, menos licorosa, sotobosque, clavo, laurel, pimienta, cedro, notas ahumadas, slainas, de cuero... Una nariz excepcionalmente elegante.

En boca me lo esperaba con más punch, pero es más liviano y elegante, con un tanino redondo, dulce, sedoso, con paso fresco y un retronasal muy fragante y floral. Tiene una buenza acidez, chocolate, amargor, lácteos ligeros, fruta compotada, una longitud magnífica, es salino, sápido, con moras, frambuesas flores... Es un vino elegante y delicado.

Pero el precio me parece que le penaliza mucho.

Como resumen diré que si bien la nariz es explosiva, en boca le falta un punto. Pero en conjunto es un vino magnífico.

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