La próxima, con un buen habano

Domingo tarde. Estoy comiendo con la familia (unidad de convivencia, para que quede claro) en el restaurante de un amigo, aprovechando que no hay confinamiento comarcal. Hacía mucho que no le visitábamos y teníamos ganas. Llegan los postres y, como tengo por costumbre, le pido una copa de vino dulce. Me da igual cual, me fío absolutamente de su criterio. Y aparece con una copa de este vino. Me invita a que intente adivinar qué vino es. Está muy frío y no voy más allá de un PX viejo. Me dice cuál es y se me enciende la mirada... Esto no se hace a un amigo. ¡Y yo con estos pelos! Lo aparto y dejo que coja algo de temperatura mientras me acabo el postre. Como hace buen día, me voy a la terraza con la copa y me enciendo un purito de los de diario, los únicos que llevo encima. Aún así, gloria bendita. Sale mi familia y la copa pasa por todas las bocas. No es difícil coincidir ante vinos como éste: Excelente.

Mi amigo y yo hemos acordado que para la próxima, en Semana Santa si la pandemia nos lo permite, llevaré un par de habanos para que podamos maridar el vino como se merece... O como creo yo que se merece. Esperemos que también haga buen día y podamos disfrutar de la terraza, el vino, los puros y, sobre todo, de la compañía.

Y es que, después de leer las notas de Eugenio y Demos, ¿qué puedo añadir? ;-P

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