Rico y con fundamentos.

Es fragante y aromático, incluso floral, a la par de delicado y potente, algo recio. Necesita tiempo y aire para entregar una fruta madura y tierna, tienes ante ti unos finos arándanos, ciruela negra, endrino, y algo de cereza. Conforme lo disfrutas te llena de un aroma a campo, desde la tierra, seca, al monte bajo, tomillo y fino orégano.

En boca la entrada es dulce, pero dura solo lo que tiene que durar, porque se torna seco y amargo, muy concentrado, mascas la fruta, el tanino presente, poderoso, pero se viene a bien. Sale un agradable aroma de violeta, cautivador, embriagante. De nuevo percibo la tierra seca, calurosa, ardiente y doliente de un sol mediterráneo. Fruta en el final, junto a tostados, negro.

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