A través de una web de ofertas compramos dos menús degustación al precio de 45 € que además incluía el maridaje de vinos.
En la mesa estaba el menú de primavera a un precio de 70 €, vino aparte, nos comentaron que éste era el menú que nos servirían.
Copa de cava de bienvenida para acompañar a los aperitivos: macarrones de arroz a la putanesca, gelatina de martini con oliva y cargolina de sobrasada y queso. Seguimos con una mini crema de puerros con espuma de bacalao, un crujiente de bacalao (la piel pasada por harina de fritura) y un bombón de bacalao confitado que no sabría explicaros que es lo que comí. Mini canelón de foie con alcachofas y setas, sopita de cebolla tiernas con "presse" de romesco (predominaba el sabor a ajo).
Como platos fuertes una mini ración de corbina y una mini ración de cochinillo.
De postre fresas confitadas en vinagre forum y un pastelillo de chocolate.
Vino blanco chardonnay de Perelada DO Empordà y tinto Baron de Ley reserva DO Rioja, agua, cafés y petit fours.
A la vista de lo que nos sirvieron supongo que la reducción del precio llevaba emparejada una reducción de las raciones de los denominados platos fuertes.
También era mini el servicio del vino, la botella en cubitera en una mesa anexa intentando alargar al máximo su contenido, al final tuve que pedir que la dejaran en la mesa y que ya nos serviríamos. Reclamé el cambio de copas y de vino para el cochinillo, pretendían que siguiéramos con el blanco, de mala gana nos sirvieron media copa apurando una botella (solo faltó que el vino tuviera poso).
El pan una réplica de los panes que adornan la fachada del museo Dalí de Figueres, malo, malísimo.
Una estrella Michelín venida a menos con la crisis y que intentan rentabilizar en base a ofertas más baratas, el resultado está a la vista. No pienso recomendarlo a mis amigos.

Bien, quiero pensar que fué porque era fin de año, por que es un restaurante pequeño, el qual para la cena de nochevieja deben servir a 100 personas los mismos platos, y a la vez, es complicado, quiero pensar que fué eso porque esa noche, se puso a un nivel bajísimo.
El precio no era malo, eran 150€ por cabeza, contando que las cenas de nochevieja son un abuso, pues siendo el sitio que es, creo que no era caro, esto incuía cotillón y luego barra libre toda la noche + chocolate con churros, osea que creo que el precio era mas que correcto.
¿donde està el problema? pues el problema está en si yo se que este sitio tiene una estrella michelín y le doy espectativas... tres entrantes que ni recuerdo, unas gambas demasiadas echas, herbidas un arroz poco echo, un pescado que en la mesa que estaba, nadie se acabó, y siguiendo... en referencia al meridaje, había un Pomery que era lo mas correcto, lógicamente al terminar porque los vinos que ofrecieron... fueron de menos de diez euros un catalan y antes un albariño, suspendidos los dos también, aunque los conocái y ya sabía lo que me encontraria habiendo leído el menú previamente...
Decir que una persona hizo referencia a un plato que no le había parecido correcto y se ve que el encargado de la sala, (un hombre flaco de unos 50 años) le respondió de bastante mala manera que nadie mas se había quejado y que eso era lo que había. En parte tiene razón, tal vez nadie se quejó, pero creo que en un sitio así, galardonado como està, no son maneras, encararte con un cliente, creo que es lo último.
El sitio es precioso, rústico y con encanto, el precio de ese día correcto, se que en muchos sitios horrorosos el menú de fin de año ya vale 150€ o sea que no tengo queja, decir que lo pasé genial y estoy seguro que si voy un sábado cualquiera comeré genial, pero por mi experiencie en un día como ese, lo tengo que suspender.

Esta primavera me he propuesto visitar diferentes restaurantes de mi zona como también de otros sitios un poco más lejanos como en Sagàs y Calldetenes (haré próximos comentarios). Hoy nos ocupa uno de los restaurantes más bien valorados de mi zona y donde hacía ni más ni menos que 6 años que no iba... que verguenza!!

Todo ha cambiado bastante menos Xavi i Toni... siguen en su linia fantástica. Han cambiado algunos detalles de la sala y han mejorado su cristaleria.

Escogimos el menú "festival" a 89 euros, invitaba a ser un festín y lo fue:

Empezamos con unos fantásticos aperitivos:

· Kir Royal: brutal
· Daiquiri
· Galleta de arroz negro (y tan negro!)
· Cargolina de pan con tomate y jamón (una estupenda idea, que rico)
· Crujiente de bacalao (bueno)
· Croqueta de buey de mar (me encanta) recuerdo de pequeño ira a buscar "bertonells" con mi abuelo en Cadaqués... que tiempos... :)
· Espárragos con pasta de foie gras (estupendos)

Continuamos el menú con pequeñas raciones de:

· Sopa de cebolla tierna con buñuelos de romesco (como un calçotada... pero diferente)
· Raviolis de guisantes y sèpia (muy rico, comí algo parecido a otro sitio)
· Corball con terrina de patata y lechuga de mar (muy muy rico)
· Pato asado con aceitunas (me encanta la carne de pato y más si esta bien ejecutada, como era el caso)

Seguimos con el espectacular carro de quesos seleccionados por Xavier Sagués.

de postres, un poco flojos respeto el menú tomamos:

· Canela con menjar blanc y cafè (buena idea, pero el café a mi parecer siempre tapa bastante los gustos de los otros productos, ya me paso en Miramar en el otoño con un arroz de ceps con cafè, sabia solo a café... mmmm)
· Sacher a su manera (buena idea!)

Fantásticos petit fours.

En definitiva volveré pronto seguro. Tardé demasiado a volver... me pasa a menudo!

Asistiendo a una boda, el pasado sábado he de destacar que esta es la segunda visita que reliazo a este local. Solamente destacaré que la calidad en los productos de la cocina, tanto el pica-pica como en los platos de la cena eran desiguales.Existian en el pica-pica platos sosos, insipidos (ejemplo,. tataki de atun con saldo de moras, no le encontre el que )
En los platos excesica cantidad y no mucha calidad.
Los postres, dos, exquisitos,si son de su elaboración era para felicitarles efusivamente.
El lugar es maravilloso, sus jardines, cuidados al máximo, pero creo que la calidad en la cocina puede mejorar un poquitin y lo labavos aún más.Muy deficientes, para la calidad del local.
Tambien visite una de sus habitaciones , pues pernoctamos en dicho lugar, para 100 € (precio especial invitados a boda) excesivo para la calidad de la habitación. Pero no dejar que es correcta la misma.

Segundo fiestorro con 40 personas .no voy ha entrar en detalles porque al no saber el precio no quiero opinar,simplemente dire que hubo unpica pica sentados en mesa y rape de plato pricipal. al reves de lo que dije del de hayer el pan no lo he probado

Aun no habiendo estado nunca en el Bulli, cuando fui a este restaurante, vi claramente que eran discipulos de Adriâ.
La masia es preciosa, toda de piedra, decorada elegantemente con lamparas y espejos estilo rococó.
Su servicio es atento, al igual que el servicio del vino. Nosotros tomamos un Remelluri Blanco del 2005. Hicimos el menú degustación.
Sus aperitivos espectaculares y sorprendentes.
Los demás platos muy buenos todos y bien presentados, tal vez destacaría la lubina en crosta, y sus deliciosos postres.

Buen restaurante llevado por la antigua artilleria del BULLI. Toni i Xavi han montado el antiguo bulli en el Mas Pau. Sin duda un lugar donde ir a disfrutar de una cocina creativa con productos autoctonos. Lugares como estos pueden ser el Motel Empordà, el Miramar de Llançà, recientement el Empòrium de Castelló d’Empúries, els Pescadors entre otros que se equiparan a su categoria.
Buena carta de vinos aunque malas copas para degustarlos.

Muy buen restaurante aunque un poco faltado de creatividad, hago esta crítica porque conozco a Xavi y a Toni des de hace tiempo y vale la pena poner-se un poco las pilas.
Otros restaurante son de más vanguarda y no tienen su estrellita...

Visitamos esta bonita masia, regentada por la vieja guardia del Bulli. Recibimiento muy cordial y educado. Decoración clásica, "rococó", pero muy confortable. Pedimos menú degustación y tomamos un José Pariente 2005. Precios de los vinos bastante elevados. Los snacks y aperitivos realmente buenos, nos crearon muchas expectativas. Siguieron unos canelones de foie con rossinyols que mantenían el nivel, así como el segundo entrante, una sopa de castañas con bacalao confitado. Entonces llegó el bajón. Pescado: dos trocitos de bonito pasados de cocción, con un acompañamiento poco convincente. Carne: solomillo ibérico algo seco e insípido. Seguimos con una tabla de quesos, algunos de ellos curados en exceso. Y acabamos con dos postres sin historia, con mucho trabajo pero con un resultado al gusto muy pobre. El degustación de la mesa de al lado era mucho mejor, claro que, los conocían. En definitiva, cenamos bien pero esperábamos mucho más. Precio por persona 85 euros.