Después de muchos años sin haber vuelto por este local y animados por otros amigos y foreros decidimos cenar en este coqueto restaurante situado en el casco histórico de Toledo, la experiencia muy gratificante.
La carta presenta platos muy apetecibles y prometedores por lo que decidimos solicitar un menú degustación, nos agrado la facilidad y predisposición elegir cualquiera de las entradas o segundos y la posibilidad de cambiar algún plato para alguno de los comensales, todo ello aconsejados en todo momento por Eduardo Gallardo, jefe de sala y sumiller, cercano en el trato, mucha profesionalidad ilusión y ganas.
Raciones generosas y bien presentadas.
Cena:
Tres aceites deliciosos y diferentes: Alhema, Pago de Quirle, Full Moon.
Tapa: Ensaladilla rusa de mar con mojama y caviar de trucha. Refrescante.
Entradas:
Vieira con yema trufada, patata y aceite de avellana. Bueno
Sardinas con yema trufada, cebolla confitada y vinagreta de yema. Magnifico
Fideuá de perdiz estofada con hongos y trufa. Buena.
Segundos:
Esturión a la bilbaína con pimientos agridulces. Muy bueno.
Lomo de venado escabechado con berenjenas de almagro. Muy bueno.
Postres:
Chupito, manzana verde con gelatina de eucalipto. Limpiador y refrescante.
Al centro:
Tarta de arroz con leche, sopa de galleta maría y helado de chocolate. Bueno
Pastel de chocolate con helado de vainilla con cookies y regaliz. Bueno.
Pastel de mazapán con helado de queso y arandanos, imprescindible pedirlo.
Con los cafés y a la espera de los gin, pequeños dulces de melocotón con leche merengada, chocolate negro con pipas de calabaza y chocolate blanco con uvas pasas.
Licores: Preparados por el joven y prometedor barman Javier de la Cruz
Ron Diplomático aromatizado con cítricos y angostura de naranja, con tónica Schweppes y 7-Up.
Gin de Junipero aromatizada con cítricos y angostura de naranja, aceite de enebro y albahaca con guarnición de Physalis y Kiwi deshidratado, con tónica Boylan.
Gin de Blue Ribbon aromatizada con cítricos y angostura de naranja, aceite de enebro con guarnición de pimienta rosa y arándano negro, con tónica Schweppes.
Gin de Whiteley Neil aromatizada con cítricos y angostura de naranja, aceite de enebro con guarnición de de Physalis y frambuesas, con tónica Fever Tree.
Los vinos: Una carta mas que aceptable con precio contenidos, te ponen en la difícil tesitura de elegir, en este caso, Eduardo nos sirvió algunos vinos fuera de carta, bien en las copas al igual que temperatura y servicio del mismo.
Blas Muñoz 2008
Alejairen 2006
Dehesa de Rubiales 2008, Prieto Picudo
Pulpito

1 Robusto Ramón allones

Un esmerado y agradable servicio, todo en su momento y a punto, muy bien para volver sin ninguna duda y alegres por haber recuperado otro buen local en la preciosa y coqueta ciudad de Toledo.
Los precios incluyen todo lo que aquí comentamos.

Junto a la Catedral de Toledo se encuentra Locum, en una antigua casa rehabilitada de 3 tres plantas.Se nota que quieren gustar y la verdad es que lo hacen francamente bien.Tanto el local como el servicio es muy bueno , aconsejo dejarse llevar por el metre y verás como te sorprende , tanto en la comida como en los vinos. Muy buen shyraz de Toledo que nos trajo, sorprendente.El cordero es una delicia.

El domingo comí con mi mujer, la verdad la comida excelente, las alcahofas con pulpo impresionantes, el venado y el cordero desmigado, el foie.. en fin, muy bueno. Pero, el servicio mal, salvo el maitre que te anuncia los platos, pero desaparece en el momento que te deja el segundo. Para más inri, me toco la mesa del primer piso frente a la cocina. Todo el tiempo sintiéndome observado, era el único comensal en toda la planta, desde el cristal por el camarero -por decir algo-. Resulta que empezamos con un viñas del vero blanco espectacular para el foie, le pido -textualmente- que quiero cambiarme al tinto para las carnes y el tio se descojona literalmente,... me dice... bueno, voy a preguntar con una sorna incomoda en su sonrisa (creo que era algo "falto"). Después, sin mediar palabra, me ofrecen un tinto por copas de Emilio Moro a lo que me quedo perplejo ¡no me ofrecieron la carta¡, debemos haber sido los primeros clientes que no toman un solo vino en la comida. En fin. Volvería, pero antes, me quedaría en el AS de Espadas y por favor, que quiten a ese "camarero beacario".

Local situado en el casco historico de toledo, antigua casa de un abad rehabilitada en tres plantas,decoracion artistica moderna mezclandose con los toques rusticos.
Carta buena con varias referencias nos decantamos por dos menus degustacion:
-Turron de higado de pato con orejones:Muy bueno diferente a las tipicas terrinas de higado de pato de casi todos los restaurantes, aunque los platos sucios y rotos por varios sitios.
-Ajo blanco con granizado de Bloody Mary:Bien presentado y muy suave, menos mal sino no se podria dormir en toda la noche
-Atun con berenjena y pimiento rojo:Un plato en frio con una potencia de sabor muy buena pero el atun estaba muy frio por no decir casi congelado.
-Bacalao con potaje: Impresionante sabor el del potaje con un buen sabor del bacalao muy fresco.
-Rabo de toro estofado con su jugo: Un poquito potente para las horas y con un gusto fuerte fuerte.
Y de postre soufle de mazapan con helado de maracuya: en mi opinión la maracuya mata el sabor del soufle este muy logrado por su textura.
De acompañamiento La Esencia de MontReaga, explendido y sorprendente, buen servicio del vino aunque no te lo sirven tengan gente o no, copas de buena calidad pero siempre las mismas eligas el vino que eligas.
Buen servicio de sala aunque tardaron mucho en tomarnos nota y omitieron preguntar si queriamos tomar un aperitivo, sirvieron un aperitivo de postre que llego a todas las mesas menos a la nuestra, con cafe salimos a 110€ dos pax,bien RCP.

Local enclavado en pleno centro de Toledo, dividido en tres plantas y que en conjunto presenta cierto atractivo.
Optamos por comer a la carta con un resultado en general bastante satisfactorio.
Normalito el salmorejo y los callos; excelentes las alcachofas con pulpo.
Como platos principales, excepcional el lomo de ciervo con queso de cabra gratinado y membrillo, y desacertado el cochinillo relleno de manitas de cerdo.
Muchos detalles por cuenta de la casa, (el salmorejo, aceite de los montes de Toledo, trocitos de manzana con eucalipto, chocolates, etc).
Mención especial merece el postre a base de mazapán; delicioso.
Buen servicio de vino, coperío y mantelería; tomamos un Regajal 2006, muy bueno.
RCP aceptable.
Si se resuelven ciertos desequilibrios entre platos, se avanzará notablemente.
En todo caso, recomendable.

Es lugar donde degustar un buen menu degustación a un precio mas que razonable. La carta de vino esta trabajada y a buen precio. El local es bastante bonito, aunque los cuadros quiza no contrasten del todo bien. Recomendable el sufle de mazapan. El servicio correcto, quiza algo lento. Todo en concordancia. Recomendable.

Bonito restaurante que tiene las mesas dispuestas alrededor del patio interior.
El servicio es muy correcto.
COMIDA: La comida me pareció espectacular lo mejor del restaurante, presentación inmejorable para el precio que pagas. Elaboración de los platos al más alto nivel. Eramos seis personas y nos partimos cuatro entrantes y un segundo plato cada uno, más postre. Raciones generosas, dentro de la modernidad que ofrecen. Muy recomendable el turrón de foie y el cochinillo asado, que te lo sirven totalmente deshuesado. Te dan aperitivo previo y "petits fours" con el café, lo que denota un grado de categoría superior al de la mayoría de restaurantes. Está al nivel de restaurantes de categoría y el precio es super adecuado.
VINO: Correcta carta y correcto servicio. Las copas eran adecuadas.

El local es bastante atractivo, son tres plantas bastante pequeñas que hacen del lugar bastante acojedor. Los cuadros quiza no son los mas adecuados y rompan el encanto del local. Pero podríamos dar una buena puntuación al local en conjunto.
La cocina es bastante buena, a mi gusto el toque que sabe imprimir Vitor Beato en la cocina es bién notorio y podría decir que es uno de los grandes creativos de la Mancha.
El servicio es acorde con sus platos , unos camareros con una juventud y presencia bastante elevada nos cantarán los manjares que degustaremos ayudando a orientarnos en lo relativo a guarniciones y diferentes texturas con las que nos sorprenden.
El servicio del vino es aceptable, aunque su carta nos ofrece degustar de grandes vinos sin pagar exorbitadas cifras. ( Pison DOC Rioja 2000 de Artadi: 80 E. Este precio es inferior al encontrado en muchas tiendas especializadas en vino)Podemos encontrar una buena selección de vinos de muy diversos precios, aunque no esperemos el servicio que merecería vinos de alta calidad.
Eloy, su mettre también a nivel con el lugar, solo podríamos quejarnos de que debería dedicar más tiempo a las mesas, puesto que aparte de mettre es el somelier. Quiza deberían hacerse con un camarero que tuviese unos buenos conocimientos del vino para poder mejorar este aspecto.
En general un buen lugar donde comer y degustar un buen vino a unos precios buenos.
Calidad/Precio sobresaliente. Recomiendo el menú degustación; 35 Euros.

Es mi segunda visita (para nuestro grupo, la tercera), en la primera visita podria decir que comparto en "casi" todo lo aqui comentado, en la segunda visita del grupo esto comenzo a enfriarse y en la tercera podemos decir que el servicio es escaso y poco profesional (excepción en Bennine Mohamed), la comida se demoro mas de lo deseable y casi aguantable, los segundos salian tibios tirando a frios, en los postres servidos a la carrera nadie, nadie nos dio ni la posibilidad de elegir el vino para los postres, no habia armonia en los tiempos ni en lso platos, muy descuidado, el aceite no aparecio hasta la tercera vez que se solicito, Eloy Ramirez tiene un punto distante y tal vez prepotente falta atención al comensal, el vino es un gran mundo y en nuestro caso esta vez se equivoco no dio opción, la carta ha corrido poco, los platos son los mismos para un Agosto (Verano) que para un mes de octubre frio (Otoño), no se, tal vez las esperanzas puestas la principio han sido demasiado

En nuestra cuarta visita a Locum se confirman todas las esperanzas, tanto la cocina como el servicio sigue una trayectoria ascendente imparable que exige reconocimiento.

Victor Beato-Sanchez ofrece una cocina innovadora sin estridencias ni notas discordantes, en la que se nota el trabajo y la reflexión tras cada plato. A fin de no repetir nos sugirió que nos montasemos nuestro propio menú de degustación: un estupendo cocido deconstruido con todo su sabor en el que los garbanzos son el caldo y el caldo los garbanzos, chipirón con morcilla de arroz negro y crema de pote, alcachofas con gambón y alioli de foie, salmonete con habitas, hierbabuena y jugo de jamón, rabo de toro guisado en vino con salsa de miel y mostaza y ruibarbo. Para terminar dos postres, torrija caramelizada con manzana y queso fresco, y compacto de chocolate caliente con crema de vainilla y gelatina de regaliz. Todo impecable.

Y en sala Eloy Ramirez secundado por Bennine Mohamed se aseguran de que la experiencia