Restaurante Anerea en Valencia
Restaurante Anerea
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
20,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
30 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.6
Comida COMIDA
7.6
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
6.5
Postres
Solomillo de cerdo con patatas
Figatell, kaki y col
Tartar de atún con aguacate
Morcilla de sepia y alcachofa
Judías, gambas y foie gras
Opiniones de Anerea
OPINIONES
16

Un local bonito y bien resuelto para esta nueva andadura de Quintana. Ya está bastante bien descrito en comentarios anteriores, así que no incidiré más. El servicio es informal a la par que profesional. En ese aspecto quedé encantado, en perfecta sintonía con el espacio y la filosofía.

Comida para 3, nos acogimos al menú de mediodía: snacks (papas y aceitunas), 2 entrantes para compartir y el arroz del día por 19,50€.
Empezamos con un tomate con ventresca, virutas de mojama, almendra y albahaca. Estaba correcto, sin más. Es una elaboración sencilla, por lo que la calidad del producto es la que determina el resultado. Para mi gusto, el tomate estaba un poco pasado de maduro y ligeramente terroso. Aunque la aportación de la almendra estaba bien y el aceite que lo regaba era excepcional.

Después, un cama de blanquet sobre un salteado de bolets y un sofrito que, creo, también tenía blanquet y calabaza. Realmente bueno. Soy un devoto del blanquet, así que por aquí me pillaron el punto. Eché de menos un poco de generosidad con la ración.

Como plato fuerte un arroz meloso con quisquilla, alcachofa y níscalos que estaba sensacional. Cocinado al punto, con profundidad de sabor e intensidad en el fondo del arroz. Lo disfruté mucho, pero otra vez lo mismo: lo presentaron en una olla de hierro colado y nos sirvieron 3 boles de desayuno, la ración no daba para más. Una pena.

Para terminar probamos los tres postres. Sin duda lo mejor del menú: Coca de llanda con calabaza y pistacho; piña, coco y anís; chocolate, pera y regaliz. Los tres soberbios: ligeros, sencillos y sorprendentes. Un acierto.

Mi impresión es que Quintana se ha montado un restaurante a su medida. Una oferta escueta que le permite manejarse solo en la cocina. Es un gran cocinero, pero en Anerea no va a desplegar toda su capacidad creativa, va a ganarse las habichuelas, dando bien de comer en un espacio informal.

En mi opinión, le falta diferenciarse en algo: en el precio, en la ración... La comida es buena, platos de calidad, bien preparados y con el aroma que le da saber que detrás hay un chef de enjundia. Pero me parece un restaurante de entreguerras que me deja un poco frío. Seguro que volveré en próximas fechas, así que os iré contando.

Visita de viernes noche, local lleno, menos mal que había reservado. Como dicen los comentarios anteriores, por la noche se ofrecen dos menús, yo escojo el de 4 platos por 24,50. El local es pequeño pero agradable , me puse cerca de la cocina para ver qué hacían y cómo se lo manejaban ( soy un poco voyeur, con la cocina, claro).
De entretenimiento olivas variadas y patatas fritas, entre las olivas la negra aragonesa, me encanta. Comienzo con el tartar de atún con aguacate y miguitas de pan. Picado a mano, suavecito y " engañoso" ya que piensas que lo verde va a ser wasabi, pero no, es aguacate. Estaba rico. Seguimos con el timbal de judía verde boby ( con un punto crujiente y delicioso) que lleva por encima carpaccio de gambas y sobre este unas lascas de foie que calientan con soplete. Muy, muy bueno. Estaba rico hasta el aceite que es uno que aliña Quintana y se lo comercializa ECInglés. Por cierto, el pan era de centeno, lo hornea el mismo Josep en el horno de enfrente del restaurante y me pareció exquisito. Tercer plato: alcachofas con falsa morcilla de sepia y huevas. No quiero ser repetitiva al explicarlo pero... a mí sí me gustó, cierto es que soy una incondicional de las alcachofas en cualquiera de sus versiones. La alcachofa teia un delicioso fondo a limoncito, la morcilla ¡ sabía a morcilla! parece una idiotez pero pensemos que está hecha de arroz, sepia y tinta. Me pareció un trabajo original con un buenísimo resultado. Antes de servirlas, le filetea por encima unas lasquitas de corazón de alcachofa en crudo, una textura diferente que se añade al plato. A mí también me gustó. Por último, el figatell, que pido porque quien me acompañaba no era de Valencia y así probaba algo de aquí. Poco hecho pero sabroso, con puré de col muy suave y puré de kaki. El kaki y yo no nos llevamos bien pero la carne estaba rica, aunque es cierto que se enfrió rápidamente. Con el menú de 4 platos solo entra un postre, en este caso fue helado de coco con anís estrellado y piña natural en el fondo del recipiente, aderezado con migas de bizcocho. Bien.Creo que todos los platos llevaban un toque Quintana: frescura, originalidad y oficio
La carta de vinos cortita, pido un cava nodus que sirven en la copa estandarizada que tienen para todo, el local tiene poco espacio.
A mí me gustó. Solo tengo una pena, Quintana despegará rápidamente y emigrará hacia lugares con supuesto mayor nivel y los funcionarios de recorte y sin paga de navidad ya no podremos seguirlo.
De todas formas me llevé un buen recuerdo y ¡ un par de besos! que viniendo de un tipo interesante como él no están nada mal. Suerte

Anerea es el nuevo proyecto que Josep Quintana, cocinero del desaparecido Torrijos (galardonado con una estrella Michellin), ha montado en el barrio de moda de Valencia: Ruzafa.
Se trata de un pequeño restaurante cuidadosamente reformado, con un punto informal pero donde se nota que ha intervenido la mano de un profesional. Los detalles de las estanterías salvando las columnas, las alturas del techo con unos paneles de boga, la cocina americana vista... Me gustó la reforma y el aspecto de este local, en la linea de los restaurantes de corte moderno como el Canalla Bistró o Coloniales Huerta.
La oferta de platos está en una gran pizarra y se ofrecen las siguientes opciones:

Menú Mercat Russafa, compuesto por snacks, 4 platos a elegir y postre. 24,50€
Menú Anerea con snacks, 5 platos y 2 postres.

Escogimos este segundo menú, pudiendo elegir 5 platos de todos los cartas y dos de los tres postres que ofertaban. El camarero es amable y diligente, así que tras oir las cinco recomendaciones del chef nos decidimos a ponernos en sus manos.

Los snacks son unas aceitunas y unas papas que te sirven nada más sentarte, así que son más un detalle de la casa que un plato del menú.

Tartar de atún con aguacate. Un tartar magnífico, en su punto de picante, con la justa medida de aguacate, unos trozos de pan crujientes... Una excelente forma de empezar.
Judías, gambas y foie gras. Cuidada presentación y la sencillez brillando por todo lo alto. Las judías crujientes, en su punto, las gambas a modo de carpaccio y el hígado sobre ellas. Un plato muy rico, jugando con texturas y sabores.
Morcilla de sepia con alcachofas. En este plato ya la presentación falla. No es un plato que esté cuidado y se nota cuando llega a la mesa, pues no solo no se cuida el timbal, sino que tampoco se pone demasiado gracia al espacio restante del plato. Una vez probado la morcilla no me acabó de gustar, bien las huevas y las alcachofas algo resecas. De este plato podría haber prescindido perfectamente.
Figatell, Kaki y col. Aquí tuvimos varios problemas. El figatell salió prácticamente crudo. Al ser una elaboración a base de hígado no creo que esto se deba presentar así, además de que estoy acostumbrado a comerlo siempre con un punto crujiente, bastante hecho, quedando siempre jugoso en el centro, que no crudo. El juego con el kaki tampoco me gustó, mucho contraste y poca armonía. La col rallada no puedo equilibrar la balanza. Además es un plato que llega casi frío a la mesa, pues la mermelada de kaki y el puré enfría el figatell.
Solomillo de cerdo con patatas. Primer problema, otro plato que llega frío a la mesa, con poca gracia de la salsa y un solomillo correcto que no brilla lo suficiente como para merecerse no llevar más que unas patatas fritas.
Como éramos cuatro y había tres postres en el menú nos decantamos por probar los tres y así compartirlos.
El trío de postres salvaron el mal sabor de boca de los últimos platos. Una "coca de llanda" con helado de pistacho y calabaza, un juego de chocolates en varias texturas y un helado de coco y piña.

Carta de vinos sencilla, cortita pero bien seleccionada. Precios correctos y una preocupación media por este tema. Tampoco creo que este restaurante esté orientado para los amantes del vino, peor sí permite tomar un vino correcto con su cocina.
En general, claroscuros que empañaron una cuenta abultada que con los cafés y el vino ascendió a 44€ por persona, con lo que la RCP se resintió notablemente. Tal vez es mejor el menú más económico y tener suerte con la selección de platos mejore la experiencia. Habrá que volver.

Hoy voy a a romper una de las limitaciones que me impuse cuando me dí de alta como usuario de verema. Me prometí que no colgaría ninguna valoración de mis visitas a restaurantes.
Como profesional de la hostelería no me parecía ético evaluar la labor de otro compañero. Bastante tengo con evaluarme y corregirme a diario como para decidir en que aciertan o se equivocan los demás.
Pero hoy creo que sería injusto sino compartiera con vosotros que estamos de enhorabuena en Valencia por el regreso de Josep Quintana.
Ya hacía algún tiempo que le seguía la pista , incluso habíamos intentado reservar , pero por tema de horarios habíamos desistido. Hoy hemos encontrado el hueco y no nos lo hemos pensado dos veces.
Local pequeño y acogedor cerca del Mercado de Ruzafa que podíamos ver desde la ventana. Pocas mesas y pequeñas; vestidas con camino de mesa de papel manila.
Decoración provenzal. Enea, haya, flores secas, cuidada iluminación, cuidada ambientación musical tanto en calidad como en sonoridad.
Nos hemos decidido por el menú del día 19,50 €, bebidas y cafes no incluidos.

Josep propone un menú con dos entrantes a compartir , un arroz del día y postre.

Para empezar una ensalada de tomate cuarterón , hoja de roble, bastones de mojama y almendras fileteadas. Estupenda ensalada. Por su sencillez, por la calidad de sus elementos por el equilibrio del aliño, por la frescura de la albahaca fresca ...

Para continuar un timbal de judía boby, con carpaccio de langostinos y lascas de foie. Vuelve la sencillez en la que se expresan cada uno de los elementos trabajados primorosamente y que en conjunción emocionan.

Y el arroz. Arroz meloso de quisquillas, rovellones, alcachofas y ajos tiernos. Sin palabras. Potencia en el fondo y perfecto en su punto de cocción. Un arroz lleno de matices, en aromas y texturas.

De postre coca de llanda con helado de pistacho y calabaza asada.
y unos dados de piña con nueces. Quizá teníamos el listón un poco alto por lo vivido anteriormente y estos solo nos han parecido correctos.
Para beber unos refrescos y un par de copas de Menganito servidas en copa Spigelau. Para acabar un buen café y un te con bergamota.

Tenía muchas ganas de saber que era capaz de hacer uno de nuestros grandes cocineros después de haber estado en la cúspide y haber tenido que bajar a rasear el balón. Lo que encontrado es un cocinero dispuesto a reencontrarse y a demostrar que cocinar es tan fácil y tan difícil al mismo tiempo, y que con honestidad y cariño es más fácil ofrecer satisfacción que defendiendo estrellas y prestigio.

Gracias Josep por hacernos disfrutar.

Pasamos por la puerta sobre las 20:00 y nos confirman que les queda una mesita para dos. Hemos tenido suerte, durante la cena podemos comprobar la cantidad de llamadas y gente intentado cenar sin éxito. Así que recomiendo reservar.

A las 21:00 entramos; la sala es pequeña, para unas 25 personas quizás, decoración acertada, y cocina totalmente a la vista, ésto último para mí todo un acierto.Mesas no vestidas, con mantel individual y buenas copas.

Nos sientan en la mesita junto a la cocina, que disfruta de las mejores vistas a la abierta cocina. El staff del restaurante, lo forman 2 personas en sala, y Josep y otro cocinero en cocina.

Estamos sólos unos 30 minutos por lo que el nivel de atención es MÁXIMO en SALA y en COCINA, todo un lujo. Comenzamos con una copa de vino blanco y con varias cervezas Estrella Galicia Especial, acompañado de unos snacks(papitas fritas con pimentón y aceitunas)

La carta de vinos, sencilla y ajustada de precios, 4 o 5 cavas, 4 o 5 blancos y 4 o 5 tintos. En nuestro caso, tomamos un tinto, Laderas del Sequé, a 11 eur.

Me sorprendió el concepto,puramente ligado a la cocina de mercado, pues no tienen carta, sino una pizarra con los platos posibles; el comensal puede elegir entre un par de menús, uno con snacks, 5 platos y 2 postres. Y uno más reducido, que consta de snacks, 4 platos y 1 postre. Nos decantamos por éste último, llamado Menú "Mercat Russafa"

Los 4 platos que escogimos fueron:
-Tartar de atún con aguacate, emplatado en forma circular, acompañado de unos puntitos de aguacate y unas lascas de pan recién horneado.

-Base de calabaza, con relleno de calabaza, blanquet y setas.

-Mejillón al graten y erizo , el erizo venía en forma de 4 croquetas de gran sabor, y el mejillón ya cocinado sobre su concha y una salsa tipo alioli que le venía muy bien.

-Cordero, rúcula y cecina. La carne del cordero, en forma de hamburguesa, y con un toque final con el quemador típico para postre. No me acabó mucho el sabor de la rúcula tostada.

Pan recién horneado.

El postre, muy bueno, compuesto por Coca, calabaza y helado de pistacho La coca, tierna y muy jugosa y con una capa superior crujiente; un muy acertado postre.

Como resumen, nueva apuesta de Josep Quintana, donde se apuesta por el producto, en su mayoría al alcance de cualquiera en buenos mercados y con elaboraciones y emplatados sencillos (sin grandes técnicas), pero donde se aprecia el toque de un grande. Sin duda, vuelta a empezar de 0, tal y como nos dijo Josep.

El precio es con vinos,cervezas y agua.

Nuevo local en la zona de ruzafa, llevado por josep quintana ,ex de Torrijos.
Local bonito , Todo de madera, con diez , doce mesas con separacion adecuada , estilo osteria italiana, cambio de plato y cubierto, . Buena atencion por parte del unico camarero de la sala . Cocina abierta al fondo , en ella trabajando josep y un ayudante,
La carta esta escrita en una pizarra, y segun me dijeron la van cambiando segun mercado
Tienen seis o siete entrantes y dos o tres segundos
Tambien tienen menu, pero yo siguiendo mi filosofia, y ademas ibamos a cenar, pedi platos para compartir, como bien nos aconsejo , con cuatro o cinco platos y postre vas bien servido Nos pedimos cuatro entrantes y postre
Huevo,setas y gambitas, consistia en una tortilla de setas con cuatro gambitas encima estaba recien hecha (6.37)

Mejillon al graten y erizo , eran croquetitas de erizo muy buenas y dos mejillones con una salsa alioli muy suave. (5.91e.)
Sepionet a la plancha con alcachofa, el sepionet muy fresco (8.20e.)
Sardina ,tocino y huevas, eran dos sardinas en escabeche muy suave cubirtas por una loncha de tocino ,este , era demasiado gordo y no se podia comer (6.38e.)
Tarta de calabaza y pistacho muy buena (4.10)
Vino tinto laderas sel seque (10e.)
La carta de vino es escueta con cuatro o cinco blancos y lo mismo en tintos con precios muy ajustados
Se me olvidaba , pan tambien muy bueno como recien horneado,
Otro lugar que abra que repetir para seguirle los pasos, Buena RCp. Total 45e,
El servicio del vino lo puntuo . No por la cantidad sino porque el chico estuvo serviendonoslo
Todo el tiempo, a pesar de que el local estaba practicamente lleno

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