Restaurante A Curva en Portonovo (Sanxenxo)
Restaurante A Curva
País:
España
Provincia:
Dirección:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
22,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
37 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
9.8
Comida COMIDA
7.2
Precio medio entorno ENTORNO
6.8
RCP CALIDAD-PRECIO
9.5
Opiniones de A Curva
OPINIONES
9

Hacia mucho tiempo que no visitaba esta casa, de la que sabía, que era una de las mejores para beber, pero que en este tiempo ha mejorado mucho, también en la comida.

Siempre hay gente, y es que el propietario Miguel, es un referente en cuanto a los mejores vinos gallegos y no gallegos, siempre te sorprende, junto con la Cigaleña, para mí, los dos mejores sitios para disfrutar del vino y sus viandas.

Nos juntamos cuatro amigos del buen beber, y mejor comer, os comento, uno de ellos, Alberto Freire, amigo de la casa y buen conocedor del mundo del vino, el resto, tragones-bebedores.

Pedimos varias cosas de comer, y te vas calentando con el buen beber, que llama al comer, y así la pescadilla que se come la cola.

No me acuerdo del orden, pero, más o menos, empezamos con un tartar de atún con guacamole, 14,5€, para picotear, rico, buen producto, lo principal en un tartar.

A continuación unos berberechos xl, de maravilla, recién abiertos, jugosos, una delicia, gran tamaño, 12€.

Navajas , muy buenas , 10,5€ .

Volandeiras, pedimos dos raciones, estaban muy sabrosas, a 12,5€ ración.

Pimientos del Padrón, perfectos, no picaban 6€ ración, tomate ecológico, sabroso, 7€.

Pulpo a feira, 18€, seguimos con buen producto.

Xoubas , sardinillas, muy frescas, estaban realmente jugosas, 7,5€ ración.

Choquiños del día, en su tinta, no había comido nunca, realmente sabrosos, muy ricos, mas sabor que los txipis, aunque serán primos-hermanos , unos para cada uno con rica salsa negra, 30€.

Ricas croquetas de panko y rematamos con un rico entrecot de ternera Gallega, con rico sabor, y unas patatas también ricas, 17€, el pan 0,7€, y unos canutillos rellenos de crema y una filloas rellanas, que no nos cobro, destacar el nivel de producto y la mejoría en la cocina respecto a mi primera visita.

Bebercio.

Ufff , no se si lo podré describir bien , Rheingau 1989er , de este nos puso una copa y no nos cobro , Schoffit , cuve Carolina de Alsacia , 31€ , un blanco ecológico de la tierra , Augalevada , 28€ , Cies 2013 , 25€ , amito Morey-Saint-Denis , 51€ , Azos de Vila , 31€ y Wagner Stempel Spatlese , 33€ .

Resumen , bebimos y comimos de puta madre por 95€ , lo bueno , si breve , dos veces bueno , lo digo por la descripción del resumen , volveré siempre que pueda , ya no solo a beber , también a comer bien , además de platos que ya conocía , la carta ha mejorado bastante .

Si no te dicen que vayas ahí pues igual no entras. Si te dicen que vayas ahí, vas.

Pasa desapercibido. Uno más entre la (turística) oferta de la zona. Nada que llame tu atención. Vas porque te lo han dicho personas en quienes confías. Punto pelota.

Y haces bien en confiar.

Bar. Restaurante. Restaurante. Bar. Cocina honesta. Del mercado del día. Pim-pam-pum. La cocina más dificil es esta. La de ir todos los días al mercado, hacer el escandallo, dar bien de comer, de beber y que las cuentas sigan saliendo y los clientes contentos.

¿Por qué venir aquí? Pues porque me dijeron que además de comer bien se bebe bien. Ale, no hay más.

Y así es. Se come bien. Comida sencilla y de-mer-ca-do ¿Lo había dicho ya? Carta razonable y alguna cosa fuera de carta. Vamos al lío. Volandeiras bien ricas y un rodaballo (sí, un rodaballo. No son los lomos ni leches en vinegar. Rodabeil entier). Pim-pam-pum. Muy ricas ambas cosas. ¿Te has quedado con ganas? Pues venga unas cañas con crema. ¿Mejor ahora? Yo sí, desde luego.

Por botellas y por copas. Como hay que coger el coche en un ratejo no nos pasemos. Una copa con cada plato. Qué gusto un lugar sencillo (¿sencillo?) en el que te cuentan el vino así. Se lo digo. El camarero que es bien joven responde: ¿Si no lo hacemos nosotros quién lo va a hacer? Pues ole tus cojones xiquet.

Este asunto de bien comer en el que disfruté de lo complicado que es la sencillez se quedó en unos 46,20 EUR. Bien comido y bebido y amortiguando la salida al inclemente sol con un café con hielo.

P.S. Cotillos, que sois unos cotillos. Los vinos fueron Bastión de la Luna (3 EUR) y Ventura (2,4 EUR)

Siguiendo con nuestro periplo gallego y ya dicho sea de paso por los establecimientos que más profesan su pasión por el vino y tras infructuosas llamadas telefónicas, nos decidimos por presentarnos y poder “negociar la mesa”. Dicho y hecho, cuatro personas llegamos y al ver el éxito de público solicitamos una mesa que nos fue otorgada una hora más tarde. Tiempo que aprovechamos para darnos una vuelta por las inmediaciones y disfrutar del sol de medio día.

Nos acomodaron en la terraza, el local es pequeño y nos dedicamos a ojear las cartas: la de comida más corta y con producto de la tierra con poca elaboración aunque no por ello menos atractiva y la enciclopédica referente al apartado vinícola. Vinos de todo el mundo elegidos con criterio, variados y a unos precios que invitan a pedir sin tener que pensárselo mucho, lo cual es de agradecer.

Para compartir dijimos que nos fueran sacando raciones para comer tranquilamente con los vinos que habíamos elegido quedando la cosa como sigue:

Berberechos

Xoubas

Mejillones

Volandeiras

Navajas

Lubina de ración plancha

Jamón Asado con patatas

Todos ellos a buen nivel. Como comentario la lubina fue un poco arrebatada por el fuego. Excelente el pan, también.

Cerramos la comida con una tarta de chocolate y galleta (llamada de la abuela) y unas cañas de crema.

Para beber, servidos y explicados mejor que en muchos restaurantes galardonados elegimos :

Pezas da Portela 2012 (25€)

Algueira Merenzao 2014 (33€)

Tuvieron el detalle de invitarnos a los cafés y a unos vinos de postre; un interesante Aszú húngaro y a otro que mi memoria me va impedir recordar.

Sitio recomendable, sin ninguna duda, y del que gracias a su carta de vino y la pasión que por él respira Miguel, no nos cansaríamos de ir.

Un año después, volvemos a visitar al amigo Miguel y otra vez por partida doble, siempre acompañado de buenos amigos, verdad Alberto ;-)
Pues poco puedo añadir con respecto a los comentarios anteriores, cocina con un producto de primera calidad, trato como en familia y posiblemente la mejor bodega de vinos de Galicia y parte del extranjero.
Para comer hemos optado por darle casi un repaso completo a la carta:
- Tomates aliñados, en plena temporada, sin duda de los mejores que he probado.
- Pimientos de Padrón, igual que los anteriores, en plena temporada.
- Empanada de maíz, en sus dos versiones, de berberechos y algas y de zamburiñas.
- Xoubas
- Zamburiñas
- Calamares
- Croquetas
- Berberechos
Y seguro que me dejo algún plato mas.

En cuanto al vino, lo que aquí mola es dejar a Miguel campar a sus anchas y que empiece a sacar vinos a ciegas, un juego super divertido para darse curas de humildad y por supuesto no acertar ni una, jajaja.
El primer día nos sacó:
- Foradori Fontanasanta 2011
- Bastión de Luna 08
- Baumard Carte D´or
El segundo día:
- La Bota de Fino 45
- Txakolí Doniene 2013
- Muradella 09
- Ultreia Douro, no recuerdo la añada
- Tokaji Pendits Furmint 09
- Maximin Grünhäuser Spätlese creo que 07
Todo ellos servidos en copas de gran calidad y perfectos de tª, los precios tanto de la comida como de los vinos son super ajustados.
Una comida en esta casa suele rondar los 20 o 30 euros por cabeza y con homenajes así te puedes ir hasta los 50.
Sin duda es mi restaurante de cabecera en Galicia y recomiendo totalmente su visita, tanto si eres amante del vino como si no.

En este local siempre veras a algún buen bodeguero de la zona y es que con la inquietud y el cariño que le pone Miguel a este elemento indispensable en una buena mesa no me extraña.

Como siempre nos saca la botella con un malla para que no sepamos y mientras nos la bebamos nos vayamos distrayendo en acertar que bebemos, yo ni idea, Alberto suele acertar.

En esta ocasión un valdeorras, 200 cestos a 24€ y un blanco Zarate el palomar al mismo precio.

Para comer siempre raciones, hechas con cariño y que están muy ricas, la empanada de maiz casera, la mejor que he comido, croquetas con rica bechamel y rebozadas en pan, tipo panko, navajas, ricos calamares y por supuesto unos berberechos muy sabrosos, con los huevos con patatas para Uxue un total de 93€, para cinco.

Resumiendo un picoteo magnifico en buena compañía y a buen precio, Galicia calidade

Otra visita más a este magnífico templo del vino en menos de un mes y las sensaciones todavía mejoran.

Cena de amigos, 3 parejas y 2 niños pequeños, uno de los cuales le daría la cena a la pobre madre que no pudo probar bocado. Llegamos al local y mientras terminábamos de acomodarnos ya nos puso Miguel una copa de un vino blanco muy interesante para probar. Resultó ser Zárate 2011, cosa que no acertamos, lo que sería una tendencia durante toda la cena.

No describiré el local porque ya ha sido suficientemente descrito. Lo dicho, hasta que cruzas la puerta y palpas el ambiente no te das cuenta que allí se respira buen vino.

Pedimos para compartir, todo al centro:
- Empanada de maíz en 2 versiones: berberechos con algas y zamburiñas. Ambas estaban estupendas, con un sabor profundo que mostraban la buena mano que hay detrás.
- Calamares
- Croquetas
- Pulpo á feira
- Xoubas (sardinas pequeñas)
- Pimientos de Padrón

Realmente toda la comida estaba muy buena. En este sentido noté una mejoría con respecto a la última visita, un paso adelante. Es cocina tradicional gallega pero plena de sabor.

De postre, sólo uno pidió tarta helada para empezar a digerir lo comido.

En cuanto al vino, también se ha hablado aquí del buen gusto de Miguel por el mismo, pero además le encanta presentarlos a ciegas, con lo cual nos dejamos sorprender. El primero que apareció fue un magnum del que casi todos dijimos que era albariño por la acidez pero al retirar el envoltorio apareció un magnífico Pedrouzos 2010. Como veníamos de un godello, le pedí algo con un poco más de nervio, con lo que nos trajo otra botella, tapada por supuesto, que resultó ser Finca A Pedreira 2011. El vino recordaba totalmente a los albariños de toda la vida, un vino sin maquillaje.

Después de esta visita se demuestra que tanto el local como Miguel están en plena forma y estoy seguro de que volveré en breve. Agradecer a Miguel el detalle de tenernos la mesa reservada a pesar de llegar casi una hora tarde, los críos nunca tienen horarios.

Además de la buena compañía que conoce bien los vinos gallegos, en este local se palpa la cultura del vino.

La comida es sencilla y de producto de la tierra, mi primera empanada de maíz, muy típica de esta zona, luego probaría otras pero me quedo con esta la ración a 5,5€ las xoubas muy sabrosas a 6,5€ la ración, ricos berberechos a 6,6€, pimientos de padrón a 5€ racion, chipirones a la plancha, 15€ abundante ración, las croquetas de jamón ya descritas por sergio y lo principal los vinazos que nos fue sacando muchos de ellos tapados a ver si íbamos acertando , la velada amena y este estilo de cosas la hacían mas interesantes .

Copita de champagne claude cazals, Fulcro 08, Dorado superior 05, el sorpreson para mi, Pazo Señorans 04, espectacular, pinot noir de rodri 09 y por ultimo perdón de Raúl perez, estos dos últimos obsequios de la casa pues aun no se comercializan.

Lo dicho sorpresa tras sorpresa y encantado de la vida, por cierto rodri es un bodeguero de la zona, al que no tuve el gusto de conocer en persona pero si a trabes de sus muchos amigos empezando por Alberto, la verdad poca gente conozco de la que hablen tan bien sus amigos y todos al unísono, ya digo que no le conocí personalmente pero tiene que ser un tío genial, solo de oír hablar a sus amigos de el.

Como lo es también el alma de este local, Miguel , gran conocedor de los vinos de su tierra y gran anfitrión.

Restaurante ubicado en el centro de Portonovo, sin destacar demasiado del resto de restaurantes hasta que te adentras y ves la colección de botellas que adornan paredes y estanterías, entonces ya sabes que vas a disfrutar.
Primeramente tomamos un par de copas de albariño en unas cubas que tiene en la entrada a forma de mesas, acompañadas de unas tapas de rica ensaladilla.
El comedor ocupa el mismo sitio que la barra, las mesas y bancos son de madera, manteles de papel, vajilla y cubertería de lo mas correcto y cristalería Schott de primera calidad.
Para compartir al centro pedimos:

- Berberechos, generosa ración, tamaño medio de los moluscos y de un puro sabor a mar, muy buenos.
- Mejillones al vapor, en la linea de los anteriores, muy buen producto.
- Croquetas de jamón, muy buenas, con una masa muy ligera y llena de tropiezos y un rebozado casi etereo, tipo al panko.
- Ensalada mixta, correcta, con su lechuga, tomate, cebollita, atún, etc... para depurar un poco el organismo.
Hay que hacer mención al pan gallego, porque en casi todos los restaurantes que hemos visitado, la calidad roza un nivel muy alto.

De postres:

- Sopa de chocolate blanco con fresas, rico y refrescante.
- Flan caseiro, uno de los mejores flanes que me he llevado a la boca, denso, muy cremoso y untuoso, gran sabor y con el dulzor justo.

En cuanto al vino, aquí se respira autentica devoción por los vinos gallegos y Miguel es un autentico experto y enamorado de ellos, la carta está muy centrada en ellos, pero también encontramos una buena selección, de espumosos, borgoñas y rieslings a precios realmente ajustados, en esta ocasión optamos por un Viña de Martín Escolma 08 al increíble precio de 26€, un autentico regalazo.
Con los postres tuvo el detalle de invitarnos a un vino dulce Dolç d´Orto Negre una rica garnacha del Montsant.
Terminamos con unos ricos cafés.
Como nos quedó ganas de repetir, quedamos con los amigos Oscar y Alberto Freire para pegarnos un gran homenaje, pero eso ya lo contarán ellos, o eso espero.

Escondido en el pueblo marinero de Portonovo se encuentra el mesón A Curva. Se trata de un restaurante de siempre que ha sufrido una transformación desde hace unos años. A la cocina tradicional se le ha dado un toque especial en algunos casos conservando, eso sí, la gran materia prima. Además, se trata de un restaurante en el que el vino ocupa un lugar muy importante, motivado por el gusto por él del responsable, Miguel.

Nos presentamos a cenar 2 personas y después de tomar una capita (no habíamos reservado y estaba completo) Miguel nos sentó en una de las mesas que quedaron libres. Le pedimos consejo en cuanto a lo que debíamos tomar y finalmente optamos por zamburiñas, unas piezas espectaculares, chipirones a la plancha, perfectos de punto, y croquetas caseras de jamón, totalmente distintas a las habituales. La comida la acompañamos de un Bastión de la Luna dé Rodrigo Méndez (Forjas del Salnés) que cumplió espectacularmente.

Un muy buen lugar al que ir a cenar y un sitio espectacular en el que se encuentran algunas referencias de vinos muy difíciles de encontrar en otros sitios.

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