El local y su entorno ya han sido perfectamente descritos en reseñas anteriores, y no aprecié grandes cambios con respecto a lo ya comentado, por lo que pasaré directamente a valorar lo positivo y negativo de mi experiencia:
Luces:
Sombras:
En resumen, la experiencia general positiva, pero ensombrecida por algunos defectos. En estos tiempos que corren uno siempre se queda con la duda de en qué medida puede haber influido en los mismos la pandemia, porque los restaurantes andan escasos de personal y con algunas dificultades adicionales, así que le concedo el beneficio de la duda acerca de los problemas reseñados
Tras una subida con buena pendiente desde la carretera (en el lado contrario hay un aparcamiento libre recomendable) llegas a la plaza Mayor donde está la iglesia y la entrada al restaurante, que además es hotel siguiendo la tradición de la "antigua Posada Real La Cartería". Entrando al fondo están las mesas que limitan con un amplio ventanal y una pequeña terraza exterior de preciosas vistas pero que en verano necesita de unas sombrillas más anchas para que los comensales estén a cubierto del riguroso sol castellano de agosto. Imprescindible asomarse a la terraza y disfrutar de unas preciosas vistas frontales de la población que sube desde la orilla del rio Ter; además asomándote al lateral o bien bajando las escaleras que dan a la calle trasera verás unas mesas más colocadas sobre la misma calle que da acceso al castillo y que es un bonito paseo disfrutando de la belleza de las casas mientras vas callejeando y bajando de regreso hacia la carretera.
Las mesas son amplias cómodas con buenas copas y mantelería siendo mejorables cubertería y vajilla. ¿El servicio? pues castellano: correcto, seco, sobrio.. que no sé si son halagos o defectos pero que hacen difícil empatizar y menos comentar o recomendar por ambas partes. En el servicio de vino pues ningún comentario, descorche correcto, dado a catar y primer servicio en copa, temperatura correcta, y al centro para seguir cada uno a su ritmo.
La carta de vinos es más que suficiente con referencias conocidas con predominio de vinos locales y a buenos precios. Tomamos un buen tinto Almirez 2017 por 22€, resultando una buena opción pese a ser agosto ya que la contundencia de los platos lo permitió. Además y por el calor y la subida, cayeron tres cervezas casi de trago; también un agua sin gas grande Solán de Cabres y un vermut Martini blanco que acompañó en la primera parte de la comida.
La carta de comidas tiene un planteamiento basado en el producto y la cocina local; la verdad es que cuesta decidirse ante la oferta de platos interesantes que propone y que además tiene precios que no superan los 16€ en principales de carne y pescado (salvo solomillo y atún) y de menos de 10€ los que no llevan carne o pescado; los postres a 3,50€. Tiene plato Michelín 2020.
Optamos por los platos más solicitados habitualmente y, sin fallos de existencias pese a que el comedor acabó completando el aforo permitido dentro fuera y en la calle. Un pan que no me dejó recuerdo. Tomamos:
. 3 x habones de Sanabria con carabinero: bien presentado, excelente de sabor, buena textura de la legumbre. Muy recomendable, aunque la ración se me quedó corta.
. 1 x carpaccio de ciervo con virutas de queso curado: una ración para compartir entre 2-3 personas sin quedarse cortas. Buena carne en formato casi cecina; bien el queso. Recomendable.
. 2 x chuleta de ternera sanabresa: buen tamaño, buena carne en textura y sabor, llegó algo fría y en plato sin calentar. Acompañan unas patatas fritas caseras muy buenas y presentadas en cestillo con un pimiento de Padrón (o de Almería).
. 2 x atún toro: ración más que grande de un buen atún en perfecto punto con una salsa que aunque al principio parece que sobra, la verdad es que estuvo bien. Recomendable.
. 3 x postres: dulce de queso zamorano, torrija de la abuela, helado de queso con miel de brezo. Todos ellos cumplieron bien en sabor y presentación, aunque ninguno deslumbró.
. 2 x cafés: buenos, sin más aditamentos.
Recomendable un paseito por lo comido y por la belleza del pueblo. Si además entras en tiendas de souvenirs y te llevas unos habones a casa o una tarta de queso .... pues jornada completa. Buen lugar para visitar y para comer.
alubias
vino
vista lateral terraza
vista terraza
volvemos años después.
excelente ubicación en un pueblo (de los más bonitos de España, dicen) precioso.
la cocina y los ingredientes son tradicionales, con excelente elaboración y cierta creatividad.
siguen con una carta de vinos relativamente corta, así como con un servicio del vino que ni les va ni les viene...no es su tema....las copas son Riedel, el modelo sencillo "sólo" para restaurante (esas que van en cajas de 24, a 3-4 euros unidad)
a destacar algunos precios de vino sorprendentemente bajos (Belondrade y Lurton a 30 €) para un restaurante, igual la añada es "lejana".
seguimos con los cubiertos Ikea (de verdad no hay plan b??), con platos y platitos desconchados por el uso, y con un servicio seco como la mojama, más por timidez (o esa sensación nos dió), que por el ir a la suya (que sí que vimos en la dueña (la que ejercía de)).
es un buen restaurante en una zona turística de tapeo y similares....
aquí el cocinero ha hecho muy bien las cosas, algún día sacarà la cabeza y preguntarà què pasa en su sala... porque al final, el servicio, lo que sería el servicio....es gratis.
cuesta lo mismo abrir mal una botella que abrirla bien, ser amable que ser distante.... el salario del trabajador es igual... pero el cliente lo vive distinto.... con eso y todo, muy recomendable, tienen una RCP muy correcta y la calidad de los productos así como cocciones, estan muy bien elaborados.
Comida para cuatro personas tras la visita a la preciosa localidad de Puebla de Sanabria.
Tomamos como entrantes unos mantecosos y estupendos habones de Sanabria con carabinero, delicias de setas silvestres, rollitos de cecina con foie y dulce de membrillo y una tabla de quesos de Zamora.
Como platos principales, una tierna chuleta de ternera sanabresa con unas adictivas patatas fritas caseras, trucha sanabresa con salsa de gambas, atún toro semi-cocinado y confit de pato con salsa de naranja y miel.
En cuanto a los postres, dulce de queso zamorano (2) y helado de queso con miel de brezo (2). El dulce de queso estaba como para comerse una docena.
Un sabroso Díscolo 2014 (19 €) en copas Riedel acompañó a las viandas.
Servicio correcto.
Cena en la terraza con vistas al río Tera, en una noche calurosa para ser verano. Degustamos:
* Mejillones gallegos, llenos y bien elaborados.
* Canutillos de cecina rellenos de foie.
* Revuelto de boletus con trufa.
* Tarta de queso casera (buenísima).
Cervezas y vino D. O. Monterrei(Godello).
Buen restaurante, si se está en la Sanabria o camino de las Rías Baixas.
Canutillos de cecina y foie
Boletus con trufa
Mejillones gallegos
restaurante muy bien ubicado, con vistas y dentro del pueblo antiguo, en un marco fantástico
cocina tradicional de la zona, muy bien elaborada, con excelente materias primas.
carta de vinos relativamente corta así como un servicio distante, sin aportar valor.
hay inversión en copas(riedel) pero no en cubiertos, que son IKEA (???)
a parte de esta anécdota, lo demás muy correcto, con excelente relación calidad precio
muy recomendable
De paso por Puebla de Sanabria y sin ganas de experimentar por miedo al fracaso, decidimos ir a lo conocido y sin reserva pasamos a cenar. Solo se ocuparon otras dos mesas y esta vez si que noté cierta tristeza en el local ya que la iluminacion es algo escasa y con tanto silencio se echa en falta algo de musica suave. Tambien el servicio que se reduce a una persona ( tambien muy callada, por cierto) no contribuye a dar una nota bulliciosa al local. En cualquier caso, se está muy bien.
La cena fue lo siguiente:
A compartir un pulpo a la brasa sobre dos tipos de pure de patata, uno normal y otro con pimenton. Era una pata en cuatro trozos enorme ( la vez anterior la racion fue algo escasa). Rico pero le habria venido bien algo mas de crujiente. Tambien pedimos una ensalada templada de vieiras que estaba muy buena. Ya hemos constatado que las ensaladas son una de sus especialidades. Mezcla de lechugas sin ningun misterio pero sabrosa vinagreta y 2 estupendas vieiras frescas con su coral.
Comos egundos yo pedi una trucha , que es muy tipica en la zona. Estaba muy buena con una salsita ligera que no sé de que era.
Mi pareja pidió una chuleta de Sanabria que estaba muy bien de sabor pero algo dura. Se sirve con unas patatas fritas caseras.
Terminamos con un café.
Regamos la cena con un Prima estupendo por 15 €.
En resumen, lugar para no fallar . Tengo ganas de ir al mediodia porque las vistas son fantasticas.
Despues de un agradable paseo y unos vinitos de Toro ( en La Carteria. Super recomendable por cierto para este menester: tomamos Romanico y Prima con una excelente tortilla de patatas) fuimos a cenar a la Posada de las Misas. Ya hay comentarios del local y no me extendere mucho. Solo decir que las vistas son preciosas y como solo habia una mesa con otra pareja pudimos disfrutar de un ambiente magnifico.
La camarera resultó ser muy agradable y el servicio fue en todo muy correcto.
Tenia yo antojo de champagne y cuando vi a 48€ el Andre Clout gran reserva no me lo pensé. Lo pedimos y nos dicen que no tienen . Pedimos el cava que habia en la carta y segundo tropiezo… tampoco lo tienen. Pero nos ofrecen un Rimarts 24 reserva Brut Nature que aun precio de 15 € hacia necesario probarlo. Resulto muy bueno incluso para las carnes … no es el maridaje perfecto pero ya digo que tenia ganas de espumoso.
Buenas copas Riedel que nos preguntaron si queriamos cambiar por copas de champagne o preferiamos éstas.
Pedimos para compartir:
Endivias con perdiz escabechada. Refrescante y buena. La perdiz casera en su punto de vinagre. Acierto
Pulpo a la brasa: escasa racion pero buenisima . Presentado sobre un fondo de pures uno de ellos con pimenton que estaba muy bueno
Segundos:
- Solomillo de ciervo con castañas y salsa de boletus. Pedimos que nos preentaran la salsa aparte. Probe solo un trozo de carne y esta bien pero estaba mejor mi plato
- Lomo de buey con patatas . Sencillo y en su punto. Carne muy buena
No pedimos cafes ni postre.
En resumen, recomendable 100%. Para volver y repetir el mismo sitio ya que la carta era lo bastante extensa y variada
Fui con interés, dados los comentarios previos y con mucha atención. La primera impresión es buena: copas Riedel, mesas correctas y agardablemente vestidas, una inmensa cristalera con vistas magníficas, el local agradable, cuidado, una preciosa terracita para quién lo desee y una atención más o menos amable. Pero una vez sentado comienzan las decepciones( entiendo que para el cliente más o menos exigente). Una carta de vinos con precios excesivos, pido uno y no lo tienen, a por otro. Eterno dialogo el vino está a temperatura alta,,,, pues lo he sacado de la eurocave que está a 15 grados, bueno... un termómetro y salimos de dudas, no tengo..lo siento, bueno no pasa nada..En fín, ya incomodo . Pido platos de la carta, varios no tiene, sobre todo duele que no tengan habones de sanabria, por pedir algo de la zona, claro..Pedimos bacalao desalado, con aceitunas negras, no está muy bueno, jascoso, pero seguimos..Una carrillera guisada y un ragout de ciervo excelentes que si hay. Pero no sería mejor, decir lo que hay y no sacar la carta un domingo noche???. El local bonito, pero curiosamente iluminadas tan sólo sus paredes, la decoración digamos, apenas hay luz en las mesas, en casi todas ninguna directa. Pues esa fue mi experiencia, no es caro , los vinos sí, parece un restaurante con posibilidades físicas y técnicas , pero en mi opinión habría que cuidarlo más.
De vuelta a casa consultamos a ver que hay por la zona y nos decidimos por este restaurante.
En la plaza del pueblo, imposible perderse, cinco personas comimos en un día de calor insoportable, en mesa bien vestida, al lado de una cristalera que daba a la terraza.
A compartir:
Jamón iberico, cortado a mano, acompañado de tostadas de pan con tomate. Excelente (16 E)
Mejillones al aroma de Modena. Espectaculares de tamaño y trato. Abiertos al vapor lo justo y mezclandose sus jugos con un poco de vinagre (7 E)
Individuales:
Brocheta de rape y langostinos (dos). Perfectos de punto el uno y los otros, acompañados de verduras plancha. Muy rico (12 E c/u)
Perdiz en escabeche con endivias. Muy rico el escabeche. Tratadas las endivias para quitar el exceso de amargor y poniendo sobre cada hoja un montoncito del escabeche que hacia innecesario usar cubiertos. Muy bien (9,50 E)
Huevos con patatas y jijas. Materia prima de primera perfectamente tratada. Muy rico (10 E)
Ragout de ciervo. Excelente. Acompañado de patatas y compota de manzana. (12 E)
Postres (3) que no consigo recordar entre otras cosas porque yo no tomé pero que recibieron buenos comentarios (9,50 E)
Agua (dos), quintos de Mahou (cinco), Coca-Cola, y cuatro cafes cerraron la comida. Había que conducir y se prescindió (en fin...) del vino.
Pilla lejos Puebla de Sanabria, que si no...
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