Precisa optimización

Fui con interés, dados los comentarios previos y con mucha atención. La primera impresión es buena: copas Riedel, mesas correctas y agardablemente vestidas, una inmensa cristalera con vistas magníficas, el local agradable, cuidado, una preciosa terracita para quién lo desee y una atención más o menos amable. Pero una vez sentado comienzan las decepciones( entiendo que para el cliente más o menos exigente). Una carta de vinos con precios excesivos, pido uno y no lo tienen, a por otro. Eterno dialogo el vino está a temperatura alta,,,, pues lo he sacado de la eurocave que está a 15 grados, bueno... un termómetro y salimos de dudas, no tengo..lo siento, bueno no pasa nada..En fín, ya incomodo . Pido platos de la carta, varios no tiene, sobre todo duele que no tengan habones de sanabria, por pedir algo de la zona, claro..Pedimos bacalao desalado, con aceitunas negras, no está muy bueno, jascoso, pero seguimos..Una carrillera guisada y un ragout de ciervo excelentes que si hay. Pero no sería mejor, decir lo que hay y no sacar la carta un domingo noche???. El local bonito, pero curiosamente iluminadas tan sólo sus paredes, la decoración digamos, apenas hay luz en las mesas, en casi todas ninguna directa. Pues esa fue mi experiencia, no es caro , los vinos sí, parece un restaurante con posibilidades físicas y técnicas , pero en mi opinión habría que cuidarlo más.

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