Restaurante Zarate Bilbao en Bilbao
Restaurante Zarate Bilbao
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
45,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
69 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.7
Comida COMIDA
8.7
Precio medio entorno ENTORNO
7.9
RCP CALIDAD-PRECIO
8.7
Aperitivo
Centollo, jugo de gallina y erizo
Huevo trufado sobre puré de patata y hongos, jamón y aceite de oliva
Lubina en jugo de guisantes, jamón y oreja
Lomos de lenguado al pil-pil con pochas y navajas
Flan de café
Tarta de queso horneada, salsa roja y helado de mango
Mi parte del "Rey"
Almejas de cuchillo
El más pequeño de los rodaballos de esa noche
Huevos Camperos con Trufa y Puré de Coliflor, Jamón y Picatostes
Tataki de Bonito con Crema de Aguacate y Wasabi con Piparras
Qué más se puede pedir?
Torrija y helado de arroz con leche
Rodaballo
Hojaldre
Lubina
Huevo trufado.
Juro que solo éramos 2.
Rodaballo
Hongos
Opiniones de Zarate Bilbao
OPINIONES
33

Restaurante ya muy comentado en esta página y sobre todo alabado por sus pescados. Creo que aquí lo he probado prácticamente todo y hoy quería darle una pequeña vuelta de tuerca y probar alguna cosa nueva.
Un plus a su excelente pan del que nos ofrecen varios y del que damos buena cuenta, incluso el que dice que "no es panero".
Como aperitivos nos ofrecen un par de croquetas de hongos y una brandada de bacalao. Ambos excelentes y además con el saque que lleva uno a estas horas, desaparecen del plato como por arte de magia.
Quiero que Ioritz pruebe ese arroz, se que le va a encantar y sin duda alguna, es lo que sucede. Una ración, más que generosa de su arroz ahumado de langostinos, txipiron y anguila.
Está espectacular. El punto ideal, sabor inmenso. Y después me entero, me lo cuentan los protagonistas, que no lleva ni una pizca de sal. Lo consiguen trabajando majestuosamente el caldo donde lo cocinan. Simplemente un plato de diez.
Yo prefiero algo más liviano y me decanto por el tartar de gambas y mango, crema de almendras y lima. Un plato suave, con sabor, la lima no es excesiva y la crema de almendras le da un toque genial al propio tartar que de por si no sería un plato con demasiada potencia sápida. Buena conjunción de sabores.
Tenía yo ganas de probar sus kokotxas de merluza. Buen producto, con un albardado perfecto. Están ricas, muy ricas. El único “problema” es su acompañamiento. Unos pimientos rojos asados que están tan ricos que casi te hacen olvidar el producto principal. Dios mío que sabor…… Riojanos ellos, oyessss. Para comer y comer sin parar. Otro placer de dioses al alcance de los humanos. Para mi es uno de los productos donde más se nota la diferencia entre unos y otros. Estos que curiosamente no “repiten”, son de repetir y repetir. Excelentes, magistrales.
Mi hijo se decanta por la paletilla de cordero asada a baja temperatura con puré de patatas. Está mejor que buena, está buenísima. La carne se separa del hueso cual lascas de bacalao. Se deshace en boca. El que “no sabe” aprovechar los huesos, la deja limpia como la patena. Ha disfrutado como un chiquillo. Eso sí, curiosamente me sorprende cuando me dice que él quitaría el puré de patata pues no le aporta, a su parecer, nada al plato y le resta parte de la textura que quisiera.
Se que es una opinión personal y reconozco que no es demasiado amigo de las patatas a no ser fritas pero simplemente el comentario me ha dejado “asombrado”.
Hoy, he dudado un rato a la hora de elegir el vino. Allí en carta están tres de los que considero mejores vinos blancos actuales y los he probado todos pero el menos reciente es el que “me lleva al huerto”. Un Contino 2011. Creo que voy a “rendirme” en asuntos de aromas, en asuntos de sacar matices, en asuntos que me superan y lo que voy a hacer, cada día lo tengo más claro, es disfrutar como debe ser y este vino está espectacular. Es, a día de hoy, el tipo de vino que me tiene cautivado.
Nariz impresionante, paso por boca majestuoso. Un amargor presente pero muy apetecible. De largo postgusto. Invita a saborearlo, invita a beberlo muy despacio. Realmente creo que han conseguido un vinazo. Iba a poner aquello de “madera” pero tras conversación con uno de mis “maestros”, lo que quiero decir al parecer es que tiene la madera muy bien integrada.
Quiero que el txikito pruebe alguno de sus postres y como no puede ser de otro modo, se va al chocolate. Una tarta de chocolate cuajado, mus de avellanas y helado de nutela.
El “técnico” lo primero que hace el olerlo y me pide que haga lo mismo. Huele a…. chocolate pero a chocolate de verdad.
Luego ya no acaba de enamorarle puesto que la mus no le hace demasiada gracia pero de nuevo, el plato va para cocina limpio. Como nos lo han sacado en dos medias raciones individuales yo me como mi parte. A mi sí me ha gustado, muy fresco y aunque goloso, no empalaga.
Un cafecito y afortunadamente queda una copita de vino que me permite no tentar a sus vinos dulces. Un cigarrito en la calle con Sergio y su ayudante al que no conocía. Como siempre un verdadero placer. Para ver las fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/2015/06/restaurante-zarate-bilbao-no-solo-de.html

Poco mas puedo decir de Sergio, su equipo y su local, he estado con familia, con amigos de los que llamamos del pueblo, con la peña de restauranteros y solo me quedaba la cuadrilla de toda la vida, así que hay va mi ultimo comentario.

Desde aquí dar las gracias a todo el equipo por la paciencia y es que ya sabemos como son estas reuniones, llegamos tarde, había que tomar unos txalolises, mesa perfectamente preparada y menú ya cerrado.

Aperitivo, un siempre bienvenido vasito de elaboración caliente y una croqueta.

Jamoncito iberico de bellota, mu bueno.

Verduras asadas en jugo de jamón con papada de cerdo ibérico, sabrosas.

Hongos asados con huevo cocinado a baja temperatura, enunciado mágico que si esta hecho con tino y con el sazonamiento justo, nunca falla, léase este caso.

Pescado salvaje o entrecot de vaca vieja, la gente que comió carne salia encantada y los que comimos la lubina más, en su punto, magnifica.

De postres, nos dio a elegir de la carta, graso error, entre tantos fue un lió, para ellos sobre todo, la próxima tarta pa todos, una característica de los caseros postres del zarate es que gustan y saben a perfecto remate gastronomico, no te quedas con el mal gusto que muchas veces remata una buena comida.

Para beber un verdejito y rico y crianza de luis R, que siempre acompaña muy bien, aunque yo le di mas al verdejo.

Resumiendo, como en casa, paciente y buen servicio y muy buena materia prima, nunca falla, lo recomiendo y siempre me felicitan, gracias por todo.

Dos años sin visitar este sitio o al menos es lo que mís crónicas es lo que me cuentan... ¿Se puede calificar como pecado?

Bueno, pués ya está solventado. Hablé con mí compañera de fatigas, le comenté y hable del sitio y sin reparos. Realizo la reserva y alla que nos encaminamos dirección a Bilbao.

No es que hicieran muy bueno, pero al menos no llovía. Un par de vinitos por la ciudad, paseillo para ir situandome de cara al restaurante y venga, que ya nos toca sentarnos.

El festival comenzó con un aperitivo de la casa. Una rica croqueta y unos cacahuetes con wasabbi. Mí acompañante no pudó con ellos, yo me comí los mios.

Es tradición en este sitio, como en el Kate-Zaharra, un plato. El huevo trufado. En esta ocasión tenían trufa blanca con un sobrecoste de 9€respecto a la trufa negra. Lo comimos con trufa blanca, una ración cada uno. Excepcional!!!

Luego pedimos dos medias raciones de una seta, cuya variedad es negra pero que no nos dijo nada del otro mundo. Por más que intento disfrutar de las setas u hongos soy incapaz. Me gusta el sabor, la textura y todo ello, pero como no esten calientes no los puedo tragar. A la compañia tampoco le hizo especial gracia.

Vamos con los segundos. Aquí guardaba un grato recuerdo del MERO. Por suerte, lo había. Pedimos una ración de ijada y una ración de lomo. Ambos espectaculares, la ijada por encima del lomo pero este también estaba... aún babeo.

Postres. Yo toda la semana hablando de la Goxua, "ya veras que bueno", "te va a encantar", etc... Sin mirar la carta de postres, yo pido una goxua y me dicen que ya no lo hacen "Me cago en mis muertos pense para mi".

Debido al pequeño contratiempo, me voy a la clásica tarta de queso (terrible de buena) y mi compañera pidio el 100% de chocolate blanco que tenia una pinta estupenda y decía estar bien bueno.

Dos cafes para finalizar la cena.

¿Para beber? Pues una botellita de André Cloulet Gran reserva, creo recordar que 45€ por botella. No quedaron ni los restos. También pedimos agua, por aquello de conducir a la vuelta y bla bla bla bla.

Por añadir algo, esto es un sitio de producto puro y duro. ¿Caro? Para nada, si cruzas la puerta sabes a lo que vienes, que realmente es a disfrutar del gran producto que ofrecen y eso, como todo en esta vida tiene un precio!

En mi actual decisión de visitar mis restaurantes preferidos con más frecuencia de la que lo he hecho hasta ahora, le ha tocado el turno hoy al Zarate.
Restaurante con éxito en Bilbao, no se os ocurra venir sin reserva porque las posibilidades que tenéis de encontrar sitio son muy, pero que muy remotas.
Esto quiere decir que aquí las cosas se hacen bien, muy bien.
Nos recibe Roberto García, una persona que sabe mucho de vinos y que además conmigo acierta siempre. Hoy encima se lo he puesto más fácil.
Nunca intenta venderte lo más caro, intenta que salgas contento con la elección. Como ya he probado casi todo lo más “normalito”, pues hoy le comento que no me importa “pasarme” un poco en el presupuesto.
Así que la elección ha sido un vino alavés, un rioja que no había probado nunca, un Remelluri cosecha 2011. Curiosa mezcla de unas cuantas variedades de uva: Garnacha Blanca, Viognier, Sauvignon Blanc, Chardonnay, Roussanne y Marsanno.
Envejecido aproximadamente un año en barricas Allier de roblé francés.
Como bien dice Roberto, vamos a dejarle un poco que aumente su temperatura, nada de cubiteras. Nariz muy, pero que muy interesante. Fruta madura. En boca es tremendo. Tiene mucho cuerpo y muy buena acidez.
Es un vino para saborear, un vino que incluso ha hecho que preste menos atención a parte de la comida. Eso en mi es ya mucho decir. Tengo que probar alguna añada más antigua a ver que me dice. Estupendo vino. Gracias Roberto.
No llevaba yo intenciones hoy de pasarme con la cena, estoy “ganando” centímetros y no de pecho precisamente. Pero una cosas son las intenciones y otra muy distinta son las realidades.
Mientras pensamos un poco, nos sacan un par de aperitivos, una cuchara de pulpo. Bocada exquisito para abrir paladares. Y una crema de txistorra calentita que verano será pero calor……..
Este es uno de los restaurantes donde el hecho de que me cobren el pan me parece normal e incluso barato. Varias variedades de panes de calidad excelente y de los “sanos”. Con cereales. Pan con cuerpo, pan que parece más bizcocho que pan en sí.
Conozco bien los gustos de mi compi y se que unos langostinos a la plancha y más aún si son de calidad, le van a sentar estupendamente. Así que pedimos una ración para compartir. 4 buenas piezas de langostino de Huelva.
Simplemente espectaculares, en ese punto especial de cocinado que remarca aún más su sabor. Se que soy un tanto extremista y al comer langostinos más aún. Me gustan los extremos, cabeza y cola. Asi que el reparto es fácil y curiosamente todos contentos. Eso sí, cuando llegan a retirar el plato, da la sensación de que me he comido yo todos. Cojonudos, sin duda.
Nos comentan que han añadido un nuevo plato a la carta y que quisiera que los probemos. Un arroz meloso con langostinos a baja temperatura. La idea es compartir una ración y nos lo sacan emplatado individualmente. ¿Esto es media ración?. Pues la leche….. cómo será una entera.
No me arrepiento de haberles hecho caso. Rico no, algo más. El punto del arroz perfecto en mi opinión. Algunos dirán que está “duro” pero de eso nada. No suena al masticar. Está riquísimo, con muchísimo sabor. El langostino que lo acompaña, que viene ya pelado, está así mismo exquisito. Buen plato, buena opción en carta. Plato consistente que llena.
Y ahora pasamos a la que es sin duda alguna, la especialidad de este local. Los peces. Tenemos alguna que otra alternativa y nos comenta que le queda la mitad, kilo trescientos de rey que ha pesado 2,6. Salen dos más que estupendas raciones.
Una pena que no se aprecie en la foto el verdadero tamaño. Tengo que acostumbrarme a colocar algo con lo que poder compararlo.
Nos lo presentan entero para luego pasar a emplatarlo individualmente. Y además colocar en otro plato la cabeza para que degustemos alguna de sus “sorpresas escondidas”.
Como siempre, acompañado de unas patatas panaderas que serán “actores secundarios” pero que bien pudieran hacer de actor principal. Mira que me gustan a mi las patatas pero hay algunas que se llevan la palma. Están impresionantes.
El pescado, sin sorpresas puesto que siempre ha sido así, espectacular. Este sí que merece ser "aforado". Jugoso a más no poder. Pura “mantequilla”. Ese jugo del plato invita a la gula, invita al unte, pero yo ya no puedo y más que nada yo ya no debo.
El precio de estos pescados es el que es. ¿Caro? No tengo ni idea pero me repito en una frase copiada de una persona a la que admiro y que pienso utilizar en más de una ocasión: Porque….. ¿Cuánto vale una sensación?.
Le comento que nos saque una ración para dos de alguna cosa que tenga de postre pero que sea total y absolutamente liviano. Menos mal que me hacen caso y nos comemos unas estupendas frambuesas con una pequeña bolita de helado. Están muy ricas y muy suaves.
Para cuando me doy cuenta y sin darme tiempo a decir que no, allí que se nos presentan con esos detalles golosos para acompañar el rico cortao: bizcocho de chocolate, crujiente de galleta y galleta de mantequilla. A cada cual más rico pero si a alguno le tengo que poner el diez, que sea para la galleta.
Y de nuevo, sin previo aviso, un par de copitas de un oporto que ya había probado, un Poças Junior. Tawny. Voy entrando con este también. No todo van a ser PX. Eso sí, carísima me ha salido la invitación al Oporto. Control y aunque no por mucho pero….nos hemos pasado de la raya….. por “listo”.
Tras el saludo de Aitor que termina su jornada laboral, nos vamos con caras de satisfacción. Era la primera visita de mi acompañante y le ha encantado. Pues todos contentos.
Para ver las fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/

Llevaba tiempo sin visitar este templo del buen pescado y en cuanto tuve la oportunidad reservé y me senté nuevamente en una de sus mesas con la intención y la certeza de que iba a comer el mejor producto con la mejor elaboración.
Local de sobra descrito, no me extenderé más en detalles e iré directamente al tema gastronómico.

Aparte de lo que ofrecen en carta, nos ofrecen fuera de ella almeja de cuchillo, percebes, y quisquillón vivo...finalmente la comida se compuso de lo siguiente (2 comensales):

**APERITIVO (Invitación de la casa): CROQUETA DE COCIDO Y CRUJIENTE DE WASABI.
Croquetas crujientes por fuera, rellenas de carne de cocido. Potentes de sabor. Ricas.
El crujiente de wasabi consistía en un fruto seco (no recuerdo bien cual) recubierto de polvo de wasabi. Le daba un toque picante "muy agradable" que no molestaba y resultaba gustoso.

**ALMEJAS DE CUCHILLO: tremendo tamaño, una docena servidas en dos platos, con su hielo de base y su limón. Vivas, frescas a más no poder. Nunca las había comido y a mí me encantaron por el sabor a mar que transmitían. 60 € con Iva. (VÉASE FOTO Y COMPÁRESE TAMAÑO CON EL LIMÓN).

**REY (la mitad del pescado servido para dos personas, 1 kg): para mí el rey de la mesa. como siempre que he ido, jugoso por dentro y churruscadito por fuera. Siempre digo lo mismo...no sé como lo hacen, pero lo hacen. Siempre que he comido pescado en este local el producto es de sobresaliente y la elaboración de matrícula de honor. Se acompañaba de patata panadera bien rica. 66 € con Iva. (VER FOTO)

**POSTRE:
*TARTA DE QUESO HORNEADA, SALSA ROJA Y HELADO DE MANGO (mi elección): no esperaba mucho y resultó que ha sido una de las tartas de queso que más me ha gustado ultimamente. Se acompañaba de mermelada de frambuesa, helado de mango y galleta molida. Muy muy rica. 8,25 € con Iva (VER FOTO)

*NUESTRA VERSIÓN DEL TIRAMISÚ: MUS DE MASCARPONE, BIZCOCHO DE MAÍZ CARAMELIZADO Y HELADO DE CAFÉ: no llegué a probarlo pero mi acompañante manifestó que estaba delicioso. (8,25 € con Iva)

**VINO: ojeo la carta y mis ojos se centran en el apartado de blancos. Me fijo que tienen un vino muchas veces comentado por veremeros de confianza, PAZO DE SEÑORANS, Albariño, D.O. RÍAS BAIXAS, 2012, así que ni me lo pienso y acierto plenamente. Un vino realmente rico. Buena temperatura, descorche, prueba, primer servicio y relleno de copas esporádico. Refrigerado en cubitera. (20,90 € con Iva)

Para acompañar los postres y finalizar este banquete opté por una copita de POCAS JUNIOR TAWNY, vino dulce OPORTO, de sabor suave. Nunca había probado un oporto y me gustó, aunque me sigo quedando con mis Pedro Ximénez. (Invitación de la casa).

Pan de calidad; se pueden elegir de tres variedades, de cereales, de avena y tradicional.
Se tomó también una botella de agua.

Servicio de mesa atendido por el personal de siempre. Profesional y pendiente de que el servicio no tenga fallos. Así fue.

La cuenta ascendió a 168,96 € Iva incluido.

Cada vez cuesta más robarle al mar el mejor producto y en este local deben de tener un pacto secreto con "El gran azul" porque en todas mis visitas he podido disfrutar de una materia prima excelente, pero he de reconocer que esa exclusividad se va notando en la cuenta. A mí de momento me compensa y mientras el bolsillo me lo permita seguiré visitanto el que es ya mi templo del pescado en Bilbao.

  • Tarta de queso horneada, salsa roja y helado de mango

    Tarta de queso horneada, salsa roja y helado de mango

  • Mi parte del "Rey"

    Mi parte del "Rey"

  • Almejas de cuchillo

    Almejas de cuchillo

Toca colgar el comentario nº 200 en verema. El cien se celebró con éxito y hoy no va a ser menos. Pasa el tiempo y a lo tonto ha pasado medio año desde nuestra última visita. Esto de estar tan “ocupados”….
Un restaurante donde si vas sin reservar lo tienes más que crudo, ya nos ha sucedido en más de una ocasión y hemos sido precavidos. Lleno total, cuando las cosas se hacen bien……….El trato es muy correcto, educado, con proximidad pero sin confianzas.
Y yo soy de los que prefieren cercanía pero eso no vale para todo el mundo y les entiendo perfectamente.
Nos acercan las cartas, la de comer y la de beber pero yo, fiel a mis "principios", prefiero preguntar, prefiero que me recomienden.
Nos decantamos hoy por su menú gastronómico, un menú contundente que no te deja precisamente indiferente. En la última visita lo habíamos degustado pero como hay cambios significativos no es ni mucho menos mala opción.
Nos acercan primero una bandeja de panes a elegir, cada uno elegimos el de nuestro gusto, son panes hechos allí mismo y que merecen la pena. Te sacan un aceite de oliva cojonudo para que untes el pan y desde luego que para este tipo de detalles somos muy "agradecidos".
Como aperitivo nos ofrecen un par de croquetas y unos cacahuetes bañados en un picante que al meterlo en boca parece que te va a "anestesiar" pero que desaparece al momento. Original y muy rico. Las croquetas con muchísimo sabor y muy buen relleno. Buen comienzo.
Continuamos con atún marinado con crema de aguacate y piparrak. En carta reza bonito pero el tiempo del bonito ha pasado. Un excelente producto, una excelente combinación de sabores. Desde luego que el atún así preparado es, sin duda alguna, el solomillo del mar. Me tiene enamorado.
Pasamos al tartar de langostinos con ajo blanco. La salsa lo hace todo en este plato. El tartar de langostinos siempre me ha parecido insípido pero acompañado de la crema se consigue un plato muy apetecible. Yo, en mi modesta opinión, haría el “reparto” al contrario, sacaría primero este plato y posteriormente el atún, me parece que el sabor es más potente y el recuerdo del primer plato tapa un tanto a éste.
Ahora viene uno de los platos estrella de este restaurante para mi gusto y desde luego que para el de muchos: El huevo trufado de "euskal olioa". Un plato que nada más aparecer te inunda con un aroma a trufa inconfundible. Yo creo que incluso podían ahorrar un tanto pues ponen trufa en cantidad más que notoria. Aún ahora, tres horas después, me vuelve ese sabor.
Un plato excelente, con sabor, con contundencia, con un saber hacer. De diez, sin duda. La yema del huevo con un sabor de los que no es tan sencillo encontrarte hoy en día. Romper este plato, mezclarlo todo, cerrar los ojos y sentir……
Toca ahora comer pescado. Nos dan a elegir pero nos recomiendan la lubina.
En un principio te la presentan, al verla hemos sabido que aquello no ha sido precisamente un "pezqueñin". Al comentarlo nos han dicho que ha pesado unos cinco kilos pasados......... Uffffffffffff.
Las espinas brillan por su ausencia, la ración es de las de tener en cuenta, el plato anterior ya era de llenar y ahora, que además como nos comentan la lubina está en su época, grasienta……
Acompañan al pescado unas patatas que casi diría yo que son incluso mejores que el pez en sí. Parecen patatas en salsa verde. Exquisitas. Te sacan también la cabeza del pez al centro de la mesa y la experta que me acompaña sabe sacarle partido y levanta la piel en el sitio exacto para encontrarnos con una buena porción de carne exquisita. Luego, como es un poco "pillina", coloca de nuevo la piel en su sitio y al ir a retirar el plato el camarero, nos comenta que justo aquí...... pero ya lo sabíamos. Es lo bueno de ir acompañado por buenos comedores de pescado y es lo bueno de ir a un sitio donde el pescado lo bordan.
Los postres los eliges de su carta y no penséis que es "trabajo sencillo". Apetece todo y eso que tras semejante menú lo único que te lleva a comer postre es la gula, el hambre desde luego que no.
El jefe de sala y sumiller ya nos conoce y sabe que vamos a acompañarlos con algún vinito rico y lo que hace es sacarnos los postres en base a los vinos pedidos. Eso sí, siempre solicitando nuestra aprobación. Nunca ha fallado ni en vinos dulces ni en los vinos principales así que nos dejamos guiar y no nos arrepentimos.
Un estupendo hojaldre acompañado de la correspondiente bola de helado, presentado en una ración más que generosa, la nata espectacular, no es "de bote", lo puedo asegurar.
Souflle de chocolate y de nuevo la bola de helado. La foto no nos deja ver realmente el tamaño pero de nuevo ración que te deja servido y bien servido. No soy yo de postres calientes pero en este caso la solución es más que sencilla, se añade la bola de helado y ya tenemos un postre templado.
Hoy casi hubiese preferido yo unos postres menos contundentes, con semejantes cantidades el estómago ya no aguanta lo que aguantaba hace unos años y además cenar no es comer.
Para acompañar los postres hemos bebido un par de copitas de buenos vinos. Me gusta que los restaurantes tengan buena carta de vinos de postre. Sabemos que no es una demanda muy amplia la que existe pero que nos traten así a los "cuatro antojicas" que somos, me parece de agradecer.
Como siempre, "maridamos" muy bien mi chica y yo, ella se queda con el oporto y yo me tiro de cabeza al Lauresa, un fino excelente que acompaña de manera sobresaliente sobre todo a ese hojaldre servido.
Hoy he "roto" mi tradición del café, puedo prometer y prometo que después de todo lo degustado en mi estómago no había sitio para nada más. Incluso les he pedido que no nos saquen los detalles dulces que hemos visto en otras mesas.
Otra de las cosas que me gustan de este local es que de vinos saben y saben mucho y además siempre intentan, algo que dice mucho de ellos, llevarte a un vino dentro de tus gustos pero que no te arruine el bolsillo. Llevaba yo hoy una intención pero como hago siempre, me he dejado guiar por él y como siempre, acierta.
Un vino chileno, concretamente Concha y Toro, chardonnay.
De una intensidad aromática destacable. No soy experto pero cada día disfruto más con los vinos. Recuerdos a frutas sí, otra cosa es ser capaz de acertar a cuales en concreto, yo diría que algo de piña.
Tiene una estupenda acidez sin ser exagerada ni mucho menos
Buena mineralidad y persistencia en boca, merece la pena degustarlo con ganas y con calma.
Como siempre, servido a buena temperatura y en este restaurante aprendimos que las cubiteras no siempre son necesarias, a veces "adormecen" los aromas.
Pues de nuevo salimos de este restaurante con la sensación de haber disfrutado como chiquillos, de haber recibido un trato excelente, de haber cenado y bien, por cierto y de que lo pagado es un precio muy ajustado en base al maravilloso producto y la buena mano en cocina.
Gracias por hacernos disfrutar así, sabéis que volveremos y nuestro agradecimiento por vuestra generosidad y vuestros detalles.
El precio que he puesto es el del menú gastronómico, las bebidas no van incluidas.
Con fotos mejor: http://gastiondo.blogspot.com.es/

Cena con amigos en zarate.Tomamos el menú berezi,el mismo que en el aniversario de mis padres.Cuesta 40+iva.Empezamos con un par de aperitivos,unos cacahuetes al wasabi(picantitos!)y unos berberechos sin cascara.Tambien un buen aceite y pan artesano,de varios tipos,creo que era de Saturio.,El menú comienza con jamon cortado a cuchillo(estupendo,nada de lascas ni migas, como dicen de ellos);sigue con foie con tostas de pan,pero se había acabado;nos pusieron una ensalada de bacalao y setas:lascas de bacalao,poco hechas,de gran calidad,en su punto.Luego viene a mi parecer,uno de los platos estrella:las verduras asadas con huevo:diferentes verduras asadas(hongo,berenjena,calabacin,pimiento,cebolla,trufa...)en la que insisten rompas el huevo;el lujo de lo aparentemente sencillo.El fuerte es aquí el pescado:grande y coccion bordada.Esta vez toco una lubina,grasienta y enorme:tomamos 4 raciones entre 6;luego,tomamos 2 de entrecot,bien troceadito,con pimientos asados y patatas de sarten.El postre era a elección,yo tome el pastel vasco,muy rico.Mi hijo tomo helado,4 bolas de helado artesano.Los vinos,Abel mendoza malvasía(creo que 23 eur) y casa de la concha,un vino blanco con barrica chileno que nos recomendó Roberto el sumiller.Terminamos saludando a Sergio, el sheriff del local que insistió mucho si todo había sido de nuestro agrado...POR SUPUESTO QUE SIII volveríamos al dia siguiente!(de hecho lo hicimos a la semana siguiente,pero estuvo lleno las 2 veces que lo intentamos).Bueno la factura ascendió a 325 6 personas,de cuales 2 eran chavales de 13 años,que tomaron el menú,pero no (obviamente)vino.

El restaurante Zarate se ubica en zona céntrica de Bilbao, en un local más profundo que ancho, de decoración actual. Un acertado juego de luces indirectas otorgan intimidad y crean una atmósfera propicia al disfrute de la compañía y de la experiencia gastronómica. Las sillas cómodas. Destacable aportación decorativa la de la vinoteca acristalada situada al fondo del establecimiento

Aunque la carta es variada, su oferta está centrada en los productos del mar, siendo su fuerte el pescado que a diario le traen de los cercanos puertos de Ondarroa y Lekeitio. La gran calidad de la materia prima que utiliza, junto con la depurada técnica con que los trata, convierten cualquiera de las elaboraciones en un plato sobresaliente.

Al frente de este restaurante está Sergio Ortiz de Zarate. Se formó, al igual que otros grandes cocineros vizcaínos, en la Escuela de Hostelería de Leioa. Realizó stages y trabajos en varios restaurantes hasta que consiguió establecerse por su cuenta. El primer Zarate estaba ubicado en la costera ciudad de Lekeitio, hasta que decidió trasladarse a la capital vizcaína.

Menú seleccionado por Sergio y Óscar

Jamón ibérico de bellota cortado a cuchillo. Lo estaban cortando mientras nos acomodábamos. Buen producto y buen corte, sin misterios, pero siempre bienvenido.

Bonito marinado, acompañado de salsa de aguacate, wasabi y piparras. Excelente producto, con un marinado justo para que no lo enmascare en exceso. La salsa que acompañaba, muy ligera y suave, apta para todo tipo de paladares.

Huevo “Euskal Oiloa” trufado sobre puré de patata y coliflor, jamón crujiente, picatostes y aceite de oliva Castillo de Canena. El huevo estaba frito, pero poco, sin las deseadas puntillas, con abundantes láminas de trufa negra, una ligera picada de jamón y pequeños picatostes fritos. Combinación clásica, sin sorpresas, pero combinación ganadora y de ejecución inmejorable. Un vicio de plato.

Rodaballo salvaje asado con refrito y patata panadera. Según nos indicó el propio Sergio, lo cocinan primero marcándolo a la plancha, para finalizar su cocción al horno. Nos presentó entero el más pequeño de los cocinados, de algo más de 1.6 kg. de peso. Un par más que sobrepasaban los 2 kg. esperaban en la cocina su turno a ser emplatados. Una materia prima excelsa, sobresaliente, muy fresca. Cocinado magistralmente, lo justo para que el pescado exprese realmente lo que dá de sí. Piel crujiente, carne prieta, textura, sabor… El mejor Rodaballo de mi vida.

In memóriam, perdurará en nuestra memória, en el recuerdo durante años este rodaballo del Zarate.

De postre varias opciones, por probar algo nuevo para mí, me decanté por pastel vasco calentito. Un pastel de masa ligeramente bizcochada que se sirvió tibio, relleno de crema pastelera y acompañado de una bola de helado. Me gustó sin entusiasmarme.

Con los cafés unos Petit Fours consistentes en unos rosetones a modo de teja de caramelo y unos pequeños y suaves bizcochitos.

Los vinos que acompañaron a la cena no fueron especialmente destacables, mejor el blanco que el tinto:

Balduina 2010 D.O. Navarra. Un monovarietal de chardonnay navarro que Castillo de Monjardín embotella para Petra Mora. Fresco, con presencia de suaves notas tostadas, junto con tenues aromas cítricos. Corto en boca.

De Luis R Crianza 2010 D.O. Rioja. Un sencillo tempranillo de la Rioja Alavesa de corte clásico, aromas a maderas finas y taninos pulidos.

Después de visitar Zarate pensé que si esto era la muestra de lo que estaba por llegar, el compañero Óscar4435 iba a triunfar como organizador de eventos gastronómicos en Bilbao. Vaya, ¡para sacarlo por la puerta grande!.

Si os apetece ver las fotos: http://www.vinowine.es/restaurantes/rodaballo-memorable-en-zarate.html

Este comentario se encuadra en la serie iniciada por Antoni Alicante, Fer B. y GM, referente a algunos de los actos de la III quedada de la Peña Los Restauranteros que tuvo lugar en Bilbao, y cuya organización corrió a cargo del amigo Oscar.

Cuando te reúnes con buenos amigos alrededor de una mesa ampliamente provista de buenos manjares, el buen ambiente está asegurado, ya es la tercera quedada y el grado de confianza, complicidad y buen rollo se supera en cada ocasión.

Comentar un restaurante en Verema, después de haberlo hecho unos pesos pesados como los antedichos, conocidos todos ellos aparte de por su buen apetito, por su excelente prosa y por su no menos excelente paladar y criterio gastronómico, es ardua tarea. Así que espero seáis benevolentes conmigo, y si por casualidad, cualquiera de mis apreciaciones se parece descaradamente a algunas de las precedentes, no lo consideréis como un plagio, sino más bien como un homenaje a mis queridos y admirados compañeros y amigos.

Así que os cuento:

  • Para irnos ambientando nos sirvieron unos Platos de jamón ibérico cortado a cuchillo. Un poquito de buen jamón, es algo que nunca viene mal.

  • Y empieza la cosa en serio, Tataki de bonito acompañado de crema de wasabi, aguacates y piparras. Una suave crema de wasabi, acompañada de piparras que añadían un toque vasco al plato nipón.

  • No fue el amigo Fernando, el único que esa noche se enamoró de un plato. Si en su caso retomó antiguos amoríos con el rodaballo, yo enloquecí con los Huevos de caserío con trufa sobre lecho de parmentier de coliflor. Conocida de todos es mi afición por los huevos, desde crudos haciendo un agujerito en la cáscara y sorbiendo el interior, hasta fritos o en tortilla de cualquier cosa, pero cocinados a baja temperatura, regados de aceite trufado y acompañados de finas láminas de trufa, no tienen parangón. Desde esa noche vago como alma en pena buscando a la gallina que lo parió.
    Dígame Sr. Granjero
    Esa gallina, ¿cuál es?
    Esa que puso los huevos
    Que en Zárate cené ayer
    Me gustaría cortejarla
    Con el permiso de usted
    Dígame Sr. Granjero
    Esa gallina, ¿cuál es?

  • Que tanto en el aspecto gastronómico, como en otros aspectos de la vida, el amigo Fernando es persona de buen gusto, no lo duda nadie. Así que ratifico todos y cada uno de los elogios que del bicho en cuestión nos relata en su comentario sobre el Rodaballo . Que una vez Emplatado, nos ofrecía esta apetitosa estampa.

    Y llegaron los postres:


  • Varias opciones nos dieron a elegir a cual más tentadora, me decanté por el Pastel Vasco. Con una bola de helado que ponía el contrapunto frío al Bizcocho de crema caliente.

    Para beber:


  • Para el tema de bebercio, me remito a los comentarios anteriores.

    Una velada de disfrute total que empezó pasando por algunos bares de camino al restaurante, y terminó tomando GT’s en una original abadía ya de vuelta al hotel.



    Especial reconocimiento a la labor de Oscar que lo ha bordao.



  • Acto inaugural del atractivo programa preparado por Óscar para el Encuentro Otoñal 2013 de La Peña Gastronómica Los Restauranteros.

    Esto es lo que se dice comenzar a lo grande.

    El restaurante está en Poza, por lo que nos permitimos la licencia de tomarnos unos potes previamente por la zona…

    Un local de engañosa sobriedad, de aire elegante y sofisticado. Presencia de tonos oscuros contrastando con algún rojo y marrón. La acertada iluminación, intimista, hace que los oscuros sean más oscuros y los rojos más rojos. Combina piedra con materiales modernos.

    Atmósfera cool.

    Nos acomodaron en una mesa al fondo de la sala principal (entrando a la derecha tiene un bonito reservado) que parecía presidida por una preciosa bodega acristalada.

    El menú que nos había seleccionado Óscar era “sencillo a la par que elegante”, una muestra de esta cocina tradicional vasca actualizada que preconiza y defiende con éxito Sergio Ortiz de Zárate, cocinero y propietario del negocio.

    Plato de jamón ibérico cortado a cuchillo. Buen jamón, bien cortado.

    Tataki de bonito acompañado de crema de wasabi, aguacates y piparras. Me encantó esta sorpresita (no estaba en lo pactado por Óscar) con la que nos agasajaron. ¿Qué hay más norteño que el bonito? Pues trabajaron ese elemento con el toque de actualidad que comentaba… ¿Cómo? Marinándolo mínimamente y acompañándolo de una suave salsa de wasabi. Sí señor.

    Huevos de caserío con trufa sobre lecho de parmentier de coliflor. Estupendos. Este plato me sorprende menos, lo tengo muy visto, pero indudable la calidad del huevo y la bárbara potencia aromática de la trufa.

    Rodaballo salvaje. Aquí tenemos que hacer un alto. Era salvaje… y estaba salvaje. Insuperable. Mira que habré comido yo rodaballos, pero como éste… ¡Ufffff! Este pescado, como lo prepares mal, puede resultar un fiasco, nada agradable. Pero… ¡ay amigo si cae en las manos de Ortiz de Zárate! Pues resulta lo que resultó: un prodigio de textura (carne prieta pero rabiosamente jugosa, con contenido punto graso –ahí está uno de los secretos, contener pero no matar la grasa- y suave al paladar), de sabor, de presencia… Arrancó los piripos de todos los allí presentes. Unanimidad. Fue el plato del Encuentro. Y aún dijo Sergio que podía estar mejor! Se trataba de piezas de 2 kilos aprox, y comentó que cuando pilla una de 4 kilos...

    Pastel vasco. Mantecoso, cremoso, con la masa abizcochada. Rrrrico.

    Para beber, dos "2010" correctos sin más, uno blanco y uno tinto: el blanco, navarro, Castillo de Monjardín Balduina; y el tinto, riojano, De Luis R Crianza. No fue lo mejor de la cena, pero tampoco la estropearon. Servido en buenas copas, sin más mimos.

    Servicio profesional, cercano y amable. Salió a saludar y a conversar un rato con nosotros el protagonista, Sergio, detalle que agradecimos sobremanera.

    Enhorabuena Óscar por la elección del lugar y del menú: nos proporcionó una deliciosa visión de la honesta y buena cocina bilbaina pero con comedimiento y ligereza -que era la intención- pues no se trataba sino del primer acto… Y había que llegar al último.

    Cookies en verema.com

    Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

    Aceptar