Poco mas puedo decir de Sergio, su equipo y su local, he estado con familia, con amigos de los que llamamos del pueblo, con la peña de restauranteros y solo me quedaba la cuadrilla de toda la vida, así que hay va mi ultimo comentario.
Desde aquí dar las gracias a todo el equipo por la paciencia y es que ya sabemos como son estas reuniones, llegamos tarde, había que tomar unos txalolises, mesa perfectamente preparada y menú ya cerrado.
Aperitivo, un siempre bienvenido vasito de elaboración caliente y una croqueta.
Jamoncito iberico de bellota, mu bueno.
Verduras asadas en jugo de jamón con papada de cerdo ibérico, sabrosas.
Hongos asados con huevo cocinado a baja temperatura, enunciado mágico que si esta hecho con tino y con el sazonamiento justo, nunca falla, léase este caso.
Pescado salvaje o entrecot de vaca vieja, la gente que comió carne salia encantada y los que comimos la lubina más, en su punto, magnifica.
De postres, nos dio a elegir de la carta, graso error, entre tantos fue un lió, para ellos sobre todo, la próxima tarta pa todos, una característica de los caseros postres del zarate es que gustan y saben a perfecto remate gastronomico, no te quedas con el mal gusto que muchas veces remata una buena comida.
Para beber un verdejito y rico y crianza de luis R, que siempre acompaña muy bien, aunque yo le di mas al verdejo.
Resumiendo, como en casa, paciente y buen servicio y muy buena materia prima, nunca falla, lo recomiendo y siempre me felicitan, gracias por todo.