Cena para 3 amigos con hambre y con ganas de probar el concepto que ofrece este local, por cierto muy agradable, bien decorado y que transmite muy buenas sensaciones, aparte del trato tan agradable y profesional del personal de servicio.

No entraré en mas detalles de decoración y trato que nos gustaron mucho, vamos al lío:

Pedimos para compartir:

- Burrata con mojama: excelente plato , frescura para empezar , muy buena la burrata.
- Steak tartar: perfecto, estaba delicioso, la unica pega que se acabó muy pronto.
- Pulpo a la brasda: otro plato que si el producto es bueno como es el caso, no falla.
- Croquetas de jamón ibérico: buen tamaño, mejor sabor, estupendas.
- Mini hamburguesas: la carne estaba esplendida, sabor y sabor, me encantó la mini.
- Carrileras ibércias: como somos unos bestias pues para acabarnos el tinto pedimos las estupendas carrilleras, producto, tiernas, se deshacían en la boca.

Para beber fuimos a la tienda y elegimos para que luego nos cobrasen el descorche a 6 euros, precios de tienda mas descorche, perfecto, buen coperio.

Elegimos:

- Manuel Manzaneque chardonnat fermentado barrica 9 meses 2012: gran chardonnay fermentado.
- Dehesa gago Toro como tinto.

No pedimos postres, estabamos mas que satisfechos.

Muy recomendable, calidad y producto su bandera.

No soy asiduo a este Restaurante pero cuando lo visito siempre suelo disfrutar y sobre todo sentirme cómodo en ese ambiente rodeado de vinos, de buenos productos y que recuerda las mantequerías de antaño. Buena separación de mesas, muy buen servicio y pan, detalles como las aceitunas y las patatas chip caseras y en general un ambiente muy agradable que resulta aún más acogedor y relajante si vienes de la "mascletá".
Plato de delicias de Teruel, tosta de sardina ahumada y un bacalao confitado resultan más que suficientes si además abusas un poco del buen pan y aceite. Todo con buena presentación y en raciones adecuadas.
Servicio de vinos por copas adecuado para la oferta y buena carta de vinos que además puedes adquirir a precios de tienda.
En resumen, satisfactoria experiencia una vez más, con ese componente de antaño bien combinado con modernidad. Además un lujo como tienda delicatessen.

Coloniales Huerta es un establecimiento emblemático en valencia que manteniendo la tienda de delicatessen que venía albergando ofrece tapas de mucho nivel, con excelente producto y un toque -el justo- de creatividad... Decoración desenfadada y funcional en el entorno -muy bonito- de la antigua tienda. Tomamos el "menú" (25 € con postre) que ofrece una atractiva selección de postres y por deferencia a nuestros invitados añadimos un riquísimo platito de jamón ibérico. De aperitivo aceitunas y una patatas chip "caseras", tomamos foie de pato, tartar de bacalao (con el toque local de la naranaja con elemento refrescante y de contraste), unos excelentes croquetones de cocido, jugosísimas carrilleras, unos brioches de rabo de toro que fueron para mi el plato estrella de la zona... y de postre una panna cotta de cafe. Buen coperio. Carta de vinos cortita pero con gusto y a buenos precios. Servicio joven, muy bien preparado y atento. en fin, disfrute a precio más que razonable... Por cierto, tomamos un Alcusses por eso de daer a conocer el género local...

Aunque por el título parezca un comentario de tenis, quiero adelantar que valoro la buena cocina percibida y el servicio que nos han dispensado, desenfadado pero amable, más que correcto. He visto otros comentarios en sentido diferente en cuanto a esto último pero bueno, supongo que cada uno contamos como nos ha ido y que a veces en esto hay días. En mi caso, hoy ha sido como lo relato.
Comida preconcertada para tres amigos,con menú de 15€ con entrantes, dos platos de segundo, una copa de vino postre y café. Sobre esa propuesta, cambiamos algunas cosas. Entrantes: una tabla de ibéricos, correcta y una burrata con mojama(mejor nos pusieron tres anchoas muy buenas) pesto y tartar de tomate. Plato fresco y bien combinado de sabores. Como segundos, unas caballas rebozadas MUY BUENAS, y, aquí la primera variación, ya que el menú llevaba un arroz meloso de alcachofas y presa ibérica el cual pedimos (en la reserva) si podía sustituirse por el plato que fue emblema muchos años de la mamá de Miriam de Andrés, cocinera y gerente del local: arroz en fesols y naps. Y eso es lo que hemos comido; plato excelso donde los haya y ración más que abundante. Como postre una ración de quesos diversos con membrillo y cortado y dos carajillos.
En cuanto al vino, tomamos Finca Resalso (9,70) y Dominio de Tares Cepas Viejas (14,60) Al precio del vino, que es el que tienen como tienda, hay que añadir 6€ por descorche, precio más que razonable cuando, aun contando con el margen de tienda, no llega a triplicar el de bodega como ocurre en muchos sitios.
El servicio del vino, siendo una tienda gourmet es el perfecto para mí:mostrar la botella, abrirla, decantar un poco en copa aparte que prueba el que sirve; luego dar a probar al comensal, verificar que todo es correcto (temperatura y estado del vino) dejar la botella en la mesa, desaparecer y dejar que los comensales se sirvan cuando y cuanto deseen.
El lugar creo que ya se ha descrito y por eso no abundo en ello: tienda de "coloniales" donde comes rodeado de vinos y más que en un restaurante al uso, te sientes en un lugar donde se aprecia la gastronomía.
No era la primera vez que iba, aunque sí la que me he sentido mejor, he apreciado una evolución a mejor en todo, y desde luego que volveré.

Coloniales Huerta me parece actualmente uno de los mejores restaurantes de Valencia, sobre todo considerando la excelente relación calidad- precio, los productos gourmet utilizados y el exquisito cuidado de los detalles (se nota el sello del grupo La Sucursal). Me encanta la atmosfera que han conseguido en el local, donde compartes mesa con los productos gourmet y las botellas de vino.
Fuimos el domingo, después del maratón de Valencia, un grupo de 11 adultos (2 de ellos habían corrido…) y 5 niños a comer a Coloniales Huerta.

Desde la entrada el servicio estuvo muy atento, tanto con los mayores como con los pequeños. En primer lugar nos tomamos de pie una copa de vino de Manuel Manzaneque tempranillo y cabernet 2013 acompañado con fuet con pa amb tomaca, papas especiadas y aceitunas negras.

A la hora de comer nos juntaron dos mesas de mármol preciosas.
Para los niños pedimos dos mini hamburguesas con chips de patata y croquetas de jamón, que probé de mi hija y me encantaron, con cheesecake y mousse de chocolate con avellanas de postre. Todo ello con bebida costó 7 €/niño.

Para los adultos elegimos un menú a la carta con 4 entrantes a compartir, un plato principal y postre.

Los entrantes eran steak tartar, croquetas de jamón ibérico, burrata con tartar de tomate y ensaladilla moscovita. Destacaría la originalidad (por la burrata, la ensaladilla moskovita...) y la innovación, sin dejar de lado la tradición ....

El principal era un arroz meloso de presa ibérica con alcachofas que tenía mucho sabor y era ligero... los del maratón repetimos porque nos dejaron las cazuelas en la mesa.

El postre era un combinado de tarros de yogur con tiramisu, cheesecake y panacotta de café, a cada cual más bueno!!!

Para beber pedimos 3 botellas de vino Ostatu servidos en buenas copas y agua.
Se nota la calidad del producto y la cuidada elaboración. El precio muy ajustado para lo bien que comimos. 27€
A la hora de salir no pudimos resistirnos a comprar…

Volveremos pronto!!!

Parece que te están haciendo un favor cuando entras. Tuvimos qué pedir que nos atendieran al entrar después de estar un rato haciendo tiempo mirando los vinos. Sólo había dos mesas ocupadas, o sea que por exceso de trabajo no era, así que ya empiezo diciendo que el servicio dejó muchísimo que desear.
El vino fue lo mejor que tomamos, un Ribera del Duero Matarromera Crianza del 2010.
Carta muy justita con poca variedad.
Pedimos un pulpo a la brasa que a mi parecer era una tomadura de pelo, pues era una tarrinita de barro con puré de patata con siete rodajitas tipo carpaccio del tamaño de una chapa de cerveza. De sabor estaba muy normalito Nos costó ocho euros.
También pedimos coca de calabacín, sobrasada y berenjena. Estaba muy buena pero no era más que una pizza.
El figatell de rabo de toro no nos gustó. Era una bola de carne con un sabor no muy agradable y bastante pastosa.
Por último nos pedimos el huevo por estrellar sobre patata caramelizada, etc, que no era más que unas seis patatas panadera con un huevo escalfado por encima y un trocito de chistorra. No sabía absolutamente a nada. Eso sí, como éramos dos tuvieron el detalle de servirlo en dos platos individuales.
Estos cuatro platos y la botella de vino 73,60€
Como lugar, decente, aunque los manteles y servilletas son de papel.

Me comentaron que era de los de La Sucursal y fuimos, el sitio es lo que era la estupenda Charcuteria Tomas Huerta una joya pero la crisis lo tumbo , ponen desde 1916 y abrieron hace 1 año o 2 pero no mas (esto es engañar) , me gusto la decoracion mucho , el trato frio y distante como haciendo un favor para sentarte , la mesa pequeña , buenas copas para el vino , mantel de papel.
Croquetas correctas , carpaccio bueno ,cocas correctas , postre apetecible y pacharan rico Baines no falla. El Gin tonic sobrevalorado y con demasiada historieta de hierbas (que mania).
Pero.....37 Eur. persona , platos escasos.
En fin muy antipaticos , cocina simplemente correcta escasa y precio caro aun asi el sitio es muy bonito.

La verdad, esperaba no sólo más, mucho más, después de leer las opiniones y además después de ver el envoltorio (local)... pero no. Mesa pequeña, muy pequña, servicio normalito, producto normal (no está mal pero tampoco es para tirar cohetes), y el precio, sin ser excesivo, es más alto de lo debido para el producto ofrecido. En resumen que buenas y bonitas formas pero sin rematar.

pues eso,ganancia de pescadores.encontre una oferta en una web de descuentos y decidimos probar.fuimos a comer y esto era el menu:entrantes para compartir,carpaccio de presa ahumada con laminas de parmesano vinagreta de miel y frutos secos:bueno,coca de jamon queso y calabacin ,cuatro trozos como una pizza:bueno,nuggets de berengena,como los palitos de merluza, cuadrados nada aceitosos y con una salsita fina eran ocho total:buenos y originales.primer plato un crep de setas ya doblado como una empanadilla cuadrada y muy grande con una salsa de pimientos rojos:bueno,segundo,una carrillera enorme de iberico salsa reducida y milhojas de patata y bacon,muy tirna y buena,mi esposa se dejo la mitad estabamos algo llenos,postre en vasos de yogurt una tarta de queso con frutas del bosque,deconstruida,estaba buena pero estas navidades la habiamos tomado y yo les dije que me cambiaran el postre y sin problema me pusieron en vasito de yogurt una mousse de chocolate con praline y un tubo enrollado de varios chocolates,bueno.el vino que tomamos fue pago de los balagueses crinza del 2009 sirah,12'90 el descorche eran 4E pero como en el menu entraban dos copas de vino pues nos lo descontaron,nos pusieron tambien como detalle unas papas con hierbas y unas aceitnas negras muy buenas.no tomamos cafe,yo pedi para el postre una copa (copon)de moscatel de enrique mendoza,2'60 me olvidaba mi postre como llegue a probarlo el otro que me pusieron no lo cobraron.salio la hija de lola salvador y estuvo hablando con nosotros y nos regalo dos tarritos de mermelada de las muchas que hace su madre(alma mater del "holding" creado por sus hijos,la sucursal,vertical,este y el nuevo que han abierto por san marcelino)en ademuz,donde esta retirada y rejuveneciendose.el trato muy bueno y profesional,eramos tres mesas total.para volver.

Fuimos la otra noche, ya era tarde pero habíamos hecho reserva, parece el principio de una novela! Cenamoos genial!! menos las ensaladas que menten en el taper que parece para llevarte horchata a casa, todo lo demás está riquísimo!! el servicio atento aunque muy muy serio...parecen enfadados o muy metidos en el papel..El pan con aceite muy rico, el vino sugerido muy bueno. La cuenta final tampoco estuvo mal!