Restaurante Estanyó en Denia
Restaurante Estanyó
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
29,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
38 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
7.9
Precio medio entorno ENTORNO
7.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.6
Arroz negro
Hueva de sepia
Navajas
Opiniones de Estanyó
OPINIONES
5

A lo largo de la extensa playa de Denia hay docenas de locales, con su oferta de arroces y tapas. Pocas sorpresas entre ellos. Sin incluir, obviamente, a Quique Dacosta. Pero entre estos numerosos locales, la cocina del Estanyó destaca por profesionalidad, innovación y presentación. El local es serio, sin decoración alguna. Apenas unos sillones de chill out a la entrada, y un cómodo parking. Pero la oferta gastronómica de su carta es importante. Una carta de arroces y fideuás de categoría, guisos marineros (llandeta, caldereta..), 4 ó 5 pescados, 3 ó 4 carnes, y una carta muy amplia de tapas y mariscos de entrada.

Esa noche éramos un grupo de ocho. Conseguimos ponernos de acuerdo en pedir, para toda la mesa, el Menú de tapas noche: 1) Ensaladilla de pescado, gambita y salmón ahumado. (rica, recordaba a una brandada) 2) Fritura de pescado variado (bien frito. Acedias, salmonetes...algo corto para 8) 3) Chipirones plancha con su tinta 4) Corvina plancha con berenjena en tempura 5) Presa ibérica, huevo poche, champiñon y daditos de jamón. (buen punto. Faltaba yema de huevo y daditos de jamón..) Postre:sorbete de limón al cava. Trufas artesanales. Precio por persona 25 euros. Lo tomamos con cervezas, tintos de verano, y dos botellas de un excelente crianza del Marqués de Legarda a 17 razonables euros.

 

Recién acabadas las fiestas populares de la localidad apetecía comer bien, sano, rico... ¡Qué mal se come en fiestas, por Dios! A deshoras, poco (o mucho), repetitivo... Nos dirigimos al Estanyó (o Estañó) y decidimos regalarnos una buena cena de producto.

Me evito cansar otra vez con la descripción del local y su sorprendente evolución en los últimos diez años. Emplazo a quien le interese a la lectura de mis anteriores valoraciones. Por cierto, me extraña que no se haya sumado ningún forero a contarnos su experiencia allí. Me consta que algunos lo han visitado y quedaron muy satisfechos pero la verdad es que andan bastante perezosos últimamente.

Tomamos:

- Almejas a la plancha: Lle garon de rebote pues no les quedaban berberechos. Bendita casualidad. Una docena de hermosísimas almejas (quizás más) de calibre XXL perfectamente limpias (¡Qué rabia me da encontrar arenilla en los moluscos!) y cocinadas magistralmente. Jamás había disfrutado tanto con un molusco, al menos que yo recuerde.

- Diez gambas rojas medianas a la plancha (25,00 €): Así rezaba la carta y así fue. El precio me parece imbatible y más si siempre se ofrecen a este mismo precio teniendo en cuenta las oscilaciones brutales que sufre el marisco según el volumen de captura y la temporada. Calibre medio, sí, pero tirando a grande. Punto perfecto de cocción. Éxtasis.

- Mero a la sal: Se nos ofreció llobarro salvaje (lubina), que ya habíamos probado en otras ocasiones, besugo y el susodicho mero. Optamos por el último (44 €/Kg). El bicho pesó poco más de 1,100 gr. Se desperdicia mucho más que en la lubina dado el volumen considerable de su cabeza. Quedaron dos raciones no excesivas. Pero el sabor excelente. Se sirve junto a unas verduritas asadas (al centro) y aceite Masía el Altet. Delicioso.

- Tarta de galletas (la clásica, la de los cumples de universitarios, jeje: Rica) y otro postre que no recuerdo de corte bastante más moderno y con el chocolate también como protagonista.

Bebimos una caña y una botellita de Bolo yo solito y un par de refrescos y aguas para mi acompañante (que es abstemio). Me parece una buena RCP.

Estuvimos de lujo en una mesita que mira directamente al mar. Mención super especial para el servicio. Simpático, que también importa, pero, sobretodo, eficaz, raudo y veloz, teniendo en cuenta que en cada servicio se pueden atender a unas 150 personas aproximadamente. Esto marcha. Enhorabuena a los propietarios.

José y su mujer siguen en la misma línea de progresión de los últimos años y han logrado fidelizar la clientela y doblar mesas incluso en estos fines de semana de "temporada baja". Todo ello teniendo en cuenta que estamos hablando de unos salones con capacidad para más de 70 comensales, calculo yo. Los comedores, el jardín chillout de la entrada, la zona de barra... con los años se ha montado un pedazo de restaurante allí donde hace poco solo había un restaurante de playa. Loable. Tales avances han ido parejos a mejoras como las cartas impresas, las sugerencias fuera de ella, una buena oferta de vinos, un servicio eficaz y experimentado... Un negocio como debe de ser llevado, sin excentricidades pero con inquietud constante.

Domingo soleado para una comida entrañable con un amigo. El parking abarrotado nos prepara para aquello que encontramos dentro, mesas que ya se levantan (son casi las 15:30) y gente que espera en la barra para ser acomodada. Pero todo ello sin agobios ni dar la sensación de prisas y de querer "exprimir la gallina de los huevos de oro". La carta más completa aún: ahora varios pescados salvajes: gallo de san pedro, sargo, escorpa, lubina... Habrá que probar.

- Navajas (4 a 1,90 la unidad): enormes de tamaño y de sabor. Una preparación perfecta, en plancha pero sin pasarse ni un ápice, igual de tiernas en su interior como en la cobertura (aquello que se reserca en tantos otros lugares, o aquí mismo hace unos años). Chapeau!

- Hueva de sepia (6 unidades: 8 €): quien no las haya probado que no deje de hacerlo. Se trata, EMHO, de un manjar. Nuevamente un punto acertadísimo y una presentación espcetacular con "lágrima" de allioli "normal" y otras pinceladas de un allioli negro espectacular en cuanto al sabor y al efecto visula. Nivelazo.

- Arroz negro: Servido en la paella al centro de la mesa atendiendo nuestra petición: soberbio en cuanto a fondo, grosor de la capa de arroz y punto del mismo. Ración abundante (casi da para tres tragones).

Hemos pedido una fanta, un sauvignon blanc muy económico (Vega deo = 10 €) y dos cafés. La carta de vinos contempla gran variedad de espumosos y blancos. Tintos también haylos. Son referencias "de rotación" pero se agradece no ceñirse a 7 u 8 únicamente como otros restaurantes del estilo. Copas Ok y servicio en cubitera.

El único pero que no me gsuatría que a nadie le sorprendiese (a mi no me molesta) es la proximidad entre mesas. Uno se puede levantar y sentarse cómodamente, entiéndanme, pero tal vez haya quien se sienta molesto cuando la mesa y especialmente la conversación carece de intimidad.

Para mi, muy muy recomendable en comidas y cenas por la zona.

  • Arroz negro

    Arroz negro

  • Hueva de sepia

    Hueva de sepia

  • Navajas

    Navajas

Aquello que comenté hace unos años en el anterior post, ese encanto especial que, para algunos, tenía este local, aquel estilo peculiar medio chiringuito / medio restaurante, ha ido poco a poco desapareciendo y hoy podemos afirmar que estamos frente un restaurante “al uso”. La reforma de la que hablaba en mi anterior valoración que se inició en el comedor interior se ha extendido a la amplia terraza donde se sirven comidas y a la terraza de acceso al restaurante habilitada como zona “lounge” que se supone que todo restaurante preciado ahora debe tener. En conjunto, esa reforma, junto a la de los servicios, ha hecho ganar muchos enteros al local en sí. Mesas todas ellas vestidas con mantel y cubremantel, mobiliario elegante y cómodo, iluminación correcta… completan un buen entorno al que cabe añadir las bonitas vistas del mar que se contemplan desde la terraza.

Comida a medio día para tres comensales. Cervezas previas (bien tiradas) mientras ojeamos la carta para elegir las entradas. Previamente, al realizar la reserva telefónica, ya hemos comentado que tomaremos arroz con bogavante. Hemos pedido:

- Pulpo seco: Trozos de tamaño considerable (a diferencia de lo que sirven en otros locales) con buen punto de sal y “dureza”.

- Pescadito frito: De tamaño apropiado y frescura notable. No sé decir exactamente de qué especie se trataba (¿bacaladilla? ¿pescadilla?), disculpen mi ignorancia, pero, aún siendo de tamaño mediano, se comía enterito de cabeza a cola.

- El nombrado arroz caldoso de bogavante. Se sirve en caldero de hiero: excelente. Muy buen fondo, tropezones de sepia y gambita, punto exacto del arroz que para nada se pasó a medida que pasaba el tiempo (se tarda bastante en acabarse la ración generosa que se echa al caldero). Bogavante sin escatimar.

La carta de vinos también ha sufrido modificaciones y ahora se detalla junto a cada referencia la bodega, la variedad de uva y la DO. Buena muestra de cavas y blancos, champagnes habituales, rosados y tintos suficientes. Tomamos un Vegadeo Sauvignon Blanc (Rueda) servido a excelente temperatura en compañía de cubitera.

Reserva telefónica indispensable en fines de semana a partir de la primavera.

Local peculiar por muchas razones:

Su ubicación: a escasos metros del mar, en la "caótica" playa de l'estanyó (Les Marines).

Su estilo: cosmopolita, camaleónico, diverso... Hay de todo entre la clientela: pescadores de la zona tomando un vermú, guiris descamisados degustando sus arroces, "gente de capi" con sus cochazos a pasar el día, celebraciones familiares de la gente de la zona... ¿Conclusión? Gusta a todos. Algo bien harán.

La comida es más que aceptable basandose en las tapas de pescado y arroces típicos de la zona, pero abriendo las puertas a nuevas prouestas: fideuá de pato y foie, platos de carne (pato, solomillo...).

Servicio del vino regular: carta escasa (algunas referencias no aparecen en ésta), copas mejorables... Los blancos, eso sí, salen a buenísima temperatura y en cubitera.

El local ha sido reformado y con buen gusto: iluminación adecuada, mobiliario más cómodo, mantelería nueva... Da gusto.

En definitiva: un lugar variopinto en el que puedes encontrar de todo (ojo con la hora de comer los findes del verano - ¡Dos o icluso tres turnos en algunas mesas!) pero que conviene probar antes de juzgar.

Precio y fecha son estimados pues he estado decenas de veces, aunque no he ido desde el verano pasado (ya toca).

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