Restaurante La Cabaña de la Finca Buenavista en El Palmar (Murcia)
Restaurante La Cabaña de la Finca Buenavista
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
60,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Los fines de semana
Nota de cata PRECIO MEDIO:
85 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
9.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.9
Comida COMIDA
9.5
Precio medio entorno ENTORNO
9.5
RCP CALIDAD-PRECIO
8.8
La orquidea
Alubias negras con marisco.
Ensalada mixta.
piruletas
joyas
Opiniones de La Cabaña de la Finca Buenavista
OPINIONES
14

Comida para dos personas, planificada con poca antelación (4 dias) y que cada vez me iba apeteciendo mas tras leer mas comentarios y sobre todo ver que no abren los fines de semana por estar dedicados a los eventos. Es decir que si no se llegan a dar las circunstancias que se dieron, difícil era que un viernes al mediodía yo me encontrara allí.
Llegamos muy pronto, antes de las 14:00 y ya le entrada al complejo promete. La entrada al comedor sorprende aun mas. Es una cabaña africana que me transportó a un lodge de Kenia. No falta detalle ni siquiera en el cuarto de baño.
En poco tiempo vinieron a ofrecernos la posibilidad de carta o menú y cual es mi “primera “ sorpresa cuando el sumiller-jefe de sala me resulta familiar… se lo comento y tras decirme que lleva solo unos meses allí, me comenta que viene de La Pitanza.. eureka ¡¡¡ el mismísimo Joan Belda. En ese momento decidimos ponernos en sus manos tanto para la comida como la bebida, solo advirtiendo que queríamos el menú mas reducido ya que luego había que conducir.
Antes de seguir con la comida, decir que lo menos bueno de todo fue el servicio. Poco avezado y atento para ser un local con una estrella Michelin. Detalles “de bar de menú”, retirando platos atropelladamente, apilándolos y preguntando si habíamos terminado.. Asimismo rechazamos una bebida de aperitivo comentando que pasaríamos al vino pero la realidad fue que llegó el primer aperitivo teniendo solamente agua en la mesa y sin haber pedido nada de nada. Es verdad, también, decir que en cuanto Joan se puso con nuestra mesa, no falto de nada…
Y voy al menú..
Aperitivos:
• Picinic en la Cala del Pino “La Manga”. Espectacular primera puesta en escena en una copa gigante simulando una playa de arena con sus caracolas y conchas y en medio un corte de Bloody Mary y un mejillón con verduras en escabeche. Sinceramente me impactó visualmente pero la cosa no había hecho mas que empezar. Los bocados ricos aunque tampoco memorables
• Pescando en el Polo: Supera el plato anterior. Base que simula un lago helado con su agujero en el hielo y clavada una mini caña de pesca, con su carrete, anzuelo, etc con su presa: Salmon con soja y cebolla con wasabi y sake. Bocaditos excelentes y yo aun seguía con la boca abierta por la espectacularidad de la visual de los platos. Y cuando ya parecía imposible superar esto aparece el tercer aperitivo:
• La nevera: una mininevera que al abrir esta echando humo simulando el frio y donde en 3 vasares reposa los siguiente:
o Caviar de mojama: espectacular: en su cajita preparada ad hoc. Todo en miniatura
o Mini cuenco de migas: buenas
o Mini bocadillo de calamares envuelto en un simil de papel de aluminio que te avisan que es comestible: delicioso
o Burrito de verduras: bueno pero lo mas flojito por “normal”
o Endivia roja con queso Murcia al vino. Delicioso
o Y una minicajita de pizza como las que nos entregan los telepizzeros pero de tamaños 5x5 cm con dos mini pizzas de finísima masa una de queso y otra de queso y jamon. Y la cajita decorada con el logo de la Finca y La Cabaña. Sin palabras.
• Y llega el aperitivo caliente: Farolillo de yema de codorniz con parmesano y carbonara. Llega a la mesa con su fuego para terminarlo al gusto. Riquisimo
Yo ya casi que no podía mas pero ahora venían los platos:
- Ensalada de bogavante con chipirones y habas tiernas: rico
- Verduras salteadas sobre pil pil de bacalao . En mi opinion lo mas flojo. Insulso pil pil que se salvo por el punto de las verduras
- Dumpling: 3 tipos: uno de setas, otro de carrillera (el mejor) y otro que no recuerdo. Bueno en su conjunto
- Pichon asado con crema de cardo, borraja y acelga amarilla y trigo. De nuevo sorpendente presentación dentro de una roca que se abre como una geoda. El plato muy muy bueno.

Ya había poco sitio para postres pero fueron dos:
- Crema de caqui con fruta de temporada. Refrescante
- Piña colada: bien
Con los cafes, que nos dejaron carta, vienen unos petit fours en un armario con 4 pisos que no era el de El Bulli pero poco tenia que envidiar.

Dejo para el final el excelente maridaje que nos hizo Joan:
• Colet Navazos 2006
• Andlau Riesling 2011 Alsace
• Cuvee Saint vicent 2010 Bourgogne
• Wild 2009
• Portu 2009
• Dr.Loosen Riesling Spatlese 2009.Mosel
• Garnacha de hielo: Calatayud

De cine el conjunto¡¡¡

Acabamos con unos GT’s de Schweppes con Martin Millers y Tanqueray a los que fuimos invitados.
Estuvimos hablando con el chef Pablo Gonzalez y le felicitamos por su buen hacer. Fue una comida y sobremesa de las que recordare mucho tiempo. Como he titulado : Dos sorpresas: el menú (Pablo) y el maridaje (Joan).
El precio muy ajustado: menus a 48€ y maridaje a 35€. Cobran aparte IVA y pan pero no llega a 100 € por persona,
Ya estoy mirando agenda para pasar otro dia laborable por Murcia…

Pudimos acudir a este restaurante después de decirnos que estaban completos pero ofreciéndonos después la posibilidad de ir un poco más pronto.
Nos comentaron que no pueden llenar el restaurante e intentan asignar las reservas de forma escalonada para ofrecer una calidad tanto en servicio como en cocina.
Dirigiéndonos al restaurante nos llama la atención el entorno y el propio local con forma de cabaña y decorado por dentro con motivos trivales
Pedimos el largísimo menú degustación que acordamos por teléfono (55€). Un menú en el que las elaboraciones que menos me gustaron fueron precisamente las que se presentaban con las últimas técnicas, buscando la sopresa del comensal (sobre todo del menos curtido).
Empezamos con los aperitivos que consistían en un par de yogures con contrastes dulce salado. Un concepto que se ha puesto de moda últimamente con resultados desiguales. En este caso la textura se parecía casi mas al mousse que al yogur.
A continuación empezó el menú propiamente dicho:
Capuccino de ensalada murciana. Estaba servida en una taza y acompañada con yema de huevo dentro de un tubo, para añadir a la ensalada, además de unos shots con hidrógenos líquido servidos en directo. Este plato fue el que menos me gustó. Su sabor era indefinido y no me resultó especialmente agradable, quizas debido tambien a que desconocía como sabe la ensalada murciana.
Brandada de bacalao con esferificacion de naranja sanguina. No soy muy partidario de la esferificaciones para acompañar un plato, pero en este caso lo que no me gustó fue las paredes de gelatina que eran excesivamente gruesas, sin embargo, la combinación brandada-sanguina me pareció muy acertada
Ensalada mixta. Servido con el efecto del hielo seco. Consistía en una ensalada en una textura parecida al gel.
A continuación llegaron los platos que más me gustaron, donde se distinguía mas el prodcuto y los sabores, como el bocadillo de atun y mahonesa; las verduras en distintas coccione con ajos tiernos y patatas violetas; un plato espectacular donde aparecían varias verduras a la plancha colocadas armónicamente en el plato, cada una con un pequeño acompañamiento o aliño; las alcachofas salteadas con pie azul y trufa; el arroz con pichon, habas y setas; la dorada salvaje con calamares en su tinta y el plato de carne una extraordinaria paletilla de cabrito lechal, con patattas asadas y crema de cebolla
Los postres imaginativos y con presentaciones espectaculares como el jardin oriental, servido encima de un juego oriental con el que puedes formar figuras en la arena (Fengshui )y la orquidea, que intenta simular la flor de la orquidea con su tierra, tallo, flores y hojas.
Cuando parecía que habiamos acabado nos sacaron dos tandas de petit fours, unos líquidos para comer allí y otros para llevar que constaba de 5 pastelitos en una caja.
Como remate final una gigantesta esfera hueca de chocolate 69%, con un martillo para romperla que hace que sea inevitable el sonreir al verla.
La carta de vinos muy completa y a precios razonables. Pedimos un Naia 2007, quizás un poco subido de temperatura y servido constantemente en unas excelentes copas
Da la impresión con este menú, que pierden dinero. Segun nos comentaron el restaurante gastronómico lo tienen como divertimento y como escaparate para lo que realmente les dan beneficios, que son los salones de baquetes
El único problema que nos aguó un poco la fiesta fue la factura final, ya que nos cobraron el menú a 70€, cuando nos informaron por teléfono que costaba 55€. ¿El motivo?, que nos endosaron el menú de trufa (2 platos a los que se le añadía trufa) solamente al preguntarnos si nos gustaba la trufa. Advertí al camarero del error, diciéndole que no podían cobrarnos un menú que no nos habían ofrecido, y cuya lapidaria a la vez que sorprendente respuesta fué "si esa es su teoría...", pero que posteriormente reconoció su error y se disculpo.
En definitiva, cocina sorpendente sobre todo para el que no conozca muy bien las últimas técnicas gastronómicas (esferificaciones, uso del nitrógeno líquido en directo, hielo seco, etc), que ya no son tan nuevas y con algunos platos realmente deslumbrantes.

Teníamos que ir y fuimos: menu degustacion compuesto por "nuestro yogurt", capuccion de ensalada murciana (esto no nos llegó), Brandada de Bacalao con Escerificacion de naranja Sanguina, Pez mantequilla sobre judias con jamon y helado de pimiento verde, verduras en distintas cociones con ajos tiernos y patatas violet, alubias negras con marisco (uhmmmmm!!!), huevo 62-50 con cocido crujiente, virrey con calameres en su tinta, solomillo de vaca a la parrilla con ensalada de oreja, "nuestros quesos", jardin oriental, tarta de manzana con pasion esferificada y helado de macadamia, petit fours. y ademas copita de fino, Cervecita, Agua, cafe, Te, Gin tonic, y una botella de CLOT DE LOUM 2004. El detalle: Nos invitaron a la primera botella de vino (que practicamente nos bebimos entera), ya que no se encontraba en condiciones optimas. En resumen, salimos llenos, con un gustito para el cuerpo que hay que darse de vez en cuando (segun se pueda).

Nueva visita a este estupendo restaurante. Poco mas se puede añadir en cuanto al entorno, servicio y demas, por lo que pasare directamente al la comanda. Pedimos menu degustacion, decir que sigue manteniendo el precio de mucho antes de la estrella, o sea 55 euros mas iva, todo una ganga por lo que ofrece el menu. Con seguridad es la mejor RCP que me encontrado, con permiso de el Taller, y tambien cantidad.
El festival empieza por:
1- Nuestro yogur. Dos vasitos, uno con espuma de maiz anchoa y verduras, y el otro de espuma de arroz, anguila y erizo. Buen comienzo.
2- Capucciino de ensalada murciana. Sorprendetemente rico.
3- Brandada de bacalao con esferificacion de naranja sanguina. Suave y con sabores muy nitidos, muy rico.
4- Ensalada mixta. Interpretacion de este plato, con mucha tecnica, compuesto principalmente por una esponja de tomate raff, espuma de zanahoria y algo mas que no recuerdo. Resultado excelente, sobresaliendo el sabor del supuesto tomate, autentico y mejorando la mayoria de tomates que he tomado.
5- Alubias negras con marisco. Materia prima al cuadrado.De lo mejores platos.
6- Alcahofas salteadas con pie azul. Lo mejor de este plato no son ni las setas ni las alcachofas,una porcion de papada o tocino
(que cabeza la mia) expectacular. De todas formas un muy buen plato.
7- Habas con manitas, cigala y huevo escalfado. No me gusta la manos de cerdo, este me lo pude comer, pero lo demas muy rico, sobre todo la cigala y el huevo.
8- Pargo asado con calamares en su tinta. Muy bueno.
9- Lomo de kobe a la parrilla con sal de carbon. Casi cruda, estuve por decir queme lo pasaran un poco mas, pero cuando lo probe desisti, todavia estoy alucinado de ese sabor.
10- Tres quesos. Buenisimos pero no recuerdo nada de ellos, salvo que uno era de cueva, no azul, de Castellon y seguramente de cabra.
11- Jardin oriental. Primer postre, mi primer lichi de verdad (o eso creo), lo demas no recuerdo que era pero estaba bueno.
12- La orqidea. Postre a base de chocalate con una presentacion muy lograda.
Y para terminar la comida los petit fours, rico rico y en cantidad desmesurada. Un huevo de chocalate, de tamaño de una pelota de futbol, para compartir, mas tres vasitos y cinco bombones por persona. Para reventar.
Una de las mejores comidas que recuerdo en este restaurante, y he venido unas cuantas, un menu rozando la perfeccion.
De beber pedimos R. Blanco fermentado en barrica (21 e) sencillo y agradable pero que no dio la talla con la mitad de los platos, Agua Solan de cabra (3 e), bebimos dos y solo nos cobraron una.Una copa de Disco de Ribera de Duero (5 e), tome dos y cobraron una. Un cafe de brasil estupendo (3.60) y una manzanilla (1.80). Decir tambien que aqui si cobran el servicio de pan (1.20), aunque bastante barato para la calidad de establecimiento y sobretodo por la calidad, 4 tipos diferentes.
Todos los precios van sin iva.

  • La orquidea

    La orquidea

  • Alubias negras con marisco.

    Alubias negras con marisco.

  • Ensalada mixta.

    Ensalada mixta.

Nos parecía un sitio extraño ya que abre muy pocos dias pero aun asi nos decidimos a ir Ya entrando en la finca nos dimos cuenta que era un sitio especial ya que un gran camino entre olivos. Ya en el interior (una cabaña africana muy bonita) nos acompañaron hasta nuestra mesa y nos dejaron cartas . Cogimos el menú degustación y el somelier nos ayudo con el vino. La cocina nos pareció muy lograda, con gran tecnica y sabores.
Fue una gran comida en un marco paradisiaco. Sin duda repetiremos

En Murcia la gastronomía no se considera “Cooltura”. Con esta etiqueta se presenta la política cultural del actual Gobierno autonómico murciano, política que consiste en potenciar la actividad cultural de la Región, con dinero e ideas que aporten modernidad (creo que eso, en suma, es lo que intentan transmitir con el adjetivo “cool”; qué sea lo “moderno” es otro debate). Pero en esa frenética actividad, los responsables turístico-coolturales parece que no han incluido la Gastronomía; o, más bien, han pensado únicamente en fomentar su aspecto tradicional y folclórico: comida huertana y popular, de barracas y Bando de la Huerta (zarangollo, michirones…)

Por tanto, La Cabaña habría logrado, sin apoyo institucional, lo máximo que jamás se logró en Murcia en gastronomía: una estrella Michelín (quizá el otro hito comparable de la cocina murciana fue la fama lograda en toda España por Raimundo de “El Rincón de Pepe”, en la década de los 60 y de los 70).

¿Por qué incluir la Gastronomía en la actuación de los poderes públicos? Enumeraría tres motivos: (i) la Gastronomía es Cultura (y mejor si no se limita a reproducir platos tradicionales, sino que además trata de crear, innovar); (ii) es Riqueza: atrae turismo y crea puestos de trabajo (y mejor si hay restaurantes de calidad, que atraerán turismo de calidad y crearán puestos de trabajo cualificados con cocineros y personal de sala formados); (iii) y es Salud: la buena gastronomía significa alimentos variados y de calidad, producidos de forma sostenible y respetando el medio ambiente (¿hay alguien más ecologista que un gastrónomo que desea preservar bosques vírgenes donde rastrear setas, o dehesas inmaculadas para que corran los cerdos, o costas transparentes, para que los salmonetes buceen plácidamente entre sus rocas? Creo que no, si acaso ese buen gastrónomo podrá ser igualado, en su defensa de la Naturaleza, por un apasionado cazador, tipo Miguel Delibes. Y esta idea me lleva a otra: creo que hay cierta confusión mental –y, en ocasiones, también mala fe- en la gente que critica que a un izquierdista le interese la buena cocina o los buenos vinos).

¿A los políticos no les interesa la Gastronomía porque a muy poca gente le interesa de verdad? Fuera de Murcia, tenemos mil ejemplos que contradicen esto. Por nombrar dos recientes: la exposición “La cocina en su tinta”, que pude visitar hace unos días, dedicada a la literatura gastronómica en la Biblioteca Nacional, con comisionado de Adriá; y la creación del Grado universitario en “Ciencias Gastronómicas”, que comienza a impartir este año la Universidad de Mondragón.

Mi impresión es que al cocinero de La Cabaña le interesa su trabajo y cree en su importancia, y en sus variadas dimensiones. Y quizá ese es uno de los motivos por los que comimos tan bien. Esto tomamos entre dos personas:
- Verduras en distintas cocciones con mahonesa
- Taco de atún rojo en tres texturas con Mousse (media ración)
- Fideos con clorofila y Aguaturma (tupinambo) y sepia
- Vaca gallega con setas pies azules
- Steak tartar de angus con patatas estofadas (media ración)
- Tarta fina de manzana con pasión esferificada
- Chocolate (diversas variedades y texturas)

Las exhibiciones “técnicas” (nitrógeno, géiser…) o los detalles de “play-food” (presentar los bombones de los entrantes en una caja de joyas) que utilizó en nuestro menú, creo que son prescindibles en este minuto de la nueva película gastronómica que arrancó en el Bulli. Sin embargo, no es prescindible la ternura de la vaca, como mantequilla, su sabor, la forma de cocinarla y acompañarla con cuidado. Ni la claridad en la concepción y perfecta ejecución de los fideos. Ni tampoco la imaginación y el acierto en la composición del postre de chocolate. Y su suculencia, como la del postre de manzana

Y también me gustó la manera en que hace su trabajo el sumiller: manteniendo las distancias (¿demasiadas?) al principio, luego acercándose paulatinamente. Y ello aunque el Silex de Dagueneau 2002 que bebimos no cumplió mis expectativas (¿problema de mis expectativas?). Hubo más cosas que me gustaron: cómo están vestidas las mesas, el ambiente relajado, las vistas a unos jardines frondosos, de un verde anti-murciano… para dudar aún más de si en realidad estás en Murcia. Ojalá La Cabaña, junto con otros restaurantes, esté ayudando ya a cambiar nuestro paisaje gastronómico.

Precio: 38 € por persona, sin IVA y sin bebida.

Me parecía un misterio que le dieran una estrella Michelin a un restaurante que no abre los fines de semana, que sólo da cenas los Jueves, que está dentro de una cabaña africana y en unas instalaciones diseñadas básicamente para celebraciones. Tampoco es fácil encontrar el lugar si se es de fuera (como es el caso). Pero GPS en mano, las dudas se disipan cuando pruebas la cocina de Pablo González-Conejero. Deslumbra con los nitrógenos y las espumas pero cuida el producto y utiliza las técnicas a mayor gloria de los sabores. El comienzo con la sorpresa de las "joyas" (tres esferificaciones en una caja) continua con otros "snacks" de vanguardia. Los platos son contundentes y terminan con un kobe delicioso con trazas de carbón. A destacar también el atún rojo, con acompañamientos en diferentes texturas para ir acompañando/jugando con el sabor principal. Los quesos casi líquidos en presentaciones diferentes también un "must". Los postres van de menos a más, pero la abundancia de "petit fours" hace que te arrepientas de haber rechupeteado la cuchara antes.....Con los dulces un Pouderoux Maury 2002, que completa las otras bebidas. Unas cervezas fresquitas durante los aperitivos y un Dominio de la Vega, reserva especial, que maridó de muerte con la ostra. El servicio es excelente, siempre atento y correcto. Además "todavía" se puede fumar. La experiencia ha sido muy buena y la pena es que sólo se pueda repetir en día de diario. El único "pero" que pondría sería el de la música, manifiestamente mejorable (mucha banda sonora y "clásicos populares"). El menú degustación es largo, para tomar sin prisas. Y si el comienzo es espectacular, el final es de la misma índole. Añado La Cabaña a la lista de templos murcianos, junto al Palacete rural de la Seda o el Trapería 30.

  • piruletas

    piruletas

  • joyas

    joyas

Postres.

- Nuestros quesos. Tres trocitos, uno brie, otro idiazabal y otro gorgonzola, crujiente por fuera cremoso por dentro, casi liquido. Sorprendente y de sabor intenso.
- Jardin oriental. No se que llevaba pero estaba muy bueno, postre lijero y refrescante.
- Tarta de manzana con pasion esferificada y helado de macadamia. Increible, sobre todo la base de hojaldre.

- Petit fours en cantidad desmesurada, imposible comerselos todos. Sorprendente el huevo de chocolate al 74% de enorme tamaño que hay que romper con un martillo.
Bebimos un Riesling de Eslovaquia producido por Egon Müller (36 e) bueno y una copa de venta Mazarron (4,20 e) con la carne.
Al final de la comida sale Pablo Conejero a ver como ha ido todo mesa por mesa,es de trato amable,sencillo modesto y gran profesional. Le comentamos lo de la cantidad de petit fours y nos dice que no le gusta que la gente se vaya con hambre.
Todos los platos con una impecable presentacion y perfecta ejecución a mi modesto parecer.
Lugar muy recomendable. Creo que volvere

Decima visita en cuatro años, y sigue igual que la primera vez, satisfaccion y ganas de volver pronto. Nada ha cambiado desde la estrella Michelin, ni tan siquiera los precios.
Restaurante original, en forma de cabaña africana, rodeados de unos bonitos jardines y hasta una cascada. La sala de buen tamaño, circular, tiene mucha luz y una decoracion acorde a la calidad del establecimiento. La mesas de muy buen tamaño, enormes cuando son solo dos comensales, muy bien vestidas y con menaje de calidad.
El servicio atento, rapido y profesional. Igual que el del vino. Despues de tantas visitas no recuerdo ningun fallo en el servicio.
Carta de vinos muy buena, en numero, variedad y sobre todo calidad. Precios altos aunque sin pasarse.
Tomamos el menu degustacion (55), compuesto de:

Snacks.

- Las Joyas. Original presentacion, en una caja de jolleria, tres bolitas. Oro: Foie, pistacho verde y pan frito. Plata: magret de pato, puerro, zanahoria y piñones. Bronce: shiso, manzana y botrytis. Muy bueno.
- Catalana nitro. Perlas de aceite de oliva, congeladas en nitrogeno, en una sopa de tomate transparente. Lo peor de la comida, casi sin sabor.
- Brioche de jamon con salsa de ajo ligera. Bien.
- Pato laquedo con arroz y cavias de wasabi. Muy bueno.

Platos.

- Tartar de atun con mouse de cebolla, helado de guisante y corazon de tomate Raff. Muy bueno.
- Vieira asada con manzanilla, wasabi nitro y caballa confitada. Sublime.
- Fideos con aguaturma y sepia en su tinta. Igual que el anterior.
- Nuestra olla gitana con codorniz en dos (cocione?). No sabia yo que una simple codorniz pudiera estar tan buena.
- Rabo guisado con papada y jugo de pan de centeno. Viva el colesterol, la papada para tirar cohetes.
- Denton con calamares en su tinta. Muy bueno.
- Lomo de Kobe a la parrilla con sal de carbon. Lo mas simple y sin presentacion alguna pero impresionante sabor.


Es curioso las pocas criticas que tiene este magnífico restaurante murciano. Entorno precioso y restaurante con vajilla y cubertería muy buena, la separación entre mesas adecuada, espacioso y decorado como una cabaña, en fin, muy agradable. El menú degustación consta de tres aperitivos muy divertidos, el primero un trasunto de las medallas de oro, plata y bronce, siendo realidad el oro manzana verde; plata, foie gras y bronce, magret; el segundo aperitivo era un caldo con un crujiente de chorizo y una crema de morcilla presentada en un tubo de pasta de dientes, más gracioso que sustancioso y tercer aperitivo de pato laqueado, para mí el más logrado de los tres, pero de buena factura y muy divertidos. Siguiendo con el menú degustación, un tartar de atún muy rico; una muy sabrosa fideua negra con un tubérculo prescindible que no creo que aporte nada; unos magnificos y sustanciosos guisantes con tocino; una crema de cocido con un huevo 50-60 (referido a minutos y temperatura de cocción respectivamente), correcto; rabo de toro, bueno; pescado, que lo llaman geiser ya que al tener debajo de la bandeja con agujeros hielo liquido y al entrar en contacto con un liquido sale humo, pareciendo, efectivamente, un geiser, plato que creo es para sorprender a los no iniciados, muy efectista, pero que el hecho del humo no mejora en nada el plato, excepto eso, el efecto visual; la carne kobe muy rica; prepostre y postre también muy originales y con los petits fours recuperamamos el divertimento de los aperitivos. En definitiva un gran menú, con algunos altibajos, divertido, pero en general con muy buen tono. El personal de servicio muy atento y profesional, la unica pega la puso el maitre que a la hora de los vinos se limitó a tomar comanda y no hacer ninguna explicación o recomendación para con el menú, que tampoco explicó su contenido, no nos importó por lo que supone el factor sorpresa. El vino elegido un malvasía seco 2005 de Rioja, no recuerdo la bodega, servicio impecable y a temperatura adecuada. Un menú degustacion más que suficiente, salimos totalmente saciados ya que intentamos comerlo todo pues la verdad, es que todo estaba bueno, algunas cosas más que otras, pero todas con un nivel mínimo acorde a la categoría de su merecida estrella michelín.
Precio del menú degustación 58’85 euros Muy recomendable.

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