Restaurante Hostal dels Ossos en Batet de la serra
Restaurante Hostal dels Ossos
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
No
Precio desde:
12,50 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
26 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.8
Comida COMIDA
7.2
Precio medio entorno ENTORNO
6.8
RCP CALIDAD-PRECIO
7.2
Llaminer volcànic.
Caracoles a "l'adoba".
Salteado de judías de Santa Pau con butifarra "esparracada" y setas.
Carrillera de cerdo con setas.
Platillo de “Els Ossos”
Opiniones de Hostal dels Ossos
OPINIONES
8

Hacia un año que no había estado en el restaurante, en mi anterior visita hubo una novedad, por fin habían instaurado el datafóno para poder efectuar el pago con tarjeta de crédito, en esta ocasión la novedad de este año ha sido la remodelación de la zona de recepción, mucho más amplia, sigue conservando la antigua chimenea y la mesa junto a ella, un gran cristal en el pavimento en uno de los extremos de la zona deja a la vista lo que antiguamente fué el algibe del que se proveían del agua.

En esta ocasión nos ubicaron en la sala intermedia, local casi al completo como casi siempre cuando llegamos a las 13,30. Y que posteriormente se fue llenando, incluso doblando mesas.

Comimos micuit de foie acompañado de compota de higos y mini tostas y pan de coca con escalivada y anchoas y careta de cerdo guisada con setas y ternera también guisada con setas, dos de sus clásicos guisos que son imperecederos en su carta. 

No tomamos postre y rematamos con dos café irlandés de perfecta elaboración.

Un cava Pere Ventura brut nature acompañó la comida.

Como siempre el servicio amable, diligente y eficaz a pesar de la cantidad de mesas que atender.

Un clásico de los restaurantes de la Garrotxa al que hay que ir como mínimo una vez al año.

 

No ha cambiado nada, que yo recuerde, desde mi primera visita. Esta vez nos ubicaron en un salón interior sin vistas. El tamaño de la mesa, algo justo para albergar todos los platos que compartimos. A pesar de estar lleno hasta la bandera, los platos llegaron con bastante buen ritmo. Esta vez el servicio del vino se limitó a la apertura.

Para compartir:

- Ensalada de queso fresco con vinagreta de frambuesas (8,-€) - Sencilla, pero buena.

- Navajas (15,-€) - Fuera de carta. Grandes y sin tierra. Algo pasadas.

Platos principales:

- Platillo de “Els Ossos” (14,50€) - Albóndiga y butifarra secas. Muy buena la costilla de cerdo. Sigo echando en falta más setas.

- Ternera con setas (9,60€) - Tierna, sabrosa, muy buena. La salsa es la misma que la del plato anterior... o fuimos incapaces de ver la diferencia.

- Costillas de cabrito (16,-€) - Fuera de carta. Buenas.

- Bacalao con confitura de tomate (15,-€) - Fuera de carta. Salado.

Los niños tomaron unos canelones caseros (6,95€) y unos macarrones de la abuela (6,95€), en ambos casos de un tamaño inabarcable para ellos, por lo que acabamos probándolos todos. Ambos platos gustaron bastante. Nos cobraron 0,90€ por persona por un pan correcto.

A pesar de las raciones abundantes, llegamos a los postres:

- Llaminer volcànic (5,80€) - (ver foto) Muy bueno. Me gustó que lo acabasen de servir en la mesa.

- Tarta de queso (5,80€) - Muy buena.

- Mousse de yogur (4,60€) - Entusiasmó.

- Flan de huevo (3,-€) - Bueno.

Para beber, un par de botellas grandes de agua (2,-€/ud.), una cerveza (2,25€), una botella de Les Terrasses (36,-€), una copa de Sinols Garnatxa (2,80€) servida en una copa pequeñita llena hasta arriba, un café (1,50€) y un cortado (1,60€).

Es lo que es, y parece que les funciona. Domingo a mediodía con una cola que no cabía apenas en recepción... Y lloviendo.

Los precios que aparecen en su página web son casi todos más bajos que los de la cuenta que nos presentaron. El precio corresponde a lo que tomé yo aprox. Y sí, ya aceptan el pago con tarjeta :-)

  • Llaminer volcànic.

    Llaminer volcànic.

Sí, sí 2.0 porque por fín han evolucionado y no precisamente en el tipo de comida que se sirve en este icónico restaurante, si no porque  se han adaptado a los nuevos sistemas de pago y al fín admiten tarjetas de crédito, evitando que más de un cliente tuviera que dejar allí a la familia para ir a algún cajero automático en busca de efectivo, cajero automático por cierto bastante alejado del restaurante obligando a hacer en coche el desplazamiento. Bienvenidos pues al mundo de las nuevas tecnologias.

Teníamos mesa reservada a las 13,30 para cuatro personas, nos ubicaron en el comedor ganado al jardín en una esquina del mismo en una mesa redonda que resultó muy cómoda, puesto que parecía una especie de reservado, cristalera en la parte lateral y trasera de la mesa y un panel a media altura que nos separaba de otra mesa, por lo que solamente teníamos la visión de la mesa de enfrente, restaurante casi al completo a esta hora a pesar de la capacidad de comensales que se pueden ubicar en los tres o cuatro comedores además de la terraza de los que dispone el restaurante.

El servicio joven, cercano y diligente,  todos los camareros y camareras son autóctonos y de las poblaciones cercanas, lo que es de agradecer puesto que es muy desagradable ir a un restaurante típico de cocina catalana y que hablando en tu idioma los camareros no te entiendan. Un diez en este aspecto.

Los primeros, ensalada variada, pan de coca con escalivada y anchoas y dos de foie micuit con mermelada de higos. Los segundos, huesos de espinazo de cerdo a la brasa, pollo a la brasa, patatas de Olot artesanas y su clásico platillo del ossos

Los postres crema catalana, llaminer volcànic,  pastelito a base de chocolate creado por una afamada pastelería de Olot especialmente para los integrantes de la asociación Cuina Volcànica, no tiene ningún parecido con el tan manido coulant de chocolate y dos café irlandés muy bien elaborados.

Bebimos una cerveza artesana, una botella de litro de agua y cava Raimat brut nature.

Sin duda un clásico de la zona que continúa teniendo una fiel clientela por sus platos clásicos, su buen hacer y su buena relación calidad precio.

Masia a pie de carretera con varios salones. Decoración tradicional catalana, con abundancia de piedra y madera. Ambiente familiar, a pesar de la gran cantidad de comensales, pero bastante ruidoso. Servicio muy amable, simpático y solícito. Mesas de medida algo justa, principalmente debido al tamaño de los platos, y bastante juntas. Mantelería y menaje sencillos. Copas francamente mejorables. Dispone de carta y menú. Cocina muy tradicional. Carta de vinos amplia con bastantes referencias catalanas y precios alrededor de x2. Servicio consistente en apertura, prueba y primer llenado.

Almuerzo a la carta para dos a base de platos para compartir:

- Caracoles a "l'adoba" - Caracoles guisados con carne. Bastante buenos.
- Salteado de judías de Santa Pau con butifarra "esparracada" y setas - Muy buenas. Setas bastante escasas.
- Carrillera de cerdo con setas - Tierna y sabrosa.
- Platillo de “Els Ossos” - Varias carnes guisadas con setas. Otra vez eché en falta más setas. Bastante bien.

Todos los platos con presentación ¿sencilla, casera, descuidada? y de buen tamaño. Buen ritmo de llegada de los platos, todos de cocina volcánica.

Bebimos un vermut de la casa, una botella de agua, una botella de vino que llevé de casa, un café y un refresco. Se rompió el tapón (era una botella con bastantes años) y nos la abrieron y decantaron. No tengo la factura, por lo que no sé lo que nos cobraron por el servicio del vino, si es que nos cobraron algo. No pusieron apenas pegas para que llevase la botella, especialmente después de que me enviaran la carta por email y pudiese echarle un vistazo. La verdad es que fueron muy amables por teléfono. Incluso me avisaron que sólo habría setas frescas si se las llevaban el día anterior. Todo un detalle.

Los postres quedaron para una posterior visita.

Recomendable para amantes de la cocina tradicional de la zona que no busquen nada lujoso.

Dispone de aparcamiento justo enfrente, cruzando la carretera. Sólo admite pago en metálico. Absolutamente recomendable reservar.

  • Caracoles a "l'adoba".

    Caracoles a "l'adoba".

  • Salteado de judías de Santa Pau con butifarra "esparracada" y setas.

    Salteado de judías de Santa Pau con butifarra "esparracada" y setas.

  • Carrillera de cerdo con setas.

    Carrillera de cerdo con setas.

  • Platillo de “Els Ossos”

    Platillo de “Els Ossos”

Situado a pié de la carretera que une Olot y Santa Pau se encuentra esta casa de comidas en la que la tercera generación de la familia está actualmente al frente del negocio, a través del tiempo el restaurante ha ido ampliando sus instalaciones siendo la última el comedor de la carpa adosada a la masia y que da a los jardines
Desplazamiento adrede desde Barcelona para comer la escudella i carn d'olla que todos los martes de invierno sirven como una de las opciones del menú.
Sopera en el centro de la mesa para repetir cuantas veces quieras de la escudella, buena bastante ligera y nada grasienta, una enorme bandeja también el centro de la mesa con las verduras y carn d'olla, (patatas, zanahoria, col, brócoli, butifarra negra, butifarra blanca, pelota de carne picada, pollo, oreja de cerdo, pie de cerdo, rabo de cerdo, hueso de espinada).
Postres de músico acompañado de moscatel (el moscatel con suplemento, pues no lo sirven con las almendras, avellanas, pasas etc)
Porrón de vino tinto, gaseosa para rebajar el vino peleón y una botella de agua.
Dos cafés.
Restaurante totalmente lleno, con gente esperando mesa, servicio eficiente.
Siguen anclados en el pasado pues el único medio de pago es el "cash", ellos sí pueden!!

Comida de trabajo consumiendo el prescriptivo menu.

Botella de agua Font Vella, pequeña y de cristal. Porrón de vino, no especialmente destacable pero mejor que esas botellas de cristal de vino imbebible. Encuentro curioso que ya no sirvan la botella del agua autóctona de Sant Aniol, especialmente en un restaurante que considera que hace cocina volcánica, como nos recuerda en todas las páginas del menú.

De entrante, ensalada o sopa. Pedí sopa, una crema de calabaza demasiado salada.

De primero, arroz de la casa. Servido abundante en una fuente. Presentaba un extraño color de tono gris-verdoso que no era el color que uno espera de un arroz, pero estaba bueno, con más montaña que mar.

De segundo pedí pollo guisado. Un cuarto de un pequeño pollito, acompañado de un trozo de butifarra. Estaba bueno. Mi acompañante no acertó con el costellot rostit. Le pusieron dos costillas de cerdo, hervidas y posteriormente fritas, insípidas según él, acompañadas de patatas fritas. No le gustó.

De postre pedí crema catalana quemada. El quemado era reciente, por lo que conservaba el crujiente del caramelo. La crema en sí la encontré demasiado gelatinosa. Aceptable.

Siendo mi primer restaurante de preferencia en la zona de Olot, he notado una bajada de nivel.

Restaurante familiar de comida típica de la zona,con sus características clásicas de los platos típicos de la gastronomía comarcal, con buen producto, bien cocinado, cantidades abundantes y precios moderados.Local de ambientación típica, amplio, separación de mesas y manteleria correcta. Personal rápido y servicial.Con amplio menú en dias laborables de 11,70 € (todo incluido) y también con carta a precios muy competitivos.
Si se busca un tipo de comida,bajo los parámetros consignados, restaurante muy recomendable.
Menú de la casa:
Ensalada, Arroz a la cazuela y Calamares plancha con ajo y perejil.
Carta:
Escalivada,Manitas de cerdo con nabos y Flan con nata
Aguas, Vino de la casa y Cafes
Total 31,90 € Iva incluido (2 personas)
El entorno natural donde está ubicado es extraordinario, al estar junto a un extensísimo hayedo,"La Fageda d'En Jordà" que es un entorno natural protegido, muy recomendable de visitar en carromato, a ser posible en otoño, con la caída de la hoja.

Este restaurante de carretera, de camino al pueblo de Santa Pau, en plena zona de volcanes y la Fajeda d'en Jorda; su entorno es precioso.
Su cocina, casera y a la vez elaborada. Hay que reservar con antelación si no quieres esperar una hora y media por la mesa... No aceptan tarjetas, pero aun así la gente se pelea, por comer allí. Las raciones son abundantes, todo esta excelentemente cocinado, y sus precios son muy ajustados.
Yo comí, unos fessolets de Santa Pau con butifarra esparracada, que se deshacian, buenisimos.
De segundo estofado de jabalí con setas, cocinado magistralmente.
Y de postres pastel de tres chocolates, muy suave y elegante.
Para beber agua mineral.
En resumen un hallazgo de restaurante.

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