Restaurante Comerç 24 (CERRADO) en Barcelona
Restaurante Comerç 24 (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
85,60 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
113 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.6
Comida COMIDA
5.3
Precio medio entorno ENTORNO
6.9
RCP CALIDAD-PRECIO
3.8
Opiniones de Comerç 24 (CERRADO)
OPINIONES
23

Este título resumiría mi última estancia en Comerç24, el pasado sábado. A destacar el cansino recurso de usar toda clase de condimentos e ideas asiáticas para pretender originalidad. Un toque vale, pero un menú degustación entero te pone de los nervios. Por otro lado, una pena ver que un alto porcentaje de clientes son extranjeros y la nefasta idea que se llevarán es que la alta cocina de nuestro país pasa por Japón irremediablemente.
Tema vinos: confirmo la escasa bodega real del local. Buena carta, pero o no tienen disponibles muchas referencias o sólo una botella meramente representativa.
Creo que han perdido identidad, originalidad e interés a corto plazo. Me consta que es difícil mantener ciertos niveles, pero entonces, hay que reflejarlo en el precio y hoy por hoy, el local va en dirección contraria al éxito. No se puede vivir eternamente de la fama de antaño.

El jueves día 7 de febrero fue el santo de mi hijo y también el mio y normalmente lo celebramos cenanado con un poco más de lujo que el habitual. He tardado en publicarlo por razones de "rango borbónico" (una intervención de próteis de cadera que me realizaron el dia 18 y de la que me estoy recuperando).

Un par de días antes, quise reservar en Monvínic y ya me dijeron que estaba completo. Intenté en otro restaurante y tampoco había mesa y entonces me vino a la cabeza el Comerç24 y reservé allí.

Nunca había estado, sabía que no era un lugar demasiado para mí gusto, pero decidí probar. El local estaba tristemente vacío ... en nuestra zona con capacidad para unas 14 mesas, éramos 6 personas y un cochecito de bebé (suponemos que dentro había bebé!). Y en el resto del restaurante creo que había sólo otra pareja. Y reitero que era jueves..

Optamos por el menú festival que lleva todo lo que muestro en mi blog a un coste de 80 € por persona. Hay otro menú con más platos todavía.

Evidentemente la cocina de este lugar es de nivel (no hablaré ahora de Carles Abellan y bla, bla, bla ...) y el número de personas trabajando ese día, creo que triplicaba o cuadruplicaba el número de comensales. Por lo tanto, bien servidos, con buena calidad, pero sin que ningún plato me vaya dejar con recuerdos especiales. Si tengo que elegir un par, diría que el "zarusoba de navaja" y la "pizza sashimi". Pero básicamente los dos iban de pescado crudo. Quiero decir con esto, que tampoco el mérito es demasiado de la cocina y para este tipo de platos, ya tengo mis admirados Shunka y Koy .. Y sin querer parecer "faltón", confesaré que el "plato" que más disfruté, fue la mini cata de aceites que abría la cena.

La lista de platos, tapas o como le llamemos, es larga como para recopiarla aquí.

Y el vino? ... hehehe ... esto ya tuvo más marrón. Pedí el S'Alou (DO Empordà), más que nada porque tenía buenas referencias y no habia tenido ocasión de probarlo antes. Y como me suele pasar últimamente con demasiada frecuencia, a los dos minutos aparece algún sommelier y me dice que no lo tienen (con mil excusas, aunque mucho más dignas que las del Freixa Tradición y la "furgona de los sábados" que publiqúe hace unos meses aquí en Verema)

https://www.verema.com/restaurantes/45087-freixa-tradicio-barcelona/valoraciones/931365-poco-decadencia

Lo que no me gustó es que a partir de ese momento, ya no pude librarme del acoso del sumiller que quería "ayudar" en la elección (supongo que les faltaba más de un vino y pretendian evitar un segundo fiasco).

Lo pretendí ayudar "dándole pistas" con un "he elegido el S'Alou, porque no lo he probado nunca, mientras que muchos otros de su carta ya los conozco". Creo que si sabe escuchar, ya tiene pistas de que no soy ningún primerizo ... pero no lo entendió y el diálogo continuó así (S = sumiller).

S: ¿Cómo les gusta el vino ... ? ... Dígame como ... (Así en plan: seco, dulce, afrutado ...?)

Yo: (con un poco de ironía) No tenemos acuerdo de mesa. A mi me encantan las cariñenas del Priorat y mi hijo prefiere los coupages más estándar con más variedades.

S: ... Ya .... pero como les gusta ....?

Yo: (cara de circunstancias .... y mirando la carta sin hacerle caso)

S: ... Tenemos uno que se llama Venus que está muy bien ...

Yo: .. Si ... el Venus es un vino que me gusta mucho, que siempre soluciona, pero quiero probar algo nuevo

S: (como extrañado) ... La ha probado el Venus?

Yo: (ya un poco alterado) ... Si ... Tráigame un SantBru ...

No sé ... no tiene mayor importancia, pero si ya te piden un vino diciendo que el motivo es quererlo probar y que de la carta, muchos ya los conoces, pienso un sumiller, ayudante de sumiller o camarero de un lugar que pretende ir de este nivel, debe tener más mano izquierda y más cuando no lo invitas a la elección ni le pides opinión ...

Total, que salimos bien comidos (sin tirar cohetes tampoco eh?), Con la Visa "perjudicada" y pensando no sé cuánto tiempo les queda de vida, pero que en todo caso a mí no me volverían a ver ... Justo saliendo mi hijo soltó una frase que ahora no recuerdo exactamente, pero venía a decir que el estilo global del lugar, no estaba en consonancia con los tiempos actuales.

Ricard Sampere
www.restaurantscat.cat

Comimos un meni gran festival compuesto de 12 platos muy repetitivos, muchas espumas y aires y flores , de materia prima poca, no sabria deciros bien bien lo que comimos aparte de una ostra 5 berberechos y 40 gramos de entrecotte de invierno, me parecio flojo, aunque un buen servicio y atención.

Fui este verano con mis hijos todos hicimos el menú festival. No recuerdo ningún plato extraordinario, ni por su aroma, ni por su presentación ni por nada, solo destacaría el canutillo de parmesano -Rollito filo de parma, Lima y albahaca -.
Lo peor fue la lubina, un punto pasada de nevera.
Respecto al servicio del vino, sumiller muy flojo, quizás era verano y no estaba, por que el que me atendió mucho de vino no sabia. En fin no creo que vuelva y eso que el “tapas” me pareció fantástico pero el precio era otro.

Llegamos a las tres de la tarde, optamos por el menú festival ya que era un poco tarde.
Pica-pica:
Vichyssoise con trufa de verano; perfecta para el dia de calor
Aceitunas rellenas de anchoa, aceituna gordal con un tercio de anchoa atravesada
Nueces de macadamia rebozadas de oro, pijada, pero estaban ricas.
Rollito filo de parma, lima y albahaca, suave.
Rape con sesamo negro y ajo tierno, sabroso.

Menu:
Ensalada de sardinas marinadas con naranja y wasabi, yo no encontre el wasabi(me gusta mucho) pero mi novia lo encontró fuerte, Muy bueno.
Tartar de atún con vinagreta de huevo, demasiado pequeño...
Consomé con huevo,trufa y parmesano... la excusa para introducir unas esferificaciones en el menú,que estaban muy ricas.
Bacalao en dos texturas: por un lado espuma de bacalao con helado de alcachofa y por el otro láminas de bacalao con espinacas salsa de marisco y ajo al aceite. Para mí la mejor tapa.
Arroz negro con sepia i all-i-oli verde( no recuerdo si aguacate o perejil) Bueno, en su punto, algo flojo en comparacion con el resto de platos.
Lubina con patatas, ajo y romero, con espuma de vinagre. El contrapunto de la espuma muy conseguida.
Entrecot con rosas y frutos rojos( fresas). Realmente muy tierno.
Los postres:
Sorbete mandarina fruta de la passión y menta, refrescante y ácido
Muesli con yogur y frutas...
Sablée con piña, merenge y lima, delicioso
Pan con aceite, xocolate y sal
"oreo" de sesamo negro con vainilla, muy cremosa
Turron con barquillo "neules", xocolate y cafè, el mas flojo.
Mi madre, como no es muy de dulces, optó por un cambio comiendose la taba de quesos.
El servicio muy atento pero sin llegar a ser empalagoso.
Vino a copas, Allende (al final nos hubiese salido mejor pedir la botella entera).
Detalle: cada café vale 3€. Lo veo exagerado y me faltó el detalle de unos petits fours para acompañar.
El precio del menú no lo veo tan mal teniendo en cuenta toda la gente que había en cocina, la situación del local, la plantación de florecillas que havia en cocina para decorar los platos...
Si bien las raciones dan la sensación de ser pequeñas, no sales con hambre. A diferencia de lo que hemos leído en las demás opiniones, debimos pillar un buen día, ya que sí que nos gustó (y mucho).

Más bien, miniraciones. El local es muy fashion. Muchísima gente dando vueltas, pero los 20 minutos que nos hicieron esperar hasta que tuvimos los primeros platos y el vino en la mesa, fueron excesivos, incluso con el local lleno. Me fijé en algún camarero, y dio muchos paseos que no entendí. Las distribución de las mesas no estaba mal del todo, pero la gente que nos tocó era bastante ruidosa. Tampoco es que nos molestase demasiado.

Al tajo:

Menú Festival consistente en 7 platos, más cuatro aperitivos y cuatro postres. Tenía miedo de quedarme con hambre, pero salí satisfecho, bastante satisfecho.

Aperitivos:
- Vichyssoise - bien.
- Olivas rellenas de anchoa - Gordal con un buen trozo de anchoa. Mmmmmm. Todas (2) para mí. Presentadas dentro de una lata, de las de sardinas.
- Nueces de Macadamia con oro - muy buenas. Se alargaron durante toda la comida... con lo que tardaban en servirnos... También presentadas dentro de una lata de sardinas.
- Rape con sésamo negro y ajo negro - perfectamente olvidable.
- Maki de bogavante y aguacate - sabroso.

El menú:
- Sardinas marinadas con naranja y wasabi - El wasabi, missing, pero las sardinas estaban deliciosas, con un punto de vinagre que recordaba a los boquerones en vinagre. Lo mejor del almuerzo, sin duda.
- Tartar de atún - bien.
- Consomé con huevo, trufa y parmesano - muy bueno.
- Infusión fría con vegetales y mejillones - raro, raro.
- Bacalao con alcachofas y espinacas - sólo para mi mujer.
- Arroz de pato con foie - sinceramente, no lo recuerdo. Y eso no es bueno... porque me gusta mucho el arroz y el pato y el foie.
- Lubina con patatas, ajo y romero - muy bien
- Entrecot con rosas y frutos rojos - diferente. Sabroso.
- Postres: Sableé con piña "marenga" y lima (refrescante y sabroso); pan con aceite, chocolate y sal (muy bien); galleta "oreo" de sésamo negro con vainilla (mucho mejores que las de paquete. Sorprendente, muy sabrosa); turrón con neulas, chocolaté y café (al mío le quitaron el café. Riquísimo).

Un par de aguas (a 4,-€ más IVA cada botella de 1/2 litro) y una botella de Llicorella blanco (28,-€ + IVA). Ya me fastidió bastante que me pusiesen la botella a más de dos metros de la mesa y fuera de mi campo de visión, pero los precios son excesivos. Buen servicio, pero no justifica esos precios.

No sé. Lo vi muy artificial. Demasiado... como de plástico. Como montado para vender. Eso sí, la silla giratoria me encantó. Si, además, hubiese sido de respaldo reclinable, me echo una siesta allí mismo :-)

Tal vez vuelva, para enseñárselo a algún amigo. No es mi estilo... tal vez por exceso.

El restaurante me lo había recomendado un buen amigo mío, aunque cuando vi los comentarios de Verema, me dio un poco de miedo, pero como me gusta el riesgo fuimos a probar.

El restaurante tiene una decoración moderna y original, las luces indirectas de las 2 modernas y bonitas lámparas del comedor le da un entorno agradable.

Antes de llegar al comedor pasas por delante de la barra, así como por delante de la cocina que se encuentra toda rodeada de cristal en un esquina donde se puede ir viendo toda la elaboración, en nuestro caso, de la cena. Durante la cena estuve acompañada de mi cuñada Bárbara Ribes http://www.uthlas.com/ que como diseñadora industrial quedo maravillada de la decoración, os incluyo link a sus fotos de la cena:
http://www.flickr.com/photos/uthlas/sets/72157608410078612/

Una vez en la mesa, tienen un detalle agradable y a imitar. La cena empieza con una degustación de 4 aceites, que van desde un arbequina y finalizando con un picual de Priego. Como aperitivo empezamos con una manzanilla y un vino blanco.Nos decantamos por el menú Gran Festival (84€+IVA), este menú son pequeñas tapas, habiendo algunas del tamaño de media ración, pasando por las distintas cocinas haciendo alguna incursión en cocina asiática como el wasabi de atún rojo, bien bueno. Serian sobre unos 18-20 platos, de los cuales habían algunos verdaderamente muy logrados. El servicio fue bastante bueno estando siempre atento y cambiandonos el servicio con cada plato. El menú es bastante extenso, para algunas personas puede ser excesivamente largo.

En cuanto al vino, no se si ha cambiado después de varios comentarios de Verema, pero me encontré con una buena carta de vinos bastante bien elaborada, con buenas selección de vinos extranjeros, jerez, espumosos, vinos de postre. La cristalería toda de Riedel, permitió el excelente disfrute de Clos Nelin 05 (42€), que maridó a la perfección con el menú, bien es cierto que en unos platos mejor que en otros. El sumiller, se le veía algo frío y distante, habría agradecido algún asesoramiento para recomendar algún vino sabiendo él el menú, aunque mi elección me gusto.

Para acabar tomamos 2 vinos de postre, que nos permitieron gozar de la tertulia de después de cenar, la cena fue larga me gusto el sitio, bien es cierto que el precio es significativo pero en línea con este tipo de sitio. Habría agradecido alguna mesa menos, ya que se encuentran excesivamente juntas, no me gusta oír la conversación de vecino pagando lo que pago. No se permite fumar.

Un local superfashion pero laberíntico y oscuro. Cuatro mesas ocupadas, cuatro, y una multitud de cocineros/camareros tropezando entre ellos -en plan lavandería china- para demostrar lo arduo que esto de dar de comer. Cocina de tapas (platillos) con ínfulas y explicaciones rimbombantes, pero la mayoría de lo más vulgar, sin imaginación ni oficio. De la decena de raciones, salvaría sólo a dos; de las demás, a alguna hay que echarle cara para decir que eso es alta cocina. Lo mismo con los minimalistas postres, superados por la repostería de la pastelería de la esquina. Ni el menor caso a los productos "vetados" que nos fueron preguntados al empezar; al final y sólo por las protestas de mi acompañante -la cosa ya pasaba de castaño oscuro- uno de ellos fue devuelto a la cocina y sustituido. Bodega extensa, pero con un sommelier que debe hacer poco que se dedica a esto. Vajilla correntilla. Lo dicho: toma la estrella Michelin y corre... pero sepan propios y extraños que en Barcelona hay muchos sitios donde se come mejor, más barato y con menos pretensiones.

Francamente decepcionante. Buen interiorismo y servicio acorde con lo que hay que esperar en un sitio que alaerdea la famosa "estrella" pero nada más. En cocina nada de nuevo, platos simples, pocos inspirados y sin sabor; como pueden servir una tapa de simple arroz negro de toda la vida (en cima malo) en un menu degustación de cocina creativa? es desarmante. Las raciones son tan pequeñas que estan al borde del increible. Nos quedamos sorprendidos con lo vulgar que llegó a ser el menu degustación. Salvaría solo los postres finales (tamaño petit fours, por supuesto). Micro raciones, macro precios, esta es la filosofia. Puede que guste a quien no haya visitado nunca ningun restaurante "decente" y busque un entorno agradable (sin luz suficiente para ver siquiera lo que estas comiendo) y una comida decepcionante. que le quiten ya la estrella, por favor. Por ese precio, hay establecimientos 10 veces mejores en barcelona.

Más que decepcionante. Fuimos a celebrar algo especial y era una sorpresa. La verdad es que hicimos dos Menús de 62 €/persona y calidad/precio dejó mucho que desear. Destacaría el bogavante con guacamole y poco más. Esperaba muchísimas más sorpresas, que fueran más originales y creativos y esperaba darle a mi paladar un gustazo y no fue así. Llegamos un poco tarde, y nos sirvieron las tapas de dos en dos, cosa que para lo que pagas, lo encuentro injusto, no nos daban tiempo ni a saborear ni a disfrutar el momento. No creo que vuelva. Aquí como en la vida, no puedes tener grandes expectativas ni ilusiones con algo porque luego la decepción es todavía más grande.

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