Un fijo en nuestras visitas a Vinoble, La Carboná es un restaurante que siempre nos gustaba por su producto de nivel y por su cocina simple y honesta en un entorno atractivo, pero ya hacía 4 años de nuestra última visita y es un tiempo suficiente para que las cosas cambien. Y nos tememos que han cambiado a peor.

El local sigue siendo el mismo, situado en una antigua bodega, techos altos, sensación de espacio, mesas cómodas, una decoración rústica y un ambiente siempre agradable. A pesar del importante número de plazas casi estaba lleno, con obviamente una presencia importante de participantes en la feria. A pesar de que continúan ofreciendo el menú degustación maridado con vinos de Jerez lo cierto es que nos apetecía probar algunos platos de temporada de atún y comimos a la carta, opción mucho más cara si se opta por el túnido o por los mariscos. Cuatro personas a la mesa y nos decidimos por compartir cuatro entrantes y pedir un segundo cada uno. Comenzamos por la terrina de foie micuit (12€), macerada al oloroso y bien elaborada, aunque llegó un poco fresca de más. Las sardinas marinadas con ajoblanco y huevas (8,5€) son simplemente correctas, les faltaba un poco de sabor y melosidad, quizá demasiado secas. Los Langostinos de Sanlúcar (28€, a 90€/kg) no estaban mal, pero los hemos comido mucho mejores en ocasiones anteriores y además no estaban recién cocidos, y por último las alcachofas en salsa con mollejas (10,5€) sí que mantuvieron el nivel de ocasiones anteriores, esta es una especialidad de la casa y se nota.

Para el segundo nos decidimos todos por platos de atún, por un lado dos de tartar (20€), que a pesar del buen producto llegó muy frío a la mesa y eso le restaba algo de sabor, el atún con quicos, pistachos, tomate y melocotón (18€), cuyo protagonismo del fruto seco escondió un tanto el del producto y la barriga de atún con sopa de tomate y maicitos crujientes (22€), que si bien fue el mejor de la tanda pues daba más protagonismo al corte, tampoco terminó por emocionar. Los postres fueron lo más flojo de la cena y así tanto el bizcocho de canela (4,5€) como la tosta de arroz con leche (5,5€) y la sopa de chocolate (5€) pasaron sin pena ni gloria. Lo cierto es que, salvo las alcachofas y la barriga de atún, el nivel nos pareció bastante justo en general, no malo pero no a la altura de lo que conocíamos de otros años.

Tampoco la carta de vinos ha tenido muchas variaciones, pero por lo menos sí que han mejorado la oferta en vinos de Jerez, algo que como es lógico consideramos imprescindible en uno de los restaurantes más conocidos de la localidad. A pesar de que tienen un buen número de referencias de otras DO nacionales, aquí ni nos planteamos otra cosa que no sea pedir vinos generosos y así tomamos una excelente Manzanilla Sacristía AB saca 2013 (24€) y después el siempre convincente Amontillado Tío Diego (19€) de Valdespino. Precios del doble que en tienda más o menos y copas correctas. Servicio un tanto anárquico y desbocado, no están acostumbrados a recibir a tantos clientes a la vez y se notaba a la legua.

Dejamos para el final la cuenta y lo cierto es que entre el atún, los langostinos y los vinos, la cosa ascendió a 228 euros, 57 por persona. De haber comido bien, lo cierto es que no hubiera sido un precio excesivamente elevado, pero al final la sensación con que nos quedamos es la de haber pagado por encima de lo disfrutado y por tanto no salimos contentos. Nos habían dicho que la calidad del local había bajado algo y no hacemos más que confirmarlo. Esperamos poder estar de nuevo en Jerez para Vinoble 2016, pero no creo que visitemos La Carboná. Una pena porque nos gustaba mucho este sitio.

Como ya se ha comentado bastante con anterioridad me centraré en lo que me interesa. Servicio atento aunque distante y un tanto altivo. Precios desfasados para lo que nos sirvieron, tanto en comida como en bebida. Cena para cuatro a base de unos aperitivos para compartir, un plato principal y un postre.

Aperitivos:
- Sardinas marinadas con ajoblanco y huevas - Ración minimalista en cantidad y sabor. Anodino.
- Foie micuit - Bueno.
- Alcachofas con riñones - No las probé. Gustaron sin entusiasmar.
- Langostinos cocidos - Fuera de carta. No nos contestaron cuando preguntamos de dónde provenían. De buen tamaño, aunque muy fríos y absolutamente insípidos. Un fiasco.

Mi plato principal: Atún con quicos, pistachos, tomate y melocotón - Bonita presentación. Los quicos sobresalían por encima de todo. Se salvaba algo al acompañarlo con el tomate, aunque su exigua cantidad sólo lo hizo posible en un par de ocasiones. Lástima de atún.

No recuerdo mi postre... De hecho, ni siquiera recuerdo si lo tomé. Y, para los que me conocen, eso no es nada halagüeño :-(

Bebimos una botella de Sacristía AB y otro vino que no recuerdo servidos a buena temperatura en copas sencillas y un par de botellas de agua.

Sinceramente, pagué la novatada pero no me volverán a ver el pelo. Me llevé la impresión de que se come sustancialmente mejor si eres un VIP o amigo de la casa.

Es uno de los pocos restaurantes que yo conozco que ofrecen un menú maridaje con vinos de jerez, demostrando la amplia gama de posiblidades que tienen estos excelentes vinos. La calidad de los productos es muy buena y el precio muy razonable: 35,20 euros por persona (32 + 10% de IVA), e incluye:
- Ensalada de magret de pato, judias de kenia y cremoso de azahar, vino cream
- Alcachofas salteadas con mollejas, vino amontillado
- Lomo de lubina, tallarines de calamar con puré de calabaza y puerros, vino fino en rama
- Chuletón de vaca de Cantabria, vino Oloroso
- Bizcocho de canela con helado de pedro ximenez y crujientes, vino medium

En fin, un deleite para los sentidos

Nueva visita al restaurante la carbona y nueva experiancia gastronomica exelente.Es temporada de setas y como no podia ser de otra manera empezamos con un sensacional carpaccio de seta de yema aderezado con sal,pimienta,un poco de rayadura de queso payoyo y un magnifico aceite de oliva.Continuamos con un salteado de setas variadas,tambien muy buenas,y terminamos los entrantes con dos hojaldres individuales de huevo escalfado y foe fresco a la plancha con una salsa de vino dulce,vaya explosion de sabores en la boca,magnifico.De platos principales nos decantamos por un pargo y un solomillo de ternera,ambos platos de exelente producto y muy bien tratado.Para acabar la comido optamos por compartir una ensalada de fruta fresca con una ligera crema de queso payoyo y granizado de menta,buenisimo.Esta vez optamos por un vino del bierzo,petalos de rosa,rico,sabroso y servido a temperatura correcta.Una vez mas el trato fue muy bueno y esta vez tuvimos el placer de conocer a Javier Muñoz,jefe de cocina de la carbona.Tuvo el detalle de conversar un ratito con nosotros sobre gastronomia y la verdad que no me extraña que de sus manos salgan platos tan bien cocinados.Enhorabuena una vez mas y decir que este restaurante va en continuo crecimiento a pasos agigantados,si vais a jerez no os lo perdais.Muy buena relacion calidad-precio.

El restaurante es muy peculiar,es una antigua bodega,las mesas estan rodeando una chimenea central que en los meses de invierno la encienden y crea un ambiente muy acogedor.El trato es magnifico,atentos en todo momento sin llegar a cansar,buen servicio del vino,estan pendientes en todo momento para llenarte la copa.La cena consistio en dos entrantes para compartir y un plato para cada uno,eremos dos.Alistados ligeramentes cocidos,magnifico marisco,fresquisimo y muy bien presentado en un plato pizarra.El segundo entrante fue una conseguida ensalada templada de bacalao presentada en capas de variedad de lechugas,setas,pimientos asados,bacalao en lascas y en lo alto de la ensalada rodajas de patata cocida napadas con una especie de salsa pilpil muy buena.Como plato principal merluza y bacalao fresco,ambos a la plancha y de una frescura impresionante.Para beber tomamos dos cervecitas fresquisimas y una botella de Rivola.De postre compartimos un helado de pedro ximenez buenisimo.Una cosa se me olvidaba al principio te obsequian con unas papas aliñas que quitan el sentido y un magnifico pan.Restaurante muy recomendable.

En un bodegón jerezano rehabilitado, con vigas de madera y suelo original, se encuentra este restaurante. Resulta acogedor a pesar del espacioso salón, gracias en parte a una chimenea justo en el centro. Mesas bien separadas.

Servicio atento, con ganas de agradar.

Carta no especialmente amplia pero con platos sencillos muy gustosos, aunque alguno con algún toque de originalidad. Además ofrece un menú degustación con maridaje de vinos de Jerez a 38€. Ese día, lunes, no tenían, desafortunadamente pescado fresco excepto bacalao y algún cogote de merluza.

Detalle de la casa: Una patatas aliñadas

Comida para 1 persona:
- Angulas del Guadalquivir: Cazuelita de 100gr muy bien hechas, con su toquecito de guindilla (¿serán de las últimas?)
- Solomillo de vaca de Cantabria: Perfecto el punto y muy tierna. Lo acompañaban unas patatas fritas.
- Tocinillo de cielo: Bastante mediocre, tanto en textura como en sabor. Mejor el helado de ron con pasas que lo acompañaba.

Carta de vinos no muy amplia, centrada especialmente en Riberas, Riojas y... vinos de la tierra. Y creo que esta es la baza que hay que jugar, porque es suficientemente variada en cantidad y calidad. Además también se pueden pedir por copas, como fue mi caso. Dos amontillados El Maestro Sierra a 3.25€. Pues va a ser que este vino le va muy bien hasta para la carne. ¡Qué bueno está!

Me invitaron a una copa que permuté por un café.

Precio total: 77.76€ (inc. IVA, vino, pan y servicio a 1.25€, y una botella de agua de 1/2l a 1.75€)

Nota: Desde luego se puede comer por bastante menos si se prescinde de las angulas a 40€)

Local amplio, austero y con encanto, que ocupa una antigua bodega del centro de Jerez. Mesas con buena separación y amplitud. Quizá necesite un poco más de potencia de climatización, sobre todo en días de gran calor.

Cocina de toda la vida basada en unas excelentes materias primas tratadas con cariño y respeto. En nuestras dos visitas durante Vinoble probamos las deliciosas papas aliñás que ponen de aperitivo, sus excelentes alcachofas guisadas con langostinos, un plato que justifica el viaje (que dirían los de la estrella), unos soberbios langostinos de Sanlúcar (a precio de oro, pero excepcionales), pescados frescos magníficamente tratados (como la Urta), carnes de Cantabria a la brasa (un entrecot sabroso y tierno como pocos) y, por supuesto, su menú del atún rojo que, ahora en temporada es la estrella. Pudimos probar su plato de morro y contramorro (una delicia) y la hamburguesa de atún rojo con Ketchup casero (jugosa y de sabor penetrante). Postres caseros variados y sabrosos. Cocina realmente destacable. Hay además un interesantísimo menú maridado con vinos de Jerez (a 30 euros).

La carta de vinos falla un poco, porque nos dio la sensación de que hay más de lo existe en ella y eso es siempre un problema. Muy pocas referencias de Jerez y demasiadas de Rioja y Ribera, además de algún cava interesante. Aquí pedimos lo que pedimos y en nuestras visitas cayeron dos botellas del Fino El Maestro Sierra (equilibrado y de fantástica RCP) y el Fino La Panesa (uno de los mejores que existen). Precios algo subidos (tienda * 2). Copas correctas y servicio voluntarioso, aunque un poco falto de formación vinícola.

Pues lo cierto es que La Carboná nos ha gustado bastante y consideramos que es una de las referencias gastronómicas del Jerez actual y que merece la pena especialmente ahora, en plena temporada del atún rojo que preparan fantásticamente. Pero si se quieren carnes u otros pescados resulta igualmente una excelente opción. Y lo de las alcachofas es de traca…nos han gustado mucho. Eso sí, hay que mejorar la oferta de vinos, en especial en los de Jerez. Sobre los 35-40 euros sin vino, buena RCP (langostinos aparte, claro).

Local practicamente lleno de asistentes a Vinoble...

De nuevo pedimos el menú maridado que nos gustó la otra vez. Descubro que es exactamente el mismo pero dado la distancia en el tiempo pues no nos importó. Como la experiencia es un grado comentamos si era posible elevar el nivel de vinos del maridaje elevando lógicamente el precio del menú. No sólo no pusieron problemas sino que se alegraron de nuestra petición (yo creo que es porque estarán hartos de descorchar el marques de arienzo que en todas mis visitas predomina en las mesas...)

Invitacion de papas aliñas con melva, bien. Optamos por alcachofas (de nuevo excelentes) con un palo cortado 2 cortados de Williams and Humbert y mi acompañante un tartar de salmon con queso donde el queso predominaba en exceso.

Despúes atún de almadraba con un fondo de pisto muy suave (sin llegar al nivel del día anterior del Guerrita no desmerecía), maridó con una amontillado de Fernando de Castilla.

Para finalizar la carne, que esta vez tuvieron el detalle de preguntar si deseabamos que lo hiciesen en cocina o nosotros mismos ahumandonos bien así como al resto de la "contorná", lógicamente optamos lo primero aunque en una mesa cercana no y nos acabamos ahumando... La carne de buen sabor y muchisima cantidad, sobró bastante con todo el dolor de mi corazón. Se maridó con un oloroso viejo del maestro sierra, el vino está muy bien pero sigue sin gustarme ese maridaje con la carne.

De postre el helado de px maridado con el px de fernando de castilla.

Finalizamos con café.

Todos los vinos fueron servidos a temperatura en copas más adecuadas a los catavinos. La sorpresa llegó al solicitar la cuenta porque la encargada nos comentó que como nos vio tan interesados en los vinos a maridar y al escoger uno de sus vinos favoritos (el oloroso) no nos cobraba el exceso en los vinos. Todo un detallazo, creo que fue 72 euros.

Aunque no cambién el menú pienso volver.

El local está muy bien descrito en el comentario anterior.
Yo elegí una entrada de ensalada de pimientos asados con ventresca canutera. Los pimientos ya no se asan en casa, por lo visto.
De plato principal pedí ventresca de atún de temporada. El local ya ha adquirido su atún de 180 kilos que lo sirve a los clientes por piezas, lógicamente.
De aperitivo me sirvieron una patatas aliñadas, con ajo y perejil.
De postre un flan de queso, flojito, con helado de vainilla.
Para acompañar me sugirieron un palo cortado Gobernador de Bodegas Hidalgo, de Jerez, me encantó, tanto con la ensalada como con el atún.

http://www.ojoalplato.com/archives/1543

Acudí al recomendarmelo varios bodegueros de la zona. Situado en un antiguo casco de bodega encontramos este restaurante de decoración tradicional,muchas mesas y repleto de fotos de clientes famosos, dispone de algún reservado. En su conjunto tiene encanto.
Antes de entrar veo que disponen de un menú maridaje de los vinos de jerez que consiste en 3 entrantes, pescado, carne y postre, por unos 30 euros. Entro de cabeza y con gran ilusión pues el maridaje de los vinos de Jerez creo que es una asignatura pendiente.
Descubro con desilusión que de los 3 entrantes hay que elegir sólo 1(nada ponía en la carta): terrina de foie con px para mi pareja, maridaje clásico donde falló el px pues era muy joven, sin comlejidad y excesivamente dulzón; Yo elejí unas alcachofas sublimes maridadas con un palo cortado, pese a la dificultad del maridaje el palo cortado aguntó muy bien el tipo.
El pescado que se indicaba era atún de almadraba cuando sin previo aviso llegó a la mesa un lomo de merluza. El pescado con un fondo de pasta estaba muy rico pero no me resultó correcto el cambio sin pevio aviso, maridó a la perfección con un amontillado Antique.
La carne chuleton de vaca cántabra que te haces tu mismo en la piedra (lo odio) de buena calidad y cantidad, acompañado por patatas fritas congeladas (!!!) que también odio, maridó con un oloroso del maestro sierra que no me gustó en exceso.
Postre torta de canela con helado de px maridado con un brandy de Romate criado, creo, en barricas de px por su dulzor, bien.
Al final pagamos 66 euros en total, hubiese preferido que el precio del menú fuese más elevado pero hubiese subido el nivel de los vinos servidos y haber aumentado los entrantes para alcanzar a todos los tipos de vino. Pese a ello, la comida buena y abundante y la RCP correcta. Servicio voluntarioso y poco profesional.