Restaurante Callizo en Aínsa
Restaurante Callizo
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos noche y lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
47 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.8
Comida COMIDA
6.7
Precio medio entorno ENTORNO
7.4
RCP CALIDAD-PRECIO
5.8
Opiniones de Callizo
OPINIONES
18

Decididos a cenar en el Callizo por alguna recomendación nos atizaron ochenta euracos sin saber uno si ha cenado o en realidad a tapeado.

Sin duda alguna los sabores son exquisitos, pero ni de lejos vale lo que te cobran al llegar el sablazo. La crítica de que sales sin haber cenado es así, comes pero no comes, no hay casi cantidad.

Solo hay dos menus sin poder elegir nada más que yo creo que los tienen desde que abrieron. Vamos que en lugar de cocineros, parece que pagaron dos mil euros por ir a un seminario de alta cocina y lo que les enseñaron lo aplican para toda la vida. Olivas líquidas desde su creación, aunque es lo más rico.

Se abusa de algodon dulce de los niños en dos o tres platos. A otro precio claro.

Coctail de nada, que es una cucharada helada con sabor y sin sustancia claro. por eso se llama nada. martini helado con olivas liquidas exquisitas. arroz hinflado que serian veinta granos de arroz no mas. tranquillo que no te llenas. una mini tostada de queso fundido muy rica, pero que te la comes y piensas vete trayendo media docena más para cada uno por con eso no se entera el duodeno. patatas con mantequilla y trufa ricas pero más de lo mismo una patatita pequeña para cada uno, y piensas ala!!! traete otra media docena pero no.

tres cucharas una con sabor a surimi japones otra salsa mejicana y otra peru. está bueno pero es que con tres cucharadas no es digno de menu degustación siquiera, eso es una tapa y punto. al menos tendrían que ser unas mini tarrinas, tan pequeño tan pequeño que se pasa de minusculo.

segundo de carnes cordero y jabali. Ojo porque despues del pastizal del menu, resulta que si no eliges el cordero sablazo de suplemento se avecina.

Cordero malo. jabali muy rico. una vez más la cantidad eran tres trozos de carne o dos del tamaño de una nuez. Si así, una nuez. no te llenas tranquilo.

Servicio. Me uno a las criticas, todos son cubanos o rumanos, así deben ser las nominas. No hay entusiasmo ninguno, te explican el plato y ni se les entiende.

tuvimos que pedir los tenedores tras las dos primeras tapas porque se les había olvidado. el pan lo mismo, ven que se te ha acabado y no te ofrecen ni de coña si no lo pides. Lo que si nos ofrecieron hasta tres veces fue el cafe, k como no entra en el menu kieren sablearte mas.

ah y el jabalí estaba frío. imperdonable para el leñazo de la cuenta.

No me pido el me nu degustación de casi sesenta euros con vino y el iva que no te dicen ni borracho.

Resumen si te sobra dinero y te apetece probar sabores ricos en plan tapas adelante, pero asume que el servicio es perrillero. Se recomienda ir a comer mejor que cenar y temprano a la una o asi. De este modo, tan pronto salgas das un paseo y ves rapido a merendar a otro lado porque la noche no la pasas con esta cantidad de comida tan ridicula.

Visitamos el restaurante que está en la plaza mayor hace ya un tiempo. Cocina de influencias actuales intentando usar productos de la zona. Nos gustó aunque los platos salían algo fríos. Recomendable.

Estuve comiendo el pasado sábado junto con unos amigos. No es la primera vez que estaba allí (podemos añadir unas seis u ocho más). La comida como siempre: innovadora, bien presentada y muy correcta. Las instalaciones, sin pretensiones, resultan agradables. El servicio malo, muy malo: tienen un personal de sala que, en términos generales, exhibe un notable grado de falta de profesionalidad y de desconocimiento de su trabajo, unido a una actitud deficiente (¿estarán mal pagados?), que les llevo a cometer un elevado número de fallos. La capacidad y el interés para resolver la reclamación planteada tuvo luces y sombras: buena voluntad y ganas por parte de los cocineros/propietarios y absolutamente infumable por parte de una de las propietarias. Tampoco es nada barato. Conclusión: consiguieron estropearnos lo que tenia que haber sido un rato de agradable solaz y disfrute de distintos placeres. No volveré más, ni tampoco se lo recomendaré a nadie.

Descubrimos el restaurante paseando por este maravilloso y encantador rincon de Ainsa.
Tienen menú infantil más que correcto. La carne empanada estaba deliciosa. Ya me gustaría que en muchos restaurantes que dicen ser expertos en carnes tuvieran la mitad de calidad que la que se comieron mis hijos.
Para nosotros escogimos el menú de 27.-€ a parte la bebida. Plato a plato gozabas por los distintos sabores y lo original de las presentaciones. Tienen fallos al no explicarte lo que te están poniendo en la mesa. Un poco secos en el trato, pero más vale ser secos que pesados.
En resumen, muy recomendable probar para tener nuevas experiencias gastronómicas.

No voy a repetir los comentarios que ya se han hecho anteriormente, solo decir que la comida no esta mal, quieren impresionar???, comimos el menú de 27€ vino aparte, la cocina se lo "curra" pero el servicio no está a la altura de lo que el restaurante pretende ser y es aquí donde el trabajo que se orquesta en la cocina lo desafina totalmente el servicio que en nuestro caso fué brusco e ininteligible en las explicaciones que daba de cada uno de los platos.
Aconsejo una reflexión interna de todo el equipo

Interesante y curiosa propuesta culinaria en un marco incomparable.Pero vayamos por partes:

El restaurante en cuestión se situa en la parte vieja de Ainsa, un lugar espectacular por el que merece la pena darse un garbeo.Tiene un punto rustico adorable,la decoración del propio restaurante es sencilla, amable,pero poco acorde con el tipo de cocina que se sirve.Hay 2 menús, nos decantamos por el caro(42 euros más iva),no incluyen bebidas,ni café, por lo que resulta dificil bajar de 60 euros si bebes vino(como es el caso).El servicio en general es correcto pero muy,pero que muy inexperto.Los platos aprueban en su mayoría con una nota más que aceptable, pero te dejan la clara sensación de que hay mucho más empeño en que sean visualmente atractivos que en otra cosa, a pesar de ello, la comida es buena, que es lo importante. Creo que merece la pena darse un capricho y comer en el que probablemente sera uno de los mejores restaurantes de la zona,pero deberan mejorar si no quieren estancarse...

Si te encuentras en un pueblo tan maravilloso como es Ainsa, en su plaza porticada, tras atravesar el recinto amurallado y adentrarte en un lugar plenamente medieval, lo último que esperas encontrar en un restaurante como “El Callizo”, pues la cocina de esta zona es recia y contundente tanto como su geografía.

“El Callizo”, se encuentra en una esquina de la plaza porticada, ocupa una zona exterior, que dispone unas vistas magníficas sobre el río Cinca, el interior es bastante amplio y decorado de forma clásica.

La cocina resulta absolutamente sorprendente, moderna, imaginativa y elaborada, en general elegante. Tomamos un Tataki de trucha, flor de calabacín en tempura, Migas del pastor, y Jarrete de cordero. Todo de primera calidad y cocinado en su punto.

La carta de vinos se remite esencialmente al Somontano ( como la inmensa mayoría de restaurantes de Aragón), con alguna breve mención a La Rioja y Ribera del Duero, un par o tres de vinos franceses a efectos simbólicos. El tratamiento del vino fue correcto pues cambiaron la copa por otra de tipo Burdeos amplia que le fue muy bien al Secastilla 2005 con el que acompañamos la comida. El servicio fue correcto y aceptable.

En definitiva un restaurante muy interesante y considero conveniente visitar si se está por la zona.

Restaurante del casco viejo de Ainsa, entorno amurallado, suelo empedrado....bonito.
Cocina muy elaborada, tecnológicamente superior a la media, muy orientada a la restauración-espectáculo, con el factor determinante de quién se sabe "virguero".

Platos interesantes, faltos de conexión pero individualmente atractivos.
Platos humeantes (no de calor sino de frío), envoltorios sorprendentes y deconstrucciones de diseño.

Qué les falta? pues Servicio.... jugar para el equipo, hacer disfrutar con atenciones y no caer en errores de aprendiz.
Se puede empezar a comer sin la bebida porqué sólo uno es el autorizado para descorchar (!!)? no.
Es incompatible hacer "jueguecitos" con nitrógeno y tratar al cliente como eso, cliente? no...
no le sientes cara a la pared.
ya que tu carta es "astronaútica" explícala bien, pausado, tratando transmitir aquéllo que motivó la creación/copia...

la mantelería, loza y cristalería (alguién dijo Riedel???) básico-aceptables.
el entorno interior del restaurante es el del típico de montaña, aunque en lugar de cabrito al horno tienen aceitunas líquidas.
decoración muy muy muy y muy de restaurante chuletero (disonancia total con la carta).

El propietario y somelier buena gente, por encima del bien y del mal, y los dos camareros (chico-chica) pues igual pero peor, porque como mínimo el dueño sabe de lo que habla, los otros dos están más para comentar entre ellos que por los clientes...

en resumen es un lugar interesante, de los mejores de la zona (el rey tuerto y todo eso...)y con una RCP buena pues el menú "caro" vale 41 euros, pero le falta todo lo demás....lastima que no les interese.

Con esa idea salimos del restaurante Callizo de Aínsa, y no sólo por el show y el espectáculo, más o menos (in)necesario, que te hacia pensar que acababas de ver una actuación circense, sino por los altibajos que vivimos en la cena, que en los que creías que estabas en una noria, o saltando de los columpios a los toboganes según el caso.

El restaurante se encuentra en la Plaza Mayor de Aínsa, formando parte de los edificios porticados de esta preciosa localidad, emplazamiento inmejorable. Edificio de piedra, interior elegante, espacioso, mesas suficientemente distanciadas y correctamente vestidas. Personal atento, trato familiar, pues les dimos pie.

Carta de vinos de longitud media, corta si el restaurante pretende ser un referente gastronómico del Pirineo Oriental Aragonés, evidente predominio del Somontano, tirando a cara, bien servido, correcto en general, al igual que antes, lo que se gana en una cosa, se pierde en otra. Optamos por un Enate 234 (14€) con los entrantes, y por un Predicador 2007 (29€) para las carnes.

Cuentan con dos menús, uno 25€ (más IVA) y otro de 40 € con varios platos a elegir como primeros, segundos y postres, aperitivos fijos, al llamar para reservar te preguntan ya por cual vas a optar, detalle que sobra, nosotos no optamos por ninguno, y curiosamente al sentarnos a la mesa, nos entregaron directamente el de 25€, no sé si dimos esa impresión al ir con una persona mayor y un carrito de bebé, o lo hacen siempre. Muchos homenajean platos de la alta cocina de vanguardia actual, tampoco tengo ningún problema con ello.

De aperitivos sirvieron, una espuma de Chardonnay (servida en probeta), unas piruletas de gamba rebozada con vasito para untar, unas aceitunas esféricas (tacháááán), y una coca de sardina de cubo, servida sobre una lata de sardinas con hielo seco, sobre el que echan agua para que salga el humo (había una vez, parapararapara uuun circooooo ...). Bien sin más, más espectáculo que contenido, pero estaba bueno.

Los primeros muy bien, pude probar la ensalada de crujiente de queso, bien, brandada de bacalao, muy bien, y una pasta de nombre irreproducible con forma de concha gigante rellena de jabalí y acompañada de setas, excelente (la pasta al dente, que se suele estar pasada en estos platos).

Los segudos reguleros, probé un gigot de ternasco, bien pero un tanto resequillo, una dorada de ración (pero de ración de pescaíto frito), y yo me pedí un entrecote de ternera, sabroso, en su punto, pero tirando a duro, de hecho, un corte extraño que no sé yo si era lomo.

Postres bien, en mi caso un viaje a la habana: canutillo de chocolate simulando un puro (deberían poner la etiqueta comestible), con su ceniza y humo incluídos, y un ¿sorbete? de mojito de acompañamiento

El total no lo recuerdo con exactitud, pero rondando los 210 de 5 personas, con uno de los vinos subidito de tono, se puede cenar por poco más de 35€ por barba, con una cocina buena, razonable o decepcionante según el plato.

Habrá quien, con razón o sin ella, lo califique de un quiero y no puedo, a mí me parece una opción a tener en cuenta, no descarto volver y probar el menú largo.

* Nota de puntuación: la Cocina estaría entre correcta y buena, lo dejo en buena por estar más cerca de ésta.

La comida no estuvo mal, pero me parece que últimante no realizan todo con tanto esmero como cuando fui por primera vez, comimos en la terraza y tuvimos a un monton de gente en nuestra esplada durante toda la comida esperando a entrar a comer, conque poca tranquilidad y respeto
Los entrantes estuvieron bien, el sorbete con zumo de piña y espuma de coco nada del otro mundo, debido a que el zumo era malo, pero lo demás bien
El primer plato cogimos un plato de queso de cabra que se hacia empalagoso tanto queso y mi pareja pidio unos raviolis de pato con crema de setas que estaba bien pero un poco escaso
De segundo comimos entrecot que estaba bueno pero no me convencio una salsa que le pusieron por encima, el acompañamiento estuvo bien
Lo mejor el postre, una torrija con helados que esta deliciosa y que ya habia comida hacia años

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