Un día en el parque de atracciones

Con esa idea salimos del restaurante Callizo de Aínsa, y no sólo por el show y el espectáculo, más o menos (in)necesario, que te hacia pensar que acababas de ver una actuación circense, sino por los altibajos que vivimos en la cena, que en los que creías que estabas en una noria, o saltando de los columpios a los toboganes según el caso.

El restaurante se encuentra en la Plaza Mayor de Aínsa, formando parte de los edificios porticados de esta preciosa localidad, emplazamiento inmejorable. Edificio de piedra, interior elegante, espacioso, mesas suficientemente distanciadas y correctamente vestidas. Personal atento, trato familiar, pues les dimos pie.

Carta de vinos de longitud media, corta si el restaurante pretende ser un referente gastronómico del Pirineo Oriental Aragonés, evidente predominio del Somontano, tirando a cara, bien servido, correcto en general, al igual que antes, lo que se gana en una cosa, se pierde en otra. Optamos por un Enate 234 (14€) con los entrantes, y por un Predicador 2007 (29€) para las carnes.

Cuentan con dos menús, uno 25€ (más IVA) y otro de 40 € con varios platos a elegir como primeros, segundos y postres, aperitivos fijos, al llamar para reservar te preguntan ya por cual vas a optar, detalle que sobra, nosotos no optamos por ninguno, y curiosamente al sentarnos a la mesa, nos entregaron directamente el de 25€, no sé si dimos esa impresión al ir con una persona mayor y un carrito de bebé, o lo hacen siempre. Muchos homenajean platos de la alta cocina de vanguardia actual, tampoco tengo ningún problema con ello.

De aperitivos sirvieron, una espuma de Chardonnay (servida en probeta), unas piruletas de gamba rebozada con vasito para untar, unas aceitunas esféricas (tacháááán), y una coca de sardina de cubo, servida sobre una lata de sardinas con hielo seco, sobre el que echan agua para que salga el humo (había una vez, parapararapara uuun circooooo ...). Bien sin más, más espectáculo que contenido, pero estaba bueno.

Los primeros muy bien, pude probar la ensalada de crujiente de queso, bien, brandada de bacalao, muy bien, y una pasta de nombre irreproducible con forma de concha gigante rellena de jabalí y acompañada de setas, excelente (la pasta al dente, que se suele estar pasada en estos platos).

Los segudos reguleros, probé un gigot de ternasco, bien pero un tanto resequillo, una dorada de ración (pero de ración de pescaíto frito), y yo me pedí un entrecote de ternera, sabroso, en su punto, pero tirando a duro, de hecho, un corte extraño que no sé yo si era lomo.

Postres bien, en mi caso un viaje a la habana: canutillo de chocolate simulando un puro (deberían poner la etiqueta comestible), con su ceniza y humo incluídos, y un ¿sorbete? de mojito de acompañamiento

El total no lo recuerdo con exactitud, pero rondando los 210 de 5 personas, con uno de los vinos subidito de tono, se puede cenar por poco más de 35€ por barba, con una cocina buena, razonable o decepcionante según el plato.

Habrá quien, con razón o sin ella, lo califique de un quiero y no puedo, a mí me parece una opción a tener en cuenta, no descarto volver y probar el menú largo.

* Nota de puntuación: la Cocina estaría entre correcta y buena, lo dejo en buena por estar más cerca de ésta.

Recomendado por 2 usuarios

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar