Restaurante La Rosa en Valencia
Restaurante La Rosa
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
31,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
49 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
4.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.8
Comida COMIDA
4.6
Precio medio entorno ENTORNO
6.5
RCP CALIDAD-PRECIO
3.8
Opiniones de La Rosa
OPINIONES
12

Elegimos el menú de 30 euros:
PICADA
- Ensalada valenciana.
- Pescaditos fritos.
- Clotxinas.
PLATO PRINCIPAL
- Arroz A banda.
POSTRE
- Helado.
Bebimos cerveza, bien servida, y agua. Los entrantes normalitos y el arroz a banda bueno, sabroso y en su punto. La ubicación es agradable, en la terraza frente a la playa, y la atención fue correcta.
Teniendo en cuenta el nivel que ofrece la ristra de locales de la zona la experiencia puede considerarse como positiva.

Recordaba a La Rosa como un excelente restaurante de playa. Hacia tiempo que no iba, pero la visita a Valencia de un amigo de Madrid amante de los arroces en la playa me animo a llevarle a este restaurante. Decepcionante: entradas un esgarraet con mojama, que no estaba mal, sepia a la plancha dura, que hacia difícil su masticación. Como plato fuerte paella valenciana, salada y con el arroz pasado, de postre fruta variada que no estuvo mal. Como complemento, sin café, dos chupitos, uno de chinchón dulce y otro de aguardiente blanco. Total para dos personas 95 €. No volveremos

Lugar que al incio de su andadura era punto de referencia dentro de la propia avenida de Neptuno donde la competencia es feroz por tratarse de fila de apareados de restaurantes, todos con las mismas vista y la misma playa el mismo planteamiento gastronómico de entradas playeras: clochinas, chipirones.. y luego un arroz a elegir.

En los últimos años han caido muchos vecinos por la mala calidad y elevados precios. Este local ha aguantado a pesar de estar antes en la misma línea. Ahora parece haber cambiado para bien.

No cambian mucho ni los cubiertos ni las copas pero sí el servicio. Con zona de la terraza llena y repitiendo alguna mesa, el servicio fué rápido, eficiente, con buen cambio de copas y platos, buenas recomendaciones de la carta de platos con algunas faltas (de temporada) en la que destaca la variedad de arroces y la posibilidad de finalizarlos en seco, meloso y caldoso (solo el de verduras a de encargarse), los de más para un mínimo de 2 se pueden pedir en el momento. La carta de vinos muy clásica pero más que suficiente; buena presencia de blancos propia de sitios como éste en la playa. En la sala, Victor andaba pendiente de todo, tomando nota y con interés por el resultado final.

Iniciamos con dos vinos de la casa la espera de completar la mesa de cuatro. Un buen pan tipo panecillo hecho de horno y no de pan precocinado. Un buen aceite de oliva virgen para una buena ensalada con los elementos agrupados por separado con lechuga, cebolla,tomate, rábanos, atun y aceitunas, Dos raciones de puntillas abundantes y bien rebozadas, una de clochinas hechas al vapor correctas. Racion de pescaditos con presencia de boquerones y salmonetes fundamentalmente poco rebozados y muy crujientes y sabrosos. Tamaño de raciones buenas.

De segundos uno optó por sepia de playa, buena, con guarnición. Los otros tres optamos por arroz y al final acordamos que fuera de marisco ya que el arroz del senyoret nos lleva a las típicas gambas descongeladas de paquete de gran superficie. En este caso el arroz en paella grande y al centro de la mesa con una capa mínima de arroz que hacía que el poco exceso de aceite se notara, pero el arroz estaba en su punto, entero y bien cocido con sus trocitos de calamar y gamba pelada, pero sobre todo con 6 cigalas de buen tamaño (de las que cuestan masticar las pinzas) y tres gambas rayadas de tamaño medio y buen sabor. La ración fue más que suficiente.
De postre dos raciones de fruta cortada y bien presentada con un poco de melon, sandia, kiwi, cerezas y piña todo la fruta madura.

De vino optamos por Quinta Apolonia 2011 un buen verdejo de Belondrade (20€). Dos de agua grandes. tres cafés muy correctos.

La sensación final es que sin ser barato el sitio, habíamos acertado en el local de los muchos que había, al menos por el arroz y su materia prima.

Hace pocos dias, estuve comiendo en este afamado restaurante (me lo habian recomendado) y cual seria mi sorpresa cuando por cada plato de arroz de marisco (ya me gustaria a mi que hubiese sido de marisco y no de tres tristes gambitas de la epoca del neolitico, dos mejillones insipidos y unos minusculos trocitos de algo que todavia no he conseguido saber que es), nos ''robaron'' 20 eur por comensal.
A lo que hay que añadir la soberbia y prepotencia de alguno de sus camareros (debe ser que estan acostumbrados a servir a personajes ilustres como los de las fotos que cuelgan en la entrada del restaurante) y no a gente de comun y corriente como nosotros, pero que ante todo somos educados y buena gente, eso si sin titulo nobiliario alguno, cargo politico o famoseo cutre.
Es cierto que esta ubicado en un enclave privilegiado, pero como tantos otros restaurantes de la costa mediterranea.
Dudo mucho que vuelva a poner un pie en este local, que por cierto a sabiendas de facturas tan infladas bien podian adecentar los baños.

Posiblemente, si no hubiera comido una fideuá en mi vida, hubiera pensado que los fideos insípidos que nos sirvieron, eran un plato para no volver a probar. Ahora bien, al haber comido este plato en varios de los mejores restaurantes de la Comunidad Valenciana, puedo añadir con conocimiento de causa que es imposible hacerlo peor.
Inexistencia de sofrito. Caldo de pescado insípido en su elaboración (si se lo añadieron) Varias colitas de gambas pequeñas y congeladas diseminadas en su interior. Todo ello aderezado con un al i oli indigno de tal nombre. Para rematar, 20 euros la ración.
El camarero nos preguntó que como estaba la fideuá, y al oir que "muy sosa"· desapareció sin hacer más comentarios.
Los calamares y las clóchinas de entrada acpetables. La sepia dura.
Los niños se pidieron un entrecote que vimos como lo sacaban congelado y el cocinero y el camarero se jactaban de lo íbamos a pagar como si fuera del mejor.(Lo escuchó mi mujer al acercarse al servicio) De hecho lo hicieron al presentar en la cuenta a 20 euros la unidad.
En resumen. 246 euros por 4 adultos y cuatro niños, con una sola botella de vino (de 15 euros), sin postres y cuatro cafés.

Había oido que estaba en horas bajas el restaurante La Rosa, pero veo que todavía es peor de lo que me dijeron. Fuí con unas personas de fuera para garantizarme que comían un buen arroz y francamente quedé fatal (arroz apelmazado y pasado de cocción).
Hice la reserva para 4 personas, pero finalmente fuimos 3. Estando 3 en la mesa y diciendo que no vendría la 4ª persona, pedimos el arroz de bogavante y con toda la cara dura luego me cobraron el arroz para 4 personasy lo justificaron porque la reserva la había hecho para 4.
En fín un restaurante para borrar de la lista de recomendados que yo tenía.

.... por ser finos. Comida familiar con gente venida de fuera de Valencia. Fideua incomible y entrantes para olvidar (sepia dura...). Cañazo en la cuenta.

Una pena, uno organiza con todo el cariño una comida familiar y se la fastidia un restaurador en decadencia.

Siempre tuve a "La Rosa" como el mejor restaurante de la Playa en Valencia. Después de haber ido este agosto, mi calificación no puede ser mejor que la de bautizarlo como "chiringuito playero". Fuí a invitar a un cliente, que no era de Valencia, e hice un ridículo espantoso. Tres entrantes discretos. Posteriormente un arroz "a banda" que tuvimos que devolver, pues estaba quemado, duro y era absolutamente incomestible. Tuvieron la poca vergüenza de servirnoslo. Preferimos pedir otros "segundos platos" y no volver a caer en el error de pedir un arroz ya hecho a contrarreloj. Durante los veinte minutos de espera, no fueron capaces de traernos nada para entretenernos. El vino blanco, un Albariño, se nos quedó caliente y no lo cambiaron. "Segundos platos" de pescado aceptables, postres y cafés (sin copa). Después del despropósito de comida, vino la cuenta. Tres personas, 220 euros. Eso, por si tenía alguna duda de a que sitio no iba a volver. No pedí el libro de reclamaciones porque iba con un cliente; si llego a ir solo, no lo hubiese dudado. Comentándolo posteriormente con un amigo muy relacionado con el mundo del vino de Requena- Utiel, me dijo que en julio había tenido una comida familiar, y le sucedió un despropósito similar. Por tanto, restaurante reconvertido a "chiringuito de tres al cuarto", pero eso sí, los 70 euros por persona no se los va a quitar nadie.

Llegamos al lugar sin saber exactamente a que atenernos, tenía un vago recuerdo de haber leído alguna recomendación, o la crítica del resturante, pero tras un breve paseo por la playa, su ocupación nos hizo decidirnos, y es que lo que más me llamó la atención fue, que a pesar de ser posiblemente (y diría que de largo), el restaurante más caro de la Malvarrosa, era sin duda el más lleno, si bien algún otro mostraba una buena ocupación, lo de este restaurante era abrumador. No dudo de que se pueda comer mejores arroces en la zona, y a precios más asequibles, pero es de suponer que la ubicación y la tradición, también se pagan, y si gastronómicamente no se puede poner ni un pero, no tengo nada que objetar.

Bonito emplazamiento (hay que ver lo que "viste" el mar a un restaurante), decoración ente playera y marinera, cierta elegancia en comparación con sus vecinos, y local aprovechado, pero cómodo. Correcto en montaje, o por lo menos para lo que se espera en un sitio de sus características, y corrección en la que se puede incluir su carta de vinos. Servicio dispar, con alguno de ellos más tosco (hasta casi llegar a ser desagadable), y otros más amables y afables, que incluso tuvieron la deferencia de no corregirme al leer como Eduardo Mendoza Chardonnay (14€, ¿o fueron 16?), el E. Mendoza que rezaba la carta, y es que, ¿quién me mandaba a mí haber leído recientemente "Mauricio o las Elecciones Primarias"?, pero desde luego fue un detalle referirse a él a partir de entonces, por E Mendoza en todo momento y evitarme el bochorno, aunque en realidad ya lo llevase por dentro.

¿La Carta?, siento decir que no pasé más allá de los arroces, y ante un par de opciones "fallidas", nos decantamos por unos pescaditos fritos de primero (12€), bien. Y un arroz de marisco de segundo (20€, la ración) que estaba excelente en punto y sabor, elaborado con unos chipironcitos, unas cigalitas y gambas muy ricos, lástima que de éstas últimas sólo hubiese una por barba.

Total casi 80€ de dos personas, con cafés pero sin postre, que aun pudiendo parece un poco caro, para una ocasión aislada u ocasional, merece la pena.

Coincido con la mayoria de las opiniones
El servicio fue excelente.
Nos atendió el dueño (lo se por las fotos de la entrada y porque él nos lo dijo), que nos trató como si ya nos conociera y nos hizo sentir como si fuera un sitio al que sueles ir a menudo.
La comida en su justa medida, una tellinas muy buenas regadas unicamente aceite de oliva (nada de limón ni tonterias) y un arroz a banda que estaba en su punto.
Me deje recomendar con un vino blanco y nos sacó el de la casa que según el "estaba muy bueno y nos saldría más barato" y la verdad que no estaba mal.
La diferencia de precio con sus vecinos se justifica por la calidad y el buen trato

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