Restaurante Quintaforca en Nulles
Restaurante Quintaforca
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
50,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
esta abierto los fines de semana
Nota de cata PRECIO MEDIO:
57 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.6
Comida COMIDA
9.2
Precio medio entorno ENTORNO
8.1
RCP CALIDAD-PRECIO
8.9
Opiniones de Quintaforca
OPINIONES
21

hemos vuelto en varias ocasiones al QF... a la sorpresa, al detalle, a la amabilidad franca de un carácter fuerte.

siguen haciendo lo mejor que hacen, que es casi todo...
no eres un cliente, eres un huesped, no estás en un restaurante, estás en su casa...

sin falsas florituras aunque con los sentidos floreciendo por doquier.

menú degustación completo, ocho platos y postres, ocho exquisiteces, micro-mundos que permiten profundizar en una cocina de temporada, local, o por decirlo en palabras más ajustadas, kilómetro cero y slow food.

del misticismo de unas croquetas de cazón, a unos pies de cerdo, una empanadilla de espinacas con mermelada de "calçot" (cebollino?), a una hamburgesa de cordero, etc etc....

francamente recomendable para los que quieren disfrutar de la cocina más allá de ese chuletón o esa merluza...
para esos sibaritas que añoran, con conocimiento de causa o sin ella, Adrià y similares... con la gran ventaja de no tener que vender a la abuela para degustarlo.

en resumen, excepcional....

Y eso es justamente lo que nos sucedió con en el caso de este restaurante, aunque yo casi lo llamaría "mi segunda casa".

A priori uno puede pensar que un restaurante sin carta (ni de platos ni de vinos), sin posibilidad de pago electrónico, con reserva obligatoria, y perdido en la Tarragona indómita, debe ser una excentricidad cercana a la locura, y más en estos tiempos que nos toca vivir.

Queríamos celebrar con mi esposa nuestro 15 años de feliz convivencia junto a nuestros progenitores (sólo nos queda uno por cabeza, y uno de ellos tiene 89 años, ojo al dato por lo que respecta a la comida...) y hacía ya un tiempo que, por diversas cuestiones, no habíamos podido reservar mesa en el Quinta Forca, así que esta vez lo conseguimos. Conversando con Xavi enseguida se creó un vínculo de simpatía y tuve por seguro que lo iba a pasar bien. Le comenté el motivo de nuestra celebración y me dijo que me cuidaría...

Llegar al pueblecito de marras tiene su aquel (y más con un coche extrabajo como el nuestro), pero al mismo tiempo te das cuenta de que si has hecho ese esfuerzo debe ser por algo. La callejuela de entrada al restaurante ya indica que estás atravesando los límites de lo que es un recinto de comidas standard.
La sorpresa fue ver que nos había reservado una gran mesa cuadrada (tipo imperial) en lo que era la cocina antigua de la casa: azulejos históricos, alacenas antiguas, una ventanita al campo... la sensación de estar en casa. Estábamos solos y lo cierto es que agradecimos mucho el detalle de Xavi.

Previamente habíamos reservado el menú largo (Forca), que se fue desarrollando de modo natural a lo largo de dos largas horas. Cabe destacar que todos los productos son naturales y casi todos de las comarcas colindantes, rázón por la cual la carta cambia cada dos meses. En este caso este menú veraniego se componía de:

- Gaspatxo de síndria picanteta (sorprendente)
- Torradeta de fuet dels Pirineu, flors de carbassera amb mel (la flor, todo un descubrimiento)
- Espàrrecs naturals i canyuts amb maionesa de gingebre (el "canyut" es una navaja de la desembocadura del Ebre)
- Salsa freda de naps i tòfona d`estiu i ou de guatlla (simplemente sen-sa-cio-nal, una mezcla de sabores a priori contradictorios, pero con un final apoteósico)
- "Ensaladilla" 2010 (una afortunada reinvención de un plato muy maltratado)
- Suprema de bonítol i fideus freds (materia prima para tirar cohetes)
- 3 Gambetes de Tarragona (en este caso fueron sustituidas por 4 cigalitas salteadas con un aceite que pedía pan a gritos...)
- Múrgules amb parmesà i tomàquet (otro plato para hacer la ola!!!)
- Bombo d`arròs, popets, ceba confitada i vermut (los pulpitos tenían un gusto a mar que parecían casi erizos)
- Caneló de rostit (quizás el único plato un poco criticable, aunque sólo fuera por ser un final de salados un pelín pesado)
- Postres: Per pecar una estona mes (selección de helados, sorbetes y especialidades a compartir)

El tema de los vinos es posible que no sea del gusto de todos. No hay carta y Xavi se deja llevar por los comentarios que le hagas sobre tus gustos. Además, él también prueba los vinos, de modo que si no le convence, te lo cambia (o lo deja, pero trae otro). En nuestro caso, el primero no encajaba demasiado (y él mismo lo reconoció) así que nos trajo otros dos a lo largo del ágape que funcionaron a las mil maravillas.

Al final, siendo ya los últimos (nos suele pasar por lo mucho que nos enrollamos con todos), Xavi y Almudena nos enseñaron la parte alta de la casa, que disfruta de unas vistas a los campos circundantes que ya me gustaría a mi tener un día a la semana...

En resumen: las tres "C" (cantidad, calidad y cariño) que se cumplen con creces, y todo a un precio que, incluso hoy en día, me atrevería a decir que es casi barato.
A repetir una y otra vez, aprovechando el cambio bimestral de carta!!

hay cosas que sólo cambian para mejorar y lo gracioso es que lo hacen desde la excelencia, lo cual es algo difícilisimo.
menú degustación amplio, abundante y extenso, tanto en cantidades, como en combinaciones, sabores y equilibrios de alguién que sólo piensa en sorpréndernos desde la modestia real y auténtica de los que dominan lo que hacen.

es el lugar ideal para disfrutar de lo que es comer sin falsedades ni vacíos, con un menú soberbio y un servicio completo al nivel que corresponde.

si buscan artificio y absurdo, lo siento no es aquí.
si buscan calidad, variedad y un punto elevado de imaginación palpable (nada de aires ni aromas) a un precio mucho más que razonable...es el lugar ideal....

en resumen....alucinaran.

Tenía que ser la celebración del cumpleaños de Javier (42) y casi casi, nos plantamos en Navidad y como dice Xavier, que voy de año en año. En esta ocasión y como cada vez que voy a comer en compañía, con amigos: FrancescF y María con sus hijos, Jose, uno de nuestros mejores amigos y nosotros con la peque. Nos situaron en el comedor individual situado en una cocina antigua, en una mesa presidencial que hizo los delirios de Francesc (je je).

Ya había reservado la comida de los peques, unos macarrones con pollo empanado y helado. Tomamos un aperitivo: tres vermouths y una copa de cerveza de Les Clandestines que compartimos María y yo. Los adultos (6) nos decantamos por la degustación Forca, una serie de 8 platos individuales y, cuanto a los vinos, como no dispone de carta, nos propuso; Eixaders de Costers del Segre que estaba excepcional (100% Chardonnay) de l'Olivera, fermentado en barricas de roble (16 euros); Clos Mont-Blanc Reserva Masia Les Comes (70% Cabernet Sauvinon y 30% Merlot) (16 euros) que estaba muy bueno y uno de Celler Piñol que no recuerdo.

Los platos fueron: Croqueta de carne de cocido con aceite de pimiento de piquillo y presentado con una cuchara de caldo (el caldo reducido a tope hasta tener consistencia de gelatina), personalmente, las croquetas son una de mis debilidades, la cuchara no me entusiasmó, pero lo encontré original; Chocolate caliente bajo dados de foie, anchoa y frambuesa, estaba de rechupete y la anchoa estaba en forma de aceite; Tapita de mollejas o lecherillas de cordero, camagrocs y su cuscús, que a pesar que ninguna víscera me guste, aquí logra Xavier que me lo coma, sin demasiado desagrado y ésta ocasión que me guste un poco; Canelón de butifarra de cebolla, con pomada y crujiente de boniato, una butifarra buenísima que compra en Valls y que ya hemos cogido buena nota; Sopa de llenegas con pasta gruesa y trinchado de col; Timbal de alubia de ganxet, rosiñols y escopiñas (Receta recogida del restaurante Sant Miquel, de Vallromanes) que no estuvo nada mal, dado que me lo comí todo y eso que no soy amante de ese tipo de alubias y me parece perfecto que alguien que ha hecho un plato que hace otro restaurante lo nombre, ya que conozco a algunos que copian y se acoplan la medalla en cuestión de originalidad; con la carrillera de ternera y parmentier de membrillo, buff … no pude terminar. Los quesos de más flojo a más fuerte estuvo bien, quizás más corto que la última vez, pero ya nos comentó que el repartidor les había fallado en el último momento. Los postres, tarta tatín de manzana, pastel de chocolate, pannacotta que lo he probado mejor en anteriores ocasiones y algo más que no recuerdo.

Y para terminar el cava con el que Francesc nos deleitó en Casa Toni (San Vicente de la Sonsierra): Gran Reserva Brut Nature Millessime 1996 Castell de Bravuac, que probablemente un día de estos visitemos la bodega, cafés y una morriña considerable. Creo recordar que fueron cuatro botellas de vino para cinco adultos … estuvo muy bien compartir mesa con Francesc de nuevo para ver las caras que ponía tras degustar los platos. Ahh! Por cierto, los niños no pagan en QuintaForca, todo un detallazo para las familias.

Hoy hemos ido a comer co mis padres a este restaurant; que, como su nombre indica, está en la "quinta forca" (suerte qe nos han guiado unos del pueblo). Tengo que destacar el buen trato recibido desde el primer momento: Xavier es un gran restaurador y sabe llevar bien su negocio acercandose a ti y tratando de complacer tus gustos en todo momento. El menú ha sido el siguiente:
Croqueta de "rostido"
Foie con higos y queso con una vinagreta muy buena. Muy Bueno.
Carpaccio de pulpo con berengena. EXCELENTE!
Vieiras con boletus.
Coca de ceps (y otros hongos) con tomate confitado.
Sopa de cebolla. Rica, rica.
Macarrones con bacalao.
"Pilotilles" (albondiguillas) de cordero con patatitas y setas.
Quesos:uno de oveja vasco; otro azul de Sort, Lleida; otro de cabra, no recuerdo de donde.
Postres: tatin de pera, helado y volcán de chocolate.
Vino: Cavernet Souvignon de Clos Montblanc.
Cava: 1 botella de brut y otra de brut nature de Vives Ambros.
2 cervezas La Clandestina, 2 coca-cola, 2 aguas y cafes.
Precio 4 personas: 254E
Es un restaurante al que se debe ir a pasar un buen rato y no tener prisa (15-18:45h); os aseguro que se me ha pasado el tiempo volando (la compañia ha contrubuido).
No creo que dejemos pasar mucho tiempo en volver.

Pues bien, si Nacho_G.F. afirma que “vale la pena el paseo desde Tarragona”, yo afirmo que también lo vale desde Girona que está un “pelín” más lejos.
En cuanto a la carreterita, después de tantos kilómetros de autopista, tiene su encanto.
El menú está descrito fidedignamente en el comentario anterior, el precio del mismo, 42€ tiene una excelente relación calidad precio.
Vinos y cavas de la región a precios de mercado, sobre los 15€.
Pero lo más destacable, lo que sin duda puede marcar la diferencia y nos hará volver, a pesar de la distancia, es el trato recibido. Nos hemos sentido como en casa, hemos ido a comer y hemos ganado un amigo. Gracias Xavi.
Por cierto “Pepginé”, con todo lo que nos han servido, no hemos echado de menos el Jamón.

La que hacen en Quintaforca. Vale la pena el paseo desde Tarragona y sobre todo el suspense al meterse por la estrecha carreterita que lleva desde Nulles hasta Casafort, pedanía donde se ubica el restaurante. El sitio es bonito y súpertranquilo. Estuvimos en un pequeño comedor muy cómodos un grupo. Tomamos la única opción de menú, el "tast actual" que varía mensualmente.
Para empezar la croqueta de carn d´olla estaba rica, lo mismo que la tapeta de figues, foie amb blat de moro i crispetes dolces, aunque no creo que éstas últimas aporten nada al plato. La Amanida de rovellons, peus de rata, pera de Puigcerdà, vieira i vinagre de cava me pareció un plato moderno y muy fresco. La sopa de ceba 2009, una relectura de esta sopa tradicional me encantó.
Como platos más contundentes citar los Macarrons amb bacallà y las Pilotilles de xai amb mel i patatones confitades, ambos 2 sabrosos.
Para acabar un buen plato de quesos con mermelada y "Postres per pecar una estona mes" (estona=rato), que me pareció lo más flojo.
Un buen café y licores de calidad redondearon la comida, que empezó a las 15.30 y acabó a las 19, siendo la atención estupenda en todo momento.
No puedo hablar de carta de vinos porque el chef propone los caldos. Nos propuso 1 Montsant del año y 2 Conca de Barberà, 1 syrah y 1 cabernet-merlot. Sirvió los 3 a la vez y así pudimos ir catando, comparando y maridando. Me pareció muy buena idea que dió mucho juego entre los comensales.
El menaje muy corecto. Un tipo de pan,estaba bueno.
En resumen, una propuesta interesante, un equipo volcado en que el cliente pase un buen rato alrededor de una mesa sin mirar el reloj. Pienso valdría la pena afinar con los postres.

Curioso restaurante. Comimos diez personas en una única mesa. Menú degustación en el que destacaban unas albóndigas de cocido excelentes, buen foie "mi cuit" con higos tiernos, buenos quesos, postres variados... Los vinos, tomamos un vino joven local, de buen gusto, un Clos Montblanc Syrah de 2006 (que bueno és este vino, caramba!) y un Clos Montblanc reserva 2004, aceptablemente bueno. Ambiente agradable. Muy buen servicio... Una rareza:Ñ NO TIENEN JAMÓN. Raro no? Apúntelo en su agenda!

Tres comensales, uno de ellos bastante reacio a este tipo de gastronomía... la esencia de Quintaforca, el saber hacer de Rosa y de Xavi se ganaron el reconocimiento incluso de este escéptico.
Quintaforca representó para nosotros, ante todo, un paseo para los sentidos. La vista nada más llegar se regala en el espacio íntimo y mágico creado por Xavier Fabra, propietario del local y creador del maravilloso ambiente que allí se respira, así como de la elaboración culinaria. Empiezas degustando los platos también por los ojos, tan estupenda es la presentación. El olfato, antes de probar cualquier plato, los olores inundan la pituitaria preparando el paladar. Y el gusto, tanto en los vinos - gracias por descubrirnos el Acústic! - como en los platos. Hay momentos de sabor tan potentes que sin darte cuenta cierras los ojos para degustar mejor.
Disfrutamos, y mucho.

Xavier cambia el tast cada quince días. Estoy deseando que llegue ese cambio para volver a Quintaforca!

Este domingo volvimos por tercera vez a este restaurante, en este caso acompañados de nuestro grupo de cata
He dudado en escribir un comentario ya que escribí la primera vez que fui y mi opinión no ha cambiado en absoluto, pero después de ver los comentarios anteriores me he decidido.
Primero de todo deciros que no conocía a Xavi absolutamente de nada hasta la primera vez que fui a su restaurante recomendado por un buen amigo dueño también de un restaurante.
Las cosa han cambiado desde entonces y hoy por hoy puedo decir que siento una gran admiración amistad y cariño por sus dueños y su forma de llevar su restaurante.
Desde mi percepción Xavi consigue algo dificil de ofrecer y es que además de hacerte difrutar con una gastronomia elaborada e innovadora ( a un muy buen precio), consigue que te sientas como en casa, para mi es lo que marca la diferencia,lo que les hace diferentes a muchos muchos otros restaurantes.
Ya sabemos que la percepción de cada uno es diferente y lo que a mi me puede encantar a otros no,pero creo que cada uno da su opinión con la única intención de explicar su experiencia y aportar información a futuros clientes.
Dicho esto solo comentar que junto a una compañia inmejorable disfrutamos de sus 12 platos del tast (42 eur) , no los voy a enumerar todos pero particularmente destacaría las Croquetes de rostit (me recordaron a las añoradas croquetas que hacia mi abuela), la Cuixa de pop i pilota de patata bufet torrada y Conserva de múrgules de primavera i llenties botó.

Finalmente solo deciros que si tenéis oportunidad visitéis su restaurante, siempre es una experiéncia descubrir sitios nuevos y quizás os llevéis una grata sopresa como nos paso a nostros, yo sin duda seguiré escapandome cuando pueda para disfrutar de momentos como el vivido el pasado domingo

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