Restaurante Taberna Laredo en Madrid
Restaurante Taberna Laredo
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Agosto. Domingos
Nota de cata PRECIO MEDIO:
53 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.0
Comida COMIDA
7.9
Precio medio entorno ENTORNO
6.8
RCP CALIDAD-PRECIO
7.3
Opiniones de Taberna Laredo
OPINIONES
35

Nos lo recomendaron desde el principio y aunque no sabíamos muy bien donde se encontraba el nuevo local, no nos costo mucho encontrarlo.

Decir que la bodega es de una calidad de la cual se presume, no nos defraudo, aunque a mi señora le pareció que el servicio no fuese el adecuado.

De comer, un sitio fabuloso donde intentare repetir alguna que otra vez, los precios no son nada descompensados en relación a la calidad y bienestar de la taberna.

Se puede ir tanto de tapas como al restaurante

No conocíamos su nueva ubicación y, después de varios intentos infructuosos con la reserva, esta vez lo conseguimos con tres semanas de antelación. Evidentemente el local está de moda y siempre a reventar. La taberna ha tomado un aire mucho más moderno con materiales como la piedra y cristal y con tonos grises y negros. La barra, con forma de U y situada en la parte inferior, muy concurrida.

El comedor está en un altillo con ladrillos de tonos grises muy oscuros y con techos demasiado bajos. Lo mejor la soberbia bodega climatizada y acristalada de unos 20 metros. Lo que se ha ganado es un cierto aislamiento con respecto al bullicio de la barra y comodidad.

Servicio en sala llevado por jóvenes que apenas llegan al aprobado por su trato un tanto distante y poco profesional. No sé, pero recuerdo un servicio más atento en su antigua ubicación. No mostraron ni el más mínimo interés ni durante ni al final de la cena por cómo iba la velada. La camarera que nos atendió hizo de maitre e incluso de ¿sumiller?.

La carta basada en productos de temporada con buen género y cuidadas presentaciones. Amplia oferta de entrantes a compartir por su generosidad. No hay malabarismos en la cocina.

Servicio del pan con dos tipos de panecillos bastante buenos.

Cena para cuatro personas:

Como detalle de la casa, la clásica lata de mejillones en escabeche con patas fritas.

Tomamos unos entrantes a compartir:

- Ensalada de tomate relleno de queso burrata con albahaca y aceitunas confitadas: Bastante simplón el resultado pero al menos se dejaba comer bien.

- Ración de boquerones y anchoas: El típico matrimonio con los boquerones en su punto de vinagre y unos estupendos lomos de anchoas perfectas de sal. Se presentaron con pan y tomate.

- Témpura de cigalas y cebolla: Bastante bien, aunque la fritura algo aceitosa.

Y de segundos:

- Rabo de vaca estofado: Generosa ración presentado con patas fritas. Bien aunque me comentaron que llegó solo tibio a la mesa.

- Steak-tartare de ternera: Buen tartare aunque un pelín fuerte de tabasco.

- Dos de dados de rape y merluza con ali-oli de almendras: Buenas raciones de pescado bien frito y con un suave y original ali-oli.

Finalmente, solo yo pedí postre:

- Un coulant de chocolate y aceite de oliva: Solo correcto.

Carta de vinos muy actualizada con vinos nacionales e internacionales, especialmente blancos y tintos de Borgoña. Precios rozando el x2. Nos extrañó no ver a alguien en la sala que llevara el tema de los vinos. Tomamos dos botellas de Carmelo Rodero Crianza 2009 (25€ inc. IVA) muy bien de temperatura y copas Riedel. El servicio del vino se limitó al descorche. No están atentos a rellenar.

Precio total: 223.20€ (inc. IVA, servicio de pan a 1.50€, dos botellas de vino, dos botellas de agua de 1 litro a 2.70€ y tres cafés).

Nota: El precio indicado es lo que estimo lo que costaría comer con IVA, pan y servicio y sin bebidas.

Laredo era uno de los locales que queríamos probar en nuestra visita a Madrid. Esta claro que este restaurante/taberna esta de moda, completamente lleno, la zona de tapas y la zona del restaurante, incluso nos llamaron antes para confirmar la reserva.

La zona del restaurante es elegante, con una bodega climatizada a la vista, impresionante, una buena disposición de las mesas, aunque las de dos, un poco justo.
Buen servicio, serio y profesional, sin interactuar demasiado con los clientes, y acertando (bajo nuestro punto de vista) cuando pedíamos consejo.

Empezamos para compartir, con un tartar de tomate con parmesano, con una textura sorprendente, muy bien aliñados, muy sabrosos, todo un acierto.
Seguimos con una tempura de cigalas y cebolla caramelizada, una tempura fina y crujiente, pero dejando el protagonismo a lo de dentro, que estaba muy bueno.

Un inicio prometedor y que cumplía con nuestras expectativas.

Los segundos, una hamburguesa de vaca vieja y secreto, con cebolla carameliza, acompañada de patatas fritas caseras y tres salsas, tomate, queso y mostaza antigua, servida al punto que se pidió, sabrosa y con la posibilidad de jugar con las tres salsas.

Un cochinillo confitado, quizá lo mas flojo, estaba bien, pero puede que no sea el sitio para pedir este plato.

Respecto al vino, la carta es muy extensa, con muchas denominaciones de origen nacionales y vinos de fuera, como es habitual algo caros, buenas copas, servido a temperatura, faltaria mas, con esa cava que tienen!!, pedimos un Pujanza (25 €).

No pedimos postres.

Salimos bastante satisfechos, en nuestra próxima visita, volveremos, no se si a la zona de tapas o al restaurante, tengo la sensación, que se puede disfrutar mas yendo de raciones o tapas.

Tenía pendiente la visita al nuevo local. Surgió una comida de celebración por cuestiones de trabajo, se propuso el Laredo, y yo desde luego me adherí con entusiasmo a esta propuesta. Desde luego, con el nuevo comedor (la barra está también muy lograda, aunque la ganancia marginal respecto al anterior emplazamiento no es tan significativa) ha mejorado muchísimo, tanto estéticamente (es un espacio muy versátil y muy bien puesto, que permite tener una cena en un entorno más “fashion” que antes), como en espacio físico (más que por tamaño, por mejor distribución).

Cocina y producto de nivel, con una carta que se presta a compartir. Éramos 6 personas y pedimos los siguientes entrantes:

*Tartar de atún rojo (30 €). Excelente producto y muy bien preparado. Excesivo precio, en especial teniendo en cuenta que es una ración justa (salimos a 6 cucharadas, 2 bocados por persona)

*Pastel de ventresca con pimientos asados, aguacate y All i Oli (18 €). Buenísima y jugosísima combinación, tan bueno y apetitoso como el de la vecina “La Castela”. Este lo propuse yo y esperaba encontrarme algo parecido, como así fue. Acerté, gustó mucho.

*Boletus salteados con puré de patata aromatizado a la trufa (21 €). Muy ricos y suaves. Con mucho sabor.

Como principales:

*Entrecot de vaca vieja (30 €). Es lo que pedí yo. Gran pieza (se puede pedir para compartir perfectamente). Muy jugosa y hecha en su punto.

* Lenguado para 2 personas. Quienes lo probaron les gusto. Lo sirven con un acompañamiento (en cuencos aparte) de calamarcitos en salsa americana.

*Gallo San Pedro (para 2 también). Hermosa pieza, servido perfectamente limpio. Este sí lo probé. Muy buen producto, hecho en su punto.

*Chipirones a la plancha con cebolla confitada. Excelente aspecto también.

De postre pedimos tarta de queso (tipo quesada), suave y deliciosa, y coulant de chocolate, también muy bueno.

Pues si se come bien, se bebe todavía mejor. Sitio de obligada visita en Madrid para los que disfrutamos del vino. Carta muy completa e interesante, con un sobrecoste razonable respecto a precios de tienda. Buscando bien, algunas referencias te las puedes encontrar apenas 3-5 € por encima (me viene a la cabeza por ejemplo el Paixar 2005 a 47 €, que yo lo he pagado a 42 € en Lavinia).

Y por supuesto, siempre es un placer dejarse aconsejar, por profesionales que saben tanto, conocen tan bien el producto que ofrecen, con el único objetivo de que disfrutemos del vino en la mesa, cueste 20 € o 100 €.

Tomamos (por este orden) los siguientes vinos, que acompañaron fenomenalmente bien la comida:

*Meo-Camuzet Bourgogne (30 €)
*Michel Lafarge Bourgogne (30 €)
*The end de Jiménez-Landi (47 €)

En definitiva, un sitio muy recomendable. No es un sitio barato, con los aperitivos de principio (Manzanilla, cervezas y un excelente vermouth rojo de Martínez Lacuesta), cafés y 4 GTs (sobre los 9 € cada uno), que nos tomamos muy a gusto (no salimos hasta las 6.30), salimos sobre los 420 €. Sin embargo, la calidad de lo que se come y se bebe es innegable, y se paga a gusto….con un planteamiento menos festivo, puedes salir perfectamente por 50 € / persona, y lamentablemente en Madrid, a la que te descuides, te clavan sin despeinarse 100 € por pareja y “ni fu ni fa”, por lo que Laredo es una muy acertada alternativa.

El precio por persona no incluye las copas

Hace una buena temporada que no visitábamos la Taberna Laredo. Ahora se sitúa en un nuevo, espacioso y moderno local en Doctor Castelo, 30. Entrando a la izquierda se encuentra la barra en forma de U, rodeándola por la izquierda y subiendo unas seis escaleras se llega al comedor. Nada más entrar al mismo, llama la atención unas espectaculares neveras de varios cuerpos, en las que el sumiller se introduce para recoger los vinos, champagnes, cavas. Dispone actualmente de más de trescientas referencias en bodega. Taberna Laredo es actualmente una de las mesas más complicadas de conseguir de Madrid.

Según Miguel Laredo, la apuesta en la cocina sigue siendo la misma. Desde mi observación, cocina muy tradicional basada en un producto de calidad. Dicho esto, considero que hay algunas creaciones clásicas que pueden mejorar con la uso de técnicas algo más modernas. Especialmente en lo relacionado con la temperatura y duración del tratamiento del producto. Decía Jean Cocteau, que la tradición es algo vivo, y sometido a cambios.

Se comparten los siguientes entrantes. En primer lugar, unas croquetas de carabinero, mejillón y pimientos rojos. Correctas, con generoso sabor al crustáceo, pero sin que sean algo para recordar. Cada uno tenemos un paladar diferente formado tras muchos años en el amplio mundo de las croquetas, personalmente me gustan aquellas con un menor porcentaje de besamel, y en las que pueda encontrar tropezones. Por costumbres maternales, mi croqueta favorita siempre ha sido la de “el día después” ; es decir la del cocido.

A continuación, llega un tartar de tomate con parmesano. Sin duda el plato que más nos ha gustado desde el punto de vista de elaboración. Tomate macerado, habiendo absorbido el líquido de la maceración. Se presenta a buena temperatura, resultando bastante sabroso.

Como último entrante una tempura (del portugués “tempero, en castellano “condimento”) de verduras. Resulta buena, teniendo ámbito de mejora con una fritura más delicada, menor en el tiempo.

En lo relativo a los platos principales, se comenzó con un cochinillo con patata trufada. La piel se presentaba medianamente crujiente, el cochinillo tenía un muy buen sabor. Desde mi análisis, admitiría un menor punto. Es decir con algo menos de tiempo o temperatura creemos que el resultado sería de mayor jugosidad. He disfrutado más otros acercamientos al cochinillo donde éste había sido cocinado a baja temperatura durante un buen número de horas.

Y por último unas cocochas de merluza al pilpil. Generosa ración en número, con un producto de indudable calidad, tamaño y gusto. Género por encima de la elaboración ya que el pilpil en sí nos pareció de baja densidad, poco ligado. Esto no privaba al plato de estar de mojar pan, pero sin volverse loco.

En el mundo de los vinos, nos pusimos en manos de Miguel, simplemente comentándole que íbamos a tomar tinto, y que fuéramos “increscendo” en la fuerza de los mismos. Comenzamos con un Borgoña Domaine Michel Labarge (Pinot Noir), para posteriormente desplazarnos hacia la isla de Mallorca con un 12 Volts. Ambos agradaron, personalmente más el segundo. Resultó ser de esos vinos tintos que me resultan “fáciles de beber” y bastante agradables.

Servicio escaso en número, en comparación al número de comensales. En un restaurante (que no taberna) de este nivel de precios, se requiere un mejor servicio de sala, que transmita un mayor sosiego y tranquilidad al cliente. No hacemos referencia al tratamiento de los vinos, sino a los tempos entre plato y plato, la relación camareros vs mesas y comensales, el cambio de platos…..

Sensaciones contrapuestas; por un lado muy buena calidad del producto, tratamiento de los vinos y amplitud de bodega; pero por otra encontramos elaboraciones con margen de mejora, y la necesidad de dar una vuelta al aporte de todo el servicio; especialmente cuando parece que día tras días los llenos están casi asegurados.

Para visualizar el post completo, visitar: http://www.complicidadgastronomica.es/2012/10/taberna-laredo/

Súper recomendable, ambiente de gente de edad media unos 35 - 40 años, todo decorado muy bonito y moderno. Tiene una zona para picoteo al principio que está muy bien. Todos los platos están buenísimos, súper recomendable el salmorejo, el tartar de atún muy bien aliñado y el cochinillo confitado.
El servicio muy amable. Seguro que volveremos. Cenar sale por unos 43€ con vino, pero merece la pena. Podéis ver todo el detalle de nuestra visita en: http://hoycenamosfuera.com/2012/09/07/taberna-laredo/

De viaje a Madrid por temas de trabajo nos desplazamos dos personas a ver si conseguiamos comer. El nuevo local es muy bonito, bien pensado y con un trato preferente a la bodega vista y acristalada que preside el comedor del primer piso.

Como no habia mesa tomamos algo en barra, unos blancos acompañaron una estupenda ensalada de tomate con cecina y parmesano (18€) y un jugoso revuelto de oricios, langostinos y verduritas.

Postre de chocolate con copita de PX y a seguir.

Hay que volver a tomar algo con más calma.

Taberna imprescindible para los amantes del vino.Como suele ocurrir con los apasionados del vino,la carta de vinos esta a unos precios totalmente contenidos,"baratos"en su mayoria(lo mismo ocurre en el Celler de Can Roca,Monvinic,Taberneros y muchos mas Restaurantes en los que el dueño"es un apasionado"y quiere que la gente disfrute de los vinos).
Miguel Laredo pertenece a estos apasionados.Muy amable me enseño su Bodega,excelente.Probamos un A Torna Dos Pasos 2009(Ribeiro de Luis Rodriguez Vazquez)agradable,frutal,muy bueno.De postre un dulce,Cantocuerdas,Viñedos Bernabeleva DO Madrid de(moscatel de Bernabeleva).La carta una maravilla(Selosse Contraste a 100 €!!!!)precios muy contenidos.Indispensable para los enofilos.La comida muy buena.Lleno un Lunes de Febrero.

Siguiendo las notas de Verema optamos por reservar en el restaurante y acertamos como cada vez que hago caso de los foreros más habituales.
Comí los mejores judiones que he probado en mi vida. Exquisitos!!!
De segundo las chuletitas de cabrito con patatas y pimientos me hicieron tocar el cielo con las manos.

Para beber 4 o 5 copas de un rioja cosechero de la compañía de vinos de Telmo Rodríguez que servían de un magnum que casó perfectamente con la comida. Local agradable y camareros atentos. Un sitio para volver una y mil vez.

Nos quedamos con las ganas de tapear algo en la barra.

Fin de semana en Madrid, viernes noche, quedamos en esta taberna con el amigo Eugenio y señora, local hasta los topes.
Con un poco de suerte y unas gestiones de Eugenio, conseguimos mesa en el pequeño comedor de que dispone, decoracion sencilla, botellas y cajas de vino por todos lados, cuadros con las zonas vinicolas mas representativas de Francia, mesas bien vestidas, con una correcta separación, vajilla y cuberteria de calidad y cristaleria Riedel.
En cuanto a la comida, dejamos hacer a Miguel y que nos saque lo que a él le parezca.
De aperitivo, una lata de mejillones de conservas Franco con unas patatas fritas, enormes mejillones de gran calidad y sabor.
Para compartir nos sacó varios platos a modo de menú degustación:
-Salmorejo con virutas de iberico, de los mejores que he probado, eso sí, a 15 eurazos.
-Boletus a la plancha con yema de huevo de corral, puro sabor y finura. 21€.
-Ensalada de tomate Raff, jamon iberico y lascas de parmesano, que tomate señores, muy buena. 12€.
-Tartar de dorada con angulas y huevas de trucha, antologico. 30€.
-Entrecot de ternera de la Sierra de Guadarrama, perfecto de punto y de sabor, una de las mejores carnes que he probado, se acompañó de patatas fritas cortadas en daditos. 25€.
-Degustacion de postres, tarta de queso, de chocolate, bizcocho borracho y helado de yogurt, todos a muy buen nivel. 15€.
En el apartado de vinos no pude ver la carta, ya que directamente nos llevaron a la bodega donde poder campar a nuestras anchas, enorme cantidad y variedad de vinos donde poder satisfacer a los paladares y bolsillos mas exigentes. Para la ocasión, optamos por un excelente champagne, Bernard Brémont Millesimé 2002, una rareza del Jura, Ganevat Cuvée Prestige y para mi el sorpresón de la noche, Peña Caballera 09, finisima garnacha madrileña.
Servicio impecable, cambio de copas, cubitera, etc...
En definitiva, producto de primerisima calidad tratado a la perfeccion y con excelentes vinos, poco mas se puede pedir.
Sin duda, una velada inolvidable.

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