Restaurante Chez Lyon (RESTAURANTE CERRADO) en Valencia
Restaurante Chez Lyon (RESTAURANTE CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
15,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
33 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.6
Comida COMIDA
7.3
Precio medio entorno ENTORNO
6.8
RCP CALIDAD-PRECIO
7.7
Steak tartar
Tarta de Fresa y Frambuesa
Atún Rojo sobre Fondo Marino
Habitas Baby con Foie
Sardinas marinadas
Tiramisú
Tocino de cielo
Gambas con aguacate
Habitas con foie
Cóctel
Opiniones de Chez Lyon (RESTAURANTE CERRADO)
OPINIONES
35

Uno debe entrar aquí casi con la admiración que te producen la mercerías antiguas.

Me gustan sus sillas de cafetería del centro de la época, las balaustradas de madera, esas mesas para el vino de Railite... En fin, tiene ese entrañable y rancio clasicismo que tanto nos pone a algunos.

Otra cosa reseñable es el servicio. Transcurre calmado y en tono bajo pero de manera eficaz. El veterano que lleva la sala es un ejemplo de camarero de siempre.

Y la comida transcurrió tal cual. Sin sobresalto alguno, respondiendo a una cocina francesa sencilla y clásica. Resulta que estaban dentro de Cuina Oberta, primera vez que hago uso, y su menú para tal promoción en mi caso fue:

- Quiche de verduras con emulsión de queso de cabra. Bien aliñada la ensalada de acompañamiento y bueno el quiche en si. Está claro que el queso le da intensidad pero sin él tampoco hubiese pasado nada.

- Seak tartar. Tamizado de más y con un artificioso color. Sin embargo, buen resultado. Equilibrado en cuanto especias, agradable y generoso de cantidad pese a la apariencia. Si lo extiendes en el plato te das cuenta de ello.

- Crème brûlée. Ni fú ni fá. Más compacta que unas natillas, una textura de flan. Creo que ha de ser así de hecho, pero prefiero la crema catalana.

Comentar que de inicio sacan como una mantequilla suave con unos biscotes industriales, de los cuales acabé solicitando para el steak ante el gomoso pan del servicio.

De la compañera probé algo de lo suyo y sólo me convenció la ensalada con habitas y pato confitado. El tartar de atún estaba anulado por el aguacate y demás condimentos, y la tarta tatín recalentada se notaba.

En cuanto a vinos, una carta sin muchas referencias, perfectamente válida y muy ajustada de precio. Servido en buenas copas, con el protocolo de dar a probar y mesitas de apoyo... bien. Tomamos Ònix Classic 2015 del Priorat, del que solicitamos cubitera para rebajar y controlar temperatura, y que cumplió muy bien sobre todo con el plato estrella del local, al menos el más demandado, el steak.

Cerramos con cafés y salimos con cierta satisfacción, reconozco que incluso con algo de complacencia, quizá por todo lo comentado al principio. Digamos que hay un conjunto que hace merecedora una próxima visita.

Aquí nos presentamos, previa reserva en una web que ofrecía descuento 30% en la carta, para comprobar ese punto demodé tan comentado últimamente por el foro.

¿Quién dijo que la gente aprovechaba el fin de semana y se marchaba de puente fuera de la city? Local lleno a tope y preparándonos una mesa recientemente liberada por otros comensales. El ambiente, aspecto y decoración del local está descrito con maestría en comentarios previos. Clásico en todas sus facetas incluido el menaje utilizado.

Te obsequian con un Kir Royal nada más sentarte lo que ya me dio indicios de que me encontraba en un local diferente de los que habitualmente frecuento.

Excusaron la falta de varios platos de la carta por fallo de intendencia, pues no esperaban tanta afluencia ese día y se avecinaban dos más cerrado, por lo que ajustamos la comanda inicial en función de esta contingencia.

Compartimos al centro:

Habitas Baby con Foie. Me declaro ferviente seguidor de las habas y estas las encontré tiernas y gustosas dominando al foie sin contemplaciones. Mondo.

Steak Tartare. No quedaba para preparar una ración pero gentilmente, con lo que quedaba, nos prepararon una tapita que además no nos cobraron. Destacable por su suavidad. Cortesía.

Atún Rojo sobre Fondo Marino. Una pena pues estaba pasado de calor, lo que le restaba sabor y aunque el producto era bueno quedaba deslucido. Ya que nos preguntaron al final de la cena, se lo comenté, reconociendo el camarero un fallo en la conexión cocina sala que propició un segundo golpe de calor culpable. Posibilidad.

Pluma de Ibérico con Frutas a la Llama y Reducción de Moscatel. Elaborado durante muchas horas a baja temperatura resultando tierno y rico. Comedido.

Tarta de Fresa y Frambuesa. Base de galleta con un poco de crema pastelera por encima y luego las frutitas colocadas de forma decorativa. Lo mejor… la base. Básico.

Vino para beber, tras las dos primeras opciones fallidas nos quedamos con lo que nos recomendaron en su lugar: Luna de Murviedro Rosé Brut (14.5 €) que me gustó bastante más de lo que mi insufrible prejuicio presagiaba. Servido en copas mejorables.

Servicio un punto desbordado pero amable, dispuesto, contemporizador, intentando resolver los imprevistos con voluntad y gentileza, es decir, impoluto en ese sentido.

En resumen, cocina clásica en entorno clásico, con una experiencia particular llena de contratiempos pero que, con voluntad y adaptación por parte de un servicio profesional, supieron resolver para que el resultado fuera correcto y salir moderadamente satisfechos.

  • Tarta de Fresa y Frambuesa

    Tarta de Fresa y Frambuesa

  • Atún Rojo sobre Fondo Marino

    Atún Rojo sobre Fondo Marino

  • Habitas Baby con Foie

    Habitas Baby con Foie

Descubrimos Chez Lyon hace ahora unos 20 años... durante mucho tiempo fue el restaurante de mis celebraciones especiales... hasta que otros cocinas y otros estilos de cocina llamaron mi atención. Haría unos 10 años que no volvíamos y los hados se unieron para volver a donde comenzó en cierto modo mi relación con la gastronomía... Nos cuentan que preparan cambios y que pretenden modernizar la carta.... aunque, afortunadamente, nos comentan que pretenden guardar en su carta esos clásicos por los que muchos volvemos.... De comienzo era tradicional la copa de bienvenida, su Kir Royal, espumoso y cassis con una laminita de piel de naranja acompañado de queso con finas yerbas y las tostaditas ... el entretenimiento hasta que te tomaban nota. Aunque siguen sirviendo el queso de forma habitual en esta ocasión nos tocó foie.... En los entrantes otro clásicos son los saquitos de queso sobre un coulis de tomate... desafortunadamente se había acabado... pedimos en su sustitución unas crudites, servidas con salsa cocktail y una suavísima crema de Roquefort y, a sugerencia del chef, unas sardinitas marinadas sobre un lecho de verduras... lo cierto que riquísimas. De platos fuertes ... a lo de siempre, su steak tartar, un emblema de la casa... tan bueno como yo lo recordaba, con una textura magnífica en la que cada bocado se fundía en la boca, sentidito de picante... y por otra parte el habitual magret de pata, con su crema de castañas, puré de patatas y confitura de grosellas. El postre 2 sorbetes de marc de champagne, un sorbete de limón aderezado delicadamente con mar de champagne. Muy refrescantes. Dos cafés bastante buenos pusieron el broche. De vino tomamos un Martin Codax que cumplió perfectamente con su objetivo de acompañar la cena. El servicio del vino es muy sencillo, las copas decentes y no vimos carta, se nos sugirió este vino al pedir un vino blanco... El servicio de sala es formal, pero muy cercano. El local con el encanto de su atemporalidad... nada parece haber cambiado en todo este tiempo lo cual pese a la cercanía de las mesas le dota de cierto encanto. Habrá que volver para ver esa renovación de la cocina y sobre todo para velar que se respeten los platos clásicos...

Después de muchos años vuelvo a este local que antaño frecuentaba mucho por trabajo .
Servicio esmerado( como siempre) y el mejor steak tartar de Valencia.
Muy recomendable.

Chez Lyon es de esos restaurantes que no sueles tener en mente pero que de repente, un grupo de neuronas conectan de forma singular y te acuerdas de él, del encanto de la decadencia, de esa cocina francesa más que clásica, de esos platos, presentaciones y servicios decimonónicos.

El caso es que el otro día las sinapsis fueron por esos derroteros y allí nos plantamos. El local se mantiene atemporal, con esas paredes paneladas de madera, el montaje clásico de las mesas con manteles blancos, el cuchillo para la mantequilla…

Optamos por el menú, que es la opción más interesante, pues puedes escoger tres entrantes de la carta y un plato principal más un postre. Incluye bebida, pan y un servicio muy completo por 25€.
El menú se inicia con un cóctel de bienvenida, un mimosa, si no me equivoco, pero al final me fui sin preguntarlo. Junto a él un cumplido servicio de panes y queso a las finas hierbas.
Para los entrantes nos decantamos por unas habitas con foie, ni más ni menos. Muy ricas las habitas baby y el foie fresco, en poca cantidad para los muy foie-lovers, en perfecto equilibrio para los que ya estamos algo cansados del hígado de pato.
El cóctel de gambas fue lo más flojo de la noche, si el plato ya tiene un aspecto demasiado demodé (sólo faltaba ser servido en copa con hielo), el aguacate estaba muy verde y la salsa rosa noqueaba el sabor de la gamba. Por suerte las sardinas marinadas nos hicieron olvidar el plato anterior, unas sardinas riquísimas con su punto justo de ahumado, de buen calibre y bien acompañadas por los espárragos y la base de calabacín. Sencillo pero, ¿se necesita más?

De plato principal, me fui de cabeza al steak tartar, que se mantiene como lo recordaba, suave de sabor (necesité de algún retoque de picante), muy bien el corte y equilibrado.

De postre probamos el tocino de cielo y el tiramisú, ambos muy buenos, sobre todo el tiramisú (licencia italiana que se permite el restaurante, imagino que por ser un postre clásico), con la cantidad perfecta de crema y sin excesos de bizcocho.

El menú incluía una copa de vino, que se transformó en la botella encima de la mesa y sírvase cuanto quiera, todo un detalle. El vino fue un Valdimójenes Tempranillo 2013 un vino interesante, sobre todo por su gran relación calidad precio, con buen peso de fruta. Copas correctas y servicio eficiente, atento y muy amable.

Esto es Chez Lyon, sin trampa ni cartón, sin más ni menos. Cocina francesa clásica en un espacio en el que algunos vemos el romanticismo de la decadencia mientras otros verán senectud.

Chez Lyon es uno de mis sitios favoritos y no es ningún secreto.
En esta ocasión probamos una de las propuestas de sopa para invierno:

Sopa de calabaza, excelente.

Lo acompañamos de las tradicionales habitas con foie, hoy ni había ni rastro del típico amargor que tienen en otras ocasiones y el foie estaba meloso.

nos dejó 2 vinos a elegir para acompañar a la sopa, Carmelo Rodero fué el agraciado.

A pesar de ir con mucha prisa nos dio tiempo a un postre, el tatín y el tiramisú.

El tiempo robado a Paco es siempre un pequeño cargo de conciencia ya que siempre está pensando en que hacer para ayudar a los demás.

Muchas grcias

Sabiendo que se trata de un clásico de la ciudad no lo había visitado nunca, pero este fin de semana llegó la oportunidad. En general ha sido una grata sorpresa. Platos internacionales bien ejecutados y con buena materia. No es un lugar de cocina creativa, ni de florituras, pero la comida es correctísima y el servicio muy atento.
Milhojas de sardina bueno, con las verduritas al punto. Lenguado a la meniere correcto, una buena pieza de pescado. Steak tartar excelente. Tarta tatin de las buenas de verdad.
Queríamos cava y estaban cambiando la carta. El maitre nos sacó las botellas de todas las opciones que tenían nuevas a la mesa y acabamos eligiendo un Beso para regar el festín.
Acudimos con la reserva hecha a traves de una conocida web, con lo cual se nos hizo un 30% de los platos de la carta, quedando el precio con una RCP óptima: 55 euros en total por 2 comensales!
Volveré a no mucho tardar...

No voy a ser objetivo, ni pretendo serlo. Es sin duda, mi restaurante preferido por mil y un motivos, casi todos alejados de meras cuestiones técnico-culinarias que no domino en absoluto. No bebo vino, no entiendo de puntos de cocción, ni sé distinguir un pescado fresco de uno congelado. Solo sé que cuando voy al Chez el tiempo se detiene por un ratito y la serenidad y la felicidad me invaden. No cambiaría nada, ni deseo que lo haga. Quiero seguir recibiendo ese trato atento y cercano de Paco y sus chicos. Quiero seguir viendo los mismos cuadros y las mismas lámparas de pared que proporcionan esa luz tan recogida y agradable, mientras escucho esa música que tanto me relaja. Y por supuesto, quiero seguir disfrutando de una comida que me sabe a gloria, porque la degusto en un lugar que no se limita a darme de comer extraordinariamente bien, sino que me proporciona sensaciones y vivencias entrañables. Sé que ese tipo de valoraciones que pueden resultar sensibleras, no son objeto de puntuación, junto a otros particulares como pueda ser la carta de vinos, pero en mi humilde caso,sin duda, eso es lo que hace que sea el restaurante al que siempre quiero volver.

Regresamos al Chez y disfrutamos de su simpatía, amabilidad y buen hacer.

Sardinas marinadas, muy suaves de vinagre, limpias y bien tratadas..
Habitas con foie, plato consolidado y muy bien ejecutado.

Entrecote y confit de pato, dos carnes excelente, con la guarnición adecuada.

Helado y café. Vino las 2ces de 2011.

Y la excelente conversación invitación de la casa.

Un placer.
Gracias.

Vengo de sentarme en este clásico con un regusto encontrado.

Por una parte aprecio el esfuerzo de ofrecer platos interesantes, pero encuentro el precio ligeramente elevado.

Por otra parte, y como siempre, el servicio es absolutamente servicial y profesional.

No vengas de gran sibarita a este restaurante.

Se puede recomendar sin demasiados problemas.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar