Como tantas otras veces acudí a este restaurante después de leer las buenas críticas de la página. Coincido con muchos de los comentarios. El local, situado en una zona bastante desangelada, me/nos encantó por dentro. Decoración moderna pero sobria y servicio perfecto. Pedimos el menú degustación de 42 euros (2 aperitivos / 2 entrantes. Pescado, carne y postre). Mejores los platos, una merluza con muselina de ajoquemado y una carrillada, que los entrantes, el ya mencionado saquito de espinacas, vieiras (coincido en que no se aprecian) y mascarpone; y un pastel de marisco. Los 2 aperitivos: corazón de alcachofa relleno de huevo de codorniz y cubierto de queso de cabra gratinado estaba muy bueno si bien el sabor del queso predomina por encima del resto. El otro: cecina de Teruel muy rica pero el tipo de plato desentonaba con el resto del menú. El postre, un semifrío de mascarpone y frutas del bosque no me convenció. Pedimos un Quinta Apolonia (20 euros). El servicio del vino no depende de uno mismo y los platos para mi gusto los sirvieron demasiado rápido. Quedamos satisfechos y no pasamos nada de hambre. Repetiremos otro día para pedir de carta

Un gran descubrimiento. Tomamos el menú degustación y estaba todo exquisito. 2 aperitivos, 2 entrantes, ½ carne, ½ pescado y postre. Platos creativos y bien cocinados. Por ejemplo la alcachofa con queso o el pescado estaban realmente excepcionales. El único pero es que las raciones eran raquíticas y por ejemplo el trozo de foie de entrada era en realidad una oblea difícil de catar (y menos con las dos reducciones que lo acompañaban).
El servicio es muy atento y se nota que ha toreado en otras plazas, los platos se sirven con puntualidad y a pesar de que la sobremesa terminó a las 2 de la mañana no observamos ni una mala cara, al contrario nos decían si queríamos tomar algo más.
La carta de vinos no es muy extensa pero cubre todo lo necesario con precios medios-altos.
Quizás lo peor del restaurante es todo lo que rodea la comida, no hay variedad de panes, no parece tener un carro de quesos como postre alternativo, la mantequilla que sale a la mesa es tipo desayuno de avión y por ejemplo el café no viene acompañado de algún “detallito”.
El chef (Ruben ???) sale a saludar al final y merece nuestro aplauso pues ha conseguido lo más difícil que es una cocina creativa bien ejecutada. Falta ser un poco más generoso con las raciones y afinar los detalles que rodean a la comida. Seguro que tendrá una evolución muy interesante.
El local muy bien montado incluida su cava de vinos en dos alturas.

Nuevo local de bonita decoración,servicio profesional,destacando su sumillier-Sr.Ramadán-y buen ritmo entre platos.Tomamos el foie al armagnac-correcto-.la limosnera de vieiras-muy buenas-(la vieira va cortada muy fina y por ese motivo parece que no existe.Yo también la prefiero entera)como entrantes.De platos principales,espalda de cabrito-extraordinaria-y ravioli de gamba roja y setas-muy rico-.Los postres fantásticos-couland de chocolate y vainilla y piña al moscatel-.De bebencia un Gran Chivite gran rva.95,glorioso.RCP algo elevada,pero vale la pena.Un pero:Con el pan te sirven mantequilla Pascual individual!!!Por favor,eso hace siglos que no se lleva,sería mejor una degustación de aceites,algún snak interesante,etc.

Local amplio con buena separacion de las mesas. Comida realmente insulsa. Probamos las lismoneras de vieiras y no son nada especial, maximente teniendo en cuenta que la vieira no se veia por ningun sitio. La menestra y las ensaladas muy vulgares. De segundos ninguno de los que probamos se podia destacar. Yo tome un cochinillo a años luz de otros degustados en restaurantes. Lo mismo se podria decir del steak tartar o del pato. Postres nada originales y bastante insipidos. Servicio atento y amable , pero muy justito de profesionalidad. La carta de vinos aceptable pero nada innovadora. En resumen un restaurante mas de Valencia que da la sensacion de querer pero no poder. Muy del monton hacia bajo. Precio 55€ por persona

Muy buena relacion calidad precio. Excelente producto y mejor preparación y presentación.
Tome siete platos y dos postres a cual mejor con el menu degustación y tuve una fantastica digestion. Seguro que vuelvo.

Sitio muy bonito. Servicio muy amable y atento, aunque con pequeños fallos propios de los comienzos. La carta no muy extensa, aunque todo lo que pedimos muy bueno. En su punto de cocción los pescados y las setas, que es lo que pedimos. Fantásticos los postres, en especial el coulant de chocolate. Muy buena carta de vinos, bien servidos. Volveremos.

Nuevo restaurante en una zona en auge, junto a la rotonda de la escultura de la dama. Tiene dos salones para fumadores y no fumadores, y una decoración moderna pero no fría.
Una bodega con dos alturas y acristalada anuncia una carta de vinos correcta y bien pensada y un sevicio del vino también correcto. En cuanto a local e infraestructura L´Ancó no tiene peros.Se ha centrado en la nueva cocina, con pocas referencias, pero muy elaboradas, que iré probando poco a poco. Es un lugar para disfrutar del ambiente y la compañía, repetiré seguro.... eso si, mejor no ir con demasiado apetito!!!