Restaurante La Verema en Barcelona
Restaurante La Verema
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
16,53 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingo, Lunes noche y festivos
Nota de cata PRECIO MEDIO:
33 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
4.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.6
Comida COMIDA
6.7
Precio medio entorno ENTORNO
4.0
RCP CALIDAD-PRECIO
4.5
Opiniones de La Verema
OPINIONES
7

La Verema es un local pequeño y discreto -casi pasa desapercibido-, que hacía tiempo que no visitaba. Local sencillo, con las mesas sin vestir y servicio agradable.

Tiene una carta de tapas y platillos con la idea de que sean compartibles. Optamos por esa opción para los primeros.

Unas sabrosas croquetas de jamón y pollo. De buen tamaño. Las servían con una salsa similar a un romesco suave.

Unas patatas bravas hechas al momento. Bien el punto de las patatas. A la salsa le faltaba bravura. Correctas.

Unos "nems vietnamitas", verduras, gambas y especias. Bien

De platos principales, unos pies de cerdo deshuesados (no probé)

Y un onglet de ternera, sabroso. Acompañado de una patata con queso.

Bebimos un Albet i Noia chardonnay 2011

Postre, una tatin. Rica. No la hacen ellos, pero estaba realmente bien,

Y un buen café

Aquí, con fotos: http://felixthefox.blogspot.com.es/2013/08/la-verema.html

Hay lugares en BCN como La Verema, que no te fijas aunque pases a menudo y en cambio esconden sorpresas.

Hace unos 10/12 años, me llevaron a ese lugar en la calle Urgell y me sorprendió. Pero no había vuelto, hasta que el otro día, casualidades de la vida, hicieron que moviéndome por la zona, pasara por delante y decidiera entrar (para los que me conocéis, la visita fue hace unas 5/6 semanas antes de la intervención).

La Verema es un lugar sencillo que siempre ha tenido fama por las variaciones en que presenta las alcachofas y cuando es tiempo de esta flor, vale la pena aprovechar. Y algo debe tener el lugar que me recordara él, después de tanto tiempo.

Se trata de un espacio sencillo que incluso puede parecer 'abandonado' si lo comparamos con los alardes de diseño que se llevan hoy en día por el Eixample, pero como contraste, tuvimos un muy buen cena y muy buen trato. El sitio permite diferentes niveles de gasto. Puedes ir de tapas sencillas o te decantas por platos recomendados de temporada, que pueden subir más. También tiene fama por las ostras.
Nuestra elección fue:

Una mezcla de setas de invierno con tostadas (muy buena .. tanto que nos olvidamos de la FOTO!)
Unas patatas bravas (quizás el plato menos destacado)
Unas crestas (con la foto cuando ya faltan)
Unas croquetas (muy buenas también)
Y dos raciones de uno de los platos estrella, que es el cuarteto de alcachofas y que resultaron como para repetir.

Como vino elegimos un Tempus DO Terra Alta, muy de nuestro gusto. El coste de los 6 platos y cafés, estuvo por € 55 sin el vino. El precio medio es más bajo, pero elegimos 3 cosas de las de 'alta gama' del sitio: La mezcla de setas y los DOS platos de alcachofas.

En resumen, un lugar sencillo y muy curioso al que probablemente volveré.

Ricard Sampere
www.restaurantscat.cat

Después de irnos a medio cenar de otro local, se nos ocurrió acercarnos a éste, que ya conocíamos por estar cerca de donde trabajaba y que nos había hecho gracia por su nombre. Sabíamos que tenían como especialidad las alcachofas y, como a mi mujer le encantan, nos decidimos a entrar.

Como ya han dicho, es un local de los que pasas por delante y no te llama para nada la atención. Decoración... a medio decorar. Mesas más bien pequeñas y bastante juntas. Mantelería de papel. Vajilla de diseño y copas correctas. El dueño es el camarero. Atento y servicial. Sólo 2 vinos a copas: blanco y tinto, ambos de la D.O. Terra Alta y de los que el dueño no se sabía ni el nombre. El blanco era Almodí petit blanc, un vino de Altavins Viticultors que no aparece ni en su página web, elaborado con chardonnay, muscat y garnacha blanca (a 6,95€ la botella en una página web holandesa) correcto en nariz pero bastante alcohólico en boca, por el que pagué algo menos de 6 euros por 2 copas más bien justas. En su defensa diré que me abrió la botella a sabiendas de que era su último día antes de vacaciones.

Efectivamente, en la carta contamos hasta 5 elaboraciones con alcachofas. Mi mujer se pidió un pincho de corazón de alcachofa con una gamba y una salsa que no supo catalogar. Yo me pedí un steak tartar de buen tamaño con la carne más picada de lo que me gusta y acompañado de algo de lechuga con fuerte sabor a vinagre y algo insípìdo, aunque me pusieron un bote tamaño Makro de mostaza para que me sirviese a discreción. El aliño lo tienen ya preparado. También me pusieron mantequilla para untar el pan tostado que acompañaba al steak tartar. Según el dueño, es costumbre en Francia. No me gustó esta costumbre francesa. Sí me gustó que el cocinero se tomase la molestia de tostarme una rebanada de pan cuando le pedí más para acabarme el steak tartar (igual tenía algo que ver que fuésemos los únicos clientes del local). A lo anterior añadimos un timbal vegetal (berenjena, patata, tomate,...) que habían recalentado.

Con el añadido de una botella de agua pagamos 33,05€. Visto lo visto, hasta salí contento... Quizá fue porque nos sentamos enfrente del aire acondicionado y nos lo pusieron a toda castaña. Quien no se conforma es porque no quiere...

Tal vez funcionaría mejor si se llamase "La carxofa" ("La Alcachofa" en catalán) :-)

Salgo con mi hija que estaba con ánimo guerrero. Después de ver sus notas, no pude negarme (yo nunca he sacado eso) y nos fuimos a celebrarlo.

La Verema es un lugar que pasas por delante y sigues andando. Entré una vez, empujado por un amigo y me sorprendió. Hacía tiempo que no lo visitaba. Desde la última vez ha mejorado su aspecto, tampoco es para echar cohetes, pero es más atractivo o, al menos, es menos chocante.

Comimos:

Ostras con una copa de cava brut nature (de incognito, vino servida), bien frescas y sabrosas (ostras francesas, más alargadas que las gallegas)
Después, mi hija tomó una ensalada templada con setas y jamón ibérico yo me tomé una sopa de cebolla, rica. Con estos entrantes, alargamos el cava.
De plato principal, mi hija un steak tartaro, estaba bien, trozos bastante enteros, y yo me tomé un rabo de toro, bien.

De beber un Tempus 2006 (Terra Alta), bien de temperatura.
https://www.verema.com/vinos/50337-tempus-2006

Servicio de vino: descorche y prueba inicial. Tampoco se le puede pedir más al local.

De postre compartimos una pasta de brie rellena de chocolate caliente, bien.

Dos cafés, buenos

Para repetir

Como hacía tiempo que no íbamos, el viernes pasado decidimos ir a cenar.

Al igual que las otras veces que hemos ido, siempre hemos tenido la impresión que se trata de un restaurante que tiene un gran potencial, pero que se queda a medio camino, ya que la estructura y decoración del mismo es muy caótica la primera, e inexistente la segunda.

Además, la disponibilidad del local es bastante aleatoria, ya que los días festivos no abre y, por ejemplo, en Semana Santa tampoco abren, por lo que es muy difícil contar con este restaurante en ocasiones improvisadas.

En la esta cena tomamos dos menus del tipo degustación compuestos, entre otros platos por los siguientes:

Cuarteto de alcachofas con morcilla, habitas y langostinos; para mi lo mejor del restaurante.
Alitas de pollo; buenas sin estridencias.
Pies de cerdo deshuesados con reducción de P.X.; aunque los pies de cerdo no me gustan, en esta ocasión me sorpredieron gratamente.
Mini coca de foie con mermelada de alcachofa y manzana caremelizada; muy buena.
Huevos estrellados con jamón ibérico; sorprendentemente buenos.

La carta de vinos es algo reducida y no todos los sirven a la temperatura adecuada, aunque en esta ocasión el servicio del vino fue muy acertado.

El dueño del restaurante,Tomàs Trabal, es el encargado de servir las mesas y se desvive para dar un trato muy cordial y ameno.

Definitivamente se trata de un restaurante con una gran cocina y una largo recorrido por lo que se refiere a la decoración interior y exterior.

Recomendable aunque desde la calle parezca un bar simplón.

Local horrible, entrada horrorosa, decoración ausente, pero comida sorprendente.

Menú degustación correcto.
Defectos: el vino: poco, mal conservado y mal servido y el local

Hace tiempo fuimos y a pesar de que nos relegaron a una mesa en pleno pasillo a la vista de todos los transeúntes, comimos muy bien. Animados por esta experiencia decidimos volver a visitarlos.
El local prácticamente vacío, dos mesas una lástima. La decoración minimalista y algo fría para mi gusto, pero no desagradable en conjunto. Yo añadiría algún toque cálido.
Nos montamos nuestro menú degustación: Un tartar de atún algo soso, un sexteto de alcachofas (alcachofas preparadas de diversas manearas) con alcachofas de pote (buenas pero de pote) y a que no es temporada, la butifarra con manzana buena, huevos estrellados (hervidos!!) y una botella de Abadía Retuerta Rivola.
Me dio la sensación de que acompañaban casi todos los platos con una samfaina algo sosaina que parecía hervida. Que diferencia con la de mi santa abuela!
En conjunto flojo. El precio € 78 sin postres para dos personas.
Servicio correcto y amable. Cocina a la vista.
Las copas de vino y agua correctas sin mas y la carta de vino algo inflada.
O yo me he vuelto finolis o este sitio no es lo que era.

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