Buenos platos principales: solomillo con foie y cordero con parmesano.
Entrantes caros y con poca cantidad (patata brava (unidad) 2.40€).
Gran variedad de vinos, buen servicio. Para repetir con mejora de entrantes.
3 unidades de entrante, dos platos principales, 2 postres (muy buenos) y txacoli
71.5€.

Sábado noche post-futbol. A ser posible, reservar en la sala más al interior, donde la acústica es francamente mejor, y es posible mantener una conversación audible. Buenas tapas, muy bien presentadas (crepes de verduras, bravas surrealistas, patatas a lo pobre, envueltos, atadillos o como se llame de morcilla...). Muy buenas carnes, nosotros probamos el entrecotte y las chuletitas de cordero, con distintas guarniciones.
Atento y amable servicio en general y buen servicio del vino en particular, con cambio de copas entre el Enrique Mendoza crianza y el Pitacum, a temperatura correcta. Lo peor, tal vez las copas del principio de la cena y la carta de vinos (no por las referencias que incluye, es muy extensa), sino por el formato, parecido a un tabloide británico.

Hoy hemos comido de maravilla aquí, eso sí, a mediodía, que es más tranquilo que por las noches, se nota la diferencia. La comida muy buena, todo de primera calidad y la camarera que nos ha atendido muy amable. Hemos tomado: ensalada templada de queso de cabra, muy buena para empezar, patatas bravas surrealistas, son alqo caras, se pagan por unidad y quitando de la forma no tienen mucho de especial, luego envuelto de morcilla,mmmm, hemos pedido más, muy pero que muy bueno, y de platos principales un confit de pato con reducción de PX y orejones, y foie de oca con mermelada de mango y arándanos, estaba muy bueno y servido con el pan adecuado. Como vino hemos escogido un Pago de los Balagueses 2004 que catamos el otro día y nos gustó, y no ha estado mal, nos lo han servido a la temperatura correcta, y las copas tampoco mal. Para rematar una copita de moscatel Enrique Mendoza fresquito. Todo muy bueno, volveremos seguro.

Local bastante grande, ruidoso, y personal variado, -despedidas de soltera, grupos de amigos-.
Buena disposición de mesas y decoración con encanto.
Nosotros eramos 11 amigos; 3 de huevos con figatells, -bueno-, 3 de carpaccio de buey-seco e insulso-, y 11 platos de carne, -entrecots a la pimienta, muy hechos, y algún confit de pato, bastante bueno-.
Dos bandejas con seis trozos de postre en cada una.
Cuatro botellas de Manuel Manzaneque Finca Elez 2003, -muy bueno-, 2 jarras de cerveza y 5 gin tonics y 6 cutty sarks.
CUARENTA Y SEIS € por persona; bueno le quitamos los combinados y te quedas en 40 €.
Por poco más, cenas en Albacar.
No vuelvo.
P.D. Me acorde de la trama del foro de debate, relativa la diferencia de copas en función del vino que pidas; lamentable.

Ayer fui a cenar con unas amigas, me habían hablado de este sitio pero no habia tenido la oportunidad de ir.El sitio me encanto, buen servicio y cenamos muy bien.

Me sorprende el comentario anterior de pasqui, me cuesta creer que os echaran, puede que os dijeran que esperarais un momento, que estaba lleno y no tenian sitio etc, y en las mesas altas de la entrada no se puede cenar, es para apoyar las copas si te tomas mientras esperas al resto de comensales, pero nada mas. Nosotros fuimos como siempre con mesa reservada y como siempre, muy bien

El restaurante en si se mantiene fiel a sus origenes de taberna, con el alboroto que conlleva tener tanta clientela. Pero sus precios se estan "subiendo a la parra" y se masifican demasiado los salones en fin de semana. El servicio del vino es correcto excepto cuando los camareros van estresados. La calidad de la comida es buena, aunque algunas raciones son un poco reducidas (croquetas y solomillo por ejemplo). El servicio también es correcto y alegre, pero Constan no debería descuidar la atención y el buen trato como anfitrion, sobretodo con clientes de solera. Un saludo.

Local amplio donde la materia prima de calidad es la base que cimenta el éxito del lugar.
Servicio juvenil, fresco y simpático para la comida y entendido para el vino. Carta notable, aunque eché faltar referencias (vinos de Madrid y algun Arrayan), y blancos de élite (M.Alella Allier o Vallegarcía Viognier, nos explicaron que "el blanco tiene menos salida"). Tomamos unas copas de Guitián para acompañar creppes de verdura con bechamel riquísimos, ensalada de boletus muy acertada y papatas bravas originales. Después dos confits de pato con reduccion de px exquisitos y dos entrecot al cabrales, que se se deshacían en la boca... con Salía de Finca Sandoval (el vino fue oxigenado media hora antes). Postre: tarta de vainilla y albaricoque -que resultó seca y el albaricoque no lo encontramos-, pastel chocolate y tarta de turrón -muy acertados-. Pedimos para rematar un tokaj cinco putonios que tardaron en servir y finalmente no había; como disculpa nos invitaron a dos copas de tokaj cuatro putonios.
Cosas: más restaurante que taberna, el entorno perfecto -excepto aparcar, una odisea-, pero si para seguir disfrutando de la noche valenciana, los precios del vino acordes al lugar -no son excesivamente caros-, servicio diligente -quizá falto de información... no sabían el origen casero/industrial de los postres-, importante presencia del gerente / encargado del local, RCP muy buena -salimos por 75 euros por pareja-... tiene detalles para seguir deleitando. Me gustó y vol

Estuve la semana pasada. Me encantó. No lo conocía y me lo había recomendado un amigo quien me comentó lo de Verema. Veo que no me equivoqué. Pedimos dos confits de pato con reduccion de px y orejones. Realmente exquisitos. De entrante una ensalada. Respecto al postre omitimos ingerir más comida y optamos por dos copas de PX Alvear 1927 para remtar la jugada. Me encant´´o el lugar. Fuimos entre semana y no había mucha gente, lo que me llamó la atención. Para recordar. No fue caro. No comimos mucho. Ah! El vino; Hécula; correcto. Lo que eché en falta fueron buenas copas, la cristalería brillaba por su ausencia. Además solictamos copas mejores y nos respondieron que no tenían. Quiero pensar que como no nos conocían... no las sacaron. Fue el único "PERO". Volveré

Siempre me ha gustado este sitio y coincide que siempre que he ido ha sido entre semana y no ha sido ruidoso como muchos comentarios dicen.
Tiene una de las cartas de vinos más extensas y variadas que conozco, y sirven el vino de foema correctísima. Las camareras muy simpáticas y amables cubren la pequeña carencia de profesionalidad, que por otro lado no esperas dado el título de taberna que le han dado a este restaurante.
Las tapas de la mejor calidad y originales, mención especial a los malqueridos, repetiría unos veinte y lo único que resaltaría es que tienen demasiados platos con base en "tortita" por así llamarlo, o eso ..o los pedí sin darme cuenta yo todos ese día...
En conjunto me encantó y he repetido ya tres veces!!
RCP, como Taberna..caro...como restaurante, estupenda.
A seguir en vuestra línea que lo haceis muy bien!