Restaurante Riberet en Bocairent
Restaurante Riberet
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
32,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
40 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.3
Comida COMIDA
7.5
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
8.0
Opiniones de Riberet
OPINIONES
6

Estábamos de visita por la zona y entramos totalmente a la aventura a este restaurante de las afueras de Bocairent. Por lo que he leído ahora en las valoraciones anteriores, parece que han llevado a cabo una reforma, pues local está muy cuidado, de corte moderno respetando algunos detalles de la antigua casa y muchos detalles de cristal, imagino que del cercano pueblo de L'Olleria.
Cocina de mercado con una clara apuesta por la cocina mediterránea con productos de la zona. Pese a disponer de un menú bastante bien de precio, decidimos comer a la carta.
Totitas de camarón, bastante buenas y con un poco de jamón frito sobre ellas. Ensalada de queso fresco y mermelada de tomate que no me cautivó, sencilla, le faltaba algo e chispa que la desmarcara del resto de ensaladas. Aun así, correcta, estaba rica y fresca, alejada de esas ensaladas de queso de cabra que tanto cuestan digerir. Nos recomendaron unos chipirones al ajillo con longaniza, aunque finalmente se les olvidó la longaniza y los chipirones no estaban demasiado limpios, por lo que casi dejamos el plato entero. Escogimos arroz negro con chipirones y ajitos como plato principal, no estaba mal de sabor pero arroz pasado, ni rastro de ajitos y chipirones escasos, afortunadamente, porque estaban en las mismas condiciones que los anteriores. De postre un coulant totalmente cuajado por dentro, lo que lo convierte en una magdalena más. A todos nos puede ocurrir, pero fue la gota que colmó el vaso...
El servicio algo despistado, tuvimos que pedirle cada vez que se acabó el pan, la sal, el aceite... Más pendiente del ordenador que de los comensales, espero que haciendo gestiones del local y no pululando por la red.
La carta de vinos es sencilla, cortita y de precios comedidos. No tienen grandes vinos y así ofrecen buenos precios, lo que me parece una política acertada si al final la clientela habitual es lo que busca. Copas mejorables y servicio que se limita a servir la primera copa y listo (aunque yo no necesito más).

A la vista de los anteriores comentarios no tuvimos mucha suerte, un mal día lo tiene cualquiera, pero un arroz para tres pasado no se lo puedo perdonar a nadie. Buscaré nuevas opciones por la zona.

El pasado dia 1 de Enero tuvimos la grata sorpresa de encontrar este local, no somos expertos en gastronomia, pero si sabemos disfrutar de una gran comida y apreciar algo tan diferente que será para recordarlo durante mucho, mucho tiempo. Las sensaciones de sabor, presentación, decoración, el trato recibido y todo lo que allí aconteció fue inolvidable. La comida extraordinaria y la atención del Metre fantástica. Estamos deseando poder volver de nuevo y creo que no tardaremos mucho.

Gracias Salva, es lo que nos queda por decir.

Juan y Amparo - Valencia

Nueva visita a este restaurante, en este caso de forma especial ya que se trata de un menú gastronómico de setas, a precio cerrado de 50 euros/persona, ¡con todo incluido!. A estas jornadas les han llamado “Setzenes Jornades Gastronomiques dels Bolets”. En la cena, Salva Hernandez nos anuncio el nuevo premio gastronómico conseguido en Portugal.

Nada mas llegar nos reciben con una copa de cava, no sentamos con un snack que consistía en una teja de parmesano, sésamo y polvo de edulis que ya va abriendo el camino al impresionante menú que detallo:
- Foie-gras a 60º, la naranja, las trompetas y el arrop.
- El costrini, la cebolla confi, las gambitas y los boletus pinicola.
- Los raviolis, las setas variadas y el monte en forma de sopita.
- La vieira, la calabaza, el limón y las setas de chopo.
- El huevo, la borreta y los níscalos.
- El gazpacho, sus cinco variedades y la leña.
- El bacalao, el all i pebre y sus setas shimeji.
- El cebón al all i oli de miel y sus colmenillas.
Postre
- El chocolate, pero en barra, los níscalos y la canela.

Cafes o infusiones acompañadas de delicias de yema.

Bodega:
- Aguas y refrescos.
- Vino blanco Blanc de Enguera de Bodegas Enguera.
- Vino tinto Graciano de la bodega Heredat de Tavernes.
- Cava artesano de la casa.

Es posible que ante el despliegue expuesto, muchos ya esteis salibando y deduciendo que aquello fue una fiesta, pues si, sin lugar a dudas. Todos los platos de un altísimo nivel con mención especial al Costrini, la Vieira, el Huevo y el Gazpacho. El cebón ya no me entraba por la cantidad y el menos elaborado, a mi juicio, el postre. Pero todo buenísimo.

La bodega merece mención aparte. El cava del Penedés, lo selecciona personalmente Salva de un amigo que lo hace de forma artesana allí, el blanco para quitarse el sombrero, acompañó perfectamente los primeros platos y es otro vinazo a tener en cuenta de la tierra. El Graciano sublime, de capa muy alta, tiene una excelente complejidad en nariz, muy redondo a pesar de su grado alcohólico y con un final muy largo. Me encantó. De las 22,00 horas a las 2 de la madrugada, el no va mas.

A este cocinero hay que seguirlo mas de cerca.

Es un restaurante de siempre, reformado con decoración moderna, dirigido por su nuevo dueño y cocinero Salva Hernandez. Es decir, que es un restaurante nuevo.
La mesas correctas, bien vestidas y cubertería de esa que nunca coges bien. El salón de no fumadores tiene acceso directo a la calle, queda separado del de fumadores por la cocina y los servicios que están en el centro. Los camareros, suficientemente conocedores de lo que se ofrece en el restaurante, te tienen un poco olvidado al tener que atender dos comedores en diferentes sitios.
Carta de aguas y de cervezas además de la de vino. Esta ultima está muy bien y el servicio del vino es correcto, en copas Schott de esas angulosas y a la temperatura. No hay envinado y el servicio a copa es casi nulo, cuando pasa el camarero muy de vez en cuando. En cuanto a la comida, pues la carta esta francamente bien y la verdad es que las preparaciones de Salva sorprenden, con buena materia prima e ideas creativas, te ofrece platos que a priori es lo de toda la vida pero no lo es, juega bien con texturas y sabores y las raciones son correctas. He ido en diferentes ocasiones y he probado de casi todo, desde la ensalada templada con queso de cabra y pechuga de pato, a buñuelos caseros de bacalao y piñones que aunque mas normales, están muy ricos, carpacio de cebón, tartar de novillo argentino o el solomillo de buey con foie y reducción de oporto. Precio medio de 50 euros/pax. Con un vinos de aprox. 26 euros sin copas. Recomendable.

Buena cocina. Platos interesantes con toque de autor. Local mejorable. Cubertería, vajillas y cristalería buenas. Buena relación calidad precio aunque las copas (gin tonics, whisky, etc) tienen un precio excesivo. Recomendado este año por la guía Michelin. Me pareció excesivamente pedante colocar al final de la carta un par de artículos de un periódico local en el que se hace referencia a la distinción de Michelin. Carta de vinos correcta y con precios aceptables. Para volver.

Pedimos: aceitunas, dos cervezas, tres entrantes: milhojas de patatas con crema de pimientos de piquillo, terrina de foie con gelatina de moscatel y por último: raviolis rellenos de langostinos a la crema fina de patatas, como plato principal: caldero de arroz meloso de bogavante (bueno de sabor, pero falto de cocción), dos postres: uno de distintos chocolates y el otro de calabaza (básicamente). Panecillos, palillos, agua y vino blanco Basa 2004.

Sin cafés nos costó 80 euros.

La carta, sin ser extensa, contiene elaboraciones interesantes, unos diez entrantes, tres o cuatro arroces, y como segundos, aproximadamente cinco de carne y cinco de pescado. Los postres unos siete u ocho y contiene unos diez vinos dulces (por copas) con el fin de maridarlos.

En cuanto a la carta de vinos, organizada por tipos (blancos, rosados y tintos) y por cualidades/características (afrutados, secos, con crianza, de alta expresión, etc.), me pareció algo irregular. La cristaleria de calidad Schott-Zwiesel.

El servicio es todo muy joven y no siempre demasiado experto, aunque solicito a las demandas del cliente.

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