Lo encontré algo cambiado, no sé si lo han reformado o mi memoria me engaña, pero lo recordaba como muy modernote, muy de tonos negros, y ahora lo que se respira por todos los costados es un fresco aire marinero.

Gozoso el local, en un chaflán acristalado en primera línea, que proporciona unas encantadores vistas marítimas. Se está a gusto: buenas mesas, buena temperatura, luminosidad excelente… Bien, bien, pintaba bien.

Era entre semana, mediodía. Teníamos tres opciones: carta, un menú diario y el menú capricho, más “apañao”, por 22€, que fue por el que nos decantamos. Tres entrantes, dos de ellos al centro, y un principal a elegir entre tres arroces y un bacalao. Nos avisaron de que, por coherencia con su localización, sólo hacían arroces marineros, nada de carne.

Así lo compusimos:

• Bombón de paté de faisán y crema de naranja.
• Ensalada de tomate, salmón y remolacha.
• Huevo poché sobre crema de patata con aceite de trufa y migas de pastor.
• Arroz meloso de chipirones y alcachofas.
• Copa de crema fría de calabaza, chocolate y yogurt.

Pues comimos bien, tan ricamente oye. Cocina mediterránea con algún guiño a la modernidad, mirando al mar, disfrutando de las viandas, de la botellita de Paco & Lola 2012 y de una animada y agradable conversación.

A destacar el bombón de paté de faisán -presentado en una bola fría recubierta de virutas de chocolate negro, qué rico- y el huevo poché, al que las diminutas migas de pastor le conferían un puntillo muy interesante.

La ensalada, correcta, como el arroz, sabroso pero pelín pasado de punto, el grano ya se comenzaba a deshacer y uno lleva ya más de 10 años en Valencia y hay cosas que aprende por muy zote que sea…

Buen servicio, capitaneado por un cubano simpático y profesional.

Si tengo que llevar a alguien por esa zona a comer y son de fuera, volveré aquí (tal como me aconsejó FerB, gracias brother). Te garantizas quedar bien por el local, la buena comida y la correcta carta de vinos.

Pedimos menú de gustación al precio módico de 25€, comentar que la relación calidad precio está muy bien, pero que la falta algún que otro toque un tanto especial de sabor a varios platos. El servicio muy amable y atento en todo momento. El local bonito con vistas a la playa. En cuanto a la decoración, a los cuadros existentes les daría pasaporte y los reemplazaría por otros, el resto está bien.
Disponente de gafas de aumento por si se te han olvidado las tuyas, un gran detalle a tener en cuenta pues es la primera vez que nos las ofrecen.

EL MENÚ:

- Aperitivo de ensaldilla rusa.
- Ensalada de frituras de pollo, lechuga, manzana, etc.
- Foie de faisán con frutas del bosque y crema de naranja.
- Huevo a baja temperatura, migas y rallado de trufa blanca (El mejor de todos).
- Costilla estofada.
- Helado de café con mús de turrón.
- Café.
- Cerveza.

Pedimos un Priorato FERRER BOBET de 34€ (excelente), el cual no incluimos en el precio del menú.

RESUMIENDO: Local bonito, ecónomico, con una comida bastante normalita, un servicio correcto, y un precio extraordinario.

Hacía mucho tiempo que quería visitar este restaurante por lo leído en Verema, así que el otro día, cuando paseando por la playa, me di de bruces con él, no pude más que entrar y probar.
Nos ofrecieron un menú de mediodía de 25€ que incluía bebida y cinco platos, así que aceptamos la opción.
Empezamos con una ensalada de pollo al curry, como no como pollo, solo puedo decir que la verdura estaba muy rica, con verduras de hoja ancha variada, frutos rojos y algunas semillas. Del pollo comentaron que muy bueno y perfecto de curry. La ensalada era abundante, pero lo que no me esperaba es que el segundo plato lo fuera también: milhojas de foie de faisán con una teja de torta de gazpacho manchego, dos pinceladas, un coulis de fresa y una mermelada amarga y un poco membrillo. A estas alturas de la comida, ya estábamos con miedo de no poder acabar el menú, así que algo de foie dejamos en el plato para poder llegar al final. En general el plato está bastante bien pero si empiezas a mezclar con todo las mermeladas, membrillo, etc, acabas un poco saturado de sabores.
Menos mal que decidimos parar un poco, porque el huevo a baja temperatura con migas, jamón y aceite de trufa, tampoco era muy ligero. El jamón para olvidar... qué le vamos a hacer, no todo puede ser perfecto, pero el huevo con el aceite de trufa y las migas estaba exquisito. Un plato de nuevo contundente, bien presentado y realmente bueno.
De plato principal una buena ración de arroz con chipirones y alcachofas, buen punto del arroz y un sabor contundente a mar. Me encantó.
De postre, yogur de chocolate blanco con frutos rojos, una especie de sopa fría con unas fresas y un marcado sabor a chocolate blanco que, como no me hace demasiado gracia, no disfruté en exceso, aunque en honor a la verdad he de decir que estaba bueno.
Las vistas del restaurante son preciosas, con la playa y el mar si te las mesas de los ventanales están libres (nosotros tuvimos suerte). El local es cómodo y está bastante cuidado, para gustos colores, pero lo cierto es que te hace sentir cómodo, las mesas son amplias, las sillas cómodas y la distribución de mesas permite disfrutar de cierta intimidad. El servicio es esmerado, siempre dispuesto a ayudarte, con una sonrisa y cantando cada plato que sirven a la perfección.
La carta de vinos está bastante bien cuidada, algo pobre en al sección de espumosos (lo que más maridaría con esta cocina...), pero tiene unos precios bastante buenos y las copas están bastante bien. El vino que incluía el menú, un blanco de Rueda, bastante bueno.
El precio final incluye el IVA (el menú son 25+IVA), pan, cerveza y cafés.

Viernes noche, lluvia sin cesar, local vacío...

La decoración es un tanto irregular, lo mismo te encuentras un cuadro de un gato como otro de un camarero, también puedes ver una bonita vinoteca acristalada asi como girando la mirada un caballo de madera pintado de mil colores, decoración sin definición.

Cenamos de menú, a saber;

-aperitivo de crujiente de morcilla.
-crema de gamba con crujiente de jamón y huevo de codorniz rebozado.
-Foie con diferentes cremas y Pasta rellena de huevo y jamón.(un plato diferente para cada uno, a mi no me va el Foie...)
-Magdalena de lubina con crema de trufa blanca y guarnico de setas.

Platos principales

-bacalao con crujiente de parmesano
-solimillos de pato.

La comida ni chicha ni limona, se intenta agradar pero lo cierto es que no se consigue, los platos salen demasiado enmascarados, con abundante salsas y complementos, en muchas ocasiones innecesarios.

La carta de vinos no esta mal, con bastante variedad y precios 12€,14€ por encima.El servicio es bueno aunque esto en una noche en la que solo se sirve una mesa no se puede evaluar.

De bebida, agua, cervezas, vino y cafe.

hacia tiempo que me apetecia comer en este restaurante.Nuestra primera vez jueves al medio dia.Impresion muy positiva, precioso local y vistas expectaculares al mar.Ambiente tranquilo.
Una carta extensa de comida y un menu degustacion de cuatro platos, postre y cafe(29,50).Decidimos los cuatro tomar este menu.:
De primero una crema de boletus,con crujiente de jamon y huevo de codorniz en tempura de sepia,delicioso comienzo
Continuamos con una magdalena de lubina y gambas con una salsa de bogavante,logrado sabor y textura.
Pasamos a un sabroso pate de faisan trufado al oporto.
De plato principal un arroz de sobrasada con setas variadas y garbanzos,que no deja indiferente por el contraste de gustos,el arroz al punto.
De postre una espuma de turron con helado de leche merengada,delicado notandose la buena materia prima.
la carta de vinos extensa y escogida.Las señoras queriamos un vino blanco y nos decantamos por un par de botellas Casta Diva Seco,con intensidad media,buena acidez y sedosidad en boca.
la calidad precio muy equilibrada(40 euros por comensal).
salimos muy contentos con animo de repetir.

Descubrimos este restaurante por casualidad y nos sedujo su imagen y su carta.
Nos dejamos guiar como hacemos siempre por las expertas manos que lo dirigen. Tiene varios menus de degustación así como una amplia carta donde puedes decantarte tanto por hacer una comida a base de entrantes disfrutanto de una gran diversidad de sabores como por lo tradicional (entrantes más plato).
Para empezar nos trajeron como invitación de la casa unas croquetitas de sobrasada (muy suaves), un "chupito" de crema de remolacha y unas tortitas de camaron. Empezamos con una mouse de perdiz que sirven con un acompañamiento de plátano, remolacha y no recuerdo qué más en crujiente que estaba deliciosa, seguimos con unas colmenillas con foie, probamos los langostimos en kadaif (especialidad de la casa)y terminamos con un plato de carne al centro, timbal de carrilleras de buey (creo recordar) con patatas y una especie de pisto de verduras, impresionante!.Bebimos un vino Valenciano que no conocíamos(Corolilla reserva) con una relación calidad-precio excelente (18€), y de postre tomamos una espuma de naranja con helado de mandarina que estaba sensacional.
El trato exquisito y muy cercano, el ambiente tranquilo, y el entorno muy agradable al lado del mar.
Volveremos seguro

No conocía este restaurante marvilloso que se encuentra en el Puerto de Sagunto: Negresca.
Me ha maravillado el trato recibido, el paladar y las vistas.
Es muy merecida la estrella Michelín que les han concedido este año, todo el establecimiento se encuentra muy límpio, vamos que el mayordomo no tiene que hacer nada allí.
El trato del personal muy educado y cercano.
Y los platos madre mííaaa que placer el arroz con trufa blanca y setas(perdonad pero no recuerdo el nombre exacto del plato).
Mi marido y yo quedamos muy satisfechos en todos los sentidos, volveremos pronto.

Llegamos a el restaurante, y solo tenian nuestra reserva, asi que cenamos solos, de entradas langostinos al cadaif como siempre, el foie a la brasa fuera de lo comun, las mollejas como siempre y la croqueta de iberico como siempre, todo esto acompañado por un blanco Aleman de uva riesling excelente, de platos fuertes chuleton de ternera blanca sin pena ni gloria, cochinillo en dos texturas bien, tres de bacalao con salsa de trufa blanca pensamos que el cambio que han hecho de quitar la merluza por el bacalao ha undido el plato y un solomillo relleno de foie vuelta y vuelta duro, duro, duro, todo esto acompañado por un tinto Aalto excelnte,los postres acompañados por un tokaji excelentes.

Una estupenda noche de verano,el jueves día ocho,para inagurar el verano fuimos con unos amigos a cenar a este restaurante que, pese a veranear por la zona muchos años solo habíamos estado una vez. Cuando entramos no había ninguna mesa y eso que pasaba de las diez y cuando salimos estábamos igual de solos.Eramos cuatro y el menú consistió en unas entradas para el centro:Erizos,Carpaccio de brevas y Colmenillas rellenas de Foie, dos bacalao trufa, un bacalao negresca y un lenguado txangurro.Para beber dos botellas de cava Juve Camps reserva de familia a34€. En fin, cervezas iniciales agua café y un postre 258.67. Todos los platos estaban buenos y bien presentados especialmente los erizos,el servicio atento y sin agobiar dadas las circunstancias, el marco inigualable pero dada la actual coyuntura los precios un tanto inflados.

Sigue siendo el mejor restaurante del Puerto de Sagunto. Espectacualres entrantes, destacando el foie. Pedimos de segundo arroz meloso de rape y gambas ,extraordinario. Con respecto a la carta de vinos, pen mi opinión mejorable,ya que el abanico de vinos balncos, es pobre. De todas formas RCP mas que aceptable