Una comida de ensueño, con nuevos sabores y cocina de autor pero sin descuidar la cantidad. Nosotros probamos el menú degustación y realmente estaba todo delicioso y en su punto. Con unos erizos de mar maravillosos y una tartaleta de lubina con frutos secos y setas perfectamente cocinada. La combinación con guarciniones que se salen de lo habitual es toda una sorpresa, (chirivias laminadas, batata, etc...) El cochinillo de maravilla, en su punto y super tierno con una especia de mermelada de frutos secos y sin abusar de las salsas.
Y el postre de los mejores que he probado en mucho tiempo: una espuma de horchata con caramelo y un pastelito de chocolate con coco y bañado en una especie de licor de menta.
De lujo.
En cuanto a la bodega nos sacaron un tinto valenciano reserva del 2004, es sorprendente la bodega acristalada en el mismo local, con excelente servicio en todo momento y con un servicio y tratamiento del vino perfecto.
Las vistas del mar desde la cristalera estan bien, (excepto el tráfico de la rotonda), ademas coincidía la luna llena y hacia las 22h saliendo sobre el mar. La decoración interior y las luces muy conseguidas.

Nueva visita, mas que nada un poco por obligación y nueva decepción!
De mal en peor y cuanta mas gente hay, peor servicio!
Ningún interés en mejorar, ni parecen afectarles los consejos de los clientes!
Una pena!

Me he registrado solo por lo que he leído de este restaurante. No se quien puede pensar que una carta de vinos con Mersault, chablis o maduresa (cuando ya no lo hay en otro sitio) conservados de manera exquisita es deficiente. Que una oferta con angulas, gambas rayadas de extraordinaria calidad y carnes rojas de Ávila (entre otras delicias )no cuida las materias primas. Trato excelente, cocina excelente. Es uno de los lugares donde he alcanzado el éxtasis gastronómico. He acudido con gentes de origen diverso, italianos, franceses, portugueses, políticos y banqueros. Con clientes de Paul Bocuse y Arzak y cuando menos han salido satisfechos (algunos han hecho de él su restaurante de referencia en Valencia). Probadlo y alucinad con los comentarios.

Todo lo bueno que me habian contado de este restaurante se quedo pequeño desde la primera vez que lo visite.
Su carta bien estructurada en perfecta combinación de clasico con toques modernos pero sin pasarse ( que ya estamos hartos de espumas y raciones minimalistas ) en especial sus arroces melosos el de Bogavante se sale,sobre todo en el punto de coccion muy difícil de lograr en un meloso.Un plato que os recomendaria es el de Colmenillas con Virutas de Foie.
Los vinos muy bien cuidados,pocos restaurantes tienen una Bodega climatizada incorporada en la decoración del local.Bien surtida,la calidad relacion precio aceptable
El personal agradable y atento te hace sentir como en casa.
La ubicación de Negresca frente al mar es todo un espectáculo,junto con una decoración cuidada,mencion los grandes jarrones de flores naturales de la entrada.
Muy recomendable.

Son varias las veces que lo he visitado (dos veces invitada, la tercera pagué yo).Es cierto que lo único que se salva es la vista desde la cristalera.Pero, qué se creen, que somos tontos? Precios desfasados para una materia prima correcta pero sin nada de elaboración,ni creatividad ni presentación.Lo de la carta de vinos no tiene nombre, vinos que multiplican su precio por 4,5(ejemplo, Viña Bárbara), y como poco ,lo triplican.`Los postres de pena (helados prefabricadoos), creo que no se debe de tomar el pelo así a la gente, aunque, curiosamente,suele estar lleno.

Comida de trabajo. Muy bien el entorno, la sensación de ser una terraza al mar y poder disfrutar del restaurante en invierno. La carta invariable durante al menos un año (ya lo he visitado 4 veces), aunque bien es verdad que casi siempre tienen platos fuera de carta bastante atractivos. Comimos un arroz con cigalas y rape que estaba bueno con un roda II muy aceptable. Lo peor, los precios, desfasadísimos para lo que pedimos de tapas. Una de ellas, una ensalada de magreb de pato muy reseco. 60 €/persona con el vino y cafe, sin postre ni licores. Tiene poca competencia por la zona.

Aparte de la extraordinaria localización, pienso que no han sabido sacarle provecho ni al local, ni al enclave, ni a su cocina carente de fuerza y personalidad, ni a su mas que potencial clientela, abrumando con precios desfasadísimos una calidad mas que mediocre.
Lamentable la selección del vino, rancia y desfasada, con alguna nueva propuesta, por desgracia muy flojita.
Sin ser un sitio lamentable, seguramente se le exige mas de lo que aporta, que sinceramente es mas bien poquito. Una lastima!

Uno de mis restaurantes preferidos.Es una mezcla de cocina de autor bien elaborada y raciones que no son ridiculas, con toques mediterráneos.Local moderno con muchos detalles.
Servicio correcto, calidad en materia prima y elaboraciones buenísimas.Cristalería y cubertería de diseño.
Hace algún tiempo que no voy, pero estoy segura de que seguirán en la misma línea, guardo muy buen recuerdo.
Muy recomendable

Aparente el local es agradable y la carta tambien aunque de mi experiencia solo puedo decir que el trato y el servicio es LAMENTABLE. Tardaron mas de la cuenta en atenderme en recepción y darme una mesa, solo tardaron 15 minutos en traerme una cerveza y una botella, otro 15 (y ya llevamos media hora) en traerme el primer plato, tras otros 15 minutos me dicen que no les quedan setas y si no me importa que el segundo plato se acompañe con cocochas, acepto y me traen un plato con cocochas eso si pero con un pescado que no he pedido. Me invita a comermelo. Le indico que ni hablar que quiero mi bacalao al pil-pil con setass. Tras otros 20 minutos (y ya llevo 45 minutos con un primer plato) me levanto y pido directamente la factura. Me cobran por su puesto el bacalao. Ningun detalle.

Me quedé extrañado de que esta joya del mediterráneo no estuviera incluída ya en la selección de restaurantes de Verema. Situado frente al paseo del PORT DE SAGUNT, con unas increíbles vistas al Mediterráneo, Negresca lo tiene todo: su cocina, mediterranea, creativa y siempre en evolución es fiel reflejo de sus almas-mater, Salva y José Luis que conducen la sala de manera exquisita y atenta. Su creatividad y sus excelentes materias primas son difíciles de encontrar en la zona. La jefa de sala, Elena, es un encanto, al igual que sus dueños y ello, unido al diseño cuidado del local (cuenta con una bodega vista con muy buenos caldos) hacen que uno no deeje de sentirse como en casa, aunque pruebe sensaciones y texturas que están sólo al alcance de los privilegiados. Un descubrimiento para los sentidos. Ya me diréis