Restaurante Casa Rocher en Cullera
Restaurante Casa Rocher
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
28,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Lunes (de noviembre a abril). Mes de Octubre
Nota de cata PRECIO MEDIO:
40 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.8
Comida COMIDA
8.3
Precio medio entorno ENTORNO
7.8
RCP CALIDAD-PRECIO
7.2
Opiniones de Casa Rocher
OPINIONES
12

Restaurante ya descrito anteriormente, Hacia muchos años que no iba y no me acordaba de la terraza con vistas a la albufera que tienen tan maravillosa
Hoy sabado soleado , tocaba un paseo por la playa y sus dunas que son una pasada
Luego visita al horno la beata ines a ponerse ciegos de dulces y cocas para el postre
Y para comer habiamos encargado una paella de coliflor y costillitas que ha estado de muerte , con su perfecto socarraet . De entrantes media racion de pulpo alcachofa y patata , y una sepia encebollada , quizas lo mas flojo
Tienen muchisimos tipos de paella , desdes la valenciana, bogavante sepia verduras al horno , etc..
Habra que probarlas
De beber un terreta rose muy fresquito y un cafe
Los postres los llevabamos en el coche
Total 57 e.

Aunque sería mejor ver cuando se pone en su magnífica terraza con vistas a los arrozales. La belleza plástica de la Albufera es inigualable.

Un restaurante que brilla en la zona. Quizá por eso, y sin referencia alguna de él, nos iluminó, provocando un frenazo en seco. Eran las 15 h. y estábamos traspellaos y sedientos. El día de curro fue duro (bueno, esto es una licencia literaria) y hubo premio.

Local reformado con gusto, pues data de 1960, cuyas paredes de caravista, sus cuadros gráficos, y sus mesas perfectamente vestidas, entre otras cosas, logran un ambiente elegante con tendencia moderna.

Cuenta con una carta amplia y bien estructurada. Con platos típicos mediterráneos muy bien presentados. Fraccionada en entrantes, especialidades, arroces, de la lonja, etc.

La carta de vinos, elemento que también se cuida, ya es más corta, sobre todo en blancos y espumosos, que es donde nos detuvimos.

Copas Spiegelau, platito de aceite (detalle en el que hubo un tiempo se hacía mucho), buen pan, buena vajilla... Colaborando todo en favor de su entorno, por mucho que la terraza merezca capítulo aparte.

Optamos por tres entrantes y directos a la lonja, a la de Cullera, claro. Venía un madriles que por lo visto está hasta el pirri de arroces. Por mi encantado, bastante los como ya.

- Jamón ibérico de bellota cortado a mano.

- Ensalada de queso de cabra, hojas frescas y mermelada tomate.

- Sepia de cullera rehogada con cebollita caramelizada.

Buen jamón, nutrida ensalada con orejones, pasas, nueces... y una magnífica sepia en ceba, la típica sepia guisada encebollada, tierna a más no poder.

- Rape albardado con panceta ibérica, salsa de verdil y ratatouille.

En cuanto noté que el bacon anulaba por su intenso sabor al rape que estaba terso y con su característico sabor de marisco, lo deslié y me lo comí con ese pisto tuneao por los franceses, el cual estaba muy bueno. Ese rape merecía un solitario.
Fuimos dos los que pedimos este plato, y ambos coincidimos en esta apreciación.

- Lomo de bacalao con muselina de ajo y albahaca con pimientos confitados.

El tercero en discordia supo pedir bien. Un clásico que después de haberle robado una esquina vi claro que era mejor opción que la mía. Sin secretos pero muy bueno, y además, el plato más generoso de toda la comida.

Los postres fueron:

- Sopa de frutas
- Gin tonic al plato
- Mousse de queso e higos, coulis de tomate y helado de moscatel.

Muy distintos como se puede ver. El último fue mi opción. Misma buena presentación que en todos los platos, y de resultado satisfactorio, salvo que el helado no me sabía a moscatel, justo a donde me había llevado la curiosidad. Los otros, que no probé, tenían muy buena vista.

Se bebió mucho teniendo en cuenta que ese tercero, ahora queda claro lo de "en discordia" ni cató el vino. Bueno si, brindó al final. ¿Quién condujo...? tá claro.

Dos botellas de Impromptu 2012; me estoy aficionando mucho a este Sauvignon Blanc ultimamente, y más si me lo encuentro a precio de tienda. Y una botella de Tamtum Ergo 2010 que cayó a un velocidad de vértigo, qué bueno estaba el jodío. Estupendo por esta bodega. Aunque nosotros Hispanos sí, pero sin cuentas en Suiza ;-)

No quisimos ni café, había que irse con el regustillo entre los dientes.

Tengo que volver, hubo platos apetecibles sólo con su lectura, y visto lo visto...

Este restaurante posee una de las terrazas más encantadoras que conocemos en Valencia, ya que da directamente a los arrozales y tiene un inigualable puesta de sol...Además está muy bien ambientada con madera y mucho cristal y a mí me da la sensación, como de estar en el sudeste asiático...

Éste fué el motivo que nos impusó a reservar mesa, ya que en la zona de playa de la comarca de la Ribera , no conocemos opciones muy destacadas y quizá sea esta, por su singularidad y una comida aceptable nuestra preferida...

Pero nuestras esperanzas se vieron frustradas cuando por la plaga de mosquitos de este año , por la noche, la terraza este año, no la han abierto....

Recomiendo la anguila al horno, es de los pocos sitios en que se sirve y también esta buena la espardeñá, que es un quiso con base de anguila y carne, es una especie de "allipebre"....

De todos modos este local es más de arroces, pero nosotros descartamos por la opción nocturna.

Tomamos puntilla frita, correcta sin más, buñuelos de bacalao,buenos y calamar plancha, correcto, pero de ración muy escasa.

Los guisos de anguila y espardeña buenos. De bebercio, Gramona, Viñas del vero y Pago capellanes, eramos tres parejas....

Tomamos postre, pero nada destacado,ni para bién ni para mal, es tanto, que ni lo recuerdo...

El servicio , eficiente.

Cervezas previas y martinis y copas de ron de sobremesa.

Curioso que en la zona de la terraza, como finalmente ese día no habían mosquitos,(Alguién apuntó a que recientemente en la albufera habían fumigado), se podía tomar copas pero sin servicio de mesa, a nosotros nos daba igual, es más, encontramos divertido pasar por el comedor "bandeja en alto"... pero aviso a navegantes...

Después de la reforma de hace unos años ha ganado en entorno manteniendo la calidad de cocina casera especialmente en arroces de los que hay casi 30 variedades a elegir (preferiblemente con antelación).
Entorno muy interesante: amplio aparcamiento muy de agradecer en la zona, con mesas a la albufera sobre todo para cenar en verano (ojo mosquitos) y comer en invierno, pero el comedor interior con A/A también está bien con una decoración de motivos valencianos y referencias al antiguo Rocher.
Hay opción de dos menús (comida y cena) bastante densos, pero optamos por la carta.

Mesas (redonda para 5 muy de agradecer) vajilla, copas, cubiertos.. muy correctos. Carta de vinos muy interesante y con muchas opciones: desde verdejos baratos a Son Negre de Mallorca con precios muy muy comedidos: Son Negre 120€ (más barato que en compra por internet). Tomamos un interesante verdejo (Legaris) https://www.verema.com/vinos/79884-legaris-verdejo-2011 . Después y ante la ausencia de un Lealtanza Reserva (no sé la añada) a 22€ en carta, tomamos un sorprendente Ribera Unacepa https://www.verema.com/vinos/79982-valduero-unacepa-2006 . Una cerveza más 3 de agua (2 grandes y 1 pequeña).

Entrada obsequio de la casa una cata de aceite con un buen pan casero.
Comida para 5. Al centro: anguila frita ración normal, algo seca, buen tamaño; puntillitas muy buenas, poco aceitosas y bien de rebozado; clochinas, que eran mejillones regular de sabor y calidad. El único pero.
Por encargo (y salió algo frio de cocina) una fideua con gamba, rape y sepia (con su tinta, por tanto fideo negro) para dos, pero habia para tres, muy buena, sabrosa, de fideo fino, buena cantidad de tropezones. Arroz para tres de gamba pelada, raya (extraordinaria), pulpo y verduritas incluyendo alcachofas naturales en fuera de temporada que hay que buscar y pelar hasta dejar solo corazon o te amargará: extraordinaria, buena ración, buen punto del arroz y no sobró nada. Si hubiera habido más se habría quedado la fideua, y también hubiera sido una pena.
Todo ello servido en la paella al centro de la mesa: un placer de dioses.
Postres caseros y con buena elaboración y presentación: salsa de chocolate con helado de menta, bueno. Mouse de higos (y algo más que no recuerdo) y helado de tiramisú: mejor la mousse que el helado. Sandía 3 texturas (Inatural, sorbete y helado) curioso y en buena ración. Los otr@s dos cucharitas y a probarlo todo.
Cafes x 4, sin copas extras.
Servicio de comedor correcto. Servicio del vino correcto. Casi todas las mesas llenas. No hubo obsequio de la casa de orujo, mistela, repetir café... (con lo barato que es el costo de un café...).

Una sensación de buena opcion de restaurante, con grandes posibilidades de arroces (mucha competencia en la zona) con cocina casera valenciana (arroces, anguilas...), en un buen entorno y a un buen precio (especialmente en los vinos).

Es la segunda vez que vamos, la primera comimos el menú degustación y salimos desbordados de comida y nos pareció un poco caro. Esta vez hemos pedido con más moderación, tres entrantes (ensalada de tomate valenciano y salazones, calamares a la romana y croquetas caseras de bacalao) para tres adultos y una niña y un arroz seco de pescado exquisito y cumplido, más postre, cafés y vino y hemos salido encantados.
El entorno es precioso, con la parte trasera que da a los arrozales de la albufera. El salón está decorado muy agradable (reforma reciente) aunque las mesas están muy pegadas. El servicio es familiar con lo que ello conlleva de lentitud o despiste en ocasiones pero siempre acogedor y discreto.
Pedimos una referencia extranjera de uva riesling y no había, así que nos decantamos por un albariño de rias baixas (Leiras), bien servido y a buena temperatura y de precio sin pasarse.
El postre bien elaborado y sabroso aunque un poco carete(5/6 euros).
Destacar que el restaurante tiene un amplio parking y un parque infantil, lo que viene de coña para los que llevamos niños.
Volveremos sin duda.

La verdad es que por la noche es bastante espectacular, han habilitado un parquing muy grande que se accede por la carretera y su acceso está flanqueado de palmeras iluminadas con un foco desde el suelo . La verdad es que la presencia es de lo mejor por la zona.

En la parte trasera, mirando a los arrozales hay una zona acristalada que por la noche en verano es una delicia a excepción de los mosquitos, claro que si vas sobre aviso un buén repelente y problema solucionado...

Tomamos entrantes que destacaron los buñuelos de bacalao con berenjenas all y pebre de anguila muy rica y zarzuela de pescado también. Destacable el pan también.

El servicio un poco lento y a veces despistado. Para un grupo de hasta cinco parejas, pedid la mesa que da a los arrozales.

La carta de vinos corta pero aceptable tomamos muga y un riesling

Parece mentira, tantas veces me han hablado de este restaurante entre El Perello y Cullera y hasta ayer no lo había conocido.
Local de reciente renovación, exteriores maravillosos con un laguito con nenúfares que da a un inmenso arrozal con un verde increible en esta época de verano.
Comedor renovado de grandes dimensiones en los que puedes tener pequeños reservados y todo lleno durante el fin de semana.
Buena carta con productos de primera calidad y gran variedad de arroces, aunque en sus especialidades destaca el All i pebre.
Tienen un menú degustación que tiene muy buena pinta, nosotros pedimos a la carta.
Para empezar te ponen un poco de aceite de Nodus con un pan muy rico.
Luego un aperitivo de la casa, mouse de foie con mango y mermelada de naranja amarga.
De entradas pedimos unas croquetas de bacalao con pimientos y patatas, buenísimas con sabor a canela.Luego una puntilla exquisita y una ensalada de tomate valenciano con ventresca de atún y salazones, huevas de bacalao y mojama de atún. Acabamos con una fideua de Gandia impresionante con buenas gambas, cigalas y trocitos de rape.
La carta de vinos tiene buenas referencias y buenos precios, aunque no todos ellos. Buenas copas pero servicio inexistente.
Resumiendo, excepcional calidad de producto, buen servicio y buena rcp.
Volveremos a probar el menú degustación.

Se suele decir aquello de "renovarse o morir",esta frase no siempre es verdadera.
el señor rocher ha reformado totalmente su restaurant,y ha quedado precioso,todo hecho con muy buen gusto.pero claro esta ,esto ha repercutido en el precio,digamos que es muy caro,por lo menos para bolsillos como los mios.
La carta de vinos es muy buena,pedimos un verdejo a un precio muy correcto.Las copas muy dignas al igual que toda la cuberteria.
por esto añoro el rocher de antes ,comiamos igual de bien pero mucho mas barato.

He vuelto a venir a este restaurante después de más de un año y me he encontrado con la sorpresa de que lo reformaron completamente a principios de año. Ahora el marco es mucho más acogedor y cosmopolita, aunque los precios, como suele ser en estos casos, también han subido. El principal incoveniente yendo desde Valencia es que hay que transitar toda la antigua carretera hasta Cullera y, si hay tráfico, se puede hacer bastante pesado. Desde Cullera queda mucho más a mano. Entrantes correctos (croquetas de bacalao, calamar a la romana, tomate raf con salazón) y uno que no estaba a la altura y que no acabamos (fritura de pescados, nada frescos). Para segundos pedimos dos arroces (paella de pollo y conejo con verduras, arroz a banda) y la espardenyà de pato y anguila (18€, sustancioso pero muy pesado, ponen hasta dos huevos fritos!). El mejor plato, la paella de pollo y conejo (y además el más barato de los segundos: 12€ por ración). Las raciones son abundantes por lo que vale la pena pedir menos raciones que asistentes si se toman varias entradas. La carta de vinos tiene una selección decente y las copas también están a la altura. Optamos por el Palacio de Bornos verdejo 2007 (11€). El vino se lo sirve uno mismo una vez hecha la ronda inicial pero es una cosa que prefiero si rebaja la factura final. En definitiva, mejora importante del local, que lo hace mucho más atractivo, subida de precios, entrantes simplemente correctos y buenos arroces.

Excelente restaurante de cocina valenciana, uno de esos que puedes recomendar sin miedo a equivocarte.
Siempre es un placer hacer unos cuantos kilometros desde Valencia para acercarse a este local, a pie de la carretera Nazaret-Oliva y disfrutar de lo lindo con su cocina.
Entrantes basados en el el pescado y marisco, todo de excelente factura; calamares, fritura de pescadito, tellinas, etc.
Local clásico, sin encanto, pero aquí a lo que se viene es a comer, que narices.
El arròs a banda que tomamos, muy bueno; el único pero el all i oli, industrial y muy lejos del, EMO, mejor de Valencia, (L´Establiment), aunque tampoco hacía falta aderezarlo con nada.
Mantelería, cubertería y coperío muy decente. Carta de vinos correcta, y servidos a buena temperatura.
Excelente relación calidad-precio.
Ya tengo ganas de volver.

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