Restaurante Palacete rural La Seda en Santa Cruz (Murcia)
Restaurante Palacete rural La Seda
País:
España
Provincia:
Dirección:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
75,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
domingos
Nota de cata PRECIO MEDIO:
82 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.8
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
9.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Opiniones de Palacete rural La Seda
OPINIONES
18

Precioso edificio del siglo XVIII, que en su origen se destinó a la elaboracion de vinos y reconvertido en restaurante en los 80.
A la entrada nos espera el personal, que nos acompaña a la obligada visita de su espectacular bodega, con cocktel incluido (detalle de la casa) compuesto con jamon ibérico y copa de vino.
Al acabar nos acompañan al comedor, ubicado dos pisos más arriba. Nos llamo la atención ver el comedor solamente con dos mesas ocupadas, cosa extraña teniendo en cuenta que nos habían dicho por teléfono que con nuesta mesa el restaurante estaba completo.
Dispone de varios comedores con distintas capacidades y decorados con elementos antiguos, grandes lámparas y espejos, además de exposiciones permanentes de algunos pintores.
Practica una cocina moderna y actual que contrasta claramente con el entorno.
Disponen de tres menús. Nosotros pedimos el mediano compuesto por 3 aperitivos, 3 entradas, pescado, sorbete, carne, arroz, prepostre y postre.

Detallo los platos a continuacion:
Empezamos con un par de snacks. Unos palitos de pimentón y de cebolla y una mantequilla de hibisco presentado dentro de un tubo de esos de pomada.

Luego vinieron los aperitivos:
-Mojama, pistachos y sandia tratada como una verdura
-Sardina, con sabor a brasa, pepino albahaca y cerezas de jumilla
-Bombón liquido de chorizo de chato murciano
Tres aperitivos en los que la combinación dulce-salado, cobraba protagonismo. Destacaría el bombón de chorizo, un atrevimiento que me pareció tan sorprendente como logrado

A continuación fueron llegando el resto de los platos:
-Berberechos sin concha en gazpacho de alficoces, pan de azafran, aire de pimienta y limón en salmuera. Primera entrada en la que la originalidad consistía en un gazpacho verde de pepino con un toque citrico, pero que pecaba de algo salado y con unos berberechos con algo de arena

-Gamba roja de santa pola hervida, le acompañaba un pan con tomate sobre en aceite de oliva "Pago de los valdios de san carlos". Extraordinaria la gamba y original el acompañamiento del pan con tomate con una textura parecida a una mousse

-Ijada de atún sobre membrillo, almendras y picadillo de verduras y menudillos en salazon. Acompañado con un caldo del propio jugo del atún para acentuar el sabor de éste.

-Negre a 55º, caldo de ñoras y salteado de escarola, hijiki y musgo rojo. El mejor plato con diferencia. El pescado negro (que no supieron explicarnos muy bien que era. Solo nos dijeron que era poco conocido) perfecto en el punto de cocción, lo acompañaba una pequeña ensalada de escarola, algas y unas alcaparras que le daban un pequeño toque avinagrado y que junto con el caldo de ñoras hacían un conjunto realmente interesante

En este momento nos sirvieron un limonccelo casero con una pequeña bola de helado de limón. Para mi gusto le faltaba frío al limonccelo, que se sirvió casi a temperatura ambiente.

-Cordero segureño cocinado 12 horas a baja temperatura en hojas de higuera, pan de especies y miel con higos tempranos. Muy sabroso el propio cordero, pero no entendí muy bien el acompañamiento de los higos tempranos. Creo que no aportaba nada

-Arroz de gamba roja solo con el jugo de las cabezas. Perfecto el punto del arroz, y sabor muy conseguido. Intenso pero sin llegar estar escesivamente sustancioso y hecho con el jugo de las gambas de santa pola.

Luego llegó la parte dulce. Lo que debía de ser lo mejor de la cena (el final) fue sin duda lo mas flojo.
-Gin tonic de cuchara una especie de espuma de gintonic con diversos acompañamientos, entre ellos un taco de queso que no llegué a entender. Postre absolutamente prescindible

-Chocolate, chocolate y chocolate, postre con diversas texturas de chocolate, bastente plano en su conjunto y con sabor muy poco intenso a chocolate. Teniendo en cuenta el tamaño del postre, deberían haber acentuado el sabor y haber buscado algo más de contrastes.

Los Petit fours superaron con creces los anteriores postres. Consistían en unos minibrownis, unos marshmallows de rosa, unas tejas de avellana y una versión del tipico caramelo de toffee.

Menú con las cantidades muy reducidas (unos 750 gramos de comida, según nos comentaron) para poder llegar al final sin problemas. El problema es que algunas raciones eran ridículas, incluso en los platos principales, que hacía que incluso no pudieras disfrutar de algunos, además de tener que echar mano del pan con bastante frecuencia.

Respecto a la cosa del vino, carta de vinos extensa y muy bien presentada, con bastantes referencias a menos de 20€ aunque algunos vinos con precios bastante inflados.
Copas Schott y un servicio del vino en la que te llenaban la copa solamente las primeras veces (cosa que parece ser habitual en muchos restaurantes)
Servicio de sala profesional pero con algunos pequeños fallos como no reponernos el pan cuando se había acabado o no explicarnos algunos platos (cosa también bastente frecuente)
En definitiva, pienso que es un sitio recomendable si se pasa por la zona, pero no creo que justifique el viaje desde Valencia.

https://www.verema.com/blog/almolo/

Es un restaurante, para deleitarse de cada detalle son profesionales todo muy bueno

Este edificio construido en el Siglo XVII estaba inicialmente relacionado con la actividad vinícola, incluyendo una bodega rodeada de viñedos. La epidemia de filoxera de finales del Siglo XIX arrasó los viñedos, siendo éstos sustituidos por Moreras para la cría del gusano de seda, de ahí su nombre, derivado de la explotación de la Industria de la Seda.

Nos recibieron en la Bodega, situada en los bajos del Palacete, donde por cortesía de la casa (como pudimos comprobar en la Factura), nos sirvieron unas virutas de jamón que acompañaran una fresca cerveza, detalle que se agradece. No fue éste el único detalle que tuvieron, ya que al verme tomar anotaciones me indicaron que se me facilitaría una copia del Menú. Según nos comentaron existen 5 Salones. Nos llevaron al denominado Salón Artesonado que se encontraba en la 2ª planta. El Salón, de decoración Isabelina , y una altura de unos 5 metros, es totalmente exterior encontrándose rodeado de 8 balcones y disponiendo de una excelente disposición de mesas, con una Mesa central de Servicio, y un techo con un artesonado (del que adopta su nombre) que vale la pena contemplar.

Buena y amplia carta de vinos. Disponen de 3 menús, corto, mediano y largo. Nos decantamos por el menú corto ante el temor de no poder completar los otros dos. Por lo que pudimos observar, se puede llegar al final de cualquiera de los tres, ya que el número de platos es inversamente proporcional al contenido de los mismos.

De inicio nos sirvieron junto a unas tostadas una crema de boletus, presentada en un tubo (similar a los de dentífrico) bastante original y de aceptable sabor. El menú estaba integrado por los platos que a continuación citaré, y a los que me he permitido sustraer parte de su denominación por lo extensa de la misma y su escasa contribución a formarse una idea de su composición. En cuanto a Vinos, y no ofreciendo la posibilidad de maridaje, nos decantamos por un Santa Rosa Reserva 1998. Correctamente tratado y servido. Asumo con resignación cristiana el inconveniente de una degustación de estas características con un único vino (en algunos platos se quedaba corto y en otros demasiado largo):

Mojama, pistachos y sandia ………...
Sardina con sabor a brasa, pepino, albahaca y cerezas de Jumilla.
Berberechos en gazpacho de alpicoces …………
Ijada de atún, carne de membrillo, almendras y picadillo de verduras ………..
Pargo sin piel, recubierto en polvo de cortezas de cerdo ……..
Pluma de cerdo ibérico sobre láminas de Manzana …………. y aliño en esférico.
Gin Tónic de cuchara.
Chocolate, chocolate y chocolate……
Petit fours
Café.

Ante mis preguntas me informan que el chef es José Carlos Fuentes, el cual llegó a este Restaurante procedente de los fogones del Restaurante Sant Pau de Carme Ruscalleda.

El servicio extraordinario, aunque es posible que el hecho de ser, junto a dos personas más, los únicos comensales del Salón ayudara a este cometido. Armonía y estética en los platos, alguno de sabor sorprendente como la Ijada de Atún. Creatividad artística y buenas dosis de imaginación en la composición. Nos sorprendió el “Gin Tónic de Cuchara” que si no recuerdo mal presentaba la tónica emulsionada y la ginebra gelatinizada, acompañado de algún que otro componente. Entre el “Pargo” y la “Pluma de Cerdo” nos sirvieron, en unos Vasitos a modo de “Chupito”, una creación de la casa consistente en un sorbete de limón con limoncello casero. Excepcional el sabor y la combinación, pero escaso, apenas cumplía la función “refrescante” y de “entreacto entre platos”. Muy conseguido el “aliño en esférico” incluido en la “Pluma de Cerdo Ibérico….”. Curioso el postre consistente, como su propio nombre indica en un, digamos, monográfico, dedicado al chocolate y compuesto por un brownie de chocolate, encima una lámina de crujiente de chocolate, en una segunda capa una mousse de chocolate y finalizando con un poco de helado de chocolate picante. Nada empalagoso y sorprendente el chocolate picante. Antes de marcharnos, y tal y como nos habían indicado, se nos facilitó una copia del menú degustado con la fecha de la visita.

En resumen un Restaurante que vale la pena conocer, con un buen servicio y una mejor cocina. Es mi intención regresar.

Sin palabras ...casi o mejor que la anterior visita , si es un restaurante que cuesta dinero pero no es nada caro . Jamon en la bodega , donde eleji tomar un baltasar gracian viñas viejas por poco mas de 16 euros . Buenisimo. Tienen dtres menus ,uno mas corto , otro medio y largo , me decidi por el medio de 3 tapas, 3 entradas ,pescado , carne y arroz y 2 postres . Esplendido , de sabor y de calidad , remataron la faena con unos divertimentos de pasteleria con el cafe , ,e quedie con dos platos de glooria ; la ijada de atun con menbrillo,on-dashi, almendras tostadas y menudillos en salazon , y el surrealismo murciano: una mecla de ingredientes de la region al rededor de un cremoso de queso de cabra . Buenisimo. Tosdos estaba, muy bien . Y el trato especial . Volvere seguro

Nos agrado comprobar que después de dos años, el Palacio Rural de la Seda siga en buena forma, incluso podemos hablar de una evolución en su cocina.

Como la primera vez, una primera copa de vino y un plato de jamón en su magnifica bodega, tras este primer contacto el somellier nos recomendó algunas referencias para poder beber con el desconocido menú, ya que no pudimos ver carta alguna, porque tenían algún problema con la impresión de las mismas. Decidimos probar un vino de la tierra, Alma de Luzón.

Y para comer solo tenían dos menús uno largo y otro corto, nos aventuramos con el menú largo pero sin conocer precios ni productos. Fueron: 3 tapas, 2 entradas, 2 pescados, una carne y finalizamos con un arroz. Para los dulces dos postres. De primeras señalar que las raciones eran mas bien cortas, que a pesar de ser un menú largo, llegamos de sobra hasta el final.

Para las tapas, un fresco salmón con yogurt, un bombón de chocolate liquido relleno de chorizo de Chato murciano liquido, un contraste bastante sorprendente. Y la ultima un coulant de tortilla de patata, otro concepto mas de nuestra querida tortilla, muy bueno también.

En las entradas. Surrealismo murciano, en el centro de plato un queso cremoso, flanqueado por mini delicias de la gastronomía murciana, nos encanto este plato, colorido y fresco, un divertido catalogo murciano. A continuación la gamba rallada de Santa Pola hervida, en una sopa de aceite de oliva, muy bueno.

Pescados, dos taquitos de ijada de atún con carne de membrillo, muy sabroso. Y un negre con caldo de ñoras y salteado de escarola, perfecto de punto y también muy rico.

De carne, lomo de ciervo con cítricos y yogurt de hierbas, deliciosa la carne jugosa y tierna.

Y para finalizar el arroz, el mas flojo de todos los platos, no nos gusto el punto del arroz, además de estar algo salado.

El primer postre, fueron diversas verduras, en varias formas de preparación, sopa, bizcocho y teja, quizás poco goloso, y después un suculento ganache de chocolate y helado de pimiento rosa.

Concluimos comentando, que el servicio lo hemos vivido igual que hace dos años, muy bien acompasado, cercano y afable. Pero consideramos que el menú es algo corto quizás tendría que tener mas platos o algo mas de cantidad en los platos principales. Un sitio recomendable, para esas ocasiones especiales.

Nos costó llegar porque está un poco apartado de la ciudad,aunque vale la pena. De las dos visitas, la mejor la primera...en la segunda había una boda y el ambiente era un poco "especial" y bullicioso. En ambos casos tomamos menu degustación con maridaje de vinos y lo más destacable fué el descubrimiento de ese delicioso jumilla "Casa de la Ermita" junto al Chato Murciano, que estaba de muerte. Lo peor: en el salón en el que estábamos no se podía fumar y fué un engorro andar entrando y saliendo. El palacete muy chulo, aunque la decoración es un poco pretenciosa. El servicio bien, correcto. Fué mi restaurante sin igual en Murcia hasta que conocí el Traperia 30. Mejor visitar los dos y sacar conclusiones.

Nada tiene que ver la visita actual con las anteriormente realizadas. He tenido la oportunidad de comer ó cenar en sus tres majestuosos salones habilitados para tal fin, pero dista mucho de pedir alguno de sus menus degustación ó simplemente a la carta de forma individual y con poca afluencia de comensales, a estar los tres salones completamente llenos y apuntarse de forma colectiva al menu "San Valentín 09". La mayoria de mesas con dos comensales con motivo de dicha celebración, más pendientes de sus parejas que de la degustación de la cena, principalmente gente bastante joven.
En el momento de la reserva ofertaban la opción de vino incluido, por 75 euros, ó sin el mismo por 65 euros; eligiendo uno con y otro sin para mi mujer por no gustarle, indicación que hice al Jefe de sala en el momento se dispuso a servir el mismo. El resulado final fué cobrar los dos menus a 75 euros, desistiendo hacer algún tipo de reclamación puesto que el importe no era significativo y el día no era el apropiado para ello (se quedaron sin propina). Cuestión de saber estar a la altura, a pesar de haber hecho la observación al principio.
Los aperitivos consistieron en Foie Mi-cuit, sal negra y Bombón de Chorizo de Chato Murciano y Chocolate especiado; ningúno de los dos a resaltar.
El menu: Sopa de cebolla con reducción de monastrell, huevo pochado y cake de nueces y trufa negra "melanosporum" (uno de los platos con la llema dura y otro totalmente líquida).
Jamón ibérico, ostras y tomate raff (con diferencia el mejor plato).
Lubina recubierto en polvo de cortezas de cerdo, jugo concentrado de las espinas y licuado de oxialis....ufffffff, cuanto nombre para tan poco condumio (rectangulo de lubina de aproximadamente 5x3x2 largo,ancho y alto, en mi caso concreto reseca y cruda por dentro).
Ternera lechal, hojaldre, demi-glasse (aqui me toco la china, con huesecito incluido, mucho nervio y practicamente cruda; hasta el camarero se dio cuenta y pregunto si queria que la hiciesen un poco más).
Chocolate blanco: ahumado y trufado (aceptable).
Pastel de San Valentín (pequeño pastel en forma de corazón para compartir).
Café armenia supremo y petit-fours del amor: Batido de maca del Perú (aceptable). Gominola de red bull y piruleta de azafrán calido (posiblemente se pueda encontrar algo similar en cualquier kiosco de chucherias). Macarrón de fresa pasión, jengibre y chocolate y bombón perfait amour (sin comentario).
Bodega: Cava Castillo de Perelada (una copa y más de 20 minutos vacía sin volverte a servir), el camarero tras varios servicios en mesa viendo la copa vacia. No quise hacerle la observación para comprobar la atención al cliente...el resultado, hasta el tinto nada.
Tinto Señorío de Cuzcurrita Crianza Rioja, servido para la carne, una copa y sin más servicio (lamentable).
Despues del café y como acompañamiento de la chuches, una copita de Olivares dulce Monastres D.O. Junilla.
Eso sí, debidamente acompañada la cena con musica de piano.
Por supuesto a mi mujer le retiraron al principio las copas para cava y vino, pero no así de la minuta final, aunque repito, detalle insignificante cuantitativamente hablando.
El servicio debidamente uniformado incluido los güantes blancos que en otras ocasiones ha sido simplemente excepcional, en ésta ocasión lamentable.
No obstante lo dicho, la próxima vez que visite Murcia repetire visita a éste majestuoso restaurante, siempre y cuando no haya ningún acontecimiento de caracteristicas similares.

Sin lugar a dudas el mejor de toda la region,para comprobarlo hay que estar alli en la mesa.Sobran palabras.

He tenido el placer de visitar al menos en media docena de veces éste Palacete, hoy convertido en restaurante y que parece que toda su historia se aglutine en los maravillosos platos que son cuidadosamente presentados al comensal, con una delicada explicación de los mismos. Actualmente y previa la entrada a sus majestuosos salones dignos de cualquier museo, podemos degustar su extraordinario jamón de pata negra al corte,
con el vino que se elija, ya que dispone de una muy amplia carta en su extensa bodega.
Personalmente recomiendo cualquiera de sus dos menus degustación que dispone, selecionando en función de comida ó cena, elegir el completo ó el reducido. En ambos casos quedaras maravillado por la variedad, presentación y suficiencia de los mismos.
Igualmente saldras plenamente satisfecho si prefieres seleccionar platos de la carta, ya que la cocina es sencillamente extraordinaria. El único punto negativo que le encuentro para los viciosos como yo, es el no poder disponer de un salón para fumadores, ya que en todo momento somos muchas las personas que nos encontramos en el pasillo con el cigarrillo en la mano, aunque mirandolo positivamente, entablas conversación con personas que no conoces.
De obligada visita para los amantes de la buena mesa en su paso por Murcia. Estoy deseando visitar lo antes posible.

El restaurante en si como ya han apuntado otros veremeros,parce mas de una casa de antiguedades que de un restaurante.
La carta de vinos es muy amplia ,aunque no tiene todas las referencias que refleja,como es normal.
La cocina trabaja con exactitud las nuevas tecnicas,creo que el cocinero viene del Sant Pau de La Carme Ruscadella,por lo que los platos son finos y sin abusos en las gelatinas,cosa que agradezco.
rcp a revisar.

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