Local cómodo de decoración neutra, buena iluminación y separación entre mesas.
Cocina de mercado con claras pinceladas de autor donde aparecen platos brillantes como las cigalas con boletus, con otros no tan brillantes como la lasaña de buey de mar, donde no se ha conseguido matizar el sabor del buey y prima la bechamel y el queso frente al verdadero protagonista. Las carnes en su punto pero el acompañamiento simple, patatas chips, y aceitosas. En este punto nos defraudó un poco. Pero en líneas generales la cocina es correcta.
Extensa carta de vinos con algunas referencias que llaman la atención (vinos de primera línea con otros de tercera división) y servicio del vino correcto, eso sí, los precios excesivamente altos.
Servicio atento pero se oye demasiado hablar a los camareros y cocineros, estos últimos se permiten el lujo de asomarse a la ventana que da a la cocina y hacer comentarios sobre los clientes... un detalle no demasiado agradable (y que conste que sobre nosotros no hubo comentarios).

A grandes rasgos el restaurante no está mal pero quizás esperaba demasiado de él al leer los otros comentarios. RCP correcta.

Me encanto, enhorabuena por que ademas es local para no fumadores, de decoracion tradicional aunque con toques vanguardistas, mas bonito su comedor bodega que el comedor de la entrada, buena disposicion de mesas, las hay para todos los gustos, redondas y generosas, cuadradas y rectangulares.Bonita vajilla y distinta en cada servicio, atentisima y amabilisima atencion facilitada por todo el servicio y especialmente por uno de sus propietarios Juan, carta de vinos de muy cuidada factura con ofertas muy interesantes por su procedencia y atractivo precio, vino excelentemente conservado, bien servido, tal vez falte la atencion continuada referente a escanciarlo.Curiosa carta donde la oferta es sugerente y atractiva tanto en el contenido como en su presentacion, todo esta pensado para ser compartido y ademas los precios se reflejan en unidades, que por cierto suelen ser bastante generosas.RPC adecuada, 50€ pax con vino.

La verdad es que me parecio un sitio bastante bueno. El local esta muy bien montado y aunque el servicio es un poco lento el trato es muy cordial.

La carta breve pero con platos realmente bien escogidos.

Respecto al servicio del vino, una oferta de caldos bastante amplia, y unas cristaleria adecuada.

Sin duda volveré.

Francamente satisfecho en mi segunda visita. Decoración y ambientación que transmiten tranquilidad y limpieza. Servicio atento y profesional. La comida muy correcta, aunque no puedo opinar sobre la carta ya que era un menú previamente escogido. La carta de vinos bien seleccionada, con precios comedidos. Fuimos bien aconsejados y tomamos un buen Rafael Cambra Uno (20 euros) y un gran Viña San Román (39 euros), que nos decantaron convenientemente. Cristalería a mejorar. Se detectan en el ambiente muchas ganas de agradar. Recomendable

En unos diez dias lo he visitado dos veces. La primera me causó una impresiòn excepcional, al entrar sensación de "frescor en el ambiente" y limpieza extrema. En cuanto a la comida, muchas y muy buenas sugerencias, calidad en la materia prima, y muy bueno el resultado en el plato. El servicio muy atento, en cuanto a la carta de vinos y el servicio del mismo muy bien. Repetimos a los pocos días, para comprobar que siempre ó casi siempre es así, y .... se confirmó. Todo tan bien ó mejor que el primer día, por lo que no es casualidad, sino "saber trabajar bien". Felicidades.

Cocina moderna, elaborada, pero que no sorprende. Sin haber mucha gente (5 mesas), los platos calientes llegan fríos, y aunque la materia prima es buena, las combinaciones de sabor, color, olor y texturas no es acertada. El local (la primera parte) me recuerda a las franquicias de las clínicas dentales (fría, con mucha luz). La segunda sala (en el interior), mucho más acogedora, con una cava para los vinos para disfrutar.La carta de vinos en proceso de cambio, mejorándose sustancialmente. Los baños perfectos. Cristalería de Carrefour. Cubiertos mejores y servicio correctísimo, cambio de platos y cubiertos con cada uno de los seis platos que compartimos. Para cuatro personas, 6 platos para compartir, Mestizaje y Rafael Cambra Uno, más los cafés, 185 euros.

Muy interesante, original e innovadora, nueva propuesta en Valencia, propiedad de José Julio Ten Puertas y Juan Salafranca Roig.
El local es algo complicado de encontrar, solo la primera vez, pero realmente vale la pena.
Serenamente decorado y ambientado, buena distribución y amplitud de mesas bien separadas, perfecta la cristalería y correctísimos la mantelería, cristalería y vajilla!
Cocina moderna e imaginativa a elegir y seleccionar en una carta muy original y sugerente donde lo importante es confeccionar tu elección, siempre para compartir y probar el mayor numero de pequeñas delicatessen del menú.
Muy destacables también la bodega y la repostería.
Servicio amable y profesional, muy atento.
Y correcta relación Calidad Precio.
Muy interesante, agradable y sugerente, siempre a tener en cuenta.
Imprescindible reservar!