Restaurante El alto de Colón (CERRADO) en Valencia
Restaurante El alto de Colón (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
27,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos y agosto
Nota de cata PRECIO MEDIO:
60 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.3
Comida COMIDA
7.1
Precio medio entorno ENTORNO
8.9
RCP CALIDAD-PRECIO
6.5
Arroz meloso
 canelón de arrós amb fesols y naps.
Sala de el Alto de Colón
Opiniones de El alto de Colón (CERRADO)
OPINIONES
41

Como no podia ser de otra forma, la remodelación realizada en el céntrico mercado de colón, ha dado origen afortunadamente a una visión totalmente opuesta a la que durante tantos años hemos estado acostumbrados. Por su ubicación en pleno centro de la ciudad, considero un acierto total el contar con éste extraordinario restaurante con el valor añadido de facil aparcamiento. La decoración resulta elegante y realizada con gusto y un amplio espacio entre mesas, permite conversaciones con cierto grado de privacidad, considerando de las cosas que más poderosamente llama la atención los impactantes techos muy bonitos y de mosaico muy trabajado. El servicio resulta profesional y esmerada atención, ya que si te apetece quitarte la chaqueta se ofrecen inmediatamente a guardarla con el fin de evitar que se pueda manchar. Al ser un número elevado de comensales hubo de todo, desde menu degustación por cierto bastante amplio, hasta elección libre de segundos platos como carrillada, rabo de toro, lubina; habiendo iniciado la comida con unas extraordinarias gambas de Denia, ensalada de ostras, etc.. La cocina resulta creativa con todos los platos bien elaborados y presentados con gusto. Los postres amplios en tartas resultan sencillamente deliciosos. En cuanto a vinos considero dispone de una buena selección y suficiente carta, aunque hubo fallo en alguna elección. Tambien debo decir que hubo desacato por nuestra parte, ya que todos querian aportar su granito de arena en ésta materia y se paso de Viña Ardanza, El Miracle, Santa Rosa y alguno más. Mi consideración personal es totalmente recomendable.

Entorno inmejorable, buena separación de mesas, bien la mantelería y copas. En la carta de vinos las añadas se han anotado a lápiz en algunos casos. Me llamó la atención que no disponían de varios vinos que figuraban en la carta. Tomamos Vendimia Nocturna de Pago de Tharsys, ya que el resto de comensales pidó pescado. Chips de aperitivo, junto con chupito de manzana verde (excesivamente amargo para mi gusto) e interpretación del bollit i la sang amb çeba. Tomamos de entrantes ortigas de mar en tempura (en casi todos los entrantes ofrecen la posibilidad de medias raciones, un acierto) y gambas de Denia (insistieron tanto que al final las probamos, no desmerecieron). De segundo, carrillada: bien el punto de la carne, pero la noté algo falta de sabor y fría (¿tendrá que ver con que cocinan en la otra planta, creo?). Algunos segundos tampoco estaban disponibles (¿cosas de la Feria del Mueble?). Puede resultar un hándicap el pedir el postre con antelación, pero en mi caso no lo fue, ya que las torrijas de horchata estaban realmente buenas. Servicio del vino y atención, puntual y correcta en todo momento. Cafés y petit fours. No puedo comentar el precio ya que fui invitado. Todo muy bien, pero falta pulir algunos detalles, en mi opinión.

Es curioso como cambia un restaurante, en el momento que hay un Sommelier y un Metre en condiciones, se ve que ambos forman un buen tandem y eso es de agradecer, ya que por los tiempos que corren en la ciudad de Valencia, da mucho que desear. Estuvimos 4 amigos el viernes por la mañana y regresamos por la noche, y en serio debeis ir, puesto que esta gente tanto Alfredo (Sommelier) como Martin (Metre), hacen una labor para una estrella Michelin. La cocina de Quique con sabores puros y mediterraneos, con texturas agradables y sencillas, nada de espumas raras que se han puesto de moda, golpes de esencia, la verdad es que cuando regrese a Valencia, volvere al Alto de Colon.
Enorabuena a todos. Carta de Vinos amplia y equilibrada en precios, Cristaleria con mucho gusto. Ah! Gracias Alfredo por envinarnos las copas, eso solo lo hace la gente que sabe de vinos.

Llevábamos tiempo queriendo ir a este restaurante, ya que había tenido opiniones de todo tipo y buenas referencias de su sumiller. Además la idea de comer en el alto de este mercado referencia del Modernismo Valenciano nos apetecía mucho a mi mujer y a mi. El comedor es amplio con mesas separadas y excelentes vistas, tanto del resto del mercado, como del techo, una joya. Empezando por los vinos copas excelentes, la carta de vino con bastantes referencias pero con pocas cosas sorprendentes, bueno algo si me sorprendió que no se incluyen las añadas (cuando el camarero había hecho ya 2 viajes decidí tomas un Santa Rosa 03, ¡Pepe que Grande! ¡un acierto!). Además había un hoja que estaba pegada con celo. Los precios bastante altos Alion 60€, Santa Rosa 35€, todos +IVA. Como aperitivo me sacaron un copa de champagne excesivamente frío. En carta hay platos apetecibles, si bien un poco altos para la ración y materia prima, clotxinas con aguacate 17€+IVA ( 6 clotxinas), el pichón de Bressé que tome muy bueno y buen punto de cocción. En general, te permite tener una velada agradable por el maravillo comedor, la comida correcta si bien bastante caro en RCP. Se permite fumar. No me gusta la idea de coger el ascensor para ir al aseo, si bien son necesidades del sitio, igual que la cocina que está 2 plantas más abajo.

La verdad es que volvimos a este restaurante y, especialmente yo, con el miedo en el cuerpo sobre la posibilidad de que repitiera nuestra anterior experiencia, pero nada, ni una sola repetición (salvo la torrija de horchata, que casi recé antes de llegar porque la repitieran). El local, como ya dije, de los más bonitos de Valencia (soy algo subjetivo porque el Mercado de Colón me ha gustado siempre). El servicio aunque empezó algo seco y tirante mejoró con creces, aunque falta profesionalidad a algún trabajador (llegaron a ponernos una copa de la botella de otra mesa). La carta de vinos bastante bien, amplia y a precios competitivos (nos animamos por un Marimar de Torres y después por un contino). Los platos sorprendentes y abundantes teniendo en cuenta el número, desde el detalle de la casa hasta finalizar antes de los postres con unas manitas de cerdo desmigadas y entre dos galletitas. Salimos a algo menos de ochenta euros por persona. Para repetir.
Por cierto, el sumillier tuvo un acierto, aunque quizá dejó en evidencia al restaurante. Nos puso las copas que tenía de agua para el vino blanco (aunque nos lo consultó antes) porque dijo que creía que eran las mejores copas que tenía para ese tipo de blanco.

Restaurante precioso situado en los altos del antiguo mercado de colon. Muy comodo e intimo. estupenda iluminación, muy buena separación de mesas y cristaelria , cuberteria y vajilla acorde con el entorno. Muy buen profesional el maitre-somelier. Disfruta con su trabajo y sabe mucho de vinos. La comida esta buena pero le falta contundencia en el sabor. Creo que más por la materia prima que por la cocción. Tomamos gamba de Denia y puntillas de primero. De segundo dentol y salmonetes. No estaban mal pero no deslumbraron. Postres aceptables (ambos fueron de chocolate) pero ahí tambien se notó falta de contundencia en el sabor. Servicio irregular : Muy bien el maitre, bien un camarero y muy mal una camarera (dio a entender que su trabajo era más una tortura que un disfrute). Aceptable servicio de vino con carta no muy extensa pero seleccionada.
En resumen, lo mejor , la decoración del restaurante y el maitre. El resto muy normal y desde luego no acorde con el precio.

Ha sido mi tercera visita y la verdad cada vez a sido peor , el servicio con prisas y nuestras copas sin vino. El servicio del vino casi inexistente y lo que no entiendo es que me obliguen a pedir el postre antes de cenar. A la cocina le faltaba chispa y a la carta cambios ( mi primera visita fue hace un año y aun tienen los mismos segundos y algunos entrantes)no sé, para mí le falta más trato personal a este restaurante puesto que el entorno es inmejorable.

Mejor mi ultima experiencia que esta, buena cocina pero sin arriesgar, peor servicio, los camareras con mucha prisa y poco cordiales,falta lo de siempre...profesionalidad! carta de vinos floja...

Una pena....

El sitio y la decoración muy conseguido , el servicio muy atento volvimos a repetir porque que en nuestra 1ª visita el pasado mes de Julio quedamos gratamente sorprendidos, era viernes a las 21, 45 h. y dos entrantes de la carta estaban agotados (?) por lo que nos decidimos por un foie y una ensalada de ostras , preguntamos si el jamon lo cortaban a mano y nos dijeron que si y pedimos un plato de Iberico como aperitivo.

El Iberico , no estaba cortado a mano sino a maquina y de una pieza de estas deshuesadas que preparan, muy salado , sequisimo, sin grasa, quemado por la maquina etc.. demencial , la ensalada de ostras realmente vulgar y el foie de mi paternaire excesivamente hecho y seco con los cantos endurecidos.

De segundos pedimos unos canelones de pollo y un carre de cordero , verdaderamente no tenían el dia , asi que habrá que volver,
Para beber pedimos un cava Arte Mayor, como en el 90 % de los sitios ya lo traen un poco pasado de frio y se empeñan en darle todavía más metiendolo en hielo

Nota :Le dijimos al servicio nuestra opinión sobre el jamón y cuando trajo la cuenta nos dijo que el jamón no lo incluian , un detalle

Después de haber oído hablar tanto de este restaurante, fui con mi pareja a comprobar por mí mismo si era cierto lo que se hablaba de él, no sin reparos económicos. Nos decidimos por el menú degustación, siendo contundente y sin que nos quedáramos con hambre ninguno de los dos. La materia prima de excelente calidad y la presentación muy acertada, con platos sorprendentes, como el bocadillo de trufa (del que ya habíamos oído hablar) y el postre de torrija de horchata, pero en general un menú degustación completo y equilibrado (si no recuerdo mal, tres entrantes, dos principales y dos postres). El vino buena RCP, y buenos consejos del somellier, quien llegó a desaconsejarnos una petición que hicimos del bierzo (suponemos que no confeccionó él la carta). En cuanto al servicio de copas, mejorable, pues el precio del lugar bien merece copas riedel. El servicio muy atento y el sitio muy acogedor, tranquilo y bonito, siendo negativo tener que bajar hasta el bamboo para ir al servicio. Para repetir. En total 175€ por dos personas, incluyendo menú degustación, vino, café y vino dulce (yo un casa de la ermita).

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