Restaurante L´Anec en La Cañada - Paterna
Restaurante L´Anec
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:

Añadir tipo de cocina

Vino por copas:
Precio desde:
13,66 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
18 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.0
Comida COMIDA
6.7
Precio medio entorno ENTORNO
7.9
RCP CALIDAD-PRECIO
7.5
entrecotte
bravas
calamarcitos
canelon
sobrasada
plato guisado
arroz marisco
arroz al horno
fiambre
chipirones
tacos
ensalada
entrecotte
puntillas
torreznos
tabla ibericos
pulpo
carpaccio
croquetas
calamares
tarta manzana
solomillo
croqueta
tarta
panna cotta
arroz fesols i naps
vino
croqueta de queso
bravas
calamares
Opiniones de L´Anec
OPINIONES
7

Una excepción a la carta de los sábados noche son los días de fiestas navideñas. Se funciona a medio día con el menú navideño (18.90€) con una buena cantidad de entrantes y principales a elegir más 4 opciones de postre con bebida o café.

Somos 5 adultos y 4 niños y no nos acabamos de acoplar a nada, así que decidimos lo que queremos y con confianza y margen de maniobra nos acoplamos. Los pequeños, que tienen su menú infantil, nos aplica la carta porque sale más barato pero piden postres que se pagan aparte porque el tema de helados incluidos se bloquea.

Para beber tomamos previamente unas cervezas de presión, también un agua grande sin gas, un par de Martini bianco, 4 refrescos; en el apartado de vinos: Bobal tinto 2020 y un tinto argentino de Mendoza llamado ni más ni menos que Mario Alberto Kempes El Matador 2018 una mezcla de 65% malbec y 35% petit verdot, y ambos gustaron.

Los peques se decantaron por Nuguets con patatas fritas en buena ración y rápido servicio y unas aceitunas; de postre una piña natural, una mini tarta de queso y un par de browmies, que resultaron ser unos trozos a modo de dados acompañados de chantilli y acabaron en la mesa de los mayores. Los llamados mayores optamos por los entrantes compartidos y el principal individual:

.pizarra de patatas bravas x 2: buena patata y buena cocción con salsas básicas de ketchup y alioli. Pese a todo, más que bien.

. tempura de berenjenas con salsa de soja y miel: servidas en un cestillo con salsa y cortadas en láminas casi miniaturista. Cumple bien.

. sobrasada ibérica de Mallorca a la plancha con queso de ricotta canónigos nueces y miel de caña: más que ibérica es sobrasada de cerdo negro; buena calidad y bien presentada con pan tostado y unos tomates de colgar.

. calamarcitos a la plancha con ajos tiernos: correctos de sabor y presentación.

. estofado de ternera y albóndigas con patatas cantonudas x 2: servido en un puchero metálico, bien de sabor y de ración con la carne bien cocida y jugosa.

. canelón de confit de pato y foie x 2: presentado con verduras y referido como bueno sin más halagos.

. entrecotte de vacuno con patatas panaderas y pimientos de Padrón: buena carne bien preparada y presentada (lleva suplemento de 7€). Lo mejor.

Unos cafés con y sin licor más unos chupitos de vino dulce de Vegamar más una sobremesa amplia.

Total pagado: 185,82€ (con 15% descuento por ser propietarios del club). Para precio/persona dividiré por 7 y en calidad/precio hay que tener en cuenta que son menús navideños.

 

  • entrecotte

    entrecotte

  • bravas

    bravas

  • calamarcitos

    calamarcitos

  • canelon

    canelon

  • sobrasada

    sobrasada

  • plato guisado

    plato guisado

Como comida navideña, la dirección del local tiene a bien invitar a sus más fieles clientes (todos los sábados del año, más algunos viernes en verano y las vísperas de festivos y puentes) nos hacen merecedores de que seamos invitados a un comida en estas fiestas.

El local no tiene más cambios que las rotaciones de camareros tan de moda en la restauración, aunque afortunadamente y de vez en cuando algún camarer@ vuelve por estos lares. Mesa especialmente preparada para la ocasión y 18 comensales sin saber a donde vamos. Hoy el servicio mejoró notablemente y se notó el día especial y también que había menos afluencia de comensales que en otros días.

Para beber tomamos lo habitual: algunas cervezas y algunos vermuts previos en la terraza aprovechando este veranotoño (26º) del que algunos niegan como cambio climático. Ya en la mesa el tinto de siempre Dominio de Calles roble (aquí bodegas Vegamar se impone en la carta), otras cervezas (la mayoría de Amstel) y agua sin gas de Lunares.

La comida elegida por el local consistió en unos entrantes al centro más 2 opciones de arroz; a saber:

. pan tostado con alioli y tomate: servido en cuencos separados para elegir al gusto.

. fiambres: chorizo, salchichón y lomo cortados en más que finas láminas y con algunos frutos secos.

. ensalada: diferentes hojas verdes con espárragos (medio espárrago por persona) con un buen grande y carnoso tomate bien presentado.

. taco de verduras: verduras finamente cortadas y al dente pero faltaba algo de punch Quizás debimos pedir el frasco de Tabasco.

. chipirones asados con alioli: buenos de sabor, algo tostados y crujientes las patitas, pero llegaron totalmente fríos a la mesa.

. arroz al horno: buena preparación en cazuela de gran tamaño por lo que hubo para repetir o probar. Necesitó reajustar el punto de sal pero estaba en buen punto de cocción.

. arroz meloso de marisco: perfecto punto del arroz, algo más caldoso al principio del servicio, fondo correcto con tropezones y gambones también correcto. Servido al centro de la mesa en dos peroles para autoservicio.

Habitualmente no tomamos postres, salvo helados en verano, así que hoy ha sido una excepción pues nos han puesto unas bandejas al centro de tartas caseras troceadas y alguna castaña helada (algo muy habitual de pedir en verano).

Lo que no faltaron fueron los cafés, carajillos, copas de destilados y gin tonics en la misma medida que siempre, o incluso más dado que al ser a medio día, se alargó mucho la sobremesa, solo interrumpida por la consiguiente partida de dominó, que esta vez era a posteriori y no previamente como en los sábados de todo el año. Se acompañó por la aportación externa de unos sobresalientes polvorones traídos por una pareja viajera desde Granada, situación que es frecuente que se produzca cuando alguien viene de viaje.

Agradecidos por la total invitación por parte de la empresa (por ello no puntuaré calidad/precio), y como siempre, lo mejor fue la compañía, incluyendo esta vez la compañía de la dirección y del servicio. Una buena propina final puso fin a la fiesta navideña.

 

  • arroz marisco

    arroz marisco

  • arroz al horno

    arroz al horno

  • fiambre

    fiambre

  • chipirones

    chipirones

  • tacos

    tacos

  • ensalada

    ensalada

Tras dos años de evolución con visitas de todos los sábados noche y algunos viernes en época estival más vísperas de puentes, etc.. y terminada la época de las mascarillas, me decido a subir una nueva valoración para actualizar algunos conceptos; especialmente en noches como ésta que por circunstancias familiares nos salimos de la habitual mesa grupal de amigos.

La cocina y la carta de comidas han mejorado en variedad de opciones y mejorado en la calidad de lo cocinado; la calidad también ha mejorado con respecto al inicio pero algunos platos (el calamar, el sandwich vegetal y algún otro) han perdido mucho; el emplatado y la vajilla se ha hecho más variado, lo que es de agradecer sobre todo cuando pides de tapeo; las raciones se han equilibrado en buen punto (la sepia es ahora más pequeña pero otros platos mejor). La carta de vinos también se ha ampliado con precios al uso o algo menos de lo esperado (hay que recordar que es un Club Social).

En la parte negativa y de la mano de todo ello, pues también han subido algo los precios (los socios propietarios tenemos 15% de descuento); el servicio de sala sigue siendo muy voluntarioso incluso trabajador, pero poco profesional con demasiadas rotaciones lo que resiente la efectividad y es frecuente que en días de alto aforo (a veces casi 200 comensales en terraza) ni la cocina da abasto ni los camarer@s saben en que mesa hay que llevar que plato.

Pongo cena de un día cualquiera con cuatro adultos y dos niñas (contaremos como cinco) que bebimos 3 cervezas tostadas, 2 tintos de verano (bien servidos), 2 refrescos y 1 agua grande sin gas.

Para la cena:

. patatas bravas: buena ración, buena cocción y fritura posterior y salsas correctas.

. torrezno: bien preparado y con sal Maldon.

. orejita brava: oreja a la plancha, bastante crujiente. Más que bien.

. puntilla: bien rebozado, buen tamaño (otras veces no) buena fritura. Últimamente va mejor.

. l´horta: buen plato combinado, como otros muchos (también bocadillos)  que hacen que sean buenas opciones.

. el puig: plato de lomo (empezó en 3 cortas finas, este día fueron 2 cortadas y ahora el último día fue solo una cortada ¿?) de buena calidad y sin secarse; buenas patatas fritas y huevo frito (hay días que es casi huevo duro).

. entrecotte trinchado: bien presentado, al punto solicitado, algo más de grasa de la deseable pero compensa el muy buen sabor: en general las carnes (salvo la ternera de algún día) están bien; acompañan unos pocos pimientos verdes y una base de patatas que mejora cuando son fritas. Recomendable.

. postre: helados x 6 en tarrina o copa: en total 11 bolas de helado que merecen la pena y que son un buen final en estas noches de calor veraniego.

Para nosotros (el grupo amplio) es muy cómodo ir andando (sin problemas de alcoholímetros) y siempre tenemos compañía y todo ello a un costo asumible (esta noche 91,70€ con el descuento). Así es difícil que no vayamos.

Por razones obvias no he subido las anteriores más de 100 visitas en estos dos años, pero me parecía correcto subir una actualización.

 

 

  • entrecotte

    entrecotte

  • puntillas

    puntillas

  • torreznos

    torreznos

La normalidad de nuestro grupo es la cena de viernes (cuando acaba la temporada de invierno) y todos los sábados en nuestro (somos socios) Club Social de La Vallesa, con más o menos peña (cada vez menos) y en esta noche nos juntamos los 10 máximo permitido en el interior de un amplio comedor acristalado y cerca de la tele para ver de reojo la final de la champions.

Mesa alargada y buena separación, manteles y servilletas de papel tela negro que aportan vistosidad y practicidad, copas de vidrio. vajilla aceptable, servicio familiar y cumplidor (por la noche hay menos gente que para comer, de momento) con buena salida de platos de cocina sin esperas largas.

En la previa y mientras se mantiene la mente activa con el dominó varias cervezas (muy buena el doble de Maestra de presión), vermut. En la cena varios tintos de verano, agua y de tinto Coto Mayor crianza 2013. 

Para cenar hay una amplia carta que incluye desde los entrantes habituales de medio día para el centro incluidas las tablas, bocadillos de todo tipo, platos combinados, hamburguesas, sandwichs y hasta pizzas individuales, aparte de carnes (solomillo, entrecotte..). En las varias cenas que hemos ya hecho, hemos probado de todo manteniendo un aceptable tono medio siendo ahora de mayor calidad y variedad respecto a la situación anterior.

Después de la cena varios cafés, copas (Magno y similares). licores (Baileys), etc... que nos dejan una cómoda tertulia hasta que suena la campana (teórica) del toque de queda y nos vamos andando a casa sin riesgos de controles de tráfico. Muy a valorar.

  • tabla ibericos

    tabla ibericos

  • pulpo

    pulpo

  • carpaccio

    carpaccio

  • croquetas

    croquetas

  • calamares

    calamares

  • tarta manzana

    tarta manzana

De nuevo festivo pascuero y lo que, en otros años era una tradición del bono de Pascua, en esta ocasión por temas COVID nos conformarnos con repartirnos en mesas de 4, no cocinar o suplementar la cocina encargada como antaño en el Club Social. Peor fue el año pasado.

Nueva quedada de la Peña, esta vez con 12+1 comensales en el grupo, repartidos en mesas y sin encargo previo por lo que vamos al menú de festivo directamente y cada uno pide a su libre entender según te enuncian, a pie de mesa, como está la cocina en el día de hoy. Por la experiencia de algún otro día en “petit comité”, interesa no empezar de los últimos porque se suele acumular algo de retraso al final lo que nos puede hacer perder la partida de dominó porque viene detrás el fútbol en la tele.

Con respeto a la anterior etapa de L´Anec en el pueblo, se ha notado una mejoría global con una carta de comidas más adecuada (aquel exceso era imposible de hacer todo bien), un emplatado (y vajilla) muy superior, un ambiente y estancia que transmite más pulcritud, ganas en buenas sensaciones de estancia en un ambiente algo más elegante y confortable a lo que contribuye un mobiliario nuevo (aunque sea de propaganda cervecera) y conjuntado en una terraza más un comedor interior con suelos nuevos; todo muy luminoso y con buenas separaciones de mesas.

Además la opción de encargos (desconozco si antes existía) en nuestro caso es importante porque la alta frecuentación evitará el hastío repetitivo de los sábados noche de “y ahora que ceno porque no quiero otra vez lo mismo” tan habitual en los últimos tiempos pasados en este club social.

Todos al menú de festivo (16,50€) con elección individual de primero y segundo, Entre los primeros y en nuestra mesa se quedaron y compartimos entre 3:

. ensaladilla rusa: esta vez con mejor punto de sal y menos pastosa lo que me hace dudar del origen casero o no de la misma.

. croquetas de jamón: buen tamaño, rebozado y fritura correctos, melosas.

. patatas bravas: sin cambios del anterior comentario salvo que esta vez estaban con el interior algo más crudo de lo deseado.

Había también una tabla de ibéricos con buena pinta, carpaccio de buey, croquetas de queso referidas como buenas, potaje de cuaresma con y sin bacalao.

Para los segundos, en mi mesa, no quisimos esperar la media hora de rigor de los arroces (de calabaza, negro, meloso y del senyoret -marisco pelado-, paella); en otras mesas sí tomaron el de marisco y estaba bien de sabor y punto de cocción aunque pobre de tropezones. Optamos por dejar fuera costillas barbacoa, pluma ibérica de buen aspecto al pasar, solomillo al PX, macarrones y algunos otros más; sin embargo probamos:

. carrillada guisada: dos pequeñas carrilladas, tiernas y de sabor referida como normal.

. 2 x solomillo al PX: tres buenas lonchas de solomillo de cerdo con una salsa de guiso con champiñones de reparto desigual (una casi seca y la otra ración bien). Cumplió bien.

Lo curioso es que acabaron saliendo antes los arroces que los otros segundos sin que hubiera una justificación para ello. Observamos que los primeros platos de las mesas que llegaron después se sirvieron antes; luego salieron los arroces para muchas mesas y al final los segundos (no arroces). Sin duda falta gente en cocina porque el ritmo de salida de platos deja mucho que desear.

Los postres tienen muchas opciones de tartas caseras: de mojito, de Huesitos (una galleta de hace años), de Orero (galleta más reciente), de chocolate, tiramisú, flanes diversos (de café, almendra, capucchino), natillas (normales y chocolate).

. tarta de Huesitos: no acerté; pequeña ración, sabor poco reconocible y además con sirope.

Afortunadamente, y tras pedir permiso a Vicente, recuperamos la vieja tradición de traer de fuera (en concreto del horno de Pepet -muy recomendable para todo-) unas tortas de pasas y nueces que, dos de ellas, las rellenamos con una tarrina de nata montada más una especie de panquemado relleno de crema pastelera y virutas de chocolate y recubierto ligeramente de chocolate fundido. Excelente remate de fiesta con el cremaet que esta vez sí, ya se había preparado previamente. Bien está lo que bien acaba y más si el amigo Vicente (horno Pepet) nos las regaló porque añoraba no estar con nosotros como en otros años.

En el apartado de bebidas y tras las cervezas previas, incluida una tostada Maestra de barril, durante la comida se sirvieron varias de aguas sin gas, otras cervezas, dos sangrías y un par de botellas de Huella de Syrah 2018 de Vegamar que mejoró algo el vino del día anterior. El servicio normal en copas correctas.

No sé como se repartió la bebida incluida en el precio del menú, pero en el precio final no se incluyen los extras del horno y sí el descuento como socios (15% de todo). Si vienes de fuera hubieran sido 22€.

 

  • solomillo

    solomillo

  • croqueta

    croqueta

  • tarta

    tarta

Tras más de 10 años en la plaza central de La Cañada se produce el traslado al Club Social de La Vallesa al quedarse sin renovar el contrato del anterior restaurador.

Se ha producido una completa renovación del mobiliario y del concepto de lo que era el Club Social, transformándose en un bar restaurante al uso, pero posiblemente con las mejores condiciones de local en toda la población (y contornada). Se han renovado los baños, el suelo del interior del local y se ha abierto una pequeña tienda para comprar faltas por parte de los vecinos de la urbanización. La barra de bar es muy pequeña porque no tiene misión de servicio sino que es una barra para dar salida a los camareros que atienden las mesas tanto del comedor interior como las mesas de las dos, muy amplias, terrazas: la de abajo, junto a la pista de tenis, para dar preferencia a las comidas, y la de arriba para dar preferencia a copas, aperitivos y tardeo que permiten vigilar que los niños no salgan del recinto pero mantengan la libertad de desfogarse en la pista de futbito, aros de baloncesto, frontón trasero y parque infantil. No hay otro local con estos complementos.

Vicente al frente del local y Teresa al frente de la cocina están intentando formar un equipo de trabajo lo que ha hecho que, en estos comienzos, el servicio haya sido muy irregular. Días muy malos como para no volver con reclamación incluida, y días con poca gente y algún camarero de nombre imposible de recordar tan joven como bien preparado y curtido en el servicio. que ha hecho fijar clientela. Tiempo al tiempo. Voluntad no falta. Han renovado (falta hacía) todo el mobiliario: mesas, sillas, sombrillas, copas, vajilla (muy destacable), cubiertos, etc. Todo ello con manteles y servilletas de papel-tela que cumplen suficientemente.

El funcionamiento del restaurante es en base a un menú con bastantes opciones de primeros y de segundos que en parte van variando algo a lo largo de los días (más opciones en festivos), así como el precio si es día laborable o festivo; si está lleno ha habido gran lentitud de salida de platos desde cocina convirtiéndose en el problema principal. En el menú se incluye una bebida y postre casero (mayoritariamente tartas) o café. Tienen una carta de vinos por encima de lo que demanda la clientela (muy de cervezas), con un vino de la casa, a día de hoy, un roble de Vegamar Dominio de Calles 2019 (compañía muy presente en su oferta) multivarietal bastante básico y frutal que se quedó algo corto para la contundencia de la comida y necesitó refuerzo de media botella más. Previamente unas cervezas, incluida una tostada de barril, con unos cacaos que hicieron fácil la espera de la comanda.

Otra opción es hacer un encargo previo con tiempo, como hicimos nosotros: arroz amb fesols i naps (arroz con alubias y nabo) para 10 pues los otros 6 comensales optaron por platos de menú con gran aceptación de la propuesta de arroz del senyoret (marisco pelado), entre otras múltiples opciones. Previamente y repartidos en mesas de 4 en la terraza bajo amplias sombrillas, decidimos compartir los entrantes, que en nuestra mesa fueron:

. calamares a la andaluza: buen emplatado, ración más que correcta, buen rebozado. Bien.

. patatas bravas: sería conveniente que las patatas tuvieran un tamaño algo más pequeño para que permitan comerlas sin tener que partirlas, porque al estar previamente hervidas (y luego fritas) el interior queda algo desparramado por el plato siendo menos apetecibles; por contra la textura es buena si la comes entera. Unas salsas (ketchup y alioli) que a veces se han quedado cortas por la generosidad de la ración de patatas. Recomendables.

, croquetas de queso: bien de 3 en 3 con lo que ya previamente pedimos poder comer una cada uno y se acepta ampliar a 4 unidades. Buen tamaño, sabor correcto (parecen caseras), buena fritura sin excesos de aceite, aunque poco punch del queso utilizado, que a los amantes del queso nos pareció mejorable. En otro momento probamos las de calamares en su tinta con mejor sabor aunque su textura me pareció demasiado pasta).

. ensaladilla rusa: me parece industrial, algo insípida (punto de sal muy bajo lo que empeora sensaciones), todo muy triturado, exceso de patata y sensación de textura demasiado pasta. Buena presentación y ración más ajustada. Me recordó la visita al antiguo local. No recomendable.

. arroz amb fesols i naps: un clásico arroz valenciano servido en puchero para mantener el calor, salió escaso de caldo aunque con buen punto de cocción del arroz. Llevaba blanquet a lonchas en mucha cantidad para compensar la poca morcilla (¡una para los cuatro!), bien de alubias y algo escasa la verdura en cuanto a cantidad y variedad. El sabor de fondo por todo ello quedó un poco corto. Los que pidieron arroz del senyoret también encontraron menos tropezones de lo previsto y un poco de exceso de tiempo de fuego que quemó (no socarraet) en parte del fondo; el sabor referido como bien.

. postres: una sorprendente y curiosa panna cotta de piña colada (demasiado semilíquida) y un flan de almendras, tarta de chocolate y tiramisú fueron los postres más solicitados. Todos ellos con aspecto casero, correctos de sabor sin más, en ración ajustada y presentación sin tonterías de horribles siropes. Ya lleva riesgo en las interpretaciones de algunos postres clásicos, lo que es de agradecer.

. no había cremaet (de momento) pero un carajillo de ron completaron la comida, aunque luego (y cuenta aparte) siguieron las copas, el dominó y la charla porque después de tanto confinamiento había que ponerse al día.

En el precio se incluyen los extras de las cervezas iniciales, una botella de vino de más (las otras como parte del menú así como las aguas, gaseosa y alguna cerveza más) y los cafés o similares. También un descuento del 15% por ser socios (en realidad dueños compartidos) del Club Social de la Vallesa.

Sin duda nuestro grupo que ha venido (y quiere seguir viniendo) aquí durante años todos los sábados noche y en el buen tiempo también viernes noche (y cuando éramos jóvenes también todas las noches de julio y agosto), hemos ganado en la restauración aunque (de momento) hemos perdido en familiaridad que daba la opción de cocinarnos para nosotros mismos o de traer suplementos (algún vino especial, tarta de cumpleaños, “souvenirs” de algún viaje, etc...). El Club es un punto de encuentro siempre abierto que unas veces somos 6 y otras, como hoy, 16, incluso hemos llegado a ser casi 50 hace unos años. El Club Social siempre será nuestra casa (nuestra derrama al año nos lo recuerda) y ahora tenemos una renovada opción para seguir los supervivientes, que no es poco.

  • panna cotta

    panna cotta

  • arroz fesols i naps

    arroz fesols i naps

  • vino

    vino

  • croqueta de queso

    croqueta de queso

  • bravas

    bravas

  • calamares

    calamares

Un local en la plaza principal de la población (donde para el metro), aunque en realidad ahí está solo la entrada del local que dispone de una buena terraza en la parte posterior con buenos toldos para evitar el sol de medio día o la lluvia de la tormenta de verano aunque en realidad esa es la sala principal (al aire libre) y si no llueve lo que hace es mantener el calor bajo su paraguas; la terraza, terraza fuera del local, es una pequeña prolongación en la acera.

Muchas mesas (algunas diferentes entre sí) y muy juntas, aunque en realidad el aforo era menos de la mitad y aún daba más sensación de vacío, aunque en realidad estuvimos apretados y acalorados. Manteles y servilletas de papel, cubiertos básicos (hubo que reclamar cuchillos), copas (calientes recien salidas del friegaplatos) de hasta tres clases distintas en la mesa, mayoritariamente de propaganda de marca cervecera. La decoración del entorno donde podría crearse un buen ambiente de patio con flores, plantas y alguna cerámica, aunque en realidad sirve para colgar diferentes pizarras con sugerencias y precios que ya figuran en la carta.

En sala está Vicente aunque en realidad el servicio de la sala lo llevó una joven camarera tan voluntariosa como poco formada a la que hubo que reclamar varias peticiones (cuchillos, sal, agua y hasta uno de los bocadillos).

La carta, de comida y de bebida, a modo de carpeta de fundas de plástico para introducir los folios, muchos folios (13) con muchas, muchas opciones bien explicitadas (y traducidas al inglés) distribuidas en ensaladas, para picar (con más de 30 sugerencias), platos combinados, sartenes, revueltos, tablas, bocatas (12-13 opciones), menús diarios (de laborable y de festivos, de celebración, menús para dos), postres y helados, carta de vinos (solo 15 opciones aunque en realidad todos en gama de 12-18€ -ni más malos ni más buenos- a destacar que muchos también tienen posibilidad de ser por copas, cervezas (muy muy destacable la variedad), cafés e infusiones (sorprende la gran variedad de un folio completo de opciones), copas (varios tipos de mojitos).. aunque en realidad las limitaciones vienen luego en los pedidos.

Para cenar somos 13 más dos niños, con el planteamiento inicial de cenar de picoteo aunque en realidad y a la vista de la carta, nos desorientamos cundiendo el caos, con lo que unos pedían bocadillos (un par de chivitos y un par de ingles y un granjero), de buen tamaño (casi para compartir) y referidos como bien en general con pan más que correcto para una noche calurosa y húmeda, un par de sandwiches mixtos, un par de croquetones aunque en realidad era una croqueta algo más grande de la media, otros optaron por sartenes siendo destacable la de patatas con huevos y jamón y también otros optamos por compartir la idea inicial de picoteo al centro y tomamos los siguientes platos:

. habas picantes del Cabanyal demasiado cocidas (o veces calentadas) quedando rotas y blandas lo que, sumado a poco rock and roll, lo hacen no recomendable. Fueron 3 raciones compartidas por todos.

. humus bien presentado, pero la tosta (industrial) estaba blanda de estar demasiado tiempo abierto el paquete, buena textura pero algo insípido; ración muy amplia.

. ensaladilla rusa en realidad era patata con patata y algo de mayonesa; los otros ingredientes estaban casi ausentes totalmente. Nada recomendable.

. gambas al ajillo sobre un fondo de aceite poco agradable, unas gambitas fritas sin mucho que agradar.

. patatas bravas que fueron de lo más celebrado, buena patata, tersa, bien hecha y con complemento de salsas adecuadas en cantidad y sabor. Fueron 3 raciones compartidas por todos.

. calamar a la romana buena materia, rebozado más regular pero aceptable. Fueron 3 raciones compartidas por todos.

. provoleta de jabugo con queso provolone y sobrasada ibérica con buena materia prima pero resultó un conjunto demasiado aceitoso

. postre: aquí hay que destacar que seis, como en mi caso, optamos por el helado industrial solicitado, aunque en realidad había, en el caso de los Hageen Dazs, un ejemplar de cada uno, a modo de muestrario; no fue una buena opción. Los que eligieron postres de la casa acertaron de pleno. Sin duda dejaron un buen sabor de boca las tartas (de Orero, de Huesitos), un par de coulant de chocolate y la leche frita ambos con buena compañía de helado en cantidad, todos de buen resultado y muy, muy amplias raciones que sobraría para compartir entre dos cada postre.

Para beber fueron 5 jarras de cerveza, un par de Radler, un Nestea, dos tintos de verano, tres aguas de medio litro sin gas y un agua con gas Vichy aunque en realidad se quedó casi sin gas al tener que ponerle abundantes hielos por estar caliente. Un par de cortados finales.

Muchas opciones, aunque en realidad solo recordaremos los postres como algo interesante.

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