Sábado soleado que propiciaba salir a disfrutar de la oferta gastronómica del centro de la ciudad. Así que, tras cruzarse en el camino un nuevo certamen de Valencia Cuina Oberta, nos plantamos en este restaurante para ver que se cocía. Años ha de nuestra última visita y sin aparentes cambios en su filosofía.

Ubicados en la desenfadada, apañada y coqueta terraza que han montado, aprovechando la peatonalización de las callejuelas que la rodean, y pegados a una buena estufa callejera bien graduada, vamos... de las que calientan sin tostar la parte anatómica de turno cercana a ella.

Buen rollo en el ambiente y un par de cervecitas Lalola, que les produce Tyris para el local, acompañadas de unas ricas aceitunas aliñadas y unas piparras, mientras nos aclimatamos y esperamos que empiece el menú confeccionado para la ocasión.

Crema de Calabacín con Espuma de Queso Fresco de Vall d'Uixó. Fina y de impoluta ejecución, con presencia notoria en boca del queso pero sin estridencias. Entonación.

Guiso de Garbanzos con Kokotxa de Merluza y Berberecho. Presentado en una minicazuelita de estas tan cuquis que se llevan ahora. Correcto el caldo que mejoraba el punto duro que presentaba la leguminosa. Presunción.

Ensalada Templada de Setas con Jamón de Pato y Cola de Langostinos. Sin misterio ni margen para el lucimiento alguno destacando la agradable la vinagreta. Anodino.

Arroz Meloso de Secreto, Tocineta y Langostinos. Buen fondo, escoltado por el cerdo y la panceta, que sobresalía y dejaba atrás el punto falto del arroz que no mejoró a pesar de dejarlo reposar en el caldero donde se sirvió. No entendí la presencia del crustáceo pues, a mi entender, no aportaba al conjunto. Ración, eso sí, generosa a tope. Potencialidad.

El postre consistía en una Espuma de Chocolate Blanco con Helado de Chocolate Negro Belga que supuso la forma dulzona de despedirnos.

En cuanto al tema de bebida, por un suplemento de 9 €, te ofrecían tres copas de vino para armonizar el menú. Concretamente fueron Conveniencia 2013 D.O. Utiel Requena, Sotorrondero 2013 D.O. Méntrida y Caprasia 2012 BN Reserva D.O. Cava. Todos ellos bien presentados y tratados además de ser servidos con cierto altruismo, lo cual se agradece.

Servicio joven, simpático, eficaz y resolutivo.

En resumen, empresa asentada en su entorno y que ofrece, ante todo, una buena imagen pero a la que puede que le falte un empujón en su cocina para que terminen de cristalizar las intenciones y convencer así al comensal. Se intenta suplir con gracia y gancho en el trato que, en mi opinión, resulta también importante. En esta ocasión no le busqué tres pies al gato. De esta manera es posible quedar satisfecho con la experiencia.

Soy celíaca y para el que no lo sabe ir a cenar a un restaurante es una odisea. Nos decidimos a probar este restaurante por la situación(céntrico)y por el vínculo con ACECOVA (asociación de celíacos) pero nos defraudó. Nada más llegar tardaron como 10 minutos en darnos la carta y pasó 1 h hasta que nos trajeron el primer plato, pedimos simplemente 4 tapas: una ensalada de setas y jamón ibérico( de ibérico nada), un tartar de atún, 6 langostinos sobre una triste base de lechuga y un calamar de playa a la plancha(frío y desde nuestro punto de vista crudo), agua y una copa de vino. Después de la espera y el poco gusto de los platos, con una presentación muy floja no nos quedó ganas de llegar al café y el postre. Nos costó 49 €, caro para lo que comimos y decir que por una pulguita de pan normal cobraron 2€ y por una baguetina de pan sin gluten, ¡2,80 €! todo un robo. Y para colmo en la cuenta nos cobraban de más....vamos una noche para olvidar.

Cena en semana de cuina oberta. Inmejorable marco,cuidando hasta el mínimo detalle, pétalos de rosas en calle, velas y pétalos sobre manteles blancos. Local puntero y original. Cocina muy elaborada, me sorprendió los bombones de foie con texturas y temperaturas diferentes.Exquisito el carpaccio de magret de pato. Original postre de naranja con chocolate. Aunque tiene una carta extensa de vinos, elegimos la opción de maridar los platos con vinos elegidos por el restaurante y fué un acierto comentado por todos. Comentar que nos envinaron las copas, que siempre es de agradecer. Como siempre, es un placer para los sentidos ir a comer o cenar a este restaurante que además tiene actuaciones en vivo para amenizar las cenas.

Menú de mediodía de Valencia Cuina Oberta.
De entrante gelatina de gin-tonic con zanahorias en aliño(penoso),sopa de tomate con mozarella(muy flojo),y suprema de caballa(bueno).
Principal carré de cordero(regular,poca cantidad y poco hecho para ser cordero).
Postre tatín de naranja y chocolate(bien a secas).

En general la comida es flojita dado el precio, no destaca nada.El servicio bueno.
Nos ofrecieron maridaje de vino con cada plato por 10 euros más, que aceptamos ya que "salimos ganando" como señaló el camarero y nos sacaron 2 traguitos en cada copa, apenas un dedal de vino,vergonzoso.
Cobraron extra de 80ctmos más por cada rebanada de pan(normalito)que pedimos de más,y lo más alucinante es que el agua era microfiltrada con etiqueta del restaurante y delicioso sabor a grifo, cobrada cada una de las 4 que pedimos a 1.90 euros.

Desde luego nada recomendable, para no volver nunca.

Mucho diseño, pero frio y ruidoso, la comida normalita para lo caro que resulta este local.

Cenamos cinco personas, para empezar nos sorprendio que solo habia un menu cerrado: un entrante, tres primeros y dos segundos a elegir uno y postre.
Pedimos vieiras y unos saquitos de gambas de primero y confit de pato y pescado de segundo. La presentacion y la calidad era muy buena, la comida era sabrosa pero las cantidades muy reducidas. Lo unico abundante era el pastel de chocolate de postre, muy bueno pero te tiene que gustar el chocolate.
Es un sitio para el que le guste cenar en ambientes ruidosos, la musica de fondo hacia dificil seguir la conversacion y aunque lo pedimos no la bajaron.
37 euros me parece demasiado para cenar de menu y poco abundante.

Cata previa y posterior maridaje con algunos de los vinos de esta bodega del Mosela. Comenzamos con una ensalada tibia de espinaca y queso de cabra -bien- seguimos con un foie-gras laminado, con pan de especias y aderezo -plato consistente, muy bien definido-, tras ello aguacate con cebolla y tomate concasse y plangostinos plancha -refrescante y bien definido-, a continuación un carpaccio de lubina y salmón marinado con cítricos y pepino -si no eres 'pepino-adicto' este último puede resultar excesivamente protagonista-, unas vieiras en ceviche de verduras -el plato de la noche, materia prima en primer plano- y para concluir unos refrescantes helados de cítricos y fruta exóticas. No vi la carta, pero claro con los vinos que degustamos el servicio del vio me resulto muy bueno.... Por 25€ un chollo de cena...

Aprovechando la oportunidad de la semana de Cuina Oberta que se celebra en Valencia por estas fechas, acudimos a un local que, previamente, ya había llamado mi atención por estar en un lugar privilegiado frente al Micalet y poseer una decoración muy original. Nos sentamos en terraza (no había mesas en el interior) y fue un acierto, ya que hacía un día otoñal estupendo. Nos sirvieron amablemente y estuvimos muy a gusto.
Comimos Crema de calabaza y remolacha con un langostino, muy bien presentado en forma de Ying Yang. Una ensaladita de mezclum, foie al PX y vinagreta de mango y granada que, a pesar de lo apetitoso del nombre, no fue deslumbrante. Yo tomé una paletilla de cordero deshuesada con verduritas estilo Casablanca, con un toquecito picante que me recordó mis estancias en Marrakech y que me pareció delicioso. El plato de mis compañeros, que pidieron un papillote de Corvina, me pareció algo soso. La mousse de pistachos con naranja en dos texturas me pareció sorprendente y sencillo a la vez. Tomamos dos botellas de un Ribera de Duero que lamento no recordar y un orujito al que nos invitaron. Fuera de este menú elaborado ad hoc para el evento de Cuina Oberta disponen de una variedad graciosa. Carta de vinos escasa. Merece la pena darle una oportunidad y visitarlo.

Vam anar un dia a dinar en falles , despres de la mascletà i sense resevar; només oferien el menú del dia a 15 €, demanarem un entrant i l'arròs amb peix que estava bò.Cervesa per beure i postre. La veritat és que no va estar malament pel preu que varem pagar, 52 € dos adults i una xiqueta.Ah! i la decoració em va agradar molt i també el tracte del personal molt amables sobretot amb la meua filla.

Lamentable, para turistas despistados. Local situado en la zona más de moda de Valencia, bajo el Miguelete. A mediodia y comiendo un arroz con bogavante, 55 €/pax. Hicieron el agosto en febrero. No volvere nunca más. Se creen que todos los que van son güiris que no han comido un arroz en su vida. La elección fue de un amigo al que le cayó un buen chaparrón. Lo único bueno, la camarera por su aguante ante once tios. Abstenerse.