Restaurante Come y Calla en Valencia
Restaurante Come y Calla
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
15,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
20 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.5
Comida COMIDA
7.4
Precio medio entorno ENTORNO
6.5
RCP CALIDAD-PRECIO
6.5
Arroz Meloso de Gambas, Sepia y Judías Verdes
Revuelto de Setas
Patatas Bravas
Opiniones de Come y Calla
OPINIONES
6

Desde hace tiempo cerrado. Su chef ha abierto hace menos de un año: Alejandro Platero Restaurante.

Cena para mi mujer y yo, local que invita a una cena informal y a buen precio, me gustó el sitio , la decoración, el ambiente y el servicio.

Pedimos para compartir:

- Bravas con espuma de ajo asado: quizás lo que menos me convenció, parece un montón de alioli pero es una espuma ligera que se va diluyendo, bravas.
- Buñuelos quemaos de Bacalao : riquísimos, con ese rebozado negro y muy sabrosos, nad a aceitosos.
- Bao de secreto ibérico hoisin : rico bocado con ese pan dulce en contraste con la carne de cerdo, muy rico.
Taco crujiente de cochinillo Pibil : también muy sabroso y muy rico este entrante.

Luego pedimos un bocata cada uno, que fue de lo que más nos gustó:

- Prueba 1 Top Chef
Ensaladilla de atún en escabeche, endivia roja, yogurt griego y cítricos: nos encantó ese sabor cítrico del bocata con el escabeche de atún, original.

- Chivito
Secreto ibérico, bacón ahumado, rúcula, queso curado y espuma de huevo frito: increible el toque ahumado del bacon que inunda el bocata, super original el chivito también.

Para beber 4 cervezas Turia y 2 cafés.

Carta de vinos cortita, no puedo opinar del servicio.

Precios ajustados, muy recomendable.

Dudamos mucho de poner este comentario, pero después de leer lo anterior, allá voy: celebración familiar con nuestros hijos, ¡estaban encantados de ir al finalista de top chef¡, buena recepción,a la hora de la reserva, nos acompaña a la mesa y toma nota de las bebidas, menos la de mi mujer, que prefiere esperar a la nota de la comida, nos sirve la bebida,pedimos y aquí se acabó la ilusión, no volvió a tomar nota de bebidas, tuvimos que levantarnos a coger la cerveza de la barra,se limitó a servir los platos sin mirar que los vasos estaban vacíos, como veis hablo en singular, el local estaba lleno y solo una persona para atenderlo incluida la terraza. No sabemos de quién será la culpa, pero a pesar de que la comida estaba buena, no pudimos irnos con una grata sensación, los últimos bocados sin digerir,no hubieron más bebidas, pedimos la cuenta y pagamos en la barra a una persona de la cocina.Lástima.

Pepitos, chapatas, perritos, tapas... todo ello dando un repaso a lo tradicional pero con un punto de vista actualizado, moderno y cuidado. Se nota que detrás está el sello de un buen cocinero de los "de ahora".

La faena esa noche del martes estaba en la terraza. Nosotros, en esa contracorriente habitual, preferimos en estas fechas el interior, siempre y cuando haya aire acondicionado, claro.

El local está bien iluminado y su estilo desenfadado tiene muy buen orden. Pese a que cuenta con mayor número de mesas que en su anterior andadura, como el concepto es otro, resulta incluso más espacioso. Cabe hasta una Vespa en venta.

Pedimos al centro un par de pepitos. Uno de sobrasada, miel y queso manchego y otro de pisto con toyina más tradicional. Se nos quedó pendiente un tercero. Nos encantó la fritura buñuelesca, crujiente, y por supuesto el relleno.

Se les acompañó de unas patatas bravas con espuma de ajo a la brasa en las que parecía haber demasiada salsa pero que ante lo aérea de ésta finalmente se quedaron con la parte del tomate picosito. Suaves y buenas, volvemos a lo de buena fritura.

Los buñuelos quemados de bacalao pues qué, que nunca algo quemado, bueno supuestamente quemado, estuvo tan rico. Será el rebozado negro lo que le otorga ese apelativo. Estupenda la mezcla del bacalao con la patata a trozos y con ese pegote de alioli de perejil que no sólo decoraba.

Luego cada uno se pidió su chapata, siendo la mía la de carne de potro con cebolla y pimientos. Mi hijo Mario fue disuadido de acabarse la suya, la de solomillo con bacon, mostaza de Dijón, rúcula y pepinillos, pues a Mr. Chocolate le esperaba una combinación de cremoso de avellana y chocolate negro. Tuve que hacer el sacrificio de comerme medio bocadillo suyo y de compartir su postre, pero todo sea por colaborar en la digestión de la criatura. Buen pan y carne cocida y desmigada para resultar más tierna, según la tendencia "top". Sabrosos bocatas. El postre, con su crujiente de algarroba por encima, algo más pesadote.

Una Coca-Cola, como no, un agua de litro, y un cava Privat Brut Nature 2012 fue lo que se bebió.

La carta de vinos es cortita pero apañá, una lástima que sólo tenga un par de espumosos, pero con el resto te puedes arreglar. Me gustó ver los Falcata, por ejemplo. El cava te lo sirven en copas Riedel de vino, aunque bien está decir que te dan la posibilidad de las de flauta.

Por la parte que me toca finalicé con un cortado.

Divertido y con calidad, podría ser lo que mejor lo defina. Y desde luego toda una antesala a este mundo para mis hijos. Daría las cinco uñas de mi pie izquierdo a cambio de que me pidieran esto al Foster's o Vip's, pero al igual que fútbol es fútbol, niños es niños. Me ha gustado esta propuesta.

Lo casco.

Mulandhara ahora es Come & Calla.

El desembarco de Alejandro Platero y Raquel Bernal en Macel•lum -donde han dado rienda suelta a su creatividad dando un notable paso en entorno, calidad y protocolos- no ha supuesto un abandono de la nave Mulandhara, sino un cambio de rumbo y de timonel... pero con el mismo armador.

Con Come & Calla han experimentado una interesante regresión evolucionada… Me explico: han vuelto a sus orígenes, al rollo bar, al tapeo mediterráneo, el pica pica, los buenos bocatas, lo popular… peeeeeeeeeero, amigo, con la pátina de la experiencia, de su know how adquirido en estos años, de su estilo, de su impronta.

Si buscas la cocina plateresca y el servicio de Mulandhara, no vayas a Come & Calla, vete a Macel•lum sin dudarlo. Y Alejandro y Raquel te lo darán.

Si buscas comidita valenciana informal con ese valor añadido, con ese aire de modernidad comentado, con ese punch, con ese touch, pero sin perder las raíces, Come & Calla es tu sitio.

Parecida transformación ha experimentado el local: fuera manteles, servicio desenfadado, más luz, tonos más claros, lámparas escandinavas, plantas tanto en interior como en fachada, el guiño simpático y cool de una Vespa rosa ahí plantada ahí a la entrada dentro del local…

Fruto de todo ello, la parroquia ha rejuvenecido: grupos de treintañeros, familias con hijos adolescentes… de todo un poco, pero siempre lleno, mucho ambiente.

La carta es sencilla, muy bien pensada, estructurada en 4 apartados:

Tapas Frías
Tapas Calientes
Pepitos-Perritos-Pataquetas
Varios.

Tras tres visitas, con varios acompañantes en cada ocasión y pidiendo siempre al centro, pues prácticamente la he recorrido entera, excepto las carnes del apartado de “Varios”.

De la primera visita a la última ha mejorado mucho el tema tanto en cocina como en sala. Pero mucho.

De todo lo probado, destaco:

Berenjena a la llama, verduritas y mojama. Versión ensalada y muy simplificada del celebérrimo y exquisito plato del añorado Mulandhara, la Yema de huevo, berenjena y encurtidos. No busques compararlos, no es lo mismo.
Ensaladilla rusa. Cubierta de cebolla morada, con los dos colines de rigor… Muy rica.
Bravas con espuma de ajo asado. Unas bravotas con fundamento.
Buñuelos “quemaos” de bacalao. El plato que más me gusta de este simpático Come & Calla. Buñuelos renegridos sobre una cama verde… Sabrosísimos y plásticos.
Pepito de pisto y tonyina. Ufff, qué rico. Para los amantes de este exponente de la gastronomía popular valenciana es un must. Aceitosillo, no puede ser de otra forma, pero sin ser demasiado pesadote, casi crujiente… y con un pisto dentro de morirte. La primera vez lo noté seco y soso, esta última se me saltaban las lágrimas.
Pataqueta “Moje”. Pan de bocata valenciano con tomate natural, cebolleta, huevo cocido, aceituna y atún. El pan, casero de masa madre, es una locura, y con ese relleno… Mmmm.
Sándwich club con mahonesa de chipotle. Un sándwich club como Dios manda, con la frivolidad del chipotle en la mayonesa. Le iría bien un pelín más de jugosidad. Quizás más presencia del chipotle…

Y fuera de carta, acaba de incorporar al recetario los Canelones rellenos de rabo de toro. Con este plato me tocó la fibra (algo que ya había hecho una semana ates cuando cené en Macel•lum), pues los recubre de un mole de huitlacoche…. Y eso para mí es sagrado. Yo es que oigo la palabra “mole” y me pongo en “modo on” peeeeeeeero rápido. En este caso no la oí, la adiviné (aunque se trata de un "falso" mole), lo que aún me hizo más ilusión por la sorpresa que me llevé al paladearlo.

La carta de vinos es escueta y de corte moderno, con oferta de 4 cavas decentes, bebida que le va al pelo a mi juicio a este tipo de comida. Tomé en esta última ocasión un Privat Brut Nature.

El servicio, como decía al principio, es desenfadado, compuesto por gente joven y agradable.

He estado tres veces... y volveré con asiduidad, cuando busque un ticket medio moderado y ese estilo informal con gracia y calidad.

Ese día tocaba comida asumiendo el papel de consorte. No me disgusta. Tu atención no es requerida de forma especial por lo que la puedes dirigir adonde más te convenga.

Además, habían elegido el antiguo Mulandhara como punto de encuentro. Novedades estéticas. Lo que en argot doméstico sería un lavado de cara. Paredes tonos azul o verde pastel, algún elemento decorativo nuevo... en definitiva una atmósfera más despejada, fresca y desenfadada.

Carta diseñada con varios menús. Escogimos el Tapas consistente en tres tapas a compartir y un arroz o carne como principal más postre por 18€. Al tema:

Crema de Purrusalda con Cinta de Calamar. Entrante finalmente individual. Sabrosa, suave y bien acompañada por las tiras finas de cefalópodo con punto crujiente de cebolla por encima. Puja.

Patatas Bravas. Lo destacable no eran las patatas sino un allioli ligero y tan aireado como falto de fuerza y una salsa con un puntito ideal de chile que agradecí mucho. Versión.

Revuelto de Setas. Realmente, sobre una mezcla bien condimentada de hongos y puede que lomo o jamón, venía un huevo poché para romper y mezclar la yema. Fondo gustoso y potente. Visión.

Arroz Meloso de Gambas, Sepia y Judías Verdes. La alargada sombra de Platero se percibe en el notable fondo que caló en un grano de punto correcto con el plus de esa judía sabrosa y poco cocida como redondeo. Veraz.

Para terminar Tarta de Manzana. Probada en otras visitas. Sobre una especie de compota que hace de base asienta una ligera espuma y encima una tapa de galleta. Grato.

Para beber... cervezas y algún refresco. Café solo para terminar.

En resumen, empresa de línea continuista respecto a la anterior, bajo la misma dirección y tutela que ofrece un diseño de oferta más sencillo con buen resultado final.

  • Arroz Meloso de Gambas, Sepia y Judías Verdes

    Arroz Meloso de Gambas, Sepia y Judías Verdes

  • Revuelto de Setas

    Revuelto de Setas

  • Patatas Bravas

    Patatas Bravas

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