Buscaba uno de los restaurantes estrellados de Barcelona para llevar aunos amigos ingleses, pero ho estaban cerrados por vacaciones o los que estaban abiertos se iban a 200 euros por persona, por lo que mirando en este y otros foros, me decidí por el Mainaró.

Tienen dos menús de degustación, uno de 8 platos y otro, el especial Mainaró, de 12. Pedimos el especial y la verdad es que está muy bien, nadie pudo acabárselo todo, en ocasiones en estos restaurantes ya se sabe... se pasa hambre. Pero lo mejor fue el estilo de comida, excepto el "xop de pa amb tomaquet", que es espectacular, el resto es la clásica cocina catalano-mediterranea con un toque moderno que nos encanto.

El servicio muy bien, gente joven y muy cercana. Estuvimos solos y nos invitaron a pasar a la cocina para ver como cocinan el solomillo clavado en la plancha con hierbas aromáticas, en 40 segundos. Muy buena recomendación de vinos, un Penedés desconocido, nada comercial, pero una agradable sorpresa, y lo mejor la relación calidad precio, tanto el blanco como el negro y por poco más de 20 euros. Y un vinode postre, que no recuerdo el nombre, maravilloso.

4 personas con el menú especial y dos botellas de vino, 422 euros.

Incomprensible que no sea un restaurante estrellado. Tremendanente innovador en técnicas culinarias, Jordi Herrera practica una comida en la que se respeta el sabor natural de los alimentos a pesar del alto grado de elaboración de sus platos. Sorprendente el chof de pan con tomate, fastuoso su huevo a la romana, magnífica su ternera blanca del Esla...
No olvides probar su Pan con Jamón y su Martini con limón rallado. Se nota el buen hacer en cocina y las horas de investigación que esconde cada plato. Servicio esmerado. Déjate aconsejar por Oriol, atento Sumiller que hace las veces de maitre, aconseja muy bién sin pretender jamás "atracar" al cliente a base de caros caldos. No te lo pierdas. El menú largo es difícil que pueda dejar a nadie con hambre.Quizás caro, pero sales muy contento.
Le auguro un futuro muy bueno si sigue como ahora y conserva su equipo de cocina.

Es la tercera vez que voy a este restaurante de bcn y además de comer bien que en este tipo de restaurantes ya se da por supuesto su gran personalidad lo hace único y esto es muy poco habitual en la alta cocina, no entiendo como aun no tiene la estrella.

Acabo de salir de una extraordinaria comida en el MANAIRO (para mi el mejor restaurante de Barcelona). Quiero describir en fresco lo que he sentido: la cocina es de una sensibilidad fuera de serie, el local recién reformado confortable y acogedor, el sumiller y el servicio perfectos ( un hallazgo el Ribeiro CASAL DE ARMAND A 23€; ). Este año lo hemos visitado cuatro o cinco veces y cada vez nos gusta más. Todos los amigos a los que se lo recomiendo se toman la molestia de llamar especialmente para darme las gracias. Lo ví hace un tiempo en verema y al probarlo, inducido por vuestras excelentes criticas, me volví un adicto. Por cierto hoy me he fijado en una critica negativa que , sinceramente, no entiendo...¿No estaremos hablando de otro restaurante? Al encargar he preguntado por el atún y el gazpacho de sandía y no sólo no tienen sin que nunca han tenido. Por cierto el pan es el mejor que hemos tomado nunca y los postres una delicia.
Muy recomendable para entendidos y exigentes. Como decís en los comentarios se merece alguna estrella.

Vista y leída la fama, opté por ir ayer noche con mi esposa. Local desangelado,sin gusto ni gracia, solo llegar cocinero bociferando; en fin.

Elegimos menú degustacion; raciones escasas, platos sin mucho trabajo, con muy poca gracia. Lo único correcto, nada del otro jueves, el atún y el gazpacho de cereza, el resto, mal,postres mal, sin gusto,sin alma, insípidos.

Elegimos un cava, habian varios, no muchos, ningun de los clásico, gramona,codorniu, y champagne, no tenian Moet... Todo 124 euros; muy caro para lo que nos dieron.

En conclusión,no se puede pretender ir de Ardrià,porque entonces quedas mal, debes ser honesto y dar un buen producto trabájándolo como sabe uno; no logro entender a qué vienen comentarios tan buenos de este restaurante cuando es del montón, no tiene ninguna gracia. No repetiré. Nota: 4.

Local pequeño, estrecho, correctamente iluminado. Carta de vinos justita, pero buen servicio y buenas copas. Menú degustación Manairó realmente bueno, muy bueno. Una "jartá" de comer (bueno, de cenar). Excelente punto de cocción en todos los platos, buena presentación y servicio atento. Recomiendo especialmente el degustación, y si vais por la noche no se os ocurra merendar. No os lo acabareis. Buenos postres y petit fours. Al final salió el bueno de Jordi Herrera para interesarse de cómo habíamos cenado. La verdad es que disfrutamos mucho a su justo precio: 95€/cabeza, todo incluido. Volveremos.

Hace un par de meses que lo visité y la verdad es que me quedé sorprendido del trato que recibí. Hay un servicio exquisito, el maître lleva poco en la empresa sustituyendo al grandísimo Chema, pero aunque muy joven todavía, se ve con ganas y con bastante rodaje, que en sitios así es muy importante, se agradece.
Cuanto al vino, es bastante recomendable dejarse aconsejar por el sumiller, sabe y no te aconseja por precio sinó por gustos si le explicas lo que estás buscando.
Cuanto a la comida, excelente, por no decir exquisita, es increíble, lo que Jordi puede llegar a hacer con tan solo cuatro cacharros, os recomiendo ir de todas todas, vale mucho la pena, y siempre hay alguna cosa que celebrar.

Estuve hace muy poco con mi novia que me lo recomendó, tan solo ver la carta pudimos percibir que el unico cometido del chef era el de trabajar productos y elaboraciones catalanas a toda costa, aunque el resultado de ello fuesen aberraciones sin gusto o con sabores abrasivos entre ellos, todo esto esto a un precio desproporcionado y acompañado de un servicio chulesco y tan gélido como la climatización del local... la velada acabó con un incontenible mar de lagrimas de mi novia, que como profesional del sector se declaró indignada ante la trayectoria de algunos restaurantes como este, que aprovechando la fama ofrecen una cocina en la que parece que has de percibir unos sabores inexistentes y una texturas ficticias... es decir DEVALUANDO este reconocimiento mundial que tanto hemos sudado para obtener.

He probado el nuevo menú de invierno que nos ha traido Jordi despues de este largo verano. Es extraordinario. Increibles sus sabores y muy equilibrado. A mi me ha sorprendido especialmente su deliciosa versión de la "escudella i carn d´olla". Los aperitivos, el pan, los postres y la carne...excelentes. Una experiencia que me gusta compartir en este restaurante tan aconsejable, para mi lo mejor en Barcelona.

No ha cumplido las expectativas que teníamos. Hemos comido bien pero sin más, no ha habido ninguna sorpresa ni ningún plato que hayamos dicho: chapeau. Hemos comido dos menús degustación : tapas entre las que destacaba un “choff” de vichysoisse, una ensalada de bonito ahumado, un ravioli de foie al aceite de café discreto, una rape con garbanzos bastante bueno y una presa ibérica al clavo ardiente de buen género pero muy discreto acompañamiento. Además del menú pedimos para compartir un foie con músico (frutos secos para el que no viva en Cataluña ) porque pensábamos que podría “resultar” pero tampoco cumplió expectativas. Lo más destacado de la comida fue el prepostre de caipirinha y cachaza así como el delicioso pan ( más que pan era pastel ) A la comida le daría más un 3,5 que un 3. El servicio del vino correcto. Lo que no es permisible es el cuidado del servicio : desconchados de humedad, grifos sin brillo alguno,.... Mucho ha de mejorar si en algún momento quiere aspirar a una estrella o algo parecido