Segunda visita a este restaurante y sigue sin convencerme. La relación calidad-precio está bien pero el servicio no está a la altura y la carta de vinos muy sencilla y sin complicaciones. Pienso que se ha quedado muy estancado y cómodo.

Nada ha cambiado, un poco de desorden y anarquia en cuanto a la oferta de vinos, despues de 5 intentos para obtener uno de los vinos ofertados en carta, me quedo con lo que me ofrecen por que es lo que tienen, descuidan el servicio de vino, te sirves tu mismo.
El lomo de cordero, debia ser de mucha confianza, por aquello del tiempo que lleva entre nosotros, seco, sin textura y sin ligar sabores.
Mi percecpcion es de un ambiente anodino, a la vez que su carta, tal vez le salven algunos platos de cuchara, pero por la noche no me atrevi, el resto pasa totalmente desapercibido, y eso que la señora que atiende es tremendamente servicial y agradable, pero no llega a sorprender tal y como antaño este restaurante llego a hacerlo.
RPC 50€ pax, no esta mal, pero le falta algo de compromiso.

En mi segunda visita al restaurante, me ha decepcionado un poco, la comida estaba buena pero no excepcional y además de estar medio vacío el, el servicio fue regular. De echo tuvieron un a bronca en la cocina y la escuchamos hasta que la metre puso paz.
De primero unas navajas que estaban gomosas y los segundos correctos.
Al final los camareros desfilaron por delante de nuestra mesa vestidos de calle, no muy acorde con lo que tenía en el recuerdo de la anterior.

Un poco de decepcion me ha causado este logar,quiza mas porque esperaba mucho que por otra cosa,la comida esta buena ,el servicio bien,el local pues bien tambien ,pero me esperaba algo mnos tradicional,menos supervisto,bien pero mas de lo mismo a un precio un tanto subidito.

Un modesto olor a desagüe enturbia nuestro acceso. Un camarero torpe casi consigue que ahuequemos el ala. Afortunadamente la hábil y oportuna intervención del propietario quita hierro al asunto.
Las entradas muy acertadas y recomendables; caneloncitos de pularda, alcachofas con vieiras.
Los platos fuertes, a la altura. Mil hojas de ventresca muy rico. Buenas materias primas.Y los postres, también muy currados. Me encantaron los raviolis de piña colada.
El precio un tanto elevado, en la línea de este tipo de establecimientos,55,00.-€ paisano
El local en si es bastante austero, no irradia glamour, pero pesa el buen paladar.

Un clásico en toda la extensión de la palabra. Decoración en tonos claros, muy sobria y elegante. Publico fiel, de empresa y burgueses de la mejor zona de Valencia, pueblan sus mesas.

Tema servicio: El sr. Albacar realiza una cariñosa exposición de las sugerencias fuera de carta; es muy creativa, ya que no oferta en todas las mesas lo mismo, sino que fluctúa en función del tipo de mesa o de las indicaciones puntuales de la cocina.
Producto honesto, podríamos sugerir un plato antológico (cuando bajen las temperaturas), fabes con foie y perdiz.

Magnífica relacion precio-calidad: 95 euros, dos packs, con entrantes, segundos platos, postres,cafés, agua y una botella de Muga Crianza.

Recomendable para personas de gustos clásicos, sin afán por encontrar sorpresas "hidrogenadas" y/o "al vacío".

Creo que uno de los mejores restaurante calidad/precio de Valencia. Es un clásico y no decae con el tiempo, si bien es cierto que el servicio ya no parece tan cuidado como antes. Por lo demás, materia de primera calidad y aconsejo escuchar las sugerecias del día.

Todo un clásico y siempre que he ido he salido muy contento. Quizás el servicio haya decrecido un pelín pero sigue siendo muy recomendable y nada caro.

Es uno de los mejores restaurantes de Valencia, desde cualquier punto de vista. Servicio personal y discreto, aunque se nota la bajada general de profesionalidad que existe en todas partes.
Hay quien acusa a su Carta de no cambiar demasiado, pero al ser extensa y contener muchos platos deliciosos, se agradece ese conservadurismo.Siempre existe además una oferta de platos fuera de la carta; manda el mercado.
Buena carta de vinos, a precios adecuados; no se trata de una carta demasiado aventurera, sin embargo.
Servicio del vino adecuado y sin caer en las actuales cursiladas que se cometen, como la de decantar con mucho protocolo vinos muy jóvenes.
Precios más bien bajos, si se piensa en los de otros restaurantes de menor categoría.

Restaurante clasico,con una buena interpretacion de la comida de siempre,buen serviciom del vino y buena rcp,lugar honesto