Catado a la par con un 12 años, las comparaciones eran inevitables. Este es un producto más fino, más delicado y definido. Es un whisky potente, contundente tanto en boca como en nariz. Ahora la sensación cremosa es mucho más marcada en boca, con las notas ahumadas más delicadas, los pralinés y ese recuerdo al brandy.
Es, sin lugar a dudas, un gran whisky que, pese a su precio, merece la pena. Un producto de notable calidad.
Frente al 12 años aquí destaca una mejor definición olfativa, que incluye toques de cáscara de limón y sensaciones licorosas que recuerdan sutilmente a un brandy. También hay mas sensaciones maderosas, percepción que se refuerza en boca. Es largo, con volumen y notable horizontalidad y en boca aparecen algunos recuerdos a pasas sultanas en licor. Suaves amargos.
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