Fin de semana surrealista

FIN DE SEMANA SURREALISTA: Vale la pena leerlo y pensárselo antes de ir.
Mi chico y yo estábamos buscando alojamiento rural para el fin de semana y vimos por internet el hotel Canela. Al llamar nos dijeron que no les quedaba hueco pero que conocían un sitio maravilloso al que aún le quedaba una habitación libre… y así se nos dio a conocer la finca la Yedra.
El personaje que la regenta, Julio, vino a buscarnos con su todoterreno al aparcamiento del área recreativa donde habíamos quedado y ahí ya vino la primera sorpresa: nos insistió en que dejáramos el coche en dicho aparcamiento y subiéramos a la finca en su vehículo por la “dificultad” del camino. Ciertamente es una travesía algo complicada pero independientemente de esto, tengan en cuenta futuros clientes que ello supone asumir la pensión completa que el Sr. Julio tiene muy bien estudiado imponer.
Su argumento fue que cocinaba muy bien y que una vez en la casa, no era operativo bajar hasta el pueblo (de hecho no puedes porque prácticamente te ha obligado a privarte de tu medio de transporte), así que te “convence” para que comas y cenes allí, sin poder elegir variedad, y dando por hecho que te va a gustar lo que te pone, que sinceramente muy básico. Por ejemplo, la cena fue gazpacho y tortilla de patata. Nos habían dicho que el precio eran 15 € por cabeza cada comida (aparte claro del precio de la habitación que son 70), y ojo, no te avisa de que el vino no está incluido en esos 15 y se encarga de “colocártelo” cobrándote después 14 € más mínimo. Tampoco está incluida la cerveza o refresco que te puedas tomar como aperitivo y que te son ofrecidos en apariencia como un detalle de la casa “os voy a sacar una cervecita…”, pero que luego te cobra religiosamente. Y no olvidemos la barbacoa… uno de los días DECIDIÓ unilateralmente que comíamos barbacoa y dimos por hecho que el precio serían los 15 € por barba, pero cual fue nuestra sorpresa que al ir a pagar nos cobró 25, con el razonamiento aplastante de que “ la barbacoa era más cara”.
Y en lo que respecta al alojamiento:
La casa bastante mal conservada para ofrecerla como alojamiento a clientes, y además de no estar cuidado el mantenimiento, la limpieza deja (mucho) que desear. El salón de la casa (por supuesto compartido con el resto de clientes), daba sensación de no haberse limpiado en muchas semanas, y estaba sin cuidar demasiado las apariencias. Parecía que éramos “invitados” (por supuesto entre comillas), de visita en la vivienda de algún colega que ha dejado trastos por ahí en medio (cosa con la que no tengo absolutamente ningún problema en casa de un amigo pero sí si me cobran lo que este cobra).
Una cosa es un alojamiento en el campo en el que un buen profesional sea capaz de crear un ambiente de confianza y confortable, acogiendo a sus clientes “como amigos” gracias a un servicio adecuado (cosa que me parece muy bien pero que aquí no se logra), y otra cosa es que se justifique con esta idea la falta de cuidado en los detalles y no detalles, argumentando que como se está en el campo y en confianza, no hay que ser tiquismiquis…
La vivienda estaría bien, para invitar a tu gente de confianza a pasar el finde en ella, pero para lucrarse alquilando cada una de sus 4 habitaciones a 70 euros la noche (sólo el alojamiento y un escasito desayuno a base de tortilla del día anterior y pan con mantequilla), hay que ofrecer un servicio de mayor calidad.
Nuestra habitación era la más pequeña y cutre aunque las demás, pese a ser más amplias no eran mucho menos cutres y el precio creo que el mismo. Vale que estás en el campo y que es normal que entren bichos pero hombre, si vas a cobrar casi 12.000 ptas por “suite”, al menos moléstate en limpiar las telas de araña de las esquinas, que se ven con solera… . Y tampoco estaría de más una manita de pintura al techo, que empiezan a poderse apreciar en las humedades figuras tipo “las caras de Bélmez”.
Ah, y la habitación sin un triste cerrojo, en una casa que compartes con otras personas que no has visto en tu vida… aunque tengo que reconocer que la gente fue lo mejor y todos estuvimos de acuerdo en que no se corresponde lo que pagas y ofrecen en este sitio. Tú confías en que nadie va a entrar en tu “suite” y cruzas los dedos… Desde luego que si buscáis la más mínima intimidad no es vuestro sitio.
Pero al dueño todas estas cosas le parecen apreciaciones de gente que no está acostumbrada al campo. No, no nos confundamos. Yo me he criado en una granja con cerdos y gallinas… y he estado en alojamientos mucho más “rurales” por lo que acostumbrada estoy y mucho. Pero he estado en casas de este estilo y no me han cobrado ni la mitad, y claro que en ellos contaba con las telas de araña y las humedades y los desconchones y las mesillas cuyos cajones se desmontan cuando los abres…, pero si me pide 70 euros por noche garantice unas instalaciones que lo valgan, y no se salga por la tangente diciendo que su casa es un “concepto diferente”.
Y si a todos estos “lujos” les sumas el individuo que lo regenta ya es el remate. Se empeña en proclamar sus ideas sobre política, el sistema financiero, la violencia de género... sin comentarios… En cualquier caso la gente, al menos la inmensa mayoría, no busca un alojamiento rural para discutir sobre sociedad, no se empeñe usted en “sembrar cizaña” y crear debates fuera de contexto, innecesarios en un entorno tan precioso (es lo único que vale la pena), como en el que tiene la suerte de vivir. De hecho creo que debería limitarse a vivir en él y si realmente quiere hacerlo un negocio, cuide los detalles y escuche lo que se le dice. Un consejo: busque lo que en la competencia ofrecen por el mismo dinero que usted cobra, y verá que se queda claramente muy corto.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    ramico

    Joooooooder, ya tenia referencias del susodicho, Paco quería que fuésemos , ahora entiendo el cachondeo que se traían con la posible visita, me conocen y saben que me hubiese ido andando con las maletas a por el coche y a casita

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