Hotel pequeño y coqueto situado en la zona del Ensanche de Barcelona, junto al Mercado de San Antonio. El acceso es fenomenal para la gente que venga de fuera y acceda a Barcelona por la Ronda Litoral desde el Sur (por el Paralelo). Las habitaciones son muy funcionales con las condiciones más imprescindibles para sentirse satisfecho -calefacción, aire acondicionado, WiFi, TV plana,..- bien cubiertas. Decoración minimalista con colores en blanco y negro. No ofrece otros muchos servicios que no sean el de alojamiento y restauración (si bien hay un parking público muy próximo) dado el pequeño tamaño del hotel. El precio de la habitación doble con desayuno incluido de 100 euros (140 euros en épocas de feria), me parece muy correcto para una ciudad como Barcelona