Hotel boutique

Hablar de La Boella es hacerlo de un complejo enoturístico y óleoturístico de primera categoría a día de hoy en Cataluña, con unas instalaciones excepcionales para celebrar todo tipo de eventos. En concreto esta vez estábamos invitados a una boda y pudimos beneficiarnos de una oferta de alojamiento y desayuno. Por fin estrenaba el hotel y podía beber sin preocuparme de controles de alcoholemia al volver a casa.

Como curiosidad comentar que durante la construcción del hotel visité varias veces las obras con mi gran y añorado amigo Antonio Salas, director del complejo desde su inauguración.

Las habitaciones se sitúan en 2 edificios completamente diferentes: la zona nueva y el edificio antiguo que debe tener varios siglos de antigüedad. Ocupé una de éstas últimas estupendamente restaurada, respetando incluso el suelo original. Ningún pero en cuanto a dimensiones, tamaño de la cama, calidad de la ropa de cama. Quizás lo único mejorable la luz: queda corta en potencia y un poco complicada de usar.

Mención aparte el baño: forma en sí mismo una pequeña habitación más y la ducha era excepcional. Adminículos de aseo de calidad superior.

El desayuno no llama la atención, esperaba bastante más, sobre todo al tomarlo en el entorno excepcional del Restaurante, uno de los más bonitos que yo conozco. Cumple pero queda lejos del resto de prestaciones.

La oferta de alojamiento y desayuno por 178€ en un lugar así me parece buenísima. Lugar muy recomendable para visitar la bodega, probar sus vinos, el molino de aceite, la tienda y, por supuesto, disfrutar de sus fenomenales instalaciones.