Muy bien ubicado: a mitad de camino entre el Vaticano y el Castel Sant'Angelo.
En un pispas estás en elguno de los puentes de esa zona y cruzarlos es meterte de lleno en "el mogollón".
Clásico hotel en todos los conceptos: decoración, servicio, concepto...
Está a punto de necesitar una reforma, pero aguanta de momento.
La habitación era de mediando tamaño, con un amplio habitáculo-vestidor que increíblemente no tenía luz.
Los desayunos, normalitos, los sirven en una terraza panorámica que tiene unas vistas impagables del Vaticano. Una auténtica delicia desayunar todas las mañanas ahí. Qué bien!
El servicio nos trató de fábula, solventándonos varios problemas que nos surgieron.
No califico la RCP ya que desconozco el precio al contratar un pack, pero a tenor del montante final del mismo, no puede ser muy caro.
Cumplió su papel este 4* romano.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.