En efecto, médicos, bomberos, profesores, informáticos (estos dos últimos,

En efecto, médicos, bomberos, profesores, informáticos (estos dos últimos, profesores e informáticos es lo que me toca), etc, hay mucha más gente que hemos visto recortados emolumentos en el mejor de los casos (en el peor, se han recortado contratos o se han ido a la calle).

Estamos en una época donde cualquier negocio, profesional o persona que quiera trabajar y tener clientes debe atarse los machos y dar las máximas facilidades a sus potenciales clientes al precio más razonable posible para el servicio ofrecido.

Referente a hostelería, se me ocurre que facilitar la vida es cobrar 6-8 euros por un descorche de botella que el hostelero no tenga en carta (y se entiende que la botella es de un valor netamente superior a ese valor de descorche). Facilitar la vida es intentar tener menús de distintos precios y para distintos gustos (por ejemplo, puede haber personas vegetarianas o con alergias alimentarias). Facilitar es poder negociar de forma amigable entre cliente y hostelero lo que haya que negociar sin que ninguna de las partes se sienta incómoda ni se quede con sensación de que pierde. Facilitar es atender con una sonrisa, ser correcto, educado, hablar lo justo y necesario, procurar no ser imprudente ni meterse en las conversaciones ni en la vida privada de los clientes (salvo que haya amistad manifiesta de atrás),...

Hacer la vida fácil al cliente trae consigo el dejar la sensación (esa es la palabra), en el cliente de que quiere volver e incluso, si es muy buena la sensación, el empezar a poner fecha para una nueva visita al restaurante durante el mismo trayecto de vuelta desde el mismo.

El país no está para tonterías, por tanto, en un servicio no esencial (y prescindible) como el de la hostelería (aunque para nosotros sea parte de la sal de nuestra vida por ser aficionados al vino y la gastronomía), o el restaurador da las máximas facilidades al cliente (sin regalar ni perder dinero, pero facilitando la vida y con la mejor cara posible), o restaurador baja persiana de negocio y se dedica a otra cosa.