Ermitada

4 respuestas
    #1
    Pelos

    Ermitada

    Hoy me he sentido bien. Hoy, hace unas horas, rematamos en Monvinic, y algunos (: dos) en el Tandem una cata espectacular, Espectacular, cular que diría alguno. Una cata de Ermita de las añadas 1994, 1995, 1996, 1997, 1998, 2000 y 2007 acompañadas de... que siga otro que me da la risa

    Catas así deben hacerse, al menos, una vez al año. La compañía, impagable.

    Me quedo con 1996 y 1998 (el tercero me lo callo).

    #2
    Javierbb
    en respuesta a Pelos

    Re: Ermitada

    Ver mensaje de Pelos

    Buenos días Félix,

    Realmente lo importante y aunque sea repetitivo fue la compañía, sin ella, hubiera sido imposible realizar esta cata…..

    Todo empezó hace algo más de un mes, quedamos un grupo de amigos para hacer un sobaquillo en “La Gamba de la Costa”, cada uno aporta lo que cree conveniente y en esa comida se empieza a fraguar una cata que al final resultará mítica. Se plantea hacer algo chulo (pendiente desde hace años) con añadas sueltas que disponemos casi todos los presentes del vino “L’ermita”.

    Medio en broma, medio en serio, al final nos damos cuenta que entre todos disponemos de diferentes añadas y se puede montar una vertical muy chula….

    El problema de estos vinos es que al ser únicos, corres el peligro de la conservación de los vinos….. Mi caso era uno de ellos, ya que la botella que disponía era una 2000 comprada en el año 2008, por lo que habían 6 años entre la salida al mercado y su compra que desconocía su conservación (todo y que me decían que había sido muy buena).

    Lo cierto es que nada más lejos de la realidad, todos los vinos estaban perfectos, incluso me sorprendió ese 1994, tras casi 20 años, todavía estaba ligeramente tánico y mantenía un color vivo y juvenil.

    Desde la bodega, nos recomendaron decantar todos los vinos con unas 8 horas de antelación, pero cada uno abrió su botella y se encargó de presentarla a la cata en el mejor estado posible…. Fue variado el tema, lógicamente hay añadas (2007) que si estuvieron un tiempo cercano a esas 8 horas, pero la mayoría decidimos abrirlos por la mañana con una ligera decantación (en mi caso menos de 1 hora) y dejarlos con la botella abierta hasta el inicio de la cata.

    Una vez estuvimos en el local, dispusimos todo el “coperío” en la mesa y decidimos empezar por las añadas más viejas, las cuales en teoría deberían estar algo más finas.

    La primera fue la 1994, la servimos y nos encontramos con un vino sin signo alguno de los años transcurridos desde el embotellado, color vino, nariz muy frutal e incluso algo tánico en boca…. Impresionante. La siguiente era 1995, ligera evolución en color, nariz con algún síntoma de los años transcurridos y la boca con buena persistencia. Seguimos con la 1996 el últimos de la primera fase, floralidad, fino y elegante en boca, sin duda de los mejores.

    El primero de la segunda tanda era el 1997, añada muy complicada, presentaba alguna ligera evolución en su color, nariz con muchos torrefactos y boca sedosa. Seguidamente iría 1998, pero la persona que aportó esta botella le salió un compromiso a última hora, por lo que no nos podría acompañar hasta las 5 de las tarde. Optamos por desechar por el momento esta botella y dejarla, para cuando su “donador” estuviera presente. Pasamos a la 2000, la botella que como he dicho fue la donación a la causa por mi parte, fue abierto a las 8 de la mañana, decantado menos de una hora y hasta las 2 del mediodía permaneció con la botella abierta. Buen color, sin síntoma alguno de evolución, nariz donde destacan los balsámicos y los mentolados y una boca con mucha profundidad. Es una añada bastante denostada, pero desde mi punto de vista, tiene materia para durar muchos años. El último de la segunda ronda fue el 2007, joven, muy joven, un “yougourin” que se diría, además en todos los aspectos, pese a ello, para mí, de los grandes sin duda, veremos si dentro de unos años tenemos la suerte de volver a probarlo. En boca pese a la juventud, no es muy agresivo.

    Por último a las 5 de la tarde y cuando llegó el ultimo componente de esta historia, se pudo degustar la añada 1998, un vino para la meditación, redondo, profundo, con una estructura impresionante y con mucha vida por delante. Ya se esperaba que fuera de los mejores y sin duda cumplió con las expectativas depositadas en él……

    Como no solo de titos vive el hombre, acompañamos la comida posterior con algunos espumosos que aportaron algunos de los presentes (principalmente aquellos que no disponían botellas de l’ermita) e incluso un dulce alemán como colofón a tan especial velada. Por orden de degustación fueron;

    • 2003 By Bollinger
    • Jacques Selossé Substance
    • Gramona Celler Batlle 2002
    • Bollinger Grande Année 1996
    • JJ Prüm Wehlener Sonnenuhr Auslese 1994

    Todos ellos estuvieron al nivel que requería la cata y nos dieron grandísimos momentos. Ante todo, agradecer a todas las personas que han hecho posible esta cata (Damià, Joan, Frederic, Jesús, Víctor, Félix, Lluis y Enrique), sin duda sin ellos no hubiera sido posible, así como agradecer a la gente de la “Gamba de la Costa” por la paciencia y lo bien que nos trataron.

    La próxima??? En breve…… Temática??? Como diría uno que yo se me…. Estamos trabajando en ello…..

    "Al pan, pan y al vino, como locos."

  • Más leído
  • Más recomendado

- No hay entradas a destacar -

- No hay entradas a destacar -

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar