Qué no comprar en el supermercado
Hoy me he topado con esta curiosa lista de 5 cosas que no debes comprar en un supermercado...
1. Carne picada envasada, hamburguesas y albóndigas preformadas. En general, si está empaquetada en el propio supermercado, está hecha de recortes sobrantes de carne del día anterior. Por el contrario, cuando es industrial, no llega a ser ni un 80 % de carne, completando el resto con proteína de soja, almidones, estabilizantes y un largo etcétera.
Jamás la he comprado, pero sólo lo hacía por aprensión a esa pintilla tan poco agradable que tienen estas bandejas... Pero sobre todo, porque no sé qué meten ahí, y no siempre quiero el mismo tipo de carne picada. Normalmente voy a la carnicería y pido que me piquen la carne que quiero, algo que también recomiendan en este blog. Otra opción es picarla en casa, algo que me daba mucha pereza, hasta que tuve la Thermomix, que me ahorra un montón de trabajo y la deja bastante bien, siempre y cuando no te pases de revoluciones y te deje una pasta que no hay por dónde cogerla.
2. Preparados para sándwich y queso estilo Tranchetes. Muchas veces nos encontramos con unos paquetitos estupendos, con una suerte extraña de jamón cocido a la izquierda y queso a la derecha, listos para abrir y marcarte un mixto quetemueres. Pues este ingenio tan cómodo suele estar compuesto por un falso jamón, muchas veces un fiambre prensado medio rancio y un queso plasticoso e insípido que funde muy regular. Por si esto fuera poco, el precio suele ser superior al de los ingredientes por separado porque, claro, ¡te ahorran el trabajo!
Tampoco lo he probado nunca... de nuevo me da un reparo terrible comprar estas cosas. ¿Tanto cuesta montar un sandwinch mixto? Si tienes tiempo siempre puedes complementarlo con lechuga, tomate, mostaza...
Comparto su animadversión por los tranchetes... ¡qué malos están!
3. Marisco descabezado y/o cocido. Esta es nueva. Ya van un par de veces que me intentan colar unas galeras y unas gambas que ya no tenían cabeza. Sí, sí como lo oís, me ven cara de universitario primo y me la quieren liar. Pues que sepáis que la cabeza es lo primero que se pone feo de esos bichitos, por eso se la quitan.
Esto no lo he visto nunca, pero vamos, no compro yo un bicho de estos sin cabeza ni harto de vino.
4.Pescado que no brille o pescado fileteado. Para que un pescado esté fresco se tienen que dar tres cosas: que tenga unas escamas brillantes (de forma natural), que conserve los ojos cristalinos y claros, y que las agallas estén de color rojo intenso. Todo lo demás no es 100 % fresco así que, al precio que lo ponen, directamente no lo compramos. No os dejéis engañar por el brillo que puede generar el agua con la que los rocían cada poco. Fijaos en todo, que no cuesta nada.
Ves, aquí alguna vez he pecado. Al ser dos en casa es relativamente complicado comprar ciertos pescados enteros, liarte a congelar partes, etc. Dependiendo de dónde los compres puede salirte relativamente bien la cosa, aunque está claro que como comprar el pescado entero y que te lo prepare el pescadero no hay nada. Los truquitos que nos cuenta para saber si el pescado es fresco, perfectos.
5. Frutas y verduras en bandeja, o “la que más brille”. Esto tiene una doble línea argumental. En primer lugar es un despropósito desde el punto de vista ecológico, si cada seis manzanas tengo una bandeja y su plástico correspondiente, en un mes he generado basura suficiente para llenar el Bernabéu.
Nosotros solemos comprar la fruta y verdura en frutería verdulería, donde no está la opción de las bandejas, pero sí he comprado en supermercado alguna vez algo de verdura de urgencia. Por ejemplo judías verdes, o puerros, y la verdad es que la pinta se la ves bien, no he tenido problema con la calidad de la verdura. Lo que me parece una barbaridad es el abuso de plásticos sin razón de ser, por eso no suelo comprar nada en bandejas.
Leído en este blog, no me parece una mala guía para quien empieza a ir a comprar.