Borgoña en Valencia

Ayer lunes 1 de Febrero 2010 me apunté a un curso monográfico de unas 3 horas sobre vinos de Borgoña. Lo organiza un centro cultural (de cuyo nombre no quiero acordarme, por no hacer más publicidad todavía, no por otra cosa) y ha tenido tanto èxito la convocatoria que han tenido que añadir más días, de uno se pasó a cuatro. Éramos unos 26 enófil@s atentos a las explicaciones de Lionel Vigneron (pues sí, así se apellida, no es broma). Quiero dar pistas a los que van a ir hoy y mañana y pasadomañana: el encargado de dar charla y cata es un francés que vivió por el "terroir", así que la clase se hace muy llevadera e interesante a pesar de las 100 AOC, de los 562 premieres crus, de las 4300 bodegas, de las 1300 embotelladoras, de las 250 criadoras que existen por aquellas zonas entre Paris y Lion. Si hay que destacar algo negativo, es lo largo que se hace esperar para catar uno de los míticos vinos de Borgoña. Dos horas seguidas de clase con pantalla es duro pero se aguanta porqué se supone que al final se catan grandes vinos. Aprender sobre Borgoña es entender el terroir, la parcela, el suelo, la ladera, el rincón, la exposición, el clima, las cepas, la historia de los "vignerons" (los viticultores) y el renombre que viene después de trabajar alrededor de ello unos 600 (seiscientos) años.
Al final y por fin catamos 4 vinos, dos Chardonnay y dos Pinot Noir, como es debido. De Chablis y de Mâcon los blancos, de Volnay (Cote de Beaune) y de Chambolle-Musigny (Cote de Nuit) los tintos. Premieres crus los tintos, Villages los blancos. Hubo acidez, y alcohol, y flor, y fruta, y miel, y madera fina, y mineral, mucho mineral, el rey de los minerales, el "kimmeridgien". Felices Borgoñas a tod@s sus amantes.