Texto o poema sobre el vino (ayuda)

24 respuestas
    #1
    Alex

    Texto o poema sobre el vino (ayuda)

    Estoy buscando un texto o un poema sobre el vino para ponerlo de introduccion al principio de una carta, si podeis ayudarme porfavor os lo agradeceria.
    Saludos
    Alex.

    #3
    Norje
    en respuesta a Alex

    Re: Texto o poema sobre el vino (ayuda)

    Ver mensaje de Alex

    El vino, amigos, viene de muy lejos,
    primero de la lluvia, la que encuentra
    su camino a través de la vid. Entra
    por sus raíces, lleva los consejos
    del suelo pero apunta a los vencejos
    y nubes por un tronco que descentra
    su ascensión tortuosa y breve. Adentra
    en el racimo el alma, a sus hollejos
    se asoma a recibir el sol.. y aún
    le aguardan mil esperas y más de un
    trasiego (sois dichosos los testigos
    del último, el que va de la copa hasta
    el corazón). Un brindis, pues no basta
    con la palabra, por el vino, amigos.

    #4
    Karlito
    en respuesta a Alex

    Pablo Neruda, excelente enopata!

    Ver mensaje de Alex

    Hola Alex!
    A ver si te gusta esto, es un fragmento del Estatuto del Vino, de Don Pablo Neruda, gran enopata!

    A la humedad del vino, en las mañanas,
    en las paredes a menudo mordidas por los
    dias de invierno que caen en bodegas sin
    duda solitarias, a esa virtud del vino
    llegan luchas, y cansados metales y sordas
    dentaduras, y hay un tumulto de objeciones
    rotas, hay un furioso llanto de botellas,
    y un crimen, como un latigo caido.

    El vino clava sus espinas negras,
    y sus erizos lugubres pasea,
    entre puñales, entre mediasnoches,
    entre roncas gargantas arrastradas,
    entre cigarros y torcidos pelos,
    y como ola de mar su voz aumenta
    aullando llanto y manos de cadaver.

    Y entonces corre el vino perseguido
    y sus tenaces odres se destrozan
    contra las herraduras y va el vino
    en silencio, y sus toneles, en heridos
    buques en donde el aire muerde
    rostros, tripulaciones de silencio,
    y el vino huye por las carreteras,
    por las iglesias, entre los carbones,
    y se caen sus plumas de amaranto,
    y se disfraza de azufre su boca,
    y el vino ardiendo entre calles usadas,
    buscando pozos, tuneles, hormigas,
    bocas de tristes muertos, por donde
    ir al azul de la tierra en donde se
    confunden la lluvia y los ausentes.

    Sin otro particular y esperando haberte servido de ayuda, aprovecho la ocasión para enviarte un cordial saludo!
    Fdo. Karlito’

    #5
    Karlito
    en respuesta a Alex

    Estatuto del Vino (Pablo Neruda)

    Ver mensaje de Alex

    Alex, por si te interesa el resto del poema, adjunto te remito el texto completo!
    Estatuto del Vino

    Cuando a regiones, cuando a sacrificios
    manchas moradas como lluvias caen,
    el vino abre las puertas con asombro,
    y en el refugio de los meses vuela
    su cuerpo de empapadas alas rojas.

    Sus pies tocan los muros y las tejas
    con humedad de lenguas anegadas,
    y sobre el filo del dia desnudo
    sus abejas en gotas van cayendo.

    Yo se que el vino no huye dando
    gritos a la llegada del invierno,
    ni se esconde en iglesias tenebrosas
    a buscar fuego en trapos derrumbados,
    sino que vuela sobre la estacion,
    sobre el invierno que ha llegado ahora
    con un punal entre las cejas duras.

    Yo veo vagos suenos, yo reconozco lejos,
    y miro frente a mi, detras de los cristales
    reuniones de ropas desdichadas.

    A ellas la bala del vino no llega,
    su amapola eficaz, su rayo rojo
    mueren ahogados en tristes tejidos,
    y se derraman por canales solos,
    por calles humedas, por rios sin nombre,
    el vino amargamente sumergido,
    el vino ciego y subterraneo y solo.

    Yo estoy de pie en su espuma y sus raices,
    yo lloro en su follaje y en sus muertos,
    acompanado de sastres caidos en medio del
    invierno deshonrado, yo subo escalas de
    humedad y sangre tanteando las paredes,
    y en la congoja del tiempo que llega
    sobre una piedra me arrodillo y lloro.

    Y hacia tuneles acres me encamino
    vestido de metales transitorios,
    hacia bodegas solas, hacia suenos,
    hacia betunes verdes que palpitan,
    hacia herrerias desinteresadas,
    hacia sabores de lodo y garganta,
    hacia imperecederas mariposas.

    Entonces surgen los hombres del vino
    vestidos de morados cinturones
    y sombreros de abejas derrotadas,
    y traen copas llenas de ojos muertos,
    y terribles espadas de salmuera,
    y con roncas bocinas se saludan
    cantando cantos de intencion nupcial.

    Me gusta el canto ronco de los hombres
    del vino, y el ruido de mojadas monedas
    en la mesa, y el olor de zapatos y de
    uvas y de vomitos verdes: me gusta el
    canto ciego de los hombres, y ese
    sonido de sal que golpea las paredes
    del alba moribunda.

    Hablo de cosas que existen, Dios me libre
    de inventar cosas cuando estoy cantando!
    Hablo de la saliva derramada en los muros,
    hablo de lentas medias de ramera, hablo del
    coro de los hombres del vino golpeando el
    ataud con un hueso de pajaro. Estoy en medio
    de ese canto, en medio del invierno que
    rueda por las calles, estoy en medio de los
    bebedores, con los ojos abiertos hacia
    olvidados sitios, o recordando en delirante
    luto, o durmiendo en cenizas derribado.

    Recordando noches, navios, sementeras,
    amigos fallecidos, circunstancias,
    amargos hospitales y ninias entreabiertas:
    recordando un golpe de ola en cierta roca,
    con un adorno de harina y espuma,
    y la vida que hace uno en ciertos paises,
    en ciertas costas solas, un sonido de
    estrellas en las palmeras, un golpe del
    corazon en los vidrios, un tren que cruza
    oscuro de ruedas malditas y muchas cosas
    tristes de esta especie.

    A la humedad del vino, en las mananas,
    en las paredes a menudo mordidas por los
    dias de invierno que caen en bodegas sin
    duda solitarias, a esa virtud del vino
    llegan luchas, y cansados metales y sordas
    dentaduras, y hay un tumulto de objeciones
    rotas, hay un furioso llanto de botellas,
    y un crimen, como un latigo caido.

    El vino clava sus espinas negras,
    y sus erizos lugubres pasea,
    entre punales, entre mediasnoches,
    entre roncas gargantas arrastradas,
    entre cigarros y torcidos pelos,
    y como ola de mar su voz aumenta
    aullando llanto y manos de cadaver.

    Y entonces corre el vino perseguido
    y sus tenaces odres se destrozan
    contra las herraduras y va el vino
    en silencio, y sus toneles, en heridos
    buques en donde el aire muerdee
    rostros, tripulaciones de silencio,
    y el vino huye por las carreteras,
    por las iglesias, entre los carbones,
    y se caen sus plumas de amaranto,
    y se disfraza de azufre su boca,
    y el vino ardiendo entre calles usadas,
    buscando pozos, tuneles, hormigas,
    bocas de tristes muertos, por donde
    ir al azul de la tierra en donde se
    confunden la lluvia y los ausentes.

    Pablo Neruda.

    Un saludo,
    Karlito’

    #6
    Karlito
    en respuesta a Alex

    Sonetos del Vino (Jose Luis Borges)

    Ver mensaje de Alex

    Al Vino

    ¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa
    conjunción de los astros, en qué secreto día
    que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa
    y singular idea de inventar la alegría?

    Con otoños de oro la inventaron. El vino
    fluye rojo a lo largo de las generaciones
    como el río del tiempo y en el arduo camino
    nos prodiga su música, su fuego y sus leones.

    En la noche del júbilo o en la jornada adversa
    exalta la alegría o mitiga el espanto
    y el ditirambo nuevo que este día le canto

    otrora lo cantaron el árabe y el persa.
    Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia
    como si ésta ya fuera ceniza en la memoria.
    Jorge Luis Borges

    Un saludo,
    Karlito’

    #7
    Karlito
    en respuesta a Alex

    Otro de Borges!

    Ver mensaje de Alex

    Al Vino

    En el bronce de Homero resplandece tu nombre,
    negro vino que alegras el corazon del hombre.
    Siglos de siglos hace que vas de mano en mano
    desde el riton del griego al cuerno del germano.

    En la aurora ya estabas. A las generaciones
    les diste en el camino tu fuego y tus leones.
    Junto a aquel otro río de noches y de dias
    corre el tuyo que aclaman amigos y alegrias.

    Vino que como un Eufrates patriarcal y profundo
    vas fluyendo a lo largo de la historia del mundo.
    En tu cristal que vive nuestros ojos han visto
    una roja metafora de la sangre de Cristo.

    En las arrebatadas estrofas del sufi
    eres la cimitarra, la rosa y el rubi.
    Que otros en tu Leteo beban un triste olvido;
    yo busco en ti las fiestas del fervor compartido.

    Sesamo con el cual antiguas noches abro
    y en la dura tiniebla, dadiva y candelabro.
    Vino del mutuo amor o la roja pelea,
    alguna vez te llamare. Que asi sea.
    Jorge Luis Borges

    #8
    Karlito
    en respuesta a Alex

    Mi consejo!

    Ver mensaje de Alex

    Conclusión, Alex, mi consejo seria utilizar el ultimo fragmento de los sonetos al vino de Borges, breve conciso y cargadisimo de contenido, mas un epitafio que un fragmento de soneto, Genial!

    “Otrora lo cantaron el árabe y el persa.
    Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia
    como si ésta ya fuera ceniza en la memoria”

    Jorge Luis Borges

    Sin mas, un abrazo de tu amigo,
    Karlito’

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